jueves, 30 de abril de 2015

JUEVES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Dios sacó de la descendencia de David un salvador: Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 13-25

En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la vela en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan los dejó y se volvió a Jerusalén. Desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la Ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir:
—«Hermanos, si queréis exhortar al pueblo, hablad.»
Pablo se puso en pie y, haciendo seña de que se callaran, dijo:
—«Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso; unos cuarenta años los alimentó en el desierto, aniquiló siete naciones en el país de Canaán y les dio en posesión su territorio, unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. Pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. Lo depuso y nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos." Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias."»
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 21-22. 25 y 27 (R/.: cf. 2a)
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.
Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R/.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. El me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» R/.
 
Aleluya Ap 1, 5ab
Jesucristo, tú eres el testigo fiel,
el primogénito de entre los muertos;
tú nos amaste
y nos has librado de nuestros pecados por tu sangre.
 
EVANGELIO
El que recibe a mi enviado me recibe a mí

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 16-20

Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo:
—«Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mi me recibe recibe al que me ha enviado.»
Palabra del Señor.

martes, 28 de abril de 2015

MARTES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles al Señor Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 11, 19-26

En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los helenistas, anunciándoles la Buena Noticia del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho, y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al Señor.
Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 86, 1-3. 4-5. 6- 7 (R/.: Sal 116, 1a)
R/. Alabad al Señor, todas las naciones.

Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! R/.
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.» Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado.» R/.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Éste ha nacido allí.» Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti.» R/.
 
Aleluya Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—, y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO
Yo y el Padre somos uno
 
 +Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
—«¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.»
Jesús les respondió:
—«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mi. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatara de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»
Palabra del Señor.

lunes, 27 de abril de 2015

LUNES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
También a los gentiles les ha otorgado Dios
la conversión que lleva a la vida

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 11, 1-18

En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los gentiles hablan recibido la palabra de Dios. Cuando Pedro subió a Jerusalén, los partidarios de la circuncisión le reprocharon:
—«Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos.»
Pedro entonces se puso a exponerles los hechos por su orden:
—«Estaba yo orando en la ciudad de Jafa, cuando tuve en éxtasis una visión: Algo que bajaba, una especie de toldo grande, cogido de los cuatro picos, que se descolgaba del cielo hasta donde yo estaba. Miré dentro y vi cuadrúpedos, fieras, reptiles y pájaros. Luego oí una voz que me decía: "Anda, Pedro, mata y come." Yo respondí: "Ni pensarlo, Señor; jamás ha entrado en mi boca nada profano o impuro." La voz del cielo habló de nuevo: "Lo que Dios ha declarado puro, no lo llames tú profano." Esto se repitió tres veces, y de un tirón lo subieron todo al cielo.
En aquel preciso momento se presentaron, en la casa donde estábamos, tres hombres que venían de Cesarea con un recado para mí. El Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin más. Me acompañaron estos seis hermanos, y entramos en casa de aquel hombre. Él nos contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: "Manda recado a Jafa e invita a Simón Pedro a que venga; lo que te diga te traerá la salvación a ti y a tu familia."
En cuanto empecé a hablar, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, igual que había bajado sobre nosotros al principio; me acordé de lo que había dicho el Señor: "Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo." Pues, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?»
Con esto se calmaron y alabaron a Dios diciendo:
—«También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida.»
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 41, 2-3; 42, 3. 4 (R/.: cf. 41, 3a)
R/. Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo.

Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/.
Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. R/.
Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío. R/.
 
Aleluya Jn 10, 14
Yo soy el buen Pastor —dice el Señor—, que conozco a mis ovejas, y las mías me conocen.
 
EVANGELIO
Yo soy la puerta de las ovejas

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús:
—«Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
—«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»
Palabra del Señor.

sábado, 25 de abril de 2015

DOMINGO IV DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Ningún otro puede salvar

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 8-12

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo:
—«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros.
Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28-29 (R/.: 22)

R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los jefes. R/.
Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo la hecho, ha sido un milagro patente. R/.
Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor. Tu eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. R/.
SEGUNDA LECTURA
Veremos a Dios tal cual es

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-2

Queridos hermanos:
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Palabra de Dios.

Aleluya Jn 10, 14
Yo soy el buen Pastor
—dice el Señor—,
conozoco a mis ovejas, y las mías me conocen.

EVANGELIO
El buen pastor da la vida por las ovejas

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús:
—«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»
Palabra del Señor.

