1 de noviembre
TODOS LOS SANTOS
Solemnidad
PRIMERA LECTURA
Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación,
razas, pueblos y lenguas
Lectura del libro del
Apocalipsis 7, 2-4. 9-13
Yo,
Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo.
Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al
mar, diciéndoles: «No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que
marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios.»
Oí
también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las
tribus de Israel.
Después,
vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas,
pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con
vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y
gritaban con voz potente
—
¡La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!
Y
todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los
cuatro vivientes, cayeron rostro a tierra ante el trono, y adoraron a Dios,
diciendo
—
Amén: La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor
y e1 poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Y
uno de los ancianos me dijo:
—
Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han
venido?
Yo
le respondí:
—
Señor mío, tú lo sabrás. El me respondió:
Estos
son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus mantos
en la sangre del Cordero.
Palabra
de Dios.
Salmo Responsorial Sal
23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Estos son los que buscan al Señor.
Del Señor es
la tierra y cuanto la llena,
el orbe y
todos sus habitantes él la fundó sobre los mares,
él la
afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede
subir al monte del Señor?
¿Quién puede
estar en el recinto sacro?
El hombre de
manos inocentes y puro corazón. R.
Ese recibirá
la bendición del Señor,
le hará
justicia el Dios de salvación. R.
SEGUNDA LECTURA
Veremos a Dios tal cual es
Lectura de la primera carta del
Apóstol San Juan 3, 1-3
Queridos
hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios,
pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a Él.
Queridos
ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos
que, cuando se manifieste, seremos semejantes a El, porque le veremos tal cual
es.
Todo
el que tiene esta esperanza en él, se hace puro como puro es él.
Palabra
de Dios.
Aleluya Mt
11, 28
Aleluya,
aleluya. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os
aliviaré, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Estad alegres y contentos
porque vuestra recompensa será grande en el cielo
Lectura del santo Evangelio según San
Mateo 5, 1-12a
En
aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se
acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándolos:
Dichosos
los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos
los sufridos, porque ellos heredarán la Tierra.
Dichosos
los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos
los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos
los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos
los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios».
Dichosos
los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
cielos.
Dichosos
vosotros cuando os insulten y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por
mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en
el cielo.
Palabra de
Dios.