jueves, 31 de enero de 2013

JUEVES DE LA TERCERA SEMANA



PRIMERA LECTURA
Llenos de fe, mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos;
fijémonos los unos en los otros para estimularnos a la caridad
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 19-25
Hermanos:
Teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús; contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne; y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura.
Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa; fijémonos los unos en los otros para estimularnos a la caridad y a las buenas obras.
No desertéis de las asambleas, como algunos tienen por costumbre, sino animaos tanto más cuanto más cercano veis el Día.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 23, 1-2.3-4. 5-6
R.  Estos son los que buscan al Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes,
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

EVANGELIO
El candil se trae para ponerlo en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 4, 21-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre:
–¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz.
El que tenga oídos para oir que oiga.
Les dijo también:
–Atención a lo que estáis oyendo: La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces.
Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.
Palabra del Señor.

miércoles, 30 de enero de 2013

MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA



PRIMERA LECTURA
Ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11 - 18
Hermanos:
Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.
Esto nos lo atestigua también el Espíritu Santo. En efecto, después de decir:
«Así será la alianza que haré con ellos
después de aquellos días»,
añade el Señor:
«Pondré mis leyes en sus corazones
y las escribiré en su mente,
y no me acordaré ya
de sus pecados ni de sus culpas».
Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 109, 1. 2. 3. 4
R. «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».
Oráculo del Señor a mi Señor:
«siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos estrado de tus pies». R.
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré como rocío,
antes de la aurora». R.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R.

EVANGELIO
Salió el sembrador a sembrar
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago.
Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y el gentío se quedó en la orilla.
Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar:
–Escuchad:
Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó.
Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron y no dio grano.
El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.
Y añadió:
–El que tenga oídos para oir que oiga.
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
El les dijo:
–A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que
«por más que miren, no vean,
por más que oigan, no entiendan,
no sea que se conviertan y los perdone».
Y añadió:
–¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a entender las demás?
El sembrador siembra la palabra.
Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso, al escucharla la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la Palabra, enseguida sucumben.
Hay otros que reciben la simiente entre zarzas, éstos son los que escuchan la Palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la Palabra, y se queda estéril.
Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena escuchan la Palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.
Palabra del Señor.

martes, 29 de enero de 2013

MARTES DE LA TERCERA SEMANA



PRIMERA LECTURA
Aquí estoy, ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 1 - 10
Hermanos:
La Ley, que presenta sólo un vislumbre de los bienes futuros y no la imagen auténtica de la realidad, siempre, con los mismos sacrificios, año tras año, no puede nunca hacer perfectos a los que se acercan a ofrecerlos.
Si no fuera así, habrían dejado de ofrecerse, porque los ministros del culto, purificados una vez, no tendrían ya ningún pecado sobre su conciencia.
Pero en estos mismos sacrificios se recuerdan los pecados año tras año.
Porque es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo:
–Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
pero me has preparado un cuerpo;
no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije lo que está escrito en el libro:
«Aquí estoy, ¡oh Dios!,
para hacer tu voluntad».
Primero dice: No quieres ni aceptas
sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias,
–que se ofrecen según la ley–.
Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados
por la oblación del cuerpo de Jesucristo,
hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7-8a. 10. 11
R.  Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor:
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y en cambio me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy». R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.
No he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad,
ante la gran asamblea. R.

EVANGELIO
El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, y desde fuera lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo:
–Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.
Les contestó:
–¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Y paseando la mirada por el corro, dijo:
–Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.
Palabra del Señor.

lunes, 28 de enero de 2013

LUNES DE LA TERCERA SEMANA



PRIMERA LECTURA
Se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados.
La segunda vez aparecerá a los que lo esperan
Lectura de la carta a los Hebreos  9, 15. 24-28
Hermanos:
Cristo es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.
Pues Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres –imagen del auténtico–, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.
Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces –como el sumo sacerdote que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena. Si hubiese sido así, Cristo tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo–. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
El destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio.
De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos.
La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, para salvar definitivamente a los que lo esperan.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6
R.  Cantad al Señor un cántico nuevo,
      porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra
han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad. R.
Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor. R.

