miércoles, 31 de julio de 2013

31 de julio - San Ignacio de Loyola, presbítero Memoria

PRIMERA LECTURA
Hacedlo todo para gloria de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 31 - 11, 1
Hermanos:
Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.
No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven.
Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 9a)
R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

EVANGELIO
El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser mi discípulo
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
«Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: “Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar”».

Palabra del Señor.

martes, 30 de julio de 2013

MARTES DE LA DECIMOSÉPTIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
El Señor hablaba con Moisés cara a cara
Lectura del libro del Éxodo 33, 7-11; 34, 5b-9. 28
En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera a distancia del campamento y la llamó «Tienda del encuentro». El que tenía que visitar al Señor, salía fuera del campamento y se dirigía a la tienda del encuentro.
Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que éste entraba en la tienda; en cuanto él entraba, la columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda, mientras él hablaba con el Señor, y el Señor hablaba con Moisés.
Cuando el pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se prosternaba cada uno a la entrada de su tienda.
El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo.
Después él volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda.
Y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él proclamando: —Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación, que perdona culpa, delito y pecado, pero no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación.
Moisés al momento se inclinó y se echó por tierra.
Y le dijo: ─Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.
Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus noches: no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas las cláusulas del pacto, los diez mandamientos.

Salmo responsorial Sal 102, 6-7. 8-9. 10-11. 12-13

V/. El Señor es compasivo y misericordioso.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

V/. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

V/. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando, ni guarda rencor perpetuo. R/.

V/. No nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos paga según nuestras culpas; como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus pieles. R/.

V/. Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos; como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles. R/.

EVANGELIO

Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 36-43
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa.
Los discípulos se le acercaron a decirle: Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
El les contestó: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre.
El que tenga oídos, que oiga.
Palabra del Señor.

lunes, 29 de julio de 2013

29 de julio. Santa Marta. Memoria

29 de julio
Santa Marta
Memoria
PRIMERA LECTURA
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4 7-16
Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene, se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33
R. Bendigamos al Señor a todas horas.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo. R.
Proclamemos qué grande es el Señor y alabemos su nombre. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R.
Vuélvanse a él y quedarán radiantes, jamás se sentirán decepcionados. El Señor siempre escucha al afligido, de su tribulación lo pone a salvo. R.
A quien teme al Señor, el ángel del Señor lo salva y cuida. ¡Prueben! Verán qué bueno es el Señor; dichoso quien en él confía. R.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a quienes lo aman. El rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor nada le falta. R.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.

EVANGELIO
Creo que tú eres el Hijo de Dios vivo
+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Ya sé que resucitará en la resurrección del último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquél que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú ésto?»
Ella le contestó:
«Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, el que tenía que venir al mundo».

Palabra del Señor.

domingo, 28 de julio de 2013

SAN VÍCTOR, Papa y Mártir. SANTOS NAZARIO y CELSO, Mártires

28 de julio
 SANTOS NAZARIO y CELSO,
Mártires
Yo tengo contra ti, que decaíste de tu primera caridad.
(Apocalipsis, 2, 4) .

   La única información histórica que poseemos en relación a estos dos mártires es el descubrimiento de sus cuerpos por San Ambrosio. Paulinus (Vita Ambrosii, XXXII-XXXIII) relata que Ambrosio, en algún momento durante los tres últimos años de su vida, después de la muerte del Emperador Teodocio (m. 395), descubrió en un jardín fuera de los muros de Milán, el cuerpo de San Nazario, con su cabeza rígida y aún manchada con sangre y por él, fue enviada a la Basílica de los Apóstoles. En el mismo jardín, Ambrosio del mismo modo descubrió el cuerpo de San Celso por quien fue trasladado a la misma basílica. Obviamente, una tradición respecto a estos mártires existe en la comunidad Cristiana de Milán lo que llevó al descubrimiento de los dos cuerpos. Se ubica el martirio de estos testigos de la fe, durante la persecución de Nerón y describe con muchos detalles los supuestos viajes de San Nazario a través de la Galia e Italia. Es también relacionado con los dos mártires Gervacio y Protasio. Paulino dice claramente (1.c.) que la fecha en la cual Nazario sufrió su martirio es desconocida. El discurso elogiando a los dos santos, atribuido a San Ambrosio (Sermo lv, in P.L., XVII, 715 sqq.), no es genuino. San Paulino de Nola habla en alabanzas de San Nazario en su Poema XXVII (P.L., LXI, 658). Un magnífico relicario de plata con interesantes figuras que data del  siglo cuarto, fue encontrado en la iglesia de San Nazario en Milán (Venturi, "Storia dell' arte italiana", I, Milan, 1901, fig. 445-49). 


