8 de enero
SAN EULOGIO DE CÓRDOBA,
Mártir
SAN EULOGIO DE CÓRDOBA,
Mártir
No resistas al que te maltrate; antes, si alguno  te
hiriere en la mejilla derecha, vuelve
también la otra.(Mateo, 5,39).
hiriere en la mejilla derecha, vuelve
también la otra.(Mateo, 5,39).
   Mientras se conducía a San Eulogio para  martirizarlo, recibió una bofetada; ofreció el santo la otra mejilla para  cumplir el consejo del Evangelio. Había antes dejado la espada para aceptar el  episcopado en lo más recio de la persecución, Resistió valerosamente al rey de  los moros. Se le amenazó con los azotes, pero él pidió que, más bien, se le  hiciese morir, pues los látigos eran tan impotentes para arrancarle la fe del  corazón como para separar su alma de su cuerpo. Se le hizo decapitar, en el año  859. 
MEDITACIÓN 
SOBRE LOS TRES GRADOS DE LA PACIENCIA 
   I. El primer grado de la paciencia consiste en  sufrir con resignación todo lo que nos acaece, sea de parte de Dios, sea por la  malicia de los hombres o por nuestra propia culpa. ¿Es así como sufres? El santo  varón Job soportó las mayores desgracias, repitiendo: El señor me había dado  todo, Él me quitó todo: bendito sea su santo nombre. Medita estas hermosas  palabras, repítelas en las aflicciones que te embarguen; no te inquietes, no  murmures contra tu prójimo. Has de cansar la malicia de tus enemigos con tu  paciencia. (Tertuliano).  
   II. El segundo grado es desear ardientemente  sufrir, y buscar las ocasiones para ello. Así, San Eulogio presentó la otra  mejilla para recibir una segunda bofetada, y pidió que se le hiciese morir . Así  es como tantos mártires anhelaron la muerte, como tantos penitentes buscaron el  padecer. ¿No es verdad, acaso, que el fin de todos tus esfuerzos es evitar el  sufrimiento? No te engañes, no hay otro medio para llegar al cielo que el de la  cruz; si existiese otro más corto y agradable, Jesucristo nos lo hubiera  enseñado.  
   III. El tercer grado de la paciencia es sufrir  con alegría. Los apóstoles se regocijaban en los trabajos y tribulaciones;  andaban llenos de gozo cuando habían sido reputados dignos de sufrir por  Jesucristo. "Regocijaos -decía Nuestro Señor- si el mundo os aborrece, porque me  ha aborrecido a mí antes que a vosotros". Qué bello espectáculo es para Dios  ver a un cristiano en lucha con el dolor. (Minucio Félix).  
La paciencia  
Orad por la conversión de los infieles. 
   Dios omnipotente, haced, os suplicamos, que  la intercesión del bienaventurado Eulogio, vuestro mártir, cuyo nacimiento al  cielo hoy celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo Nombre. Por J.  C. N. S. Amén.  
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