PRIMERA LECTURA
El Señor pondrá al descubierto los designios del corazón
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 4, 1-5
Hermanos:
Que
la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los
misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel.
Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni
siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero
tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así,
pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. El iluminará lo
que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón;
entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 36, 3-4. 5-6. 27-28. 39-40
R. El
Señor es quien salva a los justos.
Confía en el
Señor y haz el bien,
habita tu
tierra y practica la lealtad;
sea el Señor
tu delicia,
y él te dará
lo que pide tu corazón. R.
Encomienda
tu camino al Señor,
confía en
él, y él actuará:
hará tu
justicia como el amanecer,
tu derecho,
como el mediodía. R.
Apártate del
mal y haz el bien,
y siempre
tendrás una casa;
porque el
Señor ama la justicia
y no
abandona a sus fieles. R.
El Señor es
quien salva a los justos,
él es su
alcázar en el peligro;
el Señor los
protege y los libra,
los libra de
los malvados y los salva,
porque se
acogen a él. R.
EVANGELIO
Llegará el día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 5, 33-39
En
aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los letrados:
–Los
discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en
cambio los tuyos, a comer y a beber.
Jesús
les contestó:
–¿Queréis
que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el
día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.
Y
añadió esta comparación:
–Nadie
recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se
estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo.
Nadie
echa vino nuevo en odres viejos: porque revientan los odres, se derrama, y los
odres se estropean.
A
vino nuevo, odres nuevos.
Nadie
que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: «Está bueno el añejo».
Palabra
del Señor.