miércoles, 29 de febrero de 2012
MIÉRCOLES I SEMANA CUARESMA
MIÉRCOLES
PRIMERA LECTURA
Los ninivitas se
convirtieron de su mala vida
Lectura de la profecía de Jonás 3, 1-10
Vino
la palabra del Señor sobre Jonás:
–
«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te
digo.»
Se
levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad,
tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y
caminó durante un día, proclamando:
–
«¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron
en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y
pequeños.
Llegó
el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de
saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a
Nínive:
«Hombres
y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, no pasten ni beban; vístanse de
saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada
cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se
compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos.»
Y
vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se
arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la
ejecutó.
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 12-13. 18-19 (R.: 19 b)
R. Un
corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias.
Misericordia,
Dios mío, por tu bondad,
Por tu
inmensa compasión borra mi culpa;
lava del
todo mi delito,
limpia mi pecado. R.
Oh Dios,
crea en mí un corazón puro,
renuévame
por dentro con espíritu firme;
no me
arrojes lejos de tu rostro,
no me quites
tu santo espíritu. R.
Los
sacrificios no te satisfacen:
si te
ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi
sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón
quebrantado y humillado,
tú no lo
desprecias. R.
Versículo
antes del evangelio J1 2, 12-13
Ahora
–oráculo del Señor– convertíos a mí de todo corazón,
porque soy
compasivo y misericordioso.
EVANGELIO
A esta generación no se le
dará más signo que el signo de Jonás
+ Lectura
del santo evangelio según san Lucas 11, 29-32
En
aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
–
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará
más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de
Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
Cuando
sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y
hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para
escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando
sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los
condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay
uno que es más que Jonás.»
Palabra del
Señor.
martes, 28 de febrero de 2012
SAN ROMÁN Y SAN LUPICINO, Abades
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28 de febrero
Haced penitencia, porque está cerca
el reino de los cielos ,
(Mateo, 3,2).
el reino de los cielos ,
(Mateo, 3,2).
San Román se había retirado, con su hermano Lupicino, al monte Jura, para hacer penitencia. Fue allí tan cruelmente tentado y atormentado por el demonio, que abandonó el yermo para volver al mundo; mientras lo hacía dio en el camino con una dama venerable que lo exhortó a la perseverancia. Volvió sobre sus pasos, y permaneció en esa soledad durante el resto de su vida, atrayendo a ella a muchos santos varones. Murió hacia el año 460. Sobrevivióle su hermano unos 20 años.
I. Haz penitencia; ¿acaso no eres un
pecador? y ¿qué más necesario para un pecador que la penitencia? ¿Por qué
diferirla de hoy a mañana? El reino de los cielos está cerca; acaso mueras
pronto, y si no pagaste tus deudas, ¿qué harás? ¿Qué mortificaciones hiciste? Te
quieres convencer de que se ha de dejar la penitencia para los que se metieron
en un convento; y yo te digo que las personas de mundo la necesitan más que los
religiosos, porque más caen en pecado.
II. Pero, ¿cómo hacer Penitencia? Has
abandonado a Dios para amar a las creaturas; desásete de las creaturas para amar
sólo a Dios. Castiga tu cuerpo con austeridades, pues ofendió a Dios con el
pecado. No te engañes en esto, la penitencia debe afligirte; debe arrancarte, si
es posible, suspiros del corazón y lágrimas de tus ojos, por no decir sangre, de
tus venas.
III. Persevera en este áspero ejercicio hasta
el fin de tu vida. Estuvo San Román a punto de perder el fruto de sus trabajos
por no haber tenido coraje para atacar desde un principio, y vencer, las
dificultades que encontraba en la penitencia. ¡Cuán agradables te resultarán
esos esfuerzos y sufrimientos si de tiempo en tiempo consideras las espantosas
austeridades de tantos insignes ermitaños, si piensas en lo que Jesucristo
sufrió por ti! Busquemos hasta el fin de nuestra vida aquello que nos
procurará felicidad sin fin. (San Euquerio).
La esperanza
Orad por los peregrinos.
ORACIÓN
Haced, Señor, que la intercesión de
los santos Román y Lupicino, abades, nos haga agradables a Vuestra Majestad, y
que obtengamos por sus oraciones las gracias que no podemos esperar de nuestros
méritos. Por J. C. N. S. Amén.
