MEDITACIÓN PARA CADA DÍA
DÍA 1
EL SAGRADO CORAZÓN,
MODELO DE AMOR
EL SAGRADO CORAZÓN,
MODELO DE AMOR
¿Qué motivos han inducido al buen
Jesús a darnos su Sagrado Corazón? Sólo por motivos de amor. Porque nos amó
se hizo hombre, porque nos amó sufrió Pasión y muerte, porque nos amó quiso
quedarse en la Eucaristía, porque nos amó se dignó manifestarnos en estos
últimos tiempos las riquezas de su adorable Corazón.
¿Y a quién amó? A criaturas ingratas y
culpables, indignas de ocupar uno solo de sus pensamientos. Nos vio como
éramos, pobres, infelices, llenos de corrupción y de pecados. Por nuestra
suma miseria nos amó. ¡Oh amor tiernísimo del Corazón de Jesús!
¿Y cómo nos amó? No como aman los
hombres, ni como aman los Ángeles, ni como ama la misma Virgen María. Nos amó
como sólo puede amar El; con amor eterno, infinito, divino, amor del Corazón
de un Dios.
¡Oh Pobre corazón mío! ¡Qué nobleza la
tuya! Has sido amado a pesar de tu miseria por el Corazón de todo un Dios!
¿Conoces ¡oh hombre! hasta qué punto te ha engrandecido Dios, haciéndote
objeto de su amor?
Medítese unos minutos,
II
¿Y qué pide el Corazón de Jesús en
cambio de este amor? No pide nuestra vida, nuestra salud ni nuestras
riquezas. Pide sólo el amor de nuestro corazón. Pide sólo ser amado, no como
merece El, sino como podemos amar nosotros con nuestro pobrecito corazón. Con
una gotita del nuestro se contenta Él, a trueque del océano que nos da
del suyo.
Tengo sed, clama desde este sagrario,
como desde la cruz. Tengo sed de vuestro amor. ¡Ah! ¡hermanos míos! ¡amigos
míos! ¡no nos hagamos los sordos a este grito amoroso del Corazón de Jesús!
¡Amemos al Sagrado Corazón!
¿Y cómo se le ama? Se le ama guardando
su ley, procurando seguir sus inspiraciones, buscándole amigos que le
quieran, ganándole almas que un día sean con El dichosas, evitándole
injurias y menosprecios, desagraviándole por ellos. Así se aman los hombres
unos a otros. Así debemos amar a Jesús.
¿Qué haces tú por aquel padre, por
aquella esposa, por aquel hermano, por aquel amigo a quien amas tanto? ¿Cómo
les hablas? ¿Cómo les sirves? ¿Cómo les contentas? Pues bien; haz lo mismo
con el Corazón de tu buen Jesús, y estará satisfecho de ti.
¡Ay de ti si no le amas por lo menos de
esta suerte! ¡Infeliz! Deberás aborrecerlo por toda la eternidad.
Medítese y pídase la gracia
particular.
Oración y Acto de Consagración |