sábado, 3 de enero de 2015

3 ENERO. SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

PRIMERA LECTURA 
Manteneos unánimes y concordes
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-11

Hermanos:

Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por envidia ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda  lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 8, 4-5. 6-7. 8-9

V/. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
R/. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? 


R/. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies. 


R/. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. 


R/. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Aleluya Mt 1, 21
La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo; 

dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús.
EVANGELIO
Le pusieron por nombre Jesús
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 21-24

Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Palabra del Señor.