7 de agosto
SAN CAYETANO,
Confesor
SAN CAYETANO,
Confesor
No os inquietéis, diciendo: ¿Qué comeremos?
como hacen los paganos; o ¿qué beberemos?
o ¿con qué nos cubriremos?, que bien sabe vuestro Padre
la necesidad que de estas cosas tenéis.
(Mateo,, 6, 31-32).
como hacen los paganos; o ¿qué beberemos?
o ¿con qué nos cubriremos?, que bien sabe vuestro Padre
la necesidad que de estas cosas tenéis.
(Mateo,, 6, 31-32).
San Cayetano, nacido en Vicenza, llamó la atención desde su infancia por una inocencia tan grande de costumbres, que se le llamaba el Santo. Como supiera que el Papa Julio II quería elevarlo a las dignidades eclesiásticas, dejó la corte de Roma y fundó una Orden de Clérigos Regulares, llamados Teatinos, a los cuales estableció como regla que nada poseyesen, ni pidiesen, y que viviesen únicamente de las limosnas espontáneamente ofrecidas por los fieles. Se consagró a Dios con Pedro Caraffa, mediante votos solemnes. Pedro Caraffa, obispo de Teati, fue después elegido Papa con el nombre de Pablo IV. San Cayetano murió siendo superior de su Orden, en Nápoles, el 7 de agosto de 1547.
I. No puede imaginarse pobreza más
rigurosa que la que este santo estableció en su Orden; si tú no puedes
abrazarla enteramente, por lo menos desase tu corazón de las riquezas que
posees. No te entristezcas cuando algo te falte; alégrate, más bien, de
participar de la pobreza de Jesucristo al nacer y morir. No te acongojes,
tampoco, por lo por venir. Espera en Dios, haz el bien, y te alimentará con
sus riquezas. (El Salmista).
II. Basta cualquier accidente adverso
para que te veas despojado de todos tus bienes. No te fíes, pues, en tus
riquezas y no te afanes por adquirir otras nuevas. Si vives según la recta
razón y las máximas del Evangelio, no te hará falta sino muy poco para tu vida,
y siempre estarás contento. Si, en cambio, sigues los deseos desordenados de tu
corazón, ni todos los tesoros de las Indias podrían satisfacerte.
III. Comenzaste tu vida en la pobreza y
lo mismo la acabarás. ¿Para qué, pues, tomarte tanta pena en amasar una fortuna
de la que no podrás gozar sino durante el breve intervalo que separa tu
nacimiento de tu muerte? Emplea ese tiempo tan corto, más bien, en acumular en
el cielo tesoros de que puedas gozar durante toda la eternidad. Es absurdo
que quien entró desnudo al mundo, y a quien desnudo recibió la Iglesia, quiera
entrar rico en el reino de los cielos. (San Máximo).
La confianza en Dios
Rogad por los pobres.
Rogad por los pobres.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis concedido a San
Cayetano la gracia de imitar la manera de vivir de los Apóstoles, acordadnos,
siguiendo su ejemplo y por su intercesión, la gracia de poner siempre en Vos
nuestra confianza y no desear más que los bienes del cielo. Por J. C. N. S.
Amén.