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MARTES I SEMANA CUARESMA
MARTES
PRIMERA LECTURA
Mi palabra hará mi voluntad
Lectura del libro de Isaías 55, 10-11
Así dice el
Señor:
«Como bajan
la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven
allá sino después de empapar la tierra,
de
fecundarla y hacerla germinar,
para que dé
semilla al sembrador y pan al que come,
así será mi
palabra, que sale de mi boca:
no volverá a
mí vacía,
sino que
hará mi voluntad
y cumplirá
mi encargo.»
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 33, 4-5. 6-7. 16-17. 18-19 (R.: 18b)
R. El
Señor libra de sus angustias a los justos.
Proclamad
conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos
juntos su nombre.
Yo consulté
al Señor, y me respondió,
me libró de
todas mis ansias. R.
Contempladlo,
y quedaréis radiantes,
vuestro
rostro no se avergonzará.
Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva
de sus angustias. R.
Los ojos del
Señor miran a los justos,
sus oídos
escuchan sus gritos;
pero el
Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar
de la tierra su memoria. R.
Cuando uno
grita, el Señor lo escucha
y lo libra
de sus angustias;
el Señor
está cerca de los atribulados,
salva a los
abatidos. R.
Versículo
antes del evangelio Mt 4, 4b
No sólo de
pan vive el hombre,
sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO
Vosotros rezad así
+
Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 7-15
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan
que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre
sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así:
"Padre
nuestro del cielo,
santificado
sea tu nombre,
venga
tu reino,
hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos
hoy el pan nuestro de cada día,
perdónanos
nuestras ofensas,
pues
nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido,
no
nos dejes caer en la tentación
sino
líbranos del Maligno."
Porque
si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os
perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre
perdonará vuestras culpas.»
Palabra del
Señor.
lunes, 27 de febrero de 2012
San Gabriel de la Dolorosa
27 de Febrero
San Gabriel de la
Dolorosa(año 1862)
El bailarín que llegó a la santidad.
Nació en Asís (Italia) en 1838. Su nombre en el mundo era
Francisco Possenti. Era el décimo entre 13 hermanos. Su padre trabajaba como
juez de la ciudad.
A los 4 años quedó huérfano de madre. El papá, que era un
excelente católico, se preocupó por darle una educación esmerada, mediante la
cual logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en
arranques de ira y de mal genio.
Tuvo la suerte de educarse con dos comunidades de excelentes
educadores: los Hermanos Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas
recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus
pasiones y de la mundanalidad.
El joven era sumamente esmerado en vestirse a la última
moda. Y sus facciones elegantes y su fino trato, a la vez que su rebosante
alegría y la gran agilidad para bailar , lo hacían el preferido de las muchachas
en las fiestas. Su lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en
otro tiempo a San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y
agrado, pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal
hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban "el enamoradizo". Pero los amores
mundanos eran como un puñal forrado con miel". Dulces por fuera y dolorosos en
el alma.
En una de las 40 cartas que de él se conservan, le escribe a
un antiguo amigo, cuando ya se ha entrado de religioso: "Mi buen colega; si
quieres mantener tu alma libre de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y
de las malas costumbres tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del
asistir a teatros donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las
reuniones donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre
de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo hubiera
permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi alma. ¿Dirás que
me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino amargura, remordimiento
y temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo y pídele a Dios que me
perdone también a mí".
Al terminar su bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus
estudios universitarios, Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave
enfermedad. Lleno de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de
religioso. Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando
del mundo.
Un año después enferma mucho más gravemente. Una laringitis
que trata de ahogarlo y que casi lo lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la
intercesión de un santo jesuita martirizado en las misiones y promete irse de
religioso, y al colocarse una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda
dormido y cuando despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de
su enfermedad empieza otras vez el atractivo de las fiestas y de los
enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido como
jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan mundano lo
que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para más tarde el entrar
a una congregación de religiosos.
Estalla la peste del cólera en Italia. Miles y miles de
personas van muriendo día por día. Y el día menos pensado muere la hermana que
él más quiere. Considera que esto es un llamado muy serio de Dios para que se
vaya de religioso. Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan
amigo de las fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la
vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses.
