9 de enero
SAN EULOGIO DE CÓRDOBA,
Mártir
SAN EULOGIO DE CÓRDOBA,
Mártir
No resistas al que te maltrate; antes, si
alguno te
hiriere en la mejilla derecha, vuelve
también la otra.
(Mateo, 5,39).
hiriere en la mejilla derecha, vuelve
también la otra.
(Mateo, 5,39).
Mientras se conducía a San Eulogio para martirizarlo,
recibió una bofetada; ofreció el santo la otra mejilla para cumplir el consejo
del Evangelio. Había antes dejado la espada para aceptar el episcopado en lo
más recio de la persecución. Resistió valerosamente al rey de los moros. Se le
amenazó con los azotes, pero él pidió que, más bien, se le hiciese morir, pues
los látigos eran tan impotentes para arrancarle la fe del corazón como para
separar su alma de su cuerpo. Se le hizo decapitar, en el año 859.
MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES GRADOS
DE LA PACIENCIA
SOBRE LOS TRES GRADOS
DE LA PACIENCIA
I. El primer grado de la paciencia
consiste en sufrir con resignación todo lo que nos acaece, sea de parte de
Dios, sea por la malicia de los hombres o por nuestra propia culpa. ¿Es así
como sufres? El santo varón Job soportó las mayores desgracias, repitiendo: El señor me había dado todo, Él me
quitó todo: bendito sea su santo nombre. Medita estas hermosas palabras,
repítelas en las aflicciones que te embarguen; no te inquietes, no murmures
contra tu prójimo. Has de cansar la malicia de tus enemigos con tu
paciencia. (Tertuliano).
II. El segundo grado es desear
ardientemente sufrir, y buscar las ocasiones para ello. Así, San Eulogio
presentó la otra mejilla para recibir una segunda bofetada, y pidió que se le
hiciese morir. Así es como tantos mártires anhelaron la muerte, como tantos
penitentes buscaron el padecer. ¿No es verdad, acaso, que el fin de todos tus
esfuerzos es evitar el sufrimiento? No te engañes, no hay otro medio para
llegar al cielo que el de la cruz; si existiese otro más corto y agradable,
Jesucristo nos lo hubiera enseñado.
III. El tercer grado de la paciencia es
sufrir con alegría. Los apóstoles se regocijaban en los trabajos y
tribulaciones; andaban llenos de gozo cuando habían sido reputados dignos de
sufrir por Jesucristo. "Regocijaos -decía Nuestro Señor- si el mundo os
aborrece, porque me ha aborrecido a mí antes que a vosotros". Qué bello espectáculo es para Dios
ver a un cristiano en lucha con el dolor. (Minucio Félix).
La paciencia
Orad por la conversión de los infieles.
Orad por la conversión de los infieles.
ORACIÓN
Dios omnipotente, haced, os
suplicamos, que la intercesión del bienaventurado Eulogio, vuestro mártir, cuyo
nacimiento al cielo hoy celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo
Nombre. Por J. C. N. S. Amén.
