4 de agosto
SAN JUAN MARÍA VIANNEY,
Confesor
SAN JUAN MARÍA VIANNEY,
Confesor
El que creyere y se bautizare se salvará;
pero el que no creyere se condenará.
(Marcos, 16, 16).
pero el que no creyere se condenará.
(Marcos, 16, 16).
El que habría de ser cura de Ars nació en 1786; tales dificultades encontró en el estudio que, humanamente, no se hubiera esperado que llegara a la ordenación sacerdotal. En 1818, fue encargado de una humilde parroquia de aldea. Habría de hacerla célebre en todo el mundo por las maravillas que en ella obró su celo, tanto en las almas de sus ovejas cuanto en la de numerosos extranjeros que acudían, de todas partes, a confesarse con él para recibir sus consejos y gozar del espectáculo de sus virtudes. El cura de Ars recibió de Dios la gracia de los milagros y el don de leer en los corazones, pero nunca dejó de vivir en la humildad, en la pobreza y en la penitencia. Murió en 1859.
l. San Jerónimo nos suministra el tema de esta
meditación en la carta que escribió a Rústico. "Nada hay -dice-, más feliz
que el cristiano porque se le ha prometido el cielo". Ahí está la fuente
de tu grandeza y felicidad. El cristianismo te hace hijo de Dios y te da
derecho a la herencia del paraíso. "¡Cuán rico soy -decía San Juan
Crisóstomo-, puesto que por la gracia, poseo a Dios, que es la fuente de todos
los bienes!" Alma mía, levántate hacia el cielo para el que fuiste creada,
y desprecia a la tierra como indigna de ti.
II. Nada parece más penoso que la vida
del cristiano. "No nacemos cristianos -dice Tertuliano-, lo llegamos a
ser, y lo llegamos a ser con mucho trabajo". Hay que luchar contra el
demonio, contra el mundo, contra sí mismo, no una sola vez, sino todos los
días, hasta el último suspiro. Debo, pues, resolverme a seguiros, amable Jesús
mío, a llevar con Vos la cruz y la corona de espinas. Ya no más flores ni
delicias, puesto que mi Maestro yace en el dolor renuncio para siempre a los
placeres de la tierra.
III. Nada hay más fuerte que el cristiano
por que vence al demonio, y se eleva por encima de todas las cosas del mundo, y
tiene la seguridad de que Dios no lo abandonará en las tentaciones. Considera
lo que sufrieron los mártires con la ayuda de los auxilios de Dios. ¿Qué harías
tú si algún tirano pusiese a prueba tu fe mediante los tormentos? Prepárate
para el martirio por medio de una mortificación continua. La vida del cristiano es un
aprendizaje del martirio. (Tertuliano).
La confianza en Dios
Orad por los párrocos.
Orad por los párrocos.
ORACIÓN
Dios omnipotente y misericordioso, que
hicisteis al bienaventurado Juan María admirable por el celo pastoral como por
el fervor de la oración y de la penitencia, concedednos que siguiendo su
ejemplo y por su intercesión ganemos para Cristo las almas de nuestros hermanos
y lleguemos con ellos a la gloria eterna. Por J. C. N. S. Amén.