28 de julio
 SAN VÍCTOR,
Papa y Mártir

   San Victor I (189-199) Era africano. Su pontificado coincidió con un período tranquilo y favorable para el Cristianismo, gracias a la influencia y a la protección de dos mujeres: Marcia y Julia Domna, respectivas esposas de Cómodo y de Septimio Severo. De esta forma pudo dirigir su labor a la solución de algunos problemas importantes.

   Para oponerse al gnosticismo y a otras formas herejes que iban asentándose, convocó un concilio en el año 198. El concilio fue una buena ocasión para dirimir y resolver cuestiones de carácter religioso y disciplinario.

   Víctor era proclive a no aconsejar, sino a imponer a las otras Iglesias el juicio de Roma, produciendo a veces el resentimiento de algunos obispos que no tenían tendencia a aceptar tales imposiciones. Fue el caso de Policrates, obispo de Éfeso, que se ofendió por esta injerencia. El tema era de nuevo la Pascua. Víctor reiteró las decisiones de Sotero y Eleuterio, tanto por lo que concernía la fecha, que tenía que ser un domingo, como la presencia de algunas costumbres procedentes del judaísmo, y aún perpetuadas en algunas comunidades cristianas. Por ejemplo comer el cordero pascual.

   Para suprimir estas costumbres, y para unificar los ritos en todas las Iglesias, Víctor encomendó a Policrates que convocara la reunión de un concilio. La conclusión conciliar fue que se declaró lícito para todos respetar sus propios ritos y costumbres. Policrates se justificó ante el Papa con una carta, en la que entre otras cosas afirmaba: "...hay que obedecer más a Dios que a los hombres". Con el tiempo todas las Iglesias se uniformaron.

MEDITACIÓN SOBRE LA INOCENCIA

   I. Hay que ser inocente para entrar en el cielo; nada sucio penetra en él. Si perdiste la inocencia bautismal, será menester no sólo recurrir al sacramento de la penitencia, sino también expiar con lágrimas, oraciones y buenas obras, la pena debida por tus pecados mortales, aunque estén perdonados; si aquí abajo no pagas esa deuda, forzoso será que la pagues en las llamas del Purgatorio. Elige. Solamente hay dos caminos para llegar al cielo: la inocencia y la penitencia. El primer grado de la felicidad es no pecar; el segundo, reconocer las faltas. (San Cipriano).

   II. Vela por la pureza de tus manos, de tu corazón, de tu lengua, es decir, de tus acciones, de tus pensamientos y de tus palabras. Tus palabras son el intérprete de tus pensamientos; serán puras si tus pensamientos son puros, porque de la abundancia del corazón habla la boca. La bondad como la malicia de nuestras acciones viene de nuestra voluntad: de ella proceden la vida y la muerte. Cuida, pues, con todo esmero, la pureza de tu corazón.

   III. Si injustamente se te acusa de alguna maldad, regocíjate al verte tratado como lo fue Jesucristo. Consuélate con el testimonio de tu conciencia y con el pensamiento de que Dios conoce tu inocencia. Quéjate a Jesús crucificado, como un amigo a su amigo, de la injuria que se te hace. Dile: Señor, soy inocente de la maldad que se me imputa, pero he cometido muchas otras que merecen mayor castigo. Menos sufrimos de lo que en realidad merecemos. (Salviano).

La santidad
Orad por la Jerarquía

ORACIÓN

   Señor, que la generosa confesión de vuestros santos Nazario, Celso y Víctor  reanime nuestro valor y nos obtenga el socorro que reclama nuestra flaqueza. Por J. C. N. S. Amén.

sábado, 27 de julio de 2013

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
No se enfade mi Señor, si sigo hablando
Lectura del libro del Génesis 18, 20-32
En aquellos días, el Señor dijo:
—«La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.»
Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán.
Entonces Abrahán se acercó y dijo a Dios:
—«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?»
El Señor contestó:
—«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.»
Abrahán respondió:
—«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?»
Respondió el Señor:
—«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco.»
Abrahán insistió:
— «Quizá no se encuentren más que cuarenta.»
Le respondió:
—«En atención a los cuarenta, no lo haré.»
Abrahán siguió:
—«Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?»
É1 respondió:
—«No lo haré, si encuentro allí treinta.»
Insistió Abrahán:
—«Me he atrevido a hablar a mi Señor. ¿Y si se encuentran sólo veinte?»
Respondió el Señor:
—«En atención a los veinte, no la destruiré.»
Abrahán continuó:
—«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?»
Contestó el Señor:
—«En atención a los diez, no la destruiré.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 137, 1-2a. 2bc-3. 6-7ab. 7c-8 (R.: 3a)
R. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre, por tu misericordia y tu lealtad. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.
El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio. Cuando camino entre peligros, me conservas la vida; extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo. R.
Y tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R.


