Alegraos con la esperanza, sed pacientes
en la tribulación, perseverad en la oración.
(Rom., 12, 12).
(Rom., 12, 12).
Vicente sufrió todas las clases de torturas
que puede imaginar la crueldad más refinada. En medio de los tormentos
resplandecía en su rostro y en sus palabras una tranquilidad tal, que parecía,
dice San Agustín, que el Vicente que hablaba fuese distinto del que sufría.
Anastasio, de nacionalidad persa, después de
haber sufrido varios tormentos, fue condenado a muerte por el rey Cosroes.
Antes que a él, se estranguló a otros 68 cristianos. Cuando le llegó su turno:
"Esperaba", dijo, "otro género de muerte más cruel; pero ya que
Dios me llama a Él por un camino tan fácil, no me costará nada el sacrificio de
mi vida; le ruego sólo que se digne aceptarlo".
MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES MOTIVOS
QUE DEBEN MOVERNOS A PACIENCIA
SOBRE LOS TRES MOTIVOS
QUE DEBEN MOVERNOS A PACIENCIA
I. Es menester sufrir en este mundo,
porque el sufrimiento es inevitable en esta vida. Somos hombres es decir,
tenemos un cuerpo y un alma que nos proporcionarán una infinidad de ocasiones
de ejercer la paciencia: nuestro cuerpo por sus flaquezas, nuestra alma por su
ignorancia y sus pasiones. ¿Cómo sufres tú las incomodidades de esta vida? ¿No
te impacientas? Recuerda que eres hombre, y que no está en tu poder el escapar
a las tribulaciones.
II. Somos pecadores y en calidad de tales
debemos soportar pacientemente los sufrimientos, que son, por lo común, efectos
de la justicia y de la cólera de Dios. ¡Ah! ¡cuán agradable te resultarán las
cruces si consideras que has merecido el infierno! ¡Dios mío, hiéreme, castígame en
esta vida, con tal que me perdones en la otra! (San Agustín).
III. Eres cristiano y debes vivir la vida
de Jesucristo, vale decir, continuar su pasión en tu cuerpo. He ahí a lo que te
obliga tu bautismo. ¿Has reflexionado en las distintas razones que tienes para
soportar pacientemente tus penas? ¿Habría algo capaz de afligirte si estuvieras
realmente persuadido de estas verdades? Puesto que es preciso sufrir
necesariamente en este mundo, suframos con paciencia, suframos con alegría,
para hacernos dignos de nuestro título de cristiano.
La alegría en los sufrimientos
Orad por el Japón.
Orad por el Japón.
ORACIÓN
Señor, escuchad nuestros humildes
ruegos, a fin de que, por la intercesión de los bienaventurados mártires
Vicente y Anastasio, seamos librados de las iniquidades de que nos reconocemos
culpables. Por N. S. J. C. Amén.
- * Santoral de Juan Esteban
Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)