San Sabas era godo de nacimiento. Como rehusara
comer carne inmolada a los ídolos, diciendo que prefería antes morir que
ofender a Dios, se lo despojó de sus vestidos, se lo arrastró sobre espinas,
se lo torturó cruelmente, y, finalmente, fue arrojado a un río. En medio de
los suplicios daba gracias a Dios por haberlo juzgado digno de padecer por su
causa. Imitemos su constancia y agradezcamos a Dios en las aflicciones como
en la prosperidad. Murió el santo en el año 372.
MEDITACIÓN
SOBRE LA NECESIDAD
DE LOS SUFRIMIENTOS
I. La palabra del Salvador: Renúnciate a ti mismo y lleva tu
cruz, no ha sido dicha para los religiosos solamente; se
dirige a todos los cristianos en general. La vida cristiana es un trabajo sin
descanso, porque hemos de combatir sin cesar nuestros deseos, apartarnos de
lo que nos place y hacer lo que nos desagrada. Pero consolémonos: si llevamos
nuestra carga con amor, Dios la hará ligera. Para los que aman a Dios es más
fácil cercenarsiempre sus apetitos, que para los que aman al mundo
contenerlos algunas veces. (San Agustín).
II. Además de la violencia que debemos
hacer nos a nosotros mismos para mortificar nuestras pasiones, Dios nos
enviará pruebas de toda clase. Aceptémoslas, no solamente con resignación,
sino con fe y gratitud: es una prueba del amor de Dios hacia nosotros. ¿Cuál
es el hijo, dice San Pablo, a quien Dios no corrige? pues el Señor castiga
misericordiosamente a los hijos que ama. Así, pues, persevera en la sumisión,
prosigue el gran Apóstol; si Dios no te castiga, es porque no te tiene por
hijo legítimo, sino por bastardo. El que no sufre en el exilio no se
regocijará en la patria.(San Agustín).
III. San Sabas ve a los ángeles que lo
llaman des de la otra orilla del río al que lo van a precipitar, y conjura a
sus verdugos a que apresuren su suplicio. En tus pruebas vuelve los ojos al
Cielo. Considera lo que se te ha prometido, para quien
tiene en vista la recompensa nada hay que no le parezca leve y fácil, y la
esperanza del salario suaviza la fatiga del obrero. (San Jerónimo).
El pensamiento del cielo
Orad por los afligidos.
ORACIÓN
Haced, os lo suplicamos, oh Dios
omnipotente, que la intercesión del bienaventurado Sabas, vuestro mártir,
cuyo nacimiento al cielo honramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo
Nombre. Por J. C. N. S.
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