9 de julio
SAN ZENÓN, Mártir
SAN ZENÓN, Mártir
Muchos son los llamados, mas pocos los elegidos.
(Mateo, 20,16).
(Mateo, 20,16).
Si la conversión de un pecador es
para los ángeles motivo de alegría, qué júbilo no habrán experimentado
viendo a Zenón en el cielo, acompañado de esa multitud inmensa de
cristianos que con él sufrieron el martirio. Esos soldados de Jesucristo
animábanse unos a otros a sufrir generosamente por la causa de su Dios;
hubiérase dicho que marchaban a un triunfo y no a un combate. Ninguno
temía los tormentos; todos pedían a Dios constancia, para sí mismos y
sus compañeros.
I. Nos asemejamos a quienes frecuentamos; hacemos lo que vemos
hacer, sin preocuparnos de si tal es la voluntad de Dios. Concluye de
ahí que tu salvación depende, en gran parte, de aquellos con quienes
vives. Si tienes ante los ojos ejemplos de virtud, practicarás la
virtud; si tienes malos ejemplos, obrarás el mal. Oh Dios mío, decía San
Bernardo, cuán agradecido estoy de que me hayáis separado
del mundo. Este claustro, esta celda, esta casa, hermanos míos, todo lo
que veo me lleva a la devoción.
¡Oh siglo perverso, donde se tiene vergüenza de no
ser perverso con los perversos! (San Agustín).
II. Considera las virtudes de
aquellos a quienes frecuentas y, a
ejemplo de Zenón, imita lo que haya de más perfecto en cada uno de
ellos. Admiras la modestia en uno, la humildad en otro, la caridad, la
mortificación: haz como la abeja, que elige lo mejor que hay en cada flor para elaborar su miel. ¿No haces lo contrario? ¿No imitas el mal que ves que los
demás cometen?
III. No
hay reunión de hombres, por santa y perfecta que sea, que no contenga
algo imperfecto. No hagas lo que censurarías en otro; y cuando notes
alguna imperfección en alguno de tus
hermanos, mira si no tienes los mismos defectos. En una palabra, no
mires las faltas de los demás, sino piensa más bien
en corregirte tú mismo. Ignóranse los propios defectos mientras se consideran los ajenos. (San Bernardo).
La huida de las malas compañías
Orad por los que están
en peligro de ofender a Dios
Orad por los que están
en peligro de ofender a Dios
ORACIÓN
Haced, os lo suplicamos, Dios omnipotente, que la intercesión del
bienaventurado Zenón, vuestro mártir, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos
fortifique en el amor de Vuestro augusto Nombre. Por J. C. N. S. Amén.