EVANGELIO
Satanás está perdido
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, unos letrados de Jerusalén decían:
–Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.
El los invitó a acercarse y les puso estas comparaciones:
–¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil, no puede subsistir; una familia dividida, no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre.
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Palabra del Señor.

domingo, 27 de enero de 2013

SANTO TOMÁS DE AQUINO, Confesor, Doctor de la Iglesia


28 de enero
SANTO TOMÁS DE AQUINO,

Confesor, 
Doctor de la Iglesia
Bienaventurados los mansos, 
porque ellos poseerán la tierra.
(Mateo, 5,14).

   Santo Tomás de Aquino es para la Iglesia, lo que el sol para el mundo. La ilustró con su ciencia y con su santidad. Desde los 5 años de edad rezaba dos horas diarias. Entró en la Orden de Santo Domingo, y en ella perseveró después de resistir con entereza las amenazas de sus parientes, que se esforzaron por hacerlo renunciar a su vocación. Todos los días celebraba una misa y oía otra. A los pies del crucifijo era donde buscaba la solución de las dificultades que encontraba en el estudio de la teología. Murió en 1274.

MEDITACIÓN
SOBRE SANTO TOMAS

   I. Santo Tomás fue para la Iglesia como un sol refulgente. Su prodigiosa erudición le valió el título de Doctor Angélico. Sus escritos tuvieron por única finalidad hacer conocer cuán admirable es Dios, en sí mismo y en sus obras. Mereció, así, oír de labios mismos de Nuestro Señor: Tomás, bien has escrito de mí, ¿qué recompensa pides? ¿Qué hubieras respondido tú, que estudias sólo por vanidad, por curiosidad, por interés? Este santo no quiso otra recompensa que a Dios mismo. Si en tus estudios y trabajos buscas otra cosa que no sea la gloria de Dios y tu salvación y la del prójimo, pierdes el tiempo.

   II. Este sol ha enfervorizado tanto como ha iluminado; abrasaba el corazón de los demás con el fuego del amor divino, porque el suyo estaba enteramente penetrado de él. Vamos, con Santo Tomás, a buscar este sagrado fuego en el Corazón del Salvador: en él aprenderemos la ciencia de los santos, sin la cual nuestras luces no son sino relumbrones que nos llevarán al precipicio. Para nada sirve la erudición, si la ciencia de Dios no la corona. (San Jerónimo).

   III. El consejo es de perenne actualidad. En vano brillara Santo Tomás con tanto fulgor, si no hubiera trabajado por la gloria de Dios; mas su virtud no era menos admirable que su ciencia, y lo que a otros enseñaba, él era el primero en practicar. Hombres sabios, Dios espera mucho de vosotros: más culpables seréis que los otros si no sois virtuosos. Humillémonos a ejemplo de Santo Tomás, porque todo lo que tenemos proviene de Dios. De nada hemos de gloriarnos, porque nada es nuestro.(San Cipriano).

El apego a la oración
Orad por los escolares.

ORACIÓN
   Oh Dios, que iluminasteis a vuestra Iglesia mediante la maravillosa erudición de vuestro bienaventurado confesor Santo Tomás, y que la fecundáis mediante la santidad de sus obras, concedednos la gracia de comprender sus enseñanzas e imitar sus virtudes. Por J. C. N. S. Amén.