Pero un día asiste a una procesión con la imagen de la
Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le ha tenido una gran devoción a la
Madre de Dios (y probablemente esta devoción fue la que logró librarlo de las
trampas del mundo) y en plena procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la
Virgen y ve que Ella lo mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en
su vida. Ante esto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle
que lo deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de
su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el permiso
de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres
Pasionistas.
Al entrar de religioso se cambia el nombre y en adelante se llamará
Gabriel de la Dolorosa. Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y
de la Dolorosa, porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los
siete dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un hombre
totalmente transformado.
Gabriel había gozado siempre de muchas comodidades en la
vida y le había dado gusto a sus sentidos y ahora entra a una comunidad donde se
ayuna y donde la alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre
un verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás una
queja, ni lo ve triste o disgustado.
Gabriel lo que hacía, lo hacía con toda el alma. En el mundo
se había dedicado con todas sus fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora,
entrado de religioso, se dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a
cumplir exactamente los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban
admirados de su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo
lo que se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus
prácticas de piedad.
Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en
él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría: "Terminó sus días en breve
tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años".
Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era
austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias
casi invencibles que su cuerpo sentí ante las austeridades y penitencias. Su
director espiritual sí lo sabía muy bien.
Al empezar los estudios en el seminario mayor para
prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para
todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente
María Strambi. Son las siguientes: "Los que se preparan para ser predicadores o
catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres
pecadores les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren
llevarnos a nosotros a la eterna salvación". Este consejo tan provechoso lo
incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su
espíritu.
Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al
sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que
recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo
que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de
ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía
en el Huerto de los Olivos: "Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz
de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad".
La Comunidad de los Pasionistas tiene como principal
devoción el meditar en la Santísima Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en
lo que Cristo sufrió en la Agonía del Huerto, y en la Flagelación y coronación
de espinas, y en la Subida al Calvario con la cruz a cuestas y en las horas de
mortal agonía que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio
por los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que lo
soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes.
Pero había otra gran ayuda que lo llenaba de valor y
esperanza, y era su fervorosa devoción a la Madre de Dios. Su libro mariano
preferido era "Las Glorias de María", escrito por San Alfonso, un libro que
consuela mucho a los pecadores y débiles, y que aunque lo leamos diez veces,
todas las veces nos parece nuevo e impresionante. La devoción a la Sma. Virgen
llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad.
A un religioso le aconsejaba: "No hay que fijar la mirada en rostros
hermosos, porque esto enciende mucho las pasiones". A otro le decía: "Lo que más
me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el
recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están
oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por él, aunque sea
regalar a otro un vaso de agua".
Y el 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos
sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les
hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera
plácidamente dormido. Su alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el
premio de sus buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 25
años.
Poco después empezaron a conseguirse milagros por su
intercesión y en 1926 el Sumo Pontífice lo declaró santo, y lo nombró Patrono de
los Jóvenes laicos que se dedican al apostolado.
San Gabriel de la Dolorosa: pídele a la Sma. Virgen por
tantos jóvenes tan llenos de vitalidad y de entusiasmo para que encaucen las
enormes fuerzas de su alma, no a dejarlas perderse en goces mundanos, sino a
ganarse un gran premio en el cielo dedicándose a salvar su propia alma y la de
muchos más.
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LUNES DE LA PRIMERA SEMANA DE CUARESMA
LUNES
PRIMERA LECTURA
Juzga con justicia a tu
conciudadano
Lectura del libro del Levítico 19, 1-2. 11-18
El
Señor habló a Moisés:
–
«Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles:
"Seréis
santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.
No
robaréis ni defraudaréis ni engañaréis
a
ninguno de vuestro pueblo.
No
juraréis en falso por mi nombre,
profanando
el nombre de Dios.
Yo
soy el Señor.
No
explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás.
No
dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero.
No
maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego.
Teme a tu
Dios.
Yo soy el
Señor.
No daréis
sentencias injustas.
No serás
parcial
ni por
favorecer al pobre ni por honrar al rico.
Juzga con
justicia a tu conciudadano.
No andarás
con cuentos de aquí para allá,
ni
declararás en falso
contra la
vida de tu prójimo.
Yo soy el
Señor.
No odiarás
de corazón a tu hermano.