25 de abril. San Marcos, evangelista. Fiesta

PRIMERA LECTURA
Os saluda Marcos, mi hijo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro    5, 5b-14
Queridos hermanos: 
Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, os ensalce. Descargad en él todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros.
Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero pasan por los mismos sufrimientos. Tras un breve padecer, el mismo Dios, de toda gracia, que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os restablecerá, os afianzará, os robustecerá. Suyo es el poder por los siglos. Amén.
Os he escrito esta breve carta por mano de Silvano, al que tengo por hermano fiel, para exhortaros y atestiguaros que ésta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos en ella.
Os saluda la comunidad de Babilonia, y también Marcos, mi hijo. Saludaos entre vosotros con el beso del amor fraterno.
Paz a todos vosotros, los cristianos.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial   Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.
El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles. ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R.

Aleluya   1 Cor 1, 23-24
Aleluya, aleluya. Nosotros predicamos a Cristo crucificado, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Aleluya.

EVANGELIO
Proclamad el Evangelio a toda la creación
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
-«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Palabra del Señor.

viernes, 24 de abril de 2015

VIERNES DE LA III SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Es un instrumento elegido por mí
para dar a conocer mi nombre a los pueblos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9, 1-20

En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres.
En el viaje, cerca ya de Damasco, de repente, una luz celeste lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
—«Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
Pregunto el:
—«¿Quién eres, Señor?»
Respondió la voz:
—«Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.»
Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
—«Ananías.»
Respondió él:
—«Aquí estoy, Señor.»
El Señor le dijo:
—«Ve a la calle Mayor, a casa de Judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.»
Ananías contestó:
—«Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.»
El Señor le dijo:
—«Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a pueblos y reyes, y a los israelitas. Yo le enseñaré lo que tiene que sufrir por mi nombre.»
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
—«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.»
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y lo bautizaron. Comió, y le volvieron las fuerzas.
Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 116, 1. 2 (R/.: Mc 16, 15)

R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. R/.
Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R/.
 
Aleluya Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él —dice el Señor—.

EVANGELIO
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 52-59

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre si:
—«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
—«Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.
Palabra del Señor.

jueves, 23 de abril de 2015

JUEVES DE LA III SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Siguió su viaje lleno de alegría

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 8, 26-40

En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe:
—«Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto.»
Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que habla ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
—«Acércate y pégate a la carroza.»
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta (salas, y le preguntó:
—«¿Entiendes lo que estás leyendo?»
Contestó:
—«¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me gula?»
Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:
«Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de los vivos.»
El eunuco le preguntó a Felipe:
—«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?»
Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
—«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?»
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría.
Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesarea.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 65, 8-9. 16-17. 20 (R/.: 1)
R/. Aclamad al Señor, tierra entera.

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.
Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. R/.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor. R/.
 
Aleluya Jn 6, 51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor—; el que coma de este pan vivirá para siempre.
 
EVANGELIO
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«Nadie puede venir a mi, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mi.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Palabra del Señor.

miércoles, 22 de abril de 2015

MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Al ir de un lugar para otro, iban difundiendo el Evangelio

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 8, 1b-8

Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaria.
Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él.
Saulo se ensañaba con la Iglesia; penetraba en las casas y arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres.
Al ir de un lugar para otro, los prófugos iban difundiendo el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 65, 1-3a. 4-5. 6-7a (R/.: 1)
R/. Aclamad al Señor, tierra entera.

Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras!» R/.
Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.
Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna enteramente. R/.
 
Aleluya cf. Jn 6, 40
Todo el que cree en el Hijo tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día —dice el Señor—.
 
EVANGELIO
Ésta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 35-40

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.
Todo lo que me da el Padre vendrá a mi, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.
Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.»
Palabra del Señor.

martes, 21 de abril de 2015

MARTES DE LA TERCERA SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Señor Jesús, recibe mi espíritu

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 7, 51-8, 1a

En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas:
—«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la Ley por mediación de ángeles, y no la habéis observado.»
Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
—«Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.»
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
—«Señor Jesús, recibe mi espíritu.»
Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito:
—«Señor, no les tengas en cuenta este pecado.»
Y, con estas palabras, expiró.
Saulo aprobaba la ejecución.
Palabra de Dios.
 
Sal 30, 3cd-4. 6ab y 7b y 8a. 17 y 21ab (R/.: 6a)
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás;
yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R/.
 
Aleluya Jn 6, 35ab
Yo soy el pan de la vida
—dice el Señor—;
el que viene a mi no pasará hambre.
 
EVANGELIO
No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: —«¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo."»
Jesús les replicó:
—«Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.»
Entonces le dijeron:
—«Señor, danos siempre de este pan.»
Jesús les contestó:
—«Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»
Palabra del Señor.

lunes, 20 de abril de 2015

LUNES DE LA TERCERA SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 8-15
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Indujeron a unos que asegurasen:
—«Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.»
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían:
—«Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés.»
Todos los miembros del Sanedrín miraron a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 23-24. 26-27. 29-30 (R/.: 1)
R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí, tu siervo medita tus leyes; tus preceptos son mi delicia, tus decretos son mis consejeros. R/.
Te expliqué mi camino, y me escuchaste: enséñame tus leyes; instrúyeme en el camino de tus decretos, y meditaré tus maravillas. R/.
Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu voluntad; escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos. R/.

