23 de Mayo
SAN DESIDERIO,(*)
Obispo y Mártir
SAN DESIDERIO,(*)
Obispo y Mártir
Si es para esta vida solamente que esperamos
en
Cristo, somos los más desdichados de todos los hombres. (1 Corintios, 15, 19).
San Desiderio, obispo de Viena, se
atrajo la enemistad de los poderosos por su celo en reformar los abusos y fue
desterrado. Llamado después de cuatro años, se atrevió a reprochar su
inmoralidad al rey Teodorico. Fue asesinado cuando volvía de la Corte a su
ciudad episcopal, el año 608.
I. Existe Dios, y este Dios es
infinitamente justo; es menester, pues, que recompense la virtud y que
castigue el crimen; ahora bien, sucede a menudo en este mundo que la impiedad
es dichosa y la virtud perseguida: es menester pues que el alma sea inmortal
y que Dios recompense y castigue en la otra vida. Que me maltraten los
impíos, que me enlode la calumnia, poco importa: Dios sabrá hacerme justicia.
Suframos, alma mía, suframos sin pena, y no envidiemos la prosperidad de los
malvados: la eternidad es lo bastante larga como para cargarlos de oprobios y
para colmamos de gloria.
II. Todos los bienes de aquí abajo no
son capaces de colmar los deseos del corazón humano. Cuanto más posee, más
desea: es preciso, pues, que no haya sido creado para estos bienes, puesto
que no podrían hacerlo feliz. Además, nuestro espíritu nunca está satisfecho
de sus conocimientos: cuanto más aprendemos, más deseamos aprender; cuanto
más conocemos a Dios, más lo amamos, más deseamos conocerlo y amarlo. Nos habéis hecho para Vos, oh Dios
mío, y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Vos. (San Agustín).
III. Por más dichosos que seamos,
suspiramos siempre tras los bienes por venir. ¿Cuál es el hombre que con
verdad puede decir: Una vez en mi vida he estado plenamente satisfecho, y mi
corazón no ha deseado nada más? Alma mía, esta inquietud y este impulso hacia
lo por venir, ¿no te dicen que debes des preciar todo lo que posees y lo que
ves para elevarte hacia ese bien que los bienaventurados
ven y desean ver siempre, que poseen sin inquietud, y del cual se sacian sin
hastío?(San
Agustín).
La paz del alma
Orad por la paz entre las naciones cristianas.
ORACIÓN
Omnipotente Dios, mirad nuestra
flaqueza, ved cómo nos agobia el peso de nuestros pecados, y fortificadnos
por la gloriosa intercesión de San Desiderio, vuestro pontífice mártir. Por
J. C. N. S. Amén.
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