7 de septiembre
SANTA REGINA,
Virgen y Mártir
SANTA REGINA,
Virgen y Mártir
¿Si Dios está por nosotros, quién contra
nosotros?
(Romanos, 8, 31).
(Romanos, 8, 31).
Esta joven virgen, leyendo la vida de los
mártires, concibió el ardiente deseo de dar, como ellos, su vida por
Jesucristo. El prefecto Olibrio, a quien fue entregada como cristiana, trató de
ganarla mediante promesas; pero no pudiendo lograrlo de esta manera, recurrió a
los más crueles tormentos. Regina, consolada con la vista de una cruz luminosa
que subía de la tierra al cielo, soportó valientemente el martirio en Alisia,
de Borgoña, en el siglo III.
I. Existen personas que siempre
viven temiendo males futuros. Es una ilusión del demonio; rechaza esos vanos
temores. ¿Por qué buscar en lo por venir motivos de temor y de tristeza? Ya el
tiempo presente nos proporciona bastantes. Ten confianza en Dios: nos ha ayudado
en lo pasado, también lo hará en lo futuro. Apóyate en Dios, no se retirará para
que caigas; arrójate en sus brazos con entera confianza, te recibirá y te
sanará, (San Agustín).
II. Si los males que temes cayeren sobre
ti; si la pobreza, la calumnia, la deshonra, la enfermedad te alcanzan, no por
ello desesperes. Cuando tus sufrimientos parezcan sin remedio, entonces es
cuando debes redoblar tu confianza en Dios; cuando el mundo nos abandona es
cuando se complace en acudir a socorrernos. Pon toda tu esperanza en Él, su
mano no es menos poderosa ni su corazón menos tierno que antes. ¡Qué de
prodigios no ha obrado en favor de sus servidores! ¿Acaso no te ha dado a ti
mismo infinitamente más de lo que le podías pedir, puesto que, para ti, ha
creado este mundo y ha sacrificado a su Hijo unigénito?
III. Recurre a Dios en toda
circunstancia, y sobre todo en las aflicciones. Invócalo y ten confianza en Él,
como si nada esperases de ti mismo. Con todo, trabaja por tu parte; emplea,
para alcanzar tus objetivos, todos los medios honestos y lícitos, como si nada
esperases de Dios. No te abandones, y Él no te abandonará, sobre todo si, a la
confianza, sabes unir la humildad.
La confianza en Dios
Orad por los que os gobiernan.
Orad por los que os gobiernan.
ORACIÓN
Que la bienaventurada Regina, virgen
y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os
fue agradable por el mérito de su castidad y por su valor en confesar vuestro
santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.