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22 de enero
SANTOS VICENTE
y
ANASTASIO,*
Mártires
Alegraos con la esperanza, sed pacientes
en la tribulación, perseverad en la oración.(Rom., 12, 12).
en la tribulación, perseverad en la oración.(Rom., 12, 12).
Vicente sufrió todas las clases de torturas que puede
imaginar la crueldad más refinada. En medio de los tormentos resplandecía en su
rostro y en sus palabras una tranquilidad tal, que parecía, dice San Agustín,
que el Vicente que hablaba fuese distinto del que sufría.
Anastasio, de nacionalidad persa, después de haber
sufrido varios tormentos, fue condenado a muerte por el rey Cosroes. Antes que a
él, se estranguló a otros 68 cristianos. Cuando le llegó su turno: "Esperaba",
dijo, "otro género de muerte más cruel; pero ya que Dios me llama a Él por un
camino tan fácil, no me costará nada el sacrificio de mi vida; le ruego sólo que
se digne aceptarlo".
MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES MOTIVOS QUE DEBEN MOVERNOS A PACIENCIA
I. Es menester sufrir en este mundo, porque el sufrimiento es
inevitable en esta vida. Somos hombres es decir, tenemos un cuerpo y un alma que
nos proporcionarán una infinidad de ocasiones de ejercer la paciencia: nuestro
cuerpo por sus flaquezas, nuestra alma por su ignorancia y sus pasiones. ¿Cómo
sufres tú las incomodidades de esta vida? ¿No te impacientas? Recuerda que eres
hombre, y que no está en tu poder el escapar a las tribulaciones.
II. Somos pecadores y en calidad de tales debemos soportar
pacientemente los sufrimientos, que son, por lo común, efectos de la justicia y
de la cólera de Dios. ¡Ah! ¡cuán agradable te resultarán las cruces si
consideras que has merecido el infierno! ¡Dios mío, hiéreme, castígame en
esta vida, con tal que me perdones en la otra! (San Agustín).
III. Eres cristiano y debes vivir la vida de Jesucristo, vale
decir, continuar su pasión en tu cuerpo. He ahí a lo que te obliga tu bautismo.
¿Has reflexionado en las distintas razones que tienes para soportar
pacientemente tus penas? ¿Habría algo capaz de afligirte si estuvieras realmente
persuadido de estas verdades? Puesto que es preciso sufrir necesariamente en
este mundo, suframos con paciencia, suframos con alegría, para hacernos dignos
de nuestro título de cristiano.
Orad por el Japón.
Señor, escuchad nuestros
humildes ruegos, a fin de que, por la intercesión de los bienaventurados
mártires Vicente y Anastasio, seamos librados de las iniquidades de que nos
reconocemos culpables. Por N. S. J. C. Amén.
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