Santa Ángela de Merici









sábado, 26 de enero de 2013

DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO




PRIMERA LECTURA
Leyeron el libro de la ley y todo el pueblo estaba atento

Lectura del Libro de Nehemías  8, 2-4a. 5-6. 8-10

En aquellos días, Esdras, el sacerdote, trajo el libro a la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender. Era el día primero del mes séptimo.
Leyó el libro en la plaza que hay ante la puerta del agua, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres, mujeres y de los que podían comprender; y todo el pueblo estaba atento al libro de la ley.
Esdras, el sacerdote, estaba de pie sobre un estrado de madera, que habían hecho para el caso. Esdras abrió el libro a vista del pueblo, pues los dominaba a todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso en pie.
Esdras pronunció la bendición del Señor Dios grande, y el pueblo entero, alzando las manos, respondió: «Amén, Amén»; se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor.
Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura.
Nehemías, el Gobernador, Esdras, el sacerdote y letrado, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero:
–Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis (porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley). Y añadieron:
–Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene preparado, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial   Sal 18, 8. 9. 10. 15

R.  Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R.

SEGUNDA LECTURA
Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 12-30
Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros,
y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos,
son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres,
hemos sido bautizados en un mismo Espíritu,
para formar un solo cuerpo.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo.
Si el pie dijera: «no soy mano, luego no formo parte del cuerpo»,
¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo?
Si el oído dijera: «no soy ojo, luego no formo parte del cuerpo»,
¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo?
Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría?
Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería?
Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.
Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decir a la mano: «no te necesito»;
y la cabeza no puede decir a los pies: «no os necesito».
Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios.
Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más.
Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.
Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los más necesitados.
Así no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.
Cuando un miembro sufre, todos sufren con él;
cuando un miembro es honrado, todos le felicitan.
Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la Iglesia:
en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas,
en el tercero los maestros, después vienen los milagros,
luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno,
la diversidad de lenguas, el don de interpretarlas.
¿Acaso son todos apóstoles?, ¿o todos son profetas?
¿o todos maestros?, ¿o hacen todos milagros?,
¿tienen todos don para curar?,
¿hablan todos en lenguas o todos las interpretan?

Palabra de Dios.

O bien más breve:
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 12-14. 27
Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros,
y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos,
son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres,
hemos sido bautizados en un mismo Espíritu,
para formar un solo cuerpo.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo.
Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.

Palabra de Dios.

Aleluya Lc 4, 18-19

Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado a dar la Buena Noticia,
a proclamar la liberación a los cautivos.

EVANGELIO

Hoy se cumple esta Escritura

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1,1-4; 4,14-21
Ilustre Teófilo:
Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la Palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea, con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el Libro del Profeta Isaías y, desenrrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba, y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
–Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.

Palabra del Señor.

SAN TIMOTEO, Obispo y Mártir


26 de enero
SAN TIMOTEO,
*
Obispo y Mártir
Predica la palabra de Dios, 
insiste con ocasión y sin ella,
reprende, ruega, exhorta con toda
paciencia y doctrina.
(2 Timoteo, 4, 2).

   He aquí un obrero apostólico formado por la mano de San Pablo: es Timoteo, su discípulo, su coadjutor en la predicación del Evangelio, el heredero de su celo y el imitador de sus virtudes. Fue masacrado por reprender a los gentiles sus insensatas supersticiones. ¡Gran santo, inspíranos el espíritu del Apóstol de las gentes; enséñanos a santificarnos y a convertir a los demás!

  MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES EFECTOS
DEL CELO POR LAS ALMAS
  

   I. Aunque no todos los cristianos sean apóstoles, deben con todo tener celo por la salvación del prójimo(1). Pero a fin de que ese celo esté bien ordenado, cada uno debe comenzar por convertirse a sí mismo. Tú tienes celo por la conversión de tus parientes, de tus amigos, de tus servidores; les adviertes caritativamente sus faltas; este celo es digno de alabanza, pero, si no te adviertes a ti mismo, es indiscreto; mira si no tienes los defectos que reprochas a los demás.

   II. Contribuye todo lo que puedas, con tus palabras, a la salvación de los demás. Jesucristo no tuvo a menos conversar con los niñitos, ni con la Samaritana,  para mostrarles el camino del cielo. Una buena palabra que digas a ese pariente, a ese amigo, a ese servidor, ganarás su alma para Dios. Jesucristo ha derramado toda su sangre para rescatar esa alma, ¿y tú no quieres decir una palabra para impedir que se condene? ¿Dónde está tu caridad?

