PRIMERA
LECTURA
Era la
apariencia visible de la Gloria del Señor
Lectura del Profeta Ezequiel 1, 2-5.
24 - 2, 1a
El
año quinto de la deportación del rey Joaquín, el día cinco del mes cuarto, vino
la palabra del Señor a Ezequiel, hijo de Buzí, sacerdote, en tierra de los
caldeos, a orillas del río Quebar.
Entonces
se apoyó sobre mí la mano del Señor, y vi que venía del norte un viento huracanado,
una gran nube y un zigzagueo de relámpagos. Nube nimbada de resplandor, y entre
el relampagueo como el brillo del electro.
En
medio de éstos aparecía la figura de cuatro seres vivientes; tenían forma
humana.
Y
oí el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del
Todopoderoso, cuando caminaban; griterío de multitudes como estruendo de
tropas; cuando se detenían, abatían las alas. También se oyó un estruendo sobre
la plataforma que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, abatían las
alas.
Y
por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, había una especie de
zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una figura que
parecía un hombre. Y vi un brillo como de electro (algo así como fuego lo enmarcaba)
de lo que parecía su cintura para arriba, y de lo que parecía su cintura para
abajo vi algo así como fuego. Estaba nimbado de resplandor. El resplandor que
lo nimbaba era como el arco que aparece en las nubes cuando llueve.
Era la
apariencia visible de la Gloria del Señor.
Al
contemplarla, caí rostro en tierra.
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 148,
1-2. 11-12ab.
12c-14a. 14bcd
R.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
O bien:
Aleluya.
Alabad al
Señor en el cielo,
alabad al
Señor en lo alto;
alabadlo,
todos sus ángeles,
alabadlo,
todos sus ejércitos. R.
Reyes y
pueblos del orbe,
príncipes y
jefes del mundo;
los jóvenes
y también las doncellas,
los viejos
junto con los niños. R.
Alaben el
nombre del Señor,
el único
nombre sublime.
Su Majestad
sobre el cielo y la tierra. R.
El acrece el
vigor de su pueblo.
Alabanza de
todos sus fieles,
de Israel,
su pueblo escogido. R.
EVANGELIO
Lo matarán,
pero resucitará. Los hijos están exentos de impuestos
+ Lectura del santo Evangelio según
San Mateo 17, 22-27
En
aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les
dijo Jesús:
–Al
Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero
resucitará al tercer día.
Ellos
se pusieron muy tristes.
Cuando
llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se
acercaron a Pedro y le preguntaron:
–¿Vuestro
Maestro no paga las dos dracmas?
Contestó:
–Sí.
Cuando
llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
–¿Qué
te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a
sus hijos o a los extraños?
Contestó:
–A
los extraños.
Jesús
le dijo:
–Entonces,
los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago,
echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una
moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.
Palabra del
Señor.