25 de abril
SAN MARCOS,(*)
Evangelista
SAN MARCOS,(*)
Evangelista
Tú, entre tanto, vigila en todas las
cosas, soporta las
aflicciones, desempeña el oficio de evangelista,
cumple tu ministerio.
(2 Timoteo, 4, 5).
cumple tu ministerio.
(2 Timoteo, 4, 5).
San Marcos, discípulo e intérprete de San
Pedro, escribió el evangelio a ruego de los fieles de Roma y según las
enseñanzas que poseía de San Pedro en persona. Lo aprobó éste y ordenó su
lectura en las iglesias. Llevando, pues, su evangelio, partió San Marcos para
Egipto, y fue el primero que anunció a Jesucristo en la ciudad de Alejandría,
donde fundó una de las iglesias que más florecieron. Fue martirizado el día de
Pascua, mientras celebraba el Santo Sacrificio de la misa. Algunos días antes
un ángel le había mostrado su nombre escrito en el libro de la vida. Acaeció su
muerte alrededor del año 74 de la era cristiana.
I. El Evangelio es el testamento de Jesucristo,
el documento auténtico en el que nos manifiesta su voluntad. Nos instituye sus
herederos, a condición de que cumplamos fielmente sus mandamientos. Leamos,
pues, el Evangelio, no sea que los olvidemos. Meditemos las verdades eternas
que contiene; una sola, bien comprendida, bastaría para nuestra santificación.
II. El mundo también tiene su evangelio,
completamente opuesto al de Jesucristo. El Señor nos ordena despreciar las
riquezas y llevar nuestra cruz, y perdonar a nuestros enemigos; el mundo
aconseja buscar las riquezas, huir de la cruz, y vengarse de los enemigos.
Cristo recomienda la humildad y la mortificación; el mundo, buscar los honores
y los placeres. Examina qué espíritu te guía: ¿es el de Jesucristo o el del
mundo?
III. No trates de convencerte de que los
preceptos del Evangelio son para religiosos y no para laicos. No hay dos
Evangelios como no hay dos paraísos, uno de los cuales estaría destinado para
los religiosos que hacen penitencia, y el otro para los seglares que no hacen
nada para salvarse. Dios en su Evangelio habla para todos los cristianos;
cuando manda algo, todos están obligados a obedecerle. Aun debieras observar
todos sus consejos, en la medida en que te sea posible, porque sería despreciar
a Dios no seguir sus advertencias. Mas, ¡ay! los cristianos de nuestro tiempo
se contentan con creer en el Evangelio, sin tomarse el trabajo de practicarlo. Siempre tienen el Evangelio en los
labios, y su vida está en completo desacuerdo con el Evangelio. (San Cipriano).
La fe
Orad por la conversión de África.
Orad por la conversión de África.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis honrado a San Marcos
con el ministerio de la predicación del Evangelio, haced que siempre saquemos
fruto de sus enseñanzas y que nos proteja con sus oraciones. Por J. C. N. S.
- * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)