Como vosotros no sois del mundo, sino
que os entresaqué yo del mundo,
por eso el mundo os aborrece.
(Juan, 15, 19)
que os entresaqué yo del mundo,
por eso el mundo os aborrece.
(Juan, 15, 19)
San Simón, de Caná en Galilea, y San Judas Tadeo, hijos de María de Cleofás y primos
de Jesús, fueron a predicar el Evangelio, uno a Egipto, el otro a Mesopotamia.
Después de treinta años de trabajos apostólicos, fueron llamados a Persia, en
donde convirtieron a gran número de paganos. Las imágenes del sol y de la luna
se quebraron cuando ellos lo ordenaron, y los demonios salieron de sus templos
y emprendieron la fuga bajo la forma de negros etíopes. Los paganos, excitados
por dos magos, se arrojaron sobre los santos apóstoles y los masacraron. Los
instigadores del crimen perecieron fulminados por un rayo.
I. Dios llama a su servicio a los
que Él ama; los separa del mundo, como hizo con estos dos apóstoles, hijos de
María de Cleofás, prima de la Santísima Virgen. Jesús amaba particularmente a
estos dos hermanos, gracias, sin duda, a la intercesión de Maria en su favor.
Dios sólo es quien nos llama a su servicio, mas, ¡cuántas almas deben su
vocacion a la Santísima Virgen! Renunciemos al mundo, y seremos más grandes que sus
honores y que toda su gloria. (San Cipriano).
II. El mundo persiguió a estos dos
apóstoles y les dio muerte, porque disipaban sus tinieblas con la luz del
Evangelio. Hombres apostólicos: la persecución será siempre vuestra parte.
Vosotros aborrecéis al mundo, no os asombréis de que él os pague con la misma
moneda. Regocijaos, porque cuanto más disgustéis a los hombres, más agradaréis
al Señor. El mundo ama sólo a los que se le parecen.
III. Las amenazas, las calumnias, los
tormentos y la muerte no fueron suficientes para detener el celo de los dos
ilustres hermanos. El mundo se esforzará por hacer fracasar todo lo que
emprendáis por amor a Dios; pero no os dejéis abatir: avanzad, Dios os hará
triunfar contra todos los obstáculos. No busquemos agradar a los hombres,
alegrémonos más bien de disgustar a aquellos a quienes Dios mismo ha
disgustado. (San Paulino).
El desprecio del mundo
Orad por la conversión de la India.
Orad por la conversión de la India.
ORACIÓN
Oh Dios, que os servisteis de los
bienaventurados apóstoles Simón y Judas Tadeo para conducirnos al conocimiento
de vuestro santo Nombre, haced que celebremos su gloria eterna avanzando en la
virtud, y que avancemos en la virtud celebrando su gloria. Por J. C. N.
S. Amén.