No hay más que un Dios, Padre de todos,
que está sobre todos, que obra por todos, que está en todos.
(Efesios, 4, 6).
que está sobre todos, que obra por todos, que está en todos.
(Efesios, 4, 6).
Eran
dos hermanos: Donaciano, el menor, convirtió a la fe a su hermano mayor. El
tirano los hizo encarcelar, y como los
amenazase con hacerlos morir: Los tormentos que Dios te prepara en el
infierno, dijo Donaciano, son infinitamente más crueles que aquellos
con que nos amenazas. Rogaciano, instado a que adorase a los ídolos: No me
atrevo, dijo, a adorar lo que está por debajo de mí; estos ídolos
no son sino metal, sin vida y sin alma. Los dos fueron decapitados en
Nantes, hacia el año 300.
I. Dios es nuestro Padre; tiene más amor por nosotros que nuestros mismos padres, pues estos se
contentan a menudo con procurarnos los bienes de la tierra, y Dios nos quiere
poner en posesión de los bienes del cielo. Es un Padre omnipotente, nos puede
hacer bien; es infinitamente bueno, quiere hacérnoslo. ¿Qué confianza
tenemos en su bondad? ¡Ah! Padre mío, he pecado contra ti, no soy digno de ser
llamado hijo tuyo.
II. Si Dios es el Padre de todos los hombres, todos los
hombres son hermanos, y cada uno debe tener para con su prójimo una caridad
verdaderamente fraternal. Los reyes y los súbditos, los pobres
y los ricos son hijos de un mismo Padre, y herederos
de un mismo reino. A nadie desprecies, pues, ama a todos los hombres como a
hermanos tuyos. Aquellos que te parecen despreciables acaso tengan una parte
mejor que tú en la herencia del Padre celestial.
III. En todas tus necesidades, acuérdate de que
Dios es tu Padre, ten confianza en Él: Él puede y quiere aliviar tus miserias.
Si te ha dado bienes en abundancia, sabe que es para que hagas partícipes de
ellos a los pobres, que son tus hermanos. Acuérdate que este Padre está en el
cielo, y que no es aquí en la tierra donde quiere darte su herencia. En tus
aflicciones reconoce la mano de tu Padre. Que castigue Dios cuanto quiera,
Él es nuestro Padre; si nos aflige y nos abate, es todavía nuestro Padre. (San
Agustín).
La caridad
Orad por
acrecentamiento de la caridad.
ORACIÓN
Haced, Os lo suplicamos, oh Dios omnipotente,
que la intercesión de vuestros mártires Santos Donaciano y Rogaciano, cuyo
nacimiento al cielo celebramos, nos libre de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S. Amén.
Santoral
de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION,
Buenos Aires, 1982)