   III. ¿Quieres ser un verdadero apóstol? Predica con tus actos. Lleva una vida ejemplar, más conmoverás cuando te vean, que oyendo al más famoso de los predicadores; tu modestia detendrá aun a los más libertinos. ¿Cuántas ocasiones de trabajar por el prójimo dejas escapar? Es seguro, dice San Gregorio, que Dios te pedirá cuenta del alma de tu prójimo, si descuidas trabajar en su salvación en la medida en que lo puedas.

El celo por las almas
Ruega por los eclesiásticos.

ORACIÓN
      Dios todopoderoso, ved cómo pesa sobre nosotros la carga de nuestras propias obras, y fortificadnos por medio de la gloriosa intercesión de San Timoteo, vuestro mártir y pontífice.   Por N. S. J. C. Amén.



  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)
  • (1) Dice Santo Tomás, acerca del "celo", que éste proviene de la intensidad del amor, a Dios que merece ser amado sobre todas las cosas y al prójimo por amor de Dios, buscando en todo la gloria de Dios y la salvación de las almas (Cfr. Sumo 1-II, q. 28, a. 4 y II-II, q. 36, a. 2). (Nota del T.)

Santos Timoteo y Tito, Obispos Memoria




PRIMERA LECTURA
Recuerdo tu fe sincera
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 1-8
Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, conforme a la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Cuando de noche y de día te recuerdo en mis oraciones, le doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura, como lo aprendí de mis antepasados. No puedo olvidar tus lágrimas al despedirnos y anhelo volver a verte para llenarme de alegría, pues recuerdo tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice, y que estoy seguro que también tienes tú. Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación. No te avergüences, pues, de dar testimonio de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 95
R. Cantemos la grandeza del Señor.

Cantemos al Señor un nuevo canto,
que le cante al Señor toda la tierra;
cantemos al Señor y bendigámoslo. R.
Proclamemos su amor día tras día,
su grandeza anunciemos a los pueblos,
de nación en nación, sus maravillas. R.
Alaben al Señor, pueblos del orbe,
reconozcan su gloria y su poder
y tribútenle honores a su nombre. R.
"Reina el Señor", anuncien a los pueblos,
 él afianzó con su poder el orbe,
con toda rectitud rige a los pueblos. R.


Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y a proclamar la liberación a los cautivos.
Aleluya.


EVANGELIO
Su familia decía que no estaba en sus cabales
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 20-21
En aquel tiempo, volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó tanta gente, que no los dejaban ni comer.
Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
Palabra del Señor.

viernes, 25 de enero de 2013

LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO


25 de enero
LA CONVERSIÓN

DE
SAN PABLO*
Éste es un vaso de elección que elegí para que lleve
mi nombre ante los gentiles.
(Hechos de los Apóstoles, 9, 15).

   San Pablo es derribado en el camino a Damasco, y de perseguidor de cristianos se convierte en apóstol de Cristo. El Señor le envía a Ananías para devolverle la vista y administrarle el santo Bautismo. El Apóstol novel permanece algunos días con los discípulos de Damasco, y, en seguida, se pone a predicar a Jesús en las sinagogas, asegurando que es el Hijo de Dios.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA CONVERSIÓN
DE SAN PABLO
   

   I. Dios llama a San Pablo derribándolo por tierra y elevándolo hasta el tercer cielo. Ya no ve a las creaturas pues ha visto a Dios. ¿Quieres convertirte? Escucha la voz de Dios que te habla; cuando te arrebata tus placeres, tus parientes, tus amigos, son rayos que recibes que te advierten cierres los ojos a las cosas de este mundo y eleves tu mirada hacia los cielos. Cuántas veces ha dicho Jesucristo en el fondo de tu corazón: "¡Desventurado! ¿por qué me persigues?"