Reprenderás
a tu pariente,
para que no
cargues tú con su pecado.
No te
vengarás ni guardarás rencor a tus parientes,
sino que
amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Yo soy el
Señor." »
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 18,
8. 9.
10. 15 (R.: Jn 6, 63b)
R. Tus
palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del
Señor es perfecta
y es
descanso del alma;
el precepto
del Señor es fiel
e instruye
al ignorante. R.
Los mandatos
del Señor son rectos
y alegran el
corazón;
la norma del
Señor es límpida
y da luz a
los ojos. R.
La voluntad
del Señor es pura
y
eternamente estable;
los
mandamientos del Señor son verdaderos
y
enteramente justos. R.
Que te
agraden las palabras de mi boca,
y llegue a
tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca
mía, redentor mío. R.
Versículo
antes del evangelio 2Co 6, 2b
Ahora es
tiempo favorable,
ahora es día
de salvación.
EVANGELIO
Cada vez que
lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos,
conmigo lo
hicisteis
+ Lectura del santo evangelio según
san Mateo 25, 31-46
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se
sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él
separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y
pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces
dirá el rey a los de su derecha:
"Venid
vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde
la creación del mundo.
Porque
tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui
forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me
visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.
Entonces
los justos le contestarán:
"Señor,
¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?;
¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo
te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?"
Y
el rey les dirá:
"Os
aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos,
conmigo lo hicisteis.
Y
entonces dirá a los de su izquierda:
"Apartaos
de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber,
fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo
y en la cárcel y no me visitasteis."
Entonces
también éstos contestarán:
"Señor,
¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la
cárcel, y no te asistimos?"
Y
él replicará:
"Os
aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes,
tampoco lo hicisteis conmigo."
Y
éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
Palabra
del Señor.
domingo, 26 de febrero de 2012
San Porfirio obispo
26 de Febrero
San Porfirio
obispo (año 420)
San Porfirio nació en Tesalónica (aquella ciudad a la cual San Pablo
escribió sus dos cartas a los tesalonicenses). Tesalónica queda en Macedonia, y
Macedonia está situada al norte de Grecia.
A los 25 años dejó su ciudad y su familia y se fue de monje
a Egipto a rezar y meditar y hacer penitencia.
Cinco años más tarde pasó a Palestina y se fue a vivir a una
cueva cerca del río Jordán. Pero allí la humedad lo hizo enfermar de reumatismo
y cinco años después se fue a vivir a Jerusalén. En esta ciudad cada día
visitaba el Santo Sepulcro, el Huerto de los Olivos, la Casa de la Ultima Cena y
los demás santos lugares donde estuvo Nuestro Señor. Su reumatismo lo hacía
caminar muy despacio y con grandes dolores y apoyado en un bastón. Sin embargo
ningún día dejaba de ir a los Santos Lugares y Comulgar.
En aquellos tiempos llegó a Jerusalén un cristiano llamado
Marcos, el cual se quedó admirado de que este hombre tan enfermo y con tan
grandes dolores reumáticos no dejaba ningún día visitar los Santos Lugares para
dedicarse allí a rezar y a meditar. Un día al ver que el santo sufría tanto al
subir las escalinatas del templo, Marcos se ofreció para ayudarle pero Porfirio
se negó a aceptar su ayuda diciéndole: "No está bien que habiendo venido yo aquí
a expiar mis pecados sufriendo y rezando, me deje ayudar de ti para disminuir
mis dolores. Déjame sufrir un poco, que lo necesito para pagarle a Dios mis
muchos pecados". Marcos lo admiró más desde ese día y en adelante fue su
compañero, su amigo y el que escribió después la biografía de este
santo.
Lo único que le preocupaba a Porfirio era que no había
vendido la herencia que sus padres le habían dejado en su patria, la cual quería
repartir entre los pobres. Confió esta misión a Marcos, que partió rumbo a
Tesalónica y a los tres meses volvió con el dinero de la venta de todas aquellas
tierras, dinero que Porfirio repartió totalmente entre las gentes más pobres de
Jerusalén.
