viernes, 18 de julio de 2025

SANTA SINFOROSA, y SUS SIETE HIJOS, Mártires

18 de julio
SANTA SINFOROSA Y SUS SIETE HIJOS,
  Mártires
 

    Santa Sinforosa fue una matrona romana,  mujer,  cuñada, y madre de mártires. Su esposo, san Getulio, que era tribuno militar, murió mártir en la época de Adriano. Este matrimonio tenía siete hijos varones cuyos nombres conserva la tradición: Crescencio, Juliano, Nemesio, Primitivo, Justino, Estacteo y Eugenio.
   La familia vivió en Roma un tiempo, yendo y viniendo a las propiedades que el padre de familia, el tribuno Getulio -llamado también Zotico-, tenía en Tívoli. Dios les ha dado siete hijos; son familia cristiana y, en una casa bien dispuesta, llenan las horas del día viviendo en paz y armonía entre trabajos y aprendizajes mezclados con juegos, gritos y rezos.
   El supersticioso emperador Adriano se ha convertido en un perseguidor cruel de los cristianos. Entre otros muchos, aprisiona a Getulio y a Amancio, su hermano, también militar. Prisioneros primero, acaban siendo decapitados en la orilla del Tiber.

VIERNES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Mataréis un cordero al atardecer; cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros
Lectura del libro del Éxodo 11, 10—12, 14
En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su tierra.
Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: 
—Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: el diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. No comeréis de ella nada crudo, ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y tripas. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y si sobra algo, lo quemaréis; Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto.
Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis.
Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera al país de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros y lo celebraréis como fiesta en honor del Señor, de generación en generación.
Decretaréis que sea fiesta para siempre.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
V/. Alzaré el cáliz de la salvación, invocando el nombre del Señor.
R/. Alzaré el cáliz de la salvación, invocando el nombre del Señor.

V/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Alzaré el cáliz de la salvación, invocando su nombre. R/.

V/. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
Siervo tuyo soy, hijo de tu esclava, rompiste mis cadenas. R/.

V/. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos, en presencia de todo el pueblo. R/.



EVANGELIO
El Hijo del Hombre es señor del sábado
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 12, 1-8
Un sábado de aquellos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron: Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.
Les replicó: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa.
Porque el Hijo del Hombre es señor del sábado.
Palabra del Señor



jueves, 17 de julio de 2025

SAN ALEJO, Confesor



17 de julio
SAN ALEJO,

Confesor


Quienquiera haya dejado casa o hermanos,
o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos,
o heredades, por causa de mi nombre, recibirá
el ciento por uno y poseerá la vida eterna. 
 
(Mateo, 19,29).

   San Alejo dejó a su esposa el mismo día de su casamiento, y se retiró a la ciudad de Édesa, donde distribuyó sus bienes entre los pobres y mendigó por espacio de 17 años, hasta que sus milagros lo dieron a conocer. Embarcóse entonces para Sicilia; pero una tempestad lo arrojó al puerto de Ostia. Recibido como extraño en la casa de su padre, vivió en ella 17 años, desconocido de todos, sufriendo las afrentas de sus propios sirvientes, y oyendo a toda hora los lamentos con que lo recordaban sus padres y su esposa. Una esquela que se encontró con él después de su muerte, dio a conocer su nombre y la historia de su vida. Murió en los comienzos del siglo V.

JUEVES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Soy el que soy. «Yo Soy» me envía a vosotros
Lectura del libro del Éxodo 3, 13-20
En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó: 
—Mira, yo iré a los israelitas y les diré: el Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros.
Si ellos me preguntan cómo se llama este Dios, ¿qué les respondo?
Dios dijo a Moisés: «Soy el que soy». Esto dirás a los israelitas: «Yo Soy» me envía a vosotros.
Dios añadió: 
—Esto dirás a los israelitas: el Señor Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación.
Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: El Señor Dios de vuestros padres se me ha aparecido, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, y me ha dicho: os estoy observando a vosotros y cómo os tratan en Egipto. He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel.
Ellos te harán caso; y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le dirás: El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios.
Yo sé que el rey de Egipto no os dejará marchar ni a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en medio de él, y entonces os dejará marchar.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 104, 1 y 5. 8-9. 24-25. 26-27
V/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

V/. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R/.

V/. Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos.
A éstos les cambió el corazón para que odiasen a su pueblo, y usaran malas artes con sus siervos. R/.

V/. Pero envió a Moisés su siervo, y a Aarón su escogido: que hicieron contra ellos sus signos, prodigios en la tierra de Cam. R/.


EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Palabra del Señor

miércoles, 16 de julio de 2025

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN



16 de julio
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN*


Jesús dijo a su Madre: He ahí a tu hijo; 
y, en seguida, al discípulo: He ahí a tu Madre.
(San Juan, 19, 26-27)

   Es una piadosa creencia que aquellos que llevan el escapulario de la Virgen del Carmen serán preservados del infierno, y que si rezan las oraciones prescritas serán liberados del purgatorio el sábado siguiente al día de su muerte. Este escapulario representa en pequeño el escapulario que la Santísima Virgen en persona dio a Simón Stock, religioso carmelita inglés. La fiesta de este día ha sido establecida para recordar este gran beneficio acordado por la Madre de Dios, y excitar a los fieles a aprovecharlo.

MEDITACIÓN SOBRE EL ESCAPULARIO

   I. Un buen servidor tiene a honra vestir la librea de su señor: debemos tener como un honor el llevar la librea de la Reina del Cielo. ¿Qué gloria, después de aquella de servir a Dios, puede compararse a la de ser servidores e hijos de María? ¡Y cuán generosa es esta buena Madre para con los cristianos que la honran! Aun por los menores homenajes, Ella concede los favores más grandes. (San Andrés de Creta)

   II. Pero, para gozar de las gracias anexas al escapulario, hay que llevarlo piadosamente. Y la primera condición para ello, es estar en gracia de Dios. ¿Cómo  gozar de los favores de María, si se es enemigo de Jesús? ¿No sucederá que, a veces, nos prevalemos del escapulario para pecar más libremente, so pretexto de que los que lo llevan no podrían condenarse? ¡Qué indignidad prevalerse de la protección de la Madre para ofender al Hijo! ¡Ah! si estamos en pecado mortal, gimamos al menos por nuestro estado, aspiremos a salir de él, imploremos la ayuda de Aquélla a quien la Iglesia llama refugio de los pecadores. Ella rogará por nosotros y nos devolverá a la amistad con Dios: porque su poder y clemencia sobrepujan incomparablemente la multitud de nuestros pecados. (San Jorge de Nicomedia).

   III. Es preciso también, si se quiere participar de todas las ventajas del escapulario, recitar las oraciones y cumplir las buenas obras que se te han asignado cuando fuiste recibido en la Cofradía. ¡Nos imponemos mil sacrificios cuando se trata de preservarnos contra la miseria; y, para escapar de las llamas del purgatorio, retrocedemos ante algunas oraciones que debemos rezar, ante algunas mortificaciones que debemos hacer! ¡Cuánto arrepentimiento deben experimentar, tardío e inútil, en el purgatorio, las almas que no han sido suficientemente fieles a estas prácticas! Prevengamos esos arrepentimientos tardíos e inútiles, y sintámonos dichosos de poder abreviar a tan poco costo, un suplicio tan horrible.

La devoción al escapulario 
-Orad
por la Cofradía de la Virgen del Carmen.

ORACIÓN
   Señor, que habéis honrado a la Orden del Carmelo con el glorioso título de la Bienaventurada Virgen María, vuestra Madre, dignaos concedernos, hoy que celebramos solemnemente su memoria, la gracia de llegar, por su protección, a la beatitud eterna. Por J. C. N. S. Amén.

   


  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo III, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982

MIÉRCOLES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
El ángel del Señor se apareció en una llamarada entre las zarzas
Lectura del libro del Éxodo 3, 1-6. 9-12
En aquellos días, pastoreaba Moisés el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.
El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo: 
—Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: 
—Moisés, Moisés.
Respondió él: 
—Aquí estoy.
Dijo Dios: 
—No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.
Y añadió: 
—Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.
Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios.
Y el Señor le dijo: 
—El clamor de los israelitas ha llegado a mi y he visto cómo los tiranizan los egipcios.
Y, ahora, marcha, te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los israelitas.
Moisés replicó a Dios: 
— ¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?
Respondió Dios: 
—Yo estoy contigo; y ésta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en esta montaña.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 102, 1-2. 3-4. 6-7
V/. El Señor es compasivo y misericordioso.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

V/. Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.

V/. El perdona todas tus culpas, y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.



EVANGELIO
Has escondido estas cosas a los sabios, y se las has revelado a la gente sencilla
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla.
Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Palabra del Señor



martes, 15 de julio de 2025

SAN BUENAVENTURA, Obispo, Confesor y Doctor

15 de julio  
SAN BUENAVENTURA,
Obispo, Confesor y Doctor
He venido a poner fuego en la tierra,
y
¿qué he de desear sino que arda?
(Lucas, 12, 49).


   San Buenaventura, gloria y ornato de la Orden de San Francisco, ha sido llamado Doctor seráfico a causa de su profunda ciencia y de su ardiente caridad. El recuerdo de la Pasión de Jesucristo era el tema ordinario de su meditación, y la devoción especial que tenía al Santísimo Sacramento le hizo merecer el honor de recibir la Comunión de manos de un ángel. Murió en 1274, durante el concilio de Lyon, en el cual había intervenido brillantemente como obispo de Albano.