SEGUNDA LECTURA
Os dio vida en Cristo, perdonándoos todos los pecados
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 2, 12-14
Hermanos:
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados.
Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros;
lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz.
Palabra de Dios.

Aleluya Rm 8, 15bc
Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!, Padre.»


EVANGELIO
Pedid y se os dará
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 1-13
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
—«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo:
—«Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."»
Y les dijo:
—«Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle:
"Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle."
Y, desde dentro, el otro le responde:
"No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos."
Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros:
Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA DECIMOSEXTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros
Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8
En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una:
–Haremos todo lo que dice el Señor.
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas, como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió:
–Haremos todo lo que manda el Señor y le obedeceremos. Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo:
–Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 49, 1-2.5-6. 14-15
R.  Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.
El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de Oriente a Occidente.
Desde Sión, la Hermosa,
Dios resplandece. R.
«Congregadme a mis fieles
que sellaron mi pacto con un sacrificio.»
Proclame el cielo su justicia:
Dios en persona va a juzgar. R.
Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo,
e invócame el día del peligro:
yo te libraré, y tú me darás gloria. R.

EVANGELIO
Dejadlos crecer juntos hasta la siega
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente:
– El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga, apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
– Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?
El les dijo:
– Un enemigo lo ha hecho.
Los criados le preguntaron:
– ¿Quieres que vayamos a arrancarla?
Pero él les respondió:
– No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores:
– Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.

Palabra del Señor.