Cuando Marcos se fue a Tesalónica estaba Porfirio muy débil
y agotado, pálido y sin fuerzas. Y al volver a Jerusalén lo encontró de buenos
colores y lleno de vigor y fuerzas. Le preguntó cómo había sucedido semejante
cambio tan admirable y Porfirio le dijo:
"Mira, un día
vine al Santo Sepulcro a orar, y mientras rezaba sentí que Jesucristo se me
aparecía en visión y me decía: ‘Te devuelvo la salud para que te encargues de
cuidar mi cruz’. Y quedé instantáneamente curado de mi reumatismo. Lo que los
médicos no pudieron hacer en muchos años, lo hizo Jesús en un solo instante,
porque para El todo es posible".
Y en adelante se quedó ayudando en la Iglesia del Santo
Sepulcro, custodiando la parte de la Santa Cruz que allí se
conservaba.
Como Porfirio había repartido toda su herencia entre los
pobres, tuvo él que dedicarse a trabajos manuales para poder ganarse la vida.
Aprendió a fabricar sandalias y zapatos y a trabajar en cuero y así ganaba para
él y para ayudar a otros necesitados. Marcos, que era un hábil escribiente y
ganaba buen dinero copiando libros, le propuso que él costearía toda su
alimentación para que no tuviera que dedicarse a trabajos manuales agotadores.
San Porfirio le dijo: "No olvidemos que San Pablo dijo en su segunda Carta a los
tesaloniceses: "El que no quiere trabajar, que tampoco coma"; siguió ganándose
el pan con el sudor de la frente, hasta los 40 años.
El obispo de Jerusalén al ver tan piadoso y santo a Porfirio
lo ordenó de sacerdote. Y poco después recibió una carta del obispo de Cesarea
pidiéndole que le enviara un santo sacerdote para darle una misión. Como
Porfirio era un verdadero penitente que ayunaba cada día y rezaba horas y horas
y ayudaba a cuanto pobre podía, el obispo de Jerusalén lo envió a
Cesarea.
Y aquella noche tuvo Porfirio un sueño. Oyó que Jesús le
decía: "Hasta ahora te has encargado de custodiar mi Santa Cruz. De ahora en
adelante te encargarás de cuidar a unos hermanos míos muy pobres". Con eso
entendió el santo que ya no seguiría viviendo en Jerusalén.
Al llegar a Cesarea el obispo de allá lo convenció de que
debía aceptar ser obispo de Gaza, que era una ciudad muy pobre. Después de que
le rogaron mucho, al fin exclamó: "Si esa es la voluntad de Dios, que se haga lo
que El quiere y no lo que quiera yo". Y aceptó.
Al llegar a Gaza los paganos promovieron grandes desórdenes
porque sentían que con este hombre se iba a imponer la religión de Cristo sobre
las falsas religiones de los ídolos y falsos dioses. Porfirio no se dio por
ofendido sino que se dedicó a instruir a los ignorantes y a ayudar a los pobres
y así se fue ganando las simpatías de la población.
La ciudad de Gaza y sus alrededor estaban sufriendo un
verano terrible y muy largo. Las cosechas se perdían y no se hallaban ya agua ni
para beber. Los paganos esparcieron la calumnia de que todo esto era un castigo
a los dioses por haber llegado allí Porfirio con su doctrina y sus cristianos. Y
empezaron a tratar muy mal al obispo y a sus fieles seguidores. Entonces San
Porfirio organizó una procesión de rogativas por las calles, rezando y cantando
para que Dios enviara la lluvia, y al terminar la procesión se descargó un
torrencial aguacero que llenó de vida y frescor todos los
alrededores.
Los paganos se propusieron que de todos modos sacarían a
Porfirio y a sus cristianos de aquella región y empezaron a emplear medidas muy
violentas contra ellos. Pero se equivocaron. Creyeron que la piedad y la bondad
del obispo eran debilidad y cobardía, y no era así. El santo se fue a donde el
jefe del imperio que vivía en Constantinopla y obtuvo que le dieran un fuerte
batallón de soldados que puso orden y paz en la ciudad. Y ya los paganos no
pudieron atacarlo más. El no agredía a nadie, pero buscaba quién lo defendiera
cuando trataban injustamente de acabar con la santa religión de
Cristo.
Y después de varios años la acción evangelizadora de
Porfirio y de sus sacerdotes llegó a ser tan eficaz que se acabó por completo
allí la religión pagana de los falsos dioses, y desaparecieron los templos de
los ídolos. Las gentes quemaron todos sus libros de magia y ya no hubo más
consultas a brujas o espiritistas ni creencias supersticiosas.
