28 de abril
SAN VIDAL,*
Mártir
SAN VIDAL,*
Mártir
Entre los santos que derramaron su sangre
en las primeras persecuciones de la Iglesia, uno fue san Vidal, caballero muy
noble de Ravena y marido de Santa Valeria, y padre de Gervasio y Protasio, que
todos cuatro fueron ilustres mártires del Señor. Sucedió que habiendo apresado
los gentiles en Ravena a un cristiano, llamado Ursicino, de profesión médico,
le dieron muchos y atroces tormentos, los cuales él sufrió con grande
constancia y fortaleza ayudado de la gracia del Señor. Mas cuando se llegaba su
última hora y vio que el verdugo desenvainaba la espada y le vendaba los ojos,
comenzó (como hombre) a desmayar, y a perder el vigor que antes había tenido; y
estando ya para adorar a los falsos dioses, Vidal, que estaba presente en este
espectáculo, compadeciéndose de él, y juzgando que le corría obligación de
socorrerle en aquel conflicto, alzó la voz y públicamente dijo: «¿Qué es esto,
Ursicino? ¿qué dudas? ¿qué temes? Habiendo tú como médico dado salud a tantos
enfermos, ahora no aciertas a salvarte a ti mismo? Acuérdate que con esta
muerte que se acaba en un soplo, comprarás una vida bienaventurada que no tiene
fin. Fueron de tanta eficacia las palabras de Vidal que animaron de tal suerte
a Ursicino, que con gran alegría tendió el cuello al cuchillo y murió por
Cristo. San Vidal, no contento de haberle dado la vida del alma, por dar honra
a su cuerpo muerto con gran celo y fervor le hurtó y sepultó. El juez que se
llamaba Paulino, visto lo que Vidal había dicho y hecho, y entendiendo que era
cristiano, le amonestó blandamente que dejase aquélla nueva secta, y siguiese
la antigua religión de los romanos. Burlóse Vidal de las palabras de Paulino,
el cual le mandó luego atormentar en el ecúleo, donde fueron despedazadas sus
carnes y descoyuntados sus miembros, y probada su fe y su paciencia. Como todo
esto no bastase para trocarle y ablandar su pecho fuerte, ordenó que lo
llevasen al mismo lugar donde había sido ajusticiado Ursicino, y que hiciesen
en él una hoya muy grande, le echasen vivo en ella, y la llenasen de tierra y
piedra, lo cual ejecutaron a la letra los verdugos, y murió el glorioso mártir
ahogado y sepultado vivo, entregando con este linaje de cruel martirio su
triunfante espíritu al Criador. Consérvanse las sagradas reliquias de este
santo en un magnífico sepulcro de una iglesia que se le dedicó en Ravena, que
es uno de los templos más hermosos del mundo; parte de ellas se veneran en
Bolonia y en Praga.
REFLEXIÓN
Dio el bárbaro tirano contra san Vidal
aquélla sentencia de horrorosa muerte, a persuasión de un sacerdote de Apolo, en el cual luego que expiró el santo mártir, entró el demonio y le comenzó a
atormentar tan terriblemente, que daba gritos y decía: «¡Quémame, Vidal!
¡enciéndeme, Vidal! Y como padeciese siete días este tormento, no
pudiendo más sufrir el fuego interior que le abrasaba, se echó en un río y
se ahogó. Donde se ve el castigo del mal consejo que había dado aquel mal
hombre contra nuestro santo; el cual por el contrario, mereció la palma de los
mártires por el buen consejo que había dado a Ursicino ayudándole a morir por
el Señor. Procuremos pues aconsejar siempre cosas buenas y santas: ya que de
los buenos consejos podemos esperar la recompensa de Dios, y de los malos
consejos solo podemos esperar el daño y castigo, que no pocas veces recae aun
en esta vida sobre la cabeza de los que aconsejaron a otros lo que era
inicuo.
ORACIÓN
Suplicámoste, Señor todopoderoso, que los
que celebramos el nacimiento al cielo de tu bienaventurado mártir Vidal, seamos
por su intercesión fortificados en el amor de tu santo nombre. Por J. C.
N. S.
- * "FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA", Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.