viernes, 26 de julio de 2013

SAN JOAQUÍN Padre de la Stma. Virgen

26 de julio
SAN JOAQUÍN

Padre de la Stma. Virgen
   Es inútil buscar en la Sagrada Escritura una huella, siquiera fugaz, del abuelo materno de Jesús. Las genealogías que San Mateo (1, 1) y San Lucas (3, 23) incluyen en sus Evangelios dibujan a grandes rasgos el árbol genealógico de Jesús, tomando por puntos de referencia los cabezas de familia, desde San José, su padre legal, hasta Adán, pasando por David y Judá. La línea materna, en cambio, queda silenciada. Ante este problema, y en la necesidad de dilucidar la cuestión de la ascendencia de María, Padres de la Iglesia oriental tan venerables como San Epifanio y San Juan Damasceno no tuvieron reparo en echar mano de una añeja tradición en la que se contienen diversas noticias acerca de los abuelos maternos de Jesús. Por otra parte, el hecho de que tantas veces encontremos representaciones pictóricas y escultóricas alusivas a los primeros años de María, quien aparece reclinada en los brazos de su madre, Santa Ana, y a escenas de la vida pastoril de San Joaquín, a quien se presenta como padre de María, lo mismo en mosaicos bizantinos del Monte Athos que en tablas de la escuela valenciana o castellana, atestigua la raigambre y el favor de que ha gozado en la cristiandad la piadosa tradición que hace a San Joaquín y Santa Ana padres de María y abuelos de Jesús.
   Dicha tradición fue recopilada en la Edad Media por Jacobo de Vorágine y Vicente de Beauvais, quienes se encargaron de difundirla por el Occidente, pero ya en el siglo VI había sido aceptada oficialmente por la Iglesia oriental, refrendada como estaba por escritos venerables, cuya antigüedad llega a remontar el siglo II. En todos los datos que dicha tradición recoge acerca de la vida de San Joaquín descansa un fondo de verosimilitud que no puede ser turbado por el carácter apócrifo de los documentos escritos en que están contenidos. Pero ellos no constituyen, naturalmente, un cimiento inconmovible, sobre el que se pueda edificar históricamente la vida del augusto abuelo de Jesús, junto al nombre comúnmente aceptado de Joaquín (que significa el hombre a quien Yahvé levanta), se encuentran otros más raros como Cleofás, Jonachir y Sadoch, que no son sino variantes sin importancia de los documentos escritos. Una curiosa tradición retransmitida por los cruzados hace nacer a San Joaquín en Séforis, pequeña ciudad de Galilea. Otros dicen que fue Nazaret su ciudad natal. San Juan Damasceno dice que su padre se llamaba Barpanther. Según el Protoevangelio de Santiago, apócrifo, que se remonta a las últimas décadas del siglo II en su núcleo primitivo, contrajo matrimonio con Santa Ana a la edad de veinte años. Pronto se trasladaron a Jerusalén, viviendo, al parecer, en una casa situada cerca de la famosa piscina Probática. Gozaban ambos esposos de una vida conyugal dichosa y de un desahogo económico que les permitía dar rienda suelta a su generosidad para con Dios y a su liberalidad para con los prójimos. Algunos documentos llegan incluso a decir que eran los más ricos del pueblo y dan incluso una minuciosa relación de la distribución que hacía San Joaquín de sus ganancias.
   Sólo una sombra eclipsaba su felicidad, y ésta era la falta de descendencia después de largos años de matrimonio. Esta pena subió de punto al verse Joaquín vejado públicamente una vez por un judío llamado Rubén al ir a ofrecer sus dones al Templo. El motivo de tal vejación fue la nota de esterilidad, que todos por entonces consideraban como señal de un castigo de Dios. Tal impacto causó este incidente en el alma de San Joaquín, que inmediatamente se retiró de su casa y se fue al desierto, en compañía de sus pastores y rebaños, para ayunar y rogar a Dios que le concediera un vástago en su familia. Mientras tanto Ana, su mujer, había quedado en casa, toda desconsolada y llorosa porque a su condición de estéril se había añadido la desgracia de quedar viuda por la súbita desaparición de su marido. Después de cuarenta días de ayuno Joaquín recibió una visita de un ángel del Señor, trayéndole la buena nueva de que su oración había sido oída y de que su mujer había concebido ya una niña, cuya dignidad con el tiempo sobrepujaría a la de todas las mujeres y quien ya desde pequeñita habría de vivir en el templo del Señor. Poco antes le había sido notificado a Ana este mismo mensaje, diciéndosele, además, que su marido Joaquín estaba ya de vuelta. Efectivamente, Joaquín, no bien repuesto de la emoción, corrió presurosamente a su casa y vino a encontrar a su mujer junto a la puerta Dorada de la ciudad, donde ésta había salido a esperarle.
   Llegó el fausto acontecimiento de la natividad de María, y Joaquín, para festejarlo, dio un banquete a todos los principales de la ciudad. Durante él presentó su hija a los sacerdotes, quienes la colmaron de bendiciones y de felices augurios. Joaquín no echó en olvido las palabras del ángel relativas a la permanencia de María en el Templo desde su más tierna edad, e hizo que, al llegar ésta a los tres años, fuera presentada solemnemente en la casa de Dios. Y para que la niña no sintiera tanto la separación de sus padres procuró Joaquín que fuera acompañada por algunas doncellas, quienes la seguían con candelas encendidas.
   Estos son los detalles que la tradición cristiana nos ha transmitido acerca de la vida de San Joaquín. Todos ligados, naturalmente, al nacimiento y primeros pasos de María sobre la tierra. Si es verdad que buena parte de los referidos episodios deben su inspiración a analogías con figuras del Antiguo Testamento y al deseo de satisfacer nuestra curiosidad sobre la ascendencia humana de Jesús, no lo es menos que todos, en conjunto, ofrecen una estampa amable y altamente ejemplar del padre de la Virgen, que ha sido forjada por muchos años de tradición y que goza del refrendo autorizado de la Iglesia.
 AURELIO DE SANTOS OTERO


San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María. Memoria


PRIMERA LECTURA
Elogio a nuestros antepasados
Lectura del libro del Eclesiástico 44, 1.10-15

Hagamos el elogio de los hombres de bien,
de la serie de nuestros antepasados.
Fueron hombres de bien,
su esperanza no se acabó;
sus bienes perduran en su descendencia,
su heredad pasa de hijos a nietos.
Sus hijos siguen fieles a la alianza,
y también sus nietos, gracias a ellos.
Su recuerdo dura por siempre,
su caridad no se olvidará.
Sepultados sus cuerpos en paz,
vive su fama por generaciones;
el pueblo cuenta su sabiduría,
la asamblea pregona su alabanza.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 131, 11. 13-14. 17-18 (R.: cf. Lc 1, 32a)
R. El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre.

El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: «A uno de tu linaje pondré sobre tu trono.» R.
Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre, aquí viviré, porque la deseo.» R.
«Haré germinar el vigor de David, enciendo una lámpara para mi Ungido. A sus enemigos los vestiré de ignominia, sobre él brillará mi diadema.» R.

Aleluya Cf. Lc 2, 25c
Aguardaban el consuelo de Israel. y el Espíritu Santo moraba en ellos.

EVANGELIO
Muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 16-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.»

Palabra del Señor. 

