15 de diciembre
Acuérdate de dónde has caído;
haz penitencia y vuelve a tus primeras obras.(Apocalipsis, 2, 5).
haz penitencia y vuelve a tus primeras obras.(Apocalipsis, 2, 5).
   San Mesmín entró en el monasterio de Micy, 
cerca de Orléans, del que fue más tarde el segundo Abad. Con el correr del 
tiempo había de dejarle su nombre: hoy se llama San Mesmín. En muchedumbre iba 
la gente tras él para formarse en la perfección cristiana. Los señalados 
milagros que Dios obró por su intermedio aumentaron aun más su reputación de 
santidad. Murió recomendando la caridad a sus religiosos, el 15 de diciembre del 
año 520. 
 
   I. Hay algunos que se dan a Dios desde 
su tierna juventud, y que parece hubieran bebido la piedad con la leche. Dichoso 
aquél que lleva el yugo del Señor desde su adolescencia, porque el hábito de 
practicar la virtud trócase para él en una segunda naturaleza. Da a Dios las 
primicias de tu vida, desde muy temprano hazle el sacrificio de ti mismo; tu 
cruz te parecerá más ligera a medida que tengas más edad. 
 
   II. Existen otras personas que dan al mundo la 
flor de su vida y que, después de haber experimentado la vanidad de sus 
placeres, se disgustan de ellos y se dan a Dios. Si estás entre éstos, llora con 
la amargura de tu alma los años que sacrificaste al mundo; con fervor debes 
suplir el poco tiempo que te queda. Si todavía no has comenzado a servir a Dios 
apúrate a hacerlo: comienza desde hoy, porque Dios ha pro metido el perdón al 
arrepentido, pero no ha prometido  el mañana al pecador que aplaza su 
penitencia. (San Agustín). 
 
   III. En fin, hay personas que, al comienzo de 
su conversión, son todo fuego para los ejercicios de pie- dad pero poco a poco 
su celo se enfría y terminan por volver a sus antiguos placeres. Si por 
desgracia fueras tú uno de éstos, compara, por favor, las dulzuras y la 
tranquilidad de que gozabas en aquel entonces, con la turbación y los 
remordimientos que te inquietan ahora. Piensa en los motivos que te habían 
excitado al servicio de Dios: las mismas causas producirán los mismos 
efectos. 
 
La penitencia 
Orad por la conversión de los herejes. 
ORACIÓN 
 
   Señor, que la intercesi6n del 
bienaventurado Mesmín, abad, nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de 
que obtengamos por sus oraciones lo que no podemos esperar de nuestros méritos. 
Por J. C. N. S. Amén. 
 
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Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo IV, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)
