28 de julio
SANTOS NAZARIO y CELSO,
Mártires
SANTOS NAZARIO y CELSO,
Mártires
Yo tengo contra ti, que decaíste de tu primera caridad.
(Apocalipsis, 2, 4) .
(Apocalipsis, 2, 4) .
La
única información histórica que poseemos en relación a estos dos mártires
es el descubrimiento de sus cuerpos por San Ambrosio. Paulinus (Vita
Ambrosii, XXXII-XXXIII)
relata que Ambrosio, en algún momento durante los tres últimos años
de su vida, después de la muerte del Emperador Teodocio (m. 395),
descubrió en un jardín fuera de los muros de Milán, el cuerpo de San
Nazario, con su cabeza rígida y aún manchada con sangre y por él, fue
enviada a la Basílica de los Apóstoles. En el mismo jardín, Ambrosio
del mismo modo descubrió el cuerpo de San Celso por quien fue
trasladado a la misma basílica. Obviamente, una tradición respecto a
estos mártires existe en la comunidad Cristiana de Milán lo que llevó
al descubrimiento de los dos cuerpos. Se ubica el martirio de estos
testigos de la fe, durante la persecución de Nerón y describe con
muchos detalles los supuestos viajes de San Nazario a través de la
Galia e Italia. Es también relacionado con los dos mártires Gervacio y
Protasio. Paulino dice claramente (1.c.) que la fecha en la cual Nazario
sufrió su martirio es desconocida. El discurso elogiando a los dos
santos, atribuido a San Ambrosio (Sermo lv, in P.L., XVII, 715 sqq.), no
es genuino. San Paulino de Nola habla en alabanzas de San Nazario en su
Poema XXVII (P.L.,
LXI, 658). Un magnífico relicario de plata con interesantes figuras que
data del siglo cuarto, fue
encontrado en la iglesia de San Nazario en Milán (Venturi, "Storia
dell' arte italiana", I, Milan, 1901, fig. 445-49).
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28 de julio
SAN VÍCTOR,
Papa y Mártir
SAN VÍCTOR,
Papa y Mártir

San
Victor I (189-199) Era africano. Su pontificado coincidió con un período
tranquilo y favorable para el Cristianismo, gracias a la influencia y a
la protección de dos mujeres: Marcia y Julia Domna, respectivas esposas
de Cómodo y de Septimio Severo. De esta forma pudo dirigir su labor a
la solución de algunos problemas importantes.
Para oponerse al gnosticismo y a otras formas herejes que iban asentándose, convocó un concilio en el año 198. El concilio fue una buena ocasión para dirimir y resolver cuestiones de carácter religioso y disciplinario. Víctor era proclive a no aconsejar, sino a imponer a las otras Iglesias el juicio de Roma, produciendo a veces el resentimiento de algunos obispos que no tenían tendencia a aceptar tales imposiciones. Fue el caso de Policrates, obispo de Éfeso, que se ofendió por esta ingerencia. El tema era de nuevo la Pascua. Víctor reiteró las decisiones de Sotero y Eleuterio, tanto por lo que concernía la fecha, que tenía que ser un domingo, como la presencia de algunas costumbres procedentes del judaísmo, y aún perpetuadas en algunas comunidades cristianas. Por ejemplo comer el cordero pascua. Para suprimir estas costumbres, y para unificar los ritos en todas las Iglesias, Víctor encomendó a Policrates que convocara la reunión de un concilio. La conclusión conciliar fue que se declaró lícito para todos respetar sus propios ritos y costumbres. Policrates se justificó ante el Papa con una carta, en la que entre otras cosas afirmaba: "...hay que obedecer más a Dios que a los hombres". Con el tiempo todas las Iglesias se uniformaron. |
28 de julio
SAN INOCENCIO,*
Papa y Confesor
SAN INOCENCIO,*
Papa y Confesor

San Inocencio estaba
en Ravena cuando Alarico, rey de los godos, saqueó la ciudad de Roma.
Después de la partida de los bárbaros, volvió
a Roma a consolar a su afligido pueblo. La paciencia que inspiró a los
cristianos en esas tristes circunstancias impresionó vivamente a los
paganos y convirtió a gran número de ellos. Condenó los errores de los
pelagianos y excomulgó al emperador Arcadio
y a la emperatriz Eudocia, por haber desterrado a San Juan Crisóstomo.
Murió en el año 417, después de 15 años de pontificado.
I.
Hay que ser inocente para entrar en el cielo; nada sucio penetra en él.
Si perdiste la inocencia bautismal, será menester no sólo recurrir al
sacramento de la penitencia, sino también expiar con lágrimas,
oraciones y buenas obras, la pena debida por tus pecados mortales,
aunque estén perdonados; si
aquí abajo no pagas esa deuda, forzoso será que la pagues en las llamas
del Purgatorio. Elige. Solamente hay dos caminos para llegar al cielo:
la inocencia y la penitencia. El primer grado de la felicidad es no pecar; el segundo, reconocer las faltas. (San Cipriano).
II.
Vela por la pureza de tus manos, de tu corazón, de tu lengua, es decir,
de tus acciones, de tus pensamientos y de tus palabras. Tus palabras
son el intérprete de tus pensamientos; serán puras si tus pensamientos
son puros, porque de la abundancia del corazón habla la boca. La bondad
como la malicia de nuestras acciones viene de nuestra voluntad: de ella
proceden la vida y la muerte. Cuida, pues, con todo esmero, la pureza de
tu corazón.
III. Si injustamente se te acusa de alguna maldad, regocíjate al verte
tratado como lo fue Jesucristo. Consuélate con el testimonio de tu
conciencia y con el pensamiento de que Dios conoce tu inocencia. Quéjate
a Jesús crucificado, como un amigo a su amigo, de la injuria que se te
hace. Dile: Señor, soy inocente de la maldad que se me imputa, pero he
cometido muchas otras que merecen mayor castigo. Menos
sufrimos de la que en realidad merecemos. (Salviano).
La santidad
Orad por la Jerarquía
Orad por la Jerarquía
ORACIÓN
Señor, que la generosa confesión de vuestros
santos Nazario, Celso, Víctor e Inocencio reanime nuestro valor y nos obtenga el socorro que reclama nuestra flaqueza. Por
J.
C. N. S. Amén.
* Santoral
de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo III, (Ed. ICTION,
Buenos Aires, 1982)