sábado, 29 de agosto de 2020

29 Agosto. MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA, memoria obligatoria


PRIMERA LECTURA
Que el Señor os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-13
Hermanos: En medio de todos nuestros aprietos y luchas, vosotros con vuestra fe nos animáis; ahora respiramos, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor.
¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? ¡Tanta alegría como gozamos delante de Dios cuando pedimos día y noche veros cara a cara y remediar las deficiencias de vuestra fe! .
Que Dios nuestro Padre y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a veros.
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos.
Y que así os fortalezca internamente; para que cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 89, 3-4. 12-13. 14 y 17
V/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.
R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

V/. Tú reduces al hombre a polvo, diciendo: «Retornad, hijos de Adán»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó, una vela nocturna. R/.

V/. Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R/.

V/. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.



EVANGELIO
Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista
+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 17-29
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
-«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró:
-«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre:
-«¿Qué le pido?»
La madre le contestó:
-«La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
-«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra del Señor.