viernes, 22 de noviembre de 2024

VIERNES DE LA TRIGÉSIMA TERCERA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Cogí el librito y me lo comí

Lectura del libro del Apocalipsis 10, 8-11

Yo, Juan, oí cómo la voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo diciendo: Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra.
Me acerqué al ángel y le dije: Dame el librito.
El me contestó: Cógelo y cómetelo; al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor.
Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca sabía dulce como la miel, pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago.
Entonces me dijeron: Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 14. 24. 72. 103. 111. 131
V/. Qué dulce al paladar tu promesa.
R/. Qué dulce al paladar tu promesa.


V/. Mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas. R/.


V/. Tus preceptos son mi delicia, tus decretos son mis consejeros. R/.


V/. Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata. R/.


V/. Qué dulce al paladar tu promesa: más que miel en la boca. R/.


V/. Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón. R/.


V/. Abro la boca y respiro, ansiando tus mandamientos. R/.



EVANGELIO
Habéis convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 19, 45-48

En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Escrito está: «Mi casa es casa de oración»; pero vosotros la habéis convertido en una «cueva de bandidos».
Todos los días enseñaba en el templo.
Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.

Palabra del Señor.