26 de enero
SAN TIMOTEO,*
Obispo y Mártir
Predica la palabra de Dios,
insiste con ocasión y sin ella,
reprende, ruega, exhorta con toda
paciencia y doctrina.
(2 Timoteo, 4, 2).
insiste con ocasión y sin ella,
reprende, ruega, exhorta con toda
paciencia y doctrina.
(2 Timoteo, 4, 2).
He aquí un obrero apostólico formado por la
mano de San Pablo: es Timoteo, su discípulo, su coadjutor en la predicación del
Evangelio, el heredero de su celo y el imitador de sus virtudes. Fue masacrado
por reprender a los gentiles sus insensatas supersticiones. ¡Gran santo, inspíranos
el espíritu del Apóstol de las gentes; enséñanos a santificarnos y a
convertir a los demás!
MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES EFECTOS
DEL CELO POR LAS ALMAS
SOBRE LOS TRES EFECTOS
DEL CELO POR LAS ALMAS
I. Aunque no todos los cristianos sean
apóstoles, deben con todo tener celo por la salvación del prójimo(1). Pero a
fin de que ese celo esté bien ordenado, cada uno debe comenzar por
convertirse a sí mismo. Tú tienes celo por la conversión de tus parientes, de
tus amigos, de tus servidores; les adviertes caritativamente sus faltas; este celo es digno de alabanza, pero, si no te
adviertes a ti mismo, es indiscreto; mira si no tienes los defectos que
reprochas a los demás.
II. Contribuye todo lo que puedas, con tus palabras, a la salvación de los demás. Jesucristo no tuvo a menos conversar
con los niñitos, ni con la Samaritana, para mostrarles el camino del cielo. Una
buena palabra que digas a ese pariente, a ese amigo, a ese servidor, ganará su
alma para Dios. Jesucristo ha derramado toda su sangre para rescatar esa alma,
¿y tú no quieres decir una palabra para impedir que se condene? ¿Dónde está
tu caridad?
III. ¿Quieres ser un verdadero apóstol?
Predica con tus actos. Lleva una vida ejemplar, más conmoverás cuando te
vean, que oyendo al más famoso de los predicadores; tu modestia detendrá aun a
los más libertinos. ¿Cuántas ocasiones de trabajar por el prójimo dejas
escapar? Es seguro, dice San Gregorio, que Dios te pedirá cuenta del alma de
tu prójimo, si descuidas trabajar en su salvación en la medida en que lo
puedas.
El celo por las almas
Ruega por los eclesiásticos.
Ruega por los eclesiásticos.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, ved cómo pesa sobre
nosotros la carga de nuestras propias obras, y fortificadnos por medio de la
gloriosa intercesión de San Timoteo, vuestro mártir y pontífice. Por N. S. J. C. Amén.
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(1) Dice Santo Tomás, acerca del "celo", que éste proviene de la intensidad del amor, a Dios que merece ser amado sobre todas las cosas y al prójimo por amor de Dios, buscando en todo la gloria de Dios y la salvación de las almas (Cfr. Sumo 1-II, q. 28, a. 4 y II-II, q. 36, a. 2). (Nota del T.)