sábado, 18 de agosto de 2012

SÁBADO DE LA DECIMONOVENA SEMANA




PRIMERA LECTURA
Os juzgaré a cada uno según su proceder
Lectura del Profeta Ezequiel 18, 1-10. 13b. 30-32
Me vino esta palabra del Señor:
¿Por qué andáis repitiendo este refrán
en la tierra de Israel:
«Los padres comieron agraces
y los hijos tuvieron dentera»?
Por mi vida os juro –oráculo del Señor–
que nadie volverá a repetir
ese refrán en Israel.
Sabedlo: todas las vidas son mías;
lo mismo que la vida del, padre,
es mía la vida del hijo;
el que peca es el que morirá.
El hombre que es justo,
que observa el derecho y la justicia,
que no come en los montes
levantando los ojos a los ídolos de Israel;
que no profana a la mujer de su prójimo
ni se llega a la mujer en su regla;
que no explota,
sino que devuelve la prenda empeñada;
que no roba,
sino que da su pan al hambriento
y viste al desnudo;
que no presta con usura
ni acumula intereses;
que aparta la mano de la iniquidad
y juzga imparcialmente los delitos;
que camina según mis preceptos
y guarda mis mandamientos,
cumpliéndolos fielmente:
ese hombre es justo,
y ciertamente vivirá,
–oráculo del Señor–.
Si éste engendra un hijo criminal y homicida,
que quebranta alguna de estas prohibiciones,
ciertamente no vivirá,
por haber cometido todas esas abominaciones,
morirá ciertamente
y será responsable de sus crímenes.
Yo os juzgaré, pues, a cada uno según su proceder,
Casa de Israel,
–oráculo del Señor–.
Convertíos y apartaos de todos vuestros crímenes;
no haya para vosotros más ocasión del mal.
Descargaos de todos los crímenes
que habéis cometido contra mí.
Y haceos un corazón y un espíritu nuevo.
¿Por qué queréis morir, Casa de Israel?
Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien sea,
–oráculo del Señor–.
Convertíos y vivid.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19
R.  Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado,
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias. R.

EVANGELIO
No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los Cielos
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 13-15
En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban.
Jesús dijo:
–Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los Cielos.
Les impuso las manos y se marchó de allí.
Palabra del Señor.