   II. San Pablo escucha la voz de Dios, y le responde: Señor, ¿quién eres tú? Examina las inspiraciones que sientes. ¿Son de Dios? ¿Es la voz de la vanidad o la de Jesucristo la que te llama a esta obra al parecer tan santa? Desde que hayas reconocido la voz de Jesucristo, dile con San Pablo: "Señor, ¿qué quieres que haga?"

   III. San Pablo ejecuta con prontitud aquello que se le manda. Escucha Ananías, recibe el bautismo e, inmediatamente,  da testimonio de Aquél que lo ha llamado de las tinieblas a la luz. ¿Quieres tener éxito en tu conversión? No te demores, vete a buscar un prudente y sabio director espiritual; él será el intérprete de la voluntad de Dios. No tardes, alma mía, en convertirte al Señor, ni lo difieras de día en día. (Eclesiástico).

La obediencia a las inspiraciones de Dios
Orad por la propagación de la fe.

ORACIÓN
      Oh Dios, que habéis instruido al mundo entero por la predicación del apóstol San Pablo, haced, os lo rogamos, que honrando hoy su conversión, marchemos hacia Vos imitando sus ejemplos.  Por N. S. J. C. Amén.
  


  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)

La Conversión del apóstol san Pablo


25 de enero
La Conversión del apóstol san Pablo
Fiesta

PRIMERA LECTURA
Levántate, recibe el bautismo que, por la invocación del nombre de Jesús, lavará tus pecados

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles  22, 3-16

En aquellos días, dijo Pablo al pueblo:
–«Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié en esta ciudad; fui alumno de Gamaliel y aprendí hasta el último detalle de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto fervor como vosotros mostráis ahora. Yo perseguí a muerte este nuevo camino, metiendo en la cárcel, encadenados, a hombres y mujeres; y son testigos de esto el mismo sumo sacerdote y todos los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y fui allí para traerme presos a Jerusalén a los que encontrase, para que los castigaran.
Pero en el viaje, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor, caí por tierra y oí una voz que me decía:
"Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
Yo pregunté:
"¿Quién eres, Señor?"
Me respondió:
"Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues."
Mis compañeros vieron el resplandor, pero no comprendieron lo que decía la voz.
Yo pregunté:
"¿Qué debo hacer, Señor?"
El Señor me respondió:
"Levántate, sigue hasta Damasco, y allí te dirán lo que tienes que hacer. "
Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.
Un cierto Ananías, devoto de la Ley, recomendado por todos los judíos de la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo:
"Saulo, hermano, recobra la vista."
Inmediatamente recobré la vista y lo vi.
Él me dijo:
"El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su voz, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, no pierdas tiempo; levántate, recibe el bautismo que, por la invocación de su nombre, lavará tus pecados."»
Palabra de Dios.


O bien:

Te dirán lo que tienes que hacer

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles         9, 1-22

En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres.
En el viaje, cerca ya de Damasco, de repente, una luz celeste lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
–«Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
Preguntó él:
–«¿Quién eres, Señor?»
Respondió la voz:
–«Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.»
Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
–«Ananías.»
Respondió él:
–«Aquí estoy, Señor.»
El Señor le dijo:
–«Ve a la calle Mayor, a casa de Judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.»
Ananías contestó:
–«Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.»
El Señor le dijo:
–«Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a pueblos y reyes, y a los israelitas. Yo le enseñaré lo que tiene que sufrir por mi nombre.»
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
–«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.»
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y lo bautizaron. Comió, y le volvieron las fuerzas.
Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios. Los oyentes quedaban pasmados y comentaban:
–«¿No es éste el que se ensañaba en Jerusalén contra los que invocan ese nombre? Y, ¿no había venido aquí precisamente para llevárselos detenidos a los sumos sacerdotes?»
Pero Pablo se crecía y tenía confundidos a los judíos de Damasco, demostrando que Jesús es el Mesías.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
O bien:
R. Aleluya.

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.

Aleluya   Cf. Jn 15, 16

Yo os he elegido del mundo, para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure –dice el Señor–.

EVANGELIO
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
–«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Palabra del Señor.