VIERNES DE LA DECIMOSEXTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
La ley se dio por medio de Moisés
Lectura del libro del Éxodo 20, 1-17
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras:
–Yo soy el Señor, tu Dios,
que te saqué de Egipto, de la esclavitud.
No tendrás otros dioses frente a mí.
No te harás ídolos
–figura alguna de lo que hay arriba en el cielo,
abajo en la tierra,
o en el agua debajo de la tierra–.
No te postrarás ante ellos, ni les darás culto;
porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso:
castigo el pecado de los padres
en los hijos, nietos y biznietos,
cuando me aborrecen.
Pero actúo con piedad por mil generaciones
cuando me aman y guardan mis preceptos.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso.
Porque no dejará el Señor impune
a quien pronuncie su nombre en falso.
Fíjate en el sábado para santificarlo.
Durante seis días trabaja y haz tus tareas,
pero el día séptimo es un día de descanso,
dedicado al Señor, tu Dios:
no harás trabajo alguno,
ni tú, ni tu hijo, ni tu hija,
ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado,
ni el forastero que vive en tus ciudades.
Porque en seis días hizo el Señor
el cielo, la tierra, el mar
y lo que hay en ellos.
Y el séptimo día descansó;
por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre:
así se prolongarán tus días
en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo:
no codiciarás la mujer de tu prójimo,
ni su esclavo, ni su esclava, ni un buey, ni un asno,
ni nada que sea de él.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11
R.  Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma,
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R.

EVANGELIO
El que escucha la palabra y la acepta; ese dará fruto
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 18-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.
Palabra del Señor.

miércoles, 24 de julio de 2013

25 de julio Santiago, apóstol. Solemnidad


PRIMERA LECTURA
Hizo decapitar a Santiago
Lectura de los Hechos de los Apóstoles  4, 33. 5, 12. 27b-33; 12, 1b
En aquellos días, los Apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Los trajeron y los condujeron a presencia del Consejo y el sumo sacerdote los interrogó:
— ¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.
Pedro y los Apóstoles replicaron:
— Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. «El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero.» «La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión con el perdón de los pecados.» Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Ellos al oír esto se consumían de rabia y trataban de matarlos y el rey Herodes hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial Sal 66, 2-3. 5. 7-8.
R. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
    que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud,
y gobiernas las naciones de la tierra. R.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe. R.

SEGUNDA LECTURA
Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios  4, 7-15
Hermanos: Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien.
Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.
Palabra de Dios.

Aleluya
Aleluya, aleluya.
Astro brillante de España, Apóstol Santiago, tu cuerpo descansa en la paz; tu gloria pervive entre nosotros Aleluya.

O bien:
Aleluya, aleluya.
El Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para dar su vida en rescate por muchos. Aleluya.

O bien:
Aleluya, aleluya.
Mi cáliz lo beberéis. El puesto a mi derecha o a mi izquierda es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre. Aleluya.

EVANGELIO
Mi cáliz lo beberéis
Lectura del santo Evangelio según San Mateo  20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. El le preguntó:
- ¿Qué deseas?
Ella contestó:
- Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
Pero Jesús replicó:
- No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? Contestaron: - Lo somos.
El les dijo: - Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo:
-Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para dar su vida en rescate por muchos.

Palabra de Dios.

MIÉRCOLES DE LA DECIMOSEXTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Yo haré llover pan del cielo
Lectura del libro del Éxodo 16, 1-5. 9-15
Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de salir de Egipto.
La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto diciendo:
–¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad.
El Señor dijo a Moisés:
–Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. El día sexto prepararán lo que hayan recogido, y será el doble de lo que recogen a diario.
Moisés dijo a Aarón:
–Di a la comunidad de los israelitas: «Acercaos al Señor, que ha escuchado vuestras murmuraciones».
Mientras Aarón hablaba a la asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que aparecía en una nube.
El Señor dijo a Moisés:
–He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles de mi parte: «Al atardecer comeréis carne, por la mañana os hartaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro».
Por la tarde una bandada de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana había una capa de rocío alrededor de él. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se dijeron:
–¿Qué es esto?
Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:
–Es el pan que el Señor os da de comer.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 77, 18-19.23-24. 25-26. 27-28
R.  El Señor les dio pan del cielo.
Tentaron a Dios en sus corazones,
pidiendo una comida a su gusto;
hablaron contra Dios: «¿Podrá Dios
preparar una mesa en el desierto?» R.
Pero dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R.
Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Hizo soplar desde el cielo el Levante,
y dirigió con su fuerza el viento Sur. R.
Hizo llover carne como una polvareda,
y volátiles como arena del mar;
los hizo caer en mitad del campamento,
alrededor de sus tiendas. R.

EVANGELIO
Cayó en tierra buena y dio grano
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas:
– Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos, que oiga.
Palabra del Señor.