15 de abril
SAN PEDRO GONZÁLEZ TELMO,*
Confesor
El bienaventurado y apostólico varón san Pedro
González,
llamado vulgarmente san Telmo, nació de padres nobles en la villa de
Fromesta, a cinco leguas de la ciudad de Palencia. Dióle el obispo, que
era tío
suyo, un canonicato, cuando aun no le sobraban los años, ni la gravedad y
asiento que para aquel ministerio
convenía, y procuró además que el Papa
le diese el decanato. Cuando Pedro González hubo de tomar la posesión,
que
fue el día de Pascua de Navidad, quiso el nuevo deán regocijar la
fiesta, no
como eclesiástico sin como lego y profano. Vistióse para aquel
día galana y profanamente, y salió con otros en un caballo brioso muy
bien aderezado por toda la ciudad,
desempedrando, como dicen, las calles a
carreras, con gran desenvoltura y escándalo del pueblo. Pero para que se
entiendan las maneras que Dios nuestro Señor toma para convertir las
almas y atraerlas a sí, partiendo desapoderamente por la calle más
principal de
Palencia, cayó el caballo en medio de la carrera y dio con el deán en un
lodo muy asqueroso, con harta risa de los que le vieron; porque cuando
fueron a
socorrerle, no había gala, ni vestido, ni rostro que diese muestra de lo
que
había sido. Fue tan grande la vergüenza que causó a Pedro González
aquella
caída, que no podía levantar la cabeza, ni le parecía que podría ya
vivir
entre gente, hombre a quien tal desgracia había acontecido. Alumbróle
Dios
al mismo tiempo el corazón; y hablando entre sí dijo: Pues el mundo me
ha
tratado como quien es, yo haré que no se burle otra vez de mí. Con esto,
vase a un
convento de santo Domingo, y con admiración de todos los que le
conocían, tomó
el hábito, y comenzó a vivir con tan grande perfección, que vino a ser
un
gran santo. Predicaba después con obras y palabras, y como ángel del
Señor; hablaba con tal fuerza de espíritu, que enternecía las piedras e
inflamaba
los corazones helados. Despoblábanse los lugares en su seguimiento y
muchas
leguas iban caminando por oírle viejos y mozos, hombres y mujeres, ricos
y
pobres: y con este celo y espíritu anduvo por los reinos de España y
estuvo
en la corte del santo rey don Fernando, y se halló con él en el cerco de
Sevilla y en otras guerras contra los moros. Pero donde el santo más
tiempo estuvo fue en Galicia, donde entre otras cosas hizo un puente
sobre el río
Miño, no lejos de Rivadavia, por los muchos peligros y muertes que
sucedían
en aquel paso. Finalmente, después de haber ganado para Cristo
innumerables
almas y resplandecido con muchos milagros, en el domingo de Cuasimodo,
dio en
la ciudad de Tuy su bendita alma al Señor, el cual manifestó la gloria
de su
siervo con doscientos ocho milagros bien conocidos.
REFLEXIÓN
Luego que murió san Telmo comenzó su sepultura
a manar una cierta manera de óleo, que fue celestial medicina para todas
las enfermedades; mas ha querido el Señor glorificarle particularmente
librando por su intercesión a los navegantes de gravísimas tempestades y
evidentes peligros. Por donde en los
puertos de España y
en los pueblos marítimos de ella se celebra su fiesta, sacando su imagen
en
procesión con mucha solemnidad y regocijo, especialmente en Lisboa, en
Vizcaya y en Guipúzcoa, donde es venerado san Telmo, nombre por el
cual le conocen los marineros, y le invocan en las tempestades y peligros del
mar.
ORACIÓN
Oh Dios, que manifiestas la singular protección
del bienaventurado Pedro a los que se hallan en los peligros del mar; concédenos
por su intercesión que brille siempre la luz de tu gracia en las tempestades de
esta vida, para que podamos arribar al puerto de la eterna salud. Por J. C. N. S.
*"FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA
CRISTIANA", Las
vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con
otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las
Oraciones litúrgicas de la Iglesia del P. Francisco de Paula Morell,
S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.