PRIMERA LECTURA
Al ponerse a prueba vuestra
fe, os dará aguante, y seréis perfectos e íntegros
Comienzo de la carta del Apóstol Santiago 1, 1-11
Santiago,
servidor de Dios y del Señor Jesucristo, saluda
a las doce tribus dispersas.
Hermanos:
Que
el colmo de vuestra dicha sea pasar por toda clase de pruebas.
Sabed
que al ponerse a prueba vuestra fe, os dará aguante.
Y
si el aguante llega hasta el final, seréis
perfectos e íntegros, sin falta alguna.
En
caso de que alguno de vosotros se vea falto de acierto, que se lo pida a Dios.
Dios
da generosamente y sin echar en cara, y
él se lo dará.
Pero
tiene que pedir con fe, sin
titubear lo más mínimo,
porque
quien titubea, se parece al oleaje del mar sacudido y agitado por el viento.
Un
individuo así no se piense que va a recibir nada del Señor; no
sabe lo que quiere y
no sigue rumbo fijo.
El
cristiano de condición humilde, esté orgulloso de su alta dignidad, y
el rico, de su pobre condición, pues
pasará como la flor del campo: sale
el sol y con su ardor seca la hierba, cae
la flor y su bello aspecto perece; así
se marchitará también el rico en sus empresas.
Palabra
de Dios.
Salmo responsorial Sal 118, 67. 68. 71. 72. 75. 76
R.
Cuando me alcance tu compasión, viviré, Señor.
Antes de
sufrir, yo andaba extraviado;
pero ahora
me ajusto a tu promesa. R.
Tú eres
bueno y haces el bien;
instrúyeme
en tus leyes. R.
Me estuvo
bien el sufrir,
así aprendí
tus mandamientos. R.
Más estimo
yo los preceptos de tu boca
que miles de
monedas de oro y plata. R.
Reconozco,
Señor, que tus mandamientos son justos,
que con
razón me hiciste sufrir. R.
Que tu
bondad me consuele,
según la
promesa hecha a tu siervo. R.
EVANGELIO
¿Por qué esta generación
reclama un signo?
+ Lectura
del santo Evangelio según San Marcos 8, 11-13
En
aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús–
para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús
dio un profundo suspiro y dijo:
–¿Por
qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a
esta generación.
Los
dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.