San Porfirio construyó en Gaza un bellísimo templo. El día
en que empezó la construcción del nuevo edificio recorrió la ciudad con enorme
gentío cantando salmos y bendiciendo a Dios. Cada fiel llevaba alguna piedra o
algún ladrillo u otro material para contribuir a la edificación de la Casa de
Dios. La construcción duró cinco años y toda la ciudad colaboró con mucha
generosidad. El día de la Consagración de la nueva catedral (domingo de Pascua
del año 408) el santo repartió abundantísimas limosnas a todos los pobres de la
ciudad. Siempre fue sumamente generoso en ayudar a los necesitados.
Los últimos años los dedicó pacíficamente a instruir y
enfervorizar a sus sacerdotes y al pueblo con sus predicaciones, con su buen
ejemplo y su oración.
El 26 de febrero del año 420 murió santamente.
Porfirio significa: el que se viste de púrpura.
San Porfirio, valeroso y santo obispo: haz que todos los
obispos católicos del mundo sean tan valientes, generosos y fervorosos como lo
fuiste tú.
A quien se declare a mi favor delante de la gente de esta
tierra, yo me declararé en su favor delante de los ángeles del cielo
(Jesucristo).
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DOMINGO I DE CUARESMA
PRIMERA
LECTURA
El pacto de
Dios con Noé salvado del diluvio
Lectura del libro del
Génesis 9, 8-15
Dios
dijo a Noé y a sus hijos:
–«Yo
hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales
que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca
y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a
destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.»
Y
Dios añadió:
–«Esta
es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con
vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi
pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las
nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el
diluvio no volverá a destruir los vivientes.»
Palabra
de Dios.
Salmo
responsorial Sal 24, 4bc-5ab. 6-7bc. 8-9 (R.: Cf. 10)
R.
Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad
para los que guardan tu alianza.
Señor,
enséñame tus caminos,
instrúyeme
en tus sendas:
haz
que camine con lealtad;
enséñame,
porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda,
Señor, que tu ternura
tu
misericordia son eternas.
Acuérdate
de mí con misericordia,
por
tu bondad, Señor. R.
El
Señor es bueno y es recto,
y
enseña el camino a los pecadores;
hace
caminar a los humildes con rectitud,
enseña
su camino a los humildes. R.
SEGUNDA
LECTURA
Actualmente
os salva el bautismo
Lectura de la primera
carta del apóstol san Pedro 3,18-22
Queridos
hermanos:
Cristo
murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para
conducirnos a Dios.
Como
era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Con
este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en
un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en
tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos –ocho
personas se salvaron cruzando las aguas.
Aquello
fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en
limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura,
por la resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro, que llegó al cielo, se le
sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Palabra
de Dios.
Versículo antes del evangelio Mt 4, 4b
No
sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO
Se dejaba
tentar por Satanás, y los ángeles le servían
+Lectura del santo
evangelio según san Marcos 1, 12-15
En
aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se
quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar Satanás; vivía entre
alimañas, y los ángeles le servían.
Cuando
arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía:
–«Se
ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el
Evangelio.»
Palabra
del Señor.
sábado, 25 de febrero de 2012
SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA
PRIMERA LECTURA
Cuando partas tu pan con el
hambriento..., brillará tu luz en las tinieblas
Lectura del libro de Isaías 58, 9b-14
Así dice el
Señor Dios:
«Cuando
destierres de ti la opresión,
el gesto
amenazador y la maledicencia,
cuando
partas tu pan con el hambriento
y sacies el
estómago del indigente,
brillará tu
luz en las tinieblas,
tu oscuridad
se volverá mediodía.
El Señor te
dará reposo permanente,
en el
desierto saciará tu hambre,
hará fuertes
tus huesos,
serás un
huerto bien regado,
un manantial
de aguas
cuya vena
nunca engaña;
reconstruirás
viejas ruinas,
levantarás
sobre cimientos de antaño,
te llamarán
reparador de brechas,
restaurador
de casas en ruinas.
