Cuando hubiereis hecho todo lo que
se os ha mandado, decid:
Siervos inútiles somos;
lo que hemos debido hacer, eso hicimos.
(Lucas. 17, 10)
se os ha mandado, decid:
Siervos inútiles somos;
lo que hemos debido hacer, eso hicimos.
(Lucas. 17, 10)
San Evaristo, cuarto sucesor de San
Pedro, gobernó la Iglesia durante cerca de ocho años. Se refiere que era hijo
de un judío de Belén. Murió hacia el año 107 y recibió sepultura en el
Vaticano, junto a San Pedro.
I. No te gloríes ni de las riquezas
ni de los honores, porque ellos no te hacen más virtuoso y con mucha frecuencia
contribuyen a hacerte más malo. No te enorgullezcas de tus cualidades
naturales, de tu nobleza, de tu belleza, de tu inteligencia. ¿Qué tienes tú que
no hayas recibido de Dios y sin mérito alguno de tu parte? La muerte te
arrebatará todos esos bienes; no mirará Dios sino las buenas obras que hayas
practicado, y el buen uso que hayas hecho de los talentos que Él te ha
deparado.
II. Ninguna razón tienes para estar
orgulloso de tu ciencia. ¿Qué sabrías tú si Dios no te hubiese dado la
inteligencia? Mucho aprendiste con tus trabajos y vigilias; sabe sin embargo
que ignoras infinitamente más de lo que sabes, y humíllate: ¡el menor de los
demonios es más sabio que tú! La más hermosa de todas las ciencias es el
conocimiento de tu nada. La humildad es la fuente y el principio de la
filosofía más sublime. (San Crisóstomo).
III. Guárdate de enorgullecerte de las
gracias que hayas recibido, o de las virtudes que hayas adquirido. El que se
gloría de su virtud no es virtuoso, pues la humildad es el fundamento de todas
las virtudes. Imita pues a los santos, no para atraerte alabanzas, sino para
cumplir tu deber. En fin, conoce tu bajeza, tu malicia y tus pecados, y serás
humilde. Toda la humildad consiste en conocerse a sí mismo. (San Agustín).
La humildad
Orad por el Colegio.
Orad por el Colegio.
ORACIÓN
Pastor eterno, considerad con
benevolencia a vuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestro
bienaventurado mártir y Soberano pontífice Evaristo, a quien constituisteis
pastor de toda la Iglesia. por J. C. N. S. Amén.
* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II. (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)