Si detienes
tus pies el sábado
y no
traficas en mi día santo,
si llamas al
sábado tu delicia,
y lo
consagras a la gloria del Señor,
si lo honras
absteniéndote de viajes,
de buscar tu
interés,
de tratar
tus asuntos,
entonces el
Señor será tu delicia.
Te asentaré
sobre mis montañas,
te
alimentaré con la herencia de tu padre Jacob.»
Ha hablado
la boca del Señor.
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 85, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: 11a)
R.
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad.
Inclina tu
oído, Señor, escúchame,
que soy un
pobre desamparado;
protege mi
vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu
siervo, que confía en ti. R.
Tú eres mi
Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te
estoy llamando todo el día;
alegra el
alma de tu siervo,
pues levanto
mi alma hacia ti. R.
Porque tú,
Señor, eres bueno y clemente,
rico en
misericordia con los que te invocan.
Señor,
escucha mi oración,
atiende a la
voz de mi súplica. R.
Versículo
antes del evangelio Ez 33, 11
No quiero la
muerte del malvado
–dice el
Señor–,
sino que
cambie de conducta y viva.
EVANGELIO
No he venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores a que se conviertan
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 27-32
En
aquel tiempo, Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los
impuestos, y le dijo:
–
«Sígueme.»
Él,
dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran
banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos
y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo:
–
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Jesús
les replicó:
–
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores a que se conviertan.»
Palabra del
Señor.
viernes, 24 de febrero de 2012
VIERNES DESPUÉS DE CENIZA
PRIMERA LECTURA
El ayuno que quiere el
Señor
Lectura del libro de Isaías 58, 1-9a
Así dice el
Señor Dios:
«Grita a
plena voz, sin cesar,
alza la voz
como una trompeta,
denuncia a
mi pueblo sus delitos,
a la casa de
Jacob sus pecados.
Consultan mi
oráculo a diario,
muestran
deseo de conocer mi camino,
como un
pueblo que practicara la justicia
y no
abandonase el mandato de Dios.
Me piden
sentencias justas,
desean tener
cerca a Dios.
"¿Para
qué ayunar, si no haces caso?;
¿mortificarnos,
si tú no te fijas?"
Mirad: el
día de ayuno buscáis vuestro interés
y apremiáis
a vuestros servidores;
mirad:
ayunáis entre riñas y disputas,
dando
puñetazos sin piedad.
No ayunéis
como ahora,
haciendo oír
en el cielo vuestras voces.
¿Es ése el
ayuno que el Señor desea,
para el día
en que el hombre se mortifica?,
mover la
cabeza como un junco,
acostarse
sobre saco y ceniza,
¿a eso lo llamáis
ayuno,
día
agradable al Señor?
El ayuno que
yo quiero es éste:
Abrir las
prisiones injustas,
hacer saltar
los cerrojos de los cepos,
dejar libres
a los oprimidos,
romper todos
los cepos;
partir tu
pan con el hambriento,
hospedar a
los pobres sin techo,
vestir al
que ves desnudo,
y no
cerrarte a tu propia carne.
Entonces
romperá tu luz como la aurora,
en seguida
te brotará la carne sana;
te abrirá
camino la justicia,
detrás irá
la gloria del Señor.
Entonces
clamarás al Señor, y te responderá;
gritarás, y
te dirá: "Aquí estoy."»
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial. Sal 50, 3-4. 5-6a.
18-19(R.: 19 b)
R. Un
corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias.
Misericordia,
Dios mío, por tu bondad,
Por tu
inmensa compasión, borra mi culpa;
lava del
todo mi delito,
limpia mi
pecado. R.
Pues yo
reconozco mi culpa,
tengo
siempre presente mi pecado:
contra ti,
contra ti solo pequé,
cometí la
maldad que aborreces. R.
Los
sacrificios no te satisfacen:
si te
ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi
sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón
quebrantado y humillado,
tú no lo
desprecias. R.
Versículo
antes del evangelio Am 5, 14
Buscad el
bien y no el mal, y viviréis,
y así estará
con vosotros el Señor.
EVANGELIO
Cuando se lleven al novio,
entonces ayunarán
+ Lectura
del santo evangelio según san Mateo 9, 14-15
En
aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole:
–
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus
discípulos no ayunan?»
Jesús
les dijo:
–
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del novio, mientras el novio está con ellos?
Llegará
un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.»
Palabra del
Señor.
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