Aleluya Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO
Trabajad, no por el alimento que perece,
sino por el alimento que perdura para la vida eterna
 +Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 22-29
Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
—«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les contestó:
—«Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.»
Ellos le preguntaron:
—«Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?»
Respondió Jesús:
—«La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.»
Palabra del Señor.

sábado, 18 de abril de 2015

DOMINGO III DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 13-15. 17-19

En aquellos días, Pedro dijo a la gente:
—«El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazásteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Rechazásteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.»
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 4, 2. 7. 9 (R/.: cf. 7)
R/. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor.

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración. R/.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» R/.
En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. R/.
 
SEGUNDA LECTURA
Él es victima de propiciación por nuestros pecados y también por los del mundo entero

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 1-5

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis.
Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
Él es victima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos.
Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él.
Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
Palabra de Dios.
 
Aleluya cf. Lc 24, 32
Señor Jesús, explícanos las Escrituras;
haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas.
 
EVANGELIO
Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día

 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
—«Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
—«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
—«¿Tenéis ahí algo que comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
—«Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
—«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA II SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Eligieron a siete hombres llenos de espíritu

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron:
—«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.»
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el numero de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19 (R/.: 22)
R/. Que tu misericordia, Señor? venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
O bien:
Aleluya.

Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la citara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.
Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
 
Aleluya
Ha resucitado Cristo, que creó todas las cosas y se compadeció del género humano.
 
EVANGELIO
Vieron a Jesús caminando sobre el lago

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 16-21

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron. Pero él les dijo:
—«Soy yo, no temáis.»
Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.
Palabra del Señor.

viernes, 17 de abril de 2015

VIERNES DE LA II SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 34-42

En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a aquellos hombres y dijo:
—«Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. No hace mucho salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acabó en nada.
Más tarde, cuando el censo, salió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces.
En el caso presente, mi consejo es éste: No os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán; pero, si es cosa de Dios, no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios.»
Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 26, 1. 4. 13-14 (R/.: cf. 4ab)
R/. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.
O bien:
Aleluya.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/.
 
Aleluya Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
 
EVANGELIO
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
—«¿Con qué compraremos panes para que coman estos?»
Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
—«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
—«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»
Jesús dijo:
—«Decid a la gente que se siente en el suelo.»
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
—«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.»
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
—«Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor.

jueves, 16 de abril de 2015

JUEVES DE LA II SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27-33

En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles a presencia del Sanedrín, y el sumo sacerdote les interrogó:
—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron:
—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»
Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 33, 2 y 9. 17-18.19-20 (R/.: 7a)
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
O bien:
Aleluya.
 
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.
El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor. R/.
 
Aleluya Jn 20, 29
Porque me has visto, Tomás, has creído.
Dichosos los que crean sin haber visto.
 
EVANGELIO
El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano
 
+Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 31-36
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto
en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor.

miércoles, 15 de abril de 2015

MIÉRCOLES DE LA II SEMANA DE PASCUA


PRIMERA LECTURA
Los hombres que metisteis en la cárcel
están en el templo enseñando al pueblo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 17-26

En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido -la secta de los saduceos—, llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles:
—«Id al templo y explicadle allí al pueblo íntegramente este modo de vida.»
Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar:
—«Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro.»
El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué habla pasado con los presos. Uno se presentó, avisando:
—«Los hombres que metisteis en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo.»
El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 7a)
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
O bien:
Aleluya

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloria en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.
 
Aleluya Jn 3,16
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único; todos los que creen en él tienen vida eterna.
 
EVANGELIO
Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por él

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 16-21

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.
Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor.

martes, 14 de abril de 2015

MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Todos pensaban y sentían lo mismo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 32-37

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.
Palabra de Dios.
 

Salmo responsorial Sal 92, 1ab. 1c-2. 5 (R/.: 1a)
R/. El Señor reina, vestido de majestad.
O bien:
Aleluya.
El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno. R/.
Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término. R/.
 

Aleluya Jn 3,1 5
El Hijo del hombre tiene que ser elevado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
 

EVANGELIO
Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 5a. 7b-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
—«Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
Nicodemo le preguntó:
—«¿Cómo puede suceder eso?»
Le contestó Jesús:
—«Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.»
Palabra del Señor.

lunes, 13 de abril de 2015

LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Al terminar la oración, los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 23-31

En aquellos días, puestos en libertad, Pedro y Juan volvieron al grupo de los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.
Al oírlo, todos juntos invocaron a Dios en voz alta:
—«Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen; tú inspiraste a tu siervo, nuestro padre David, para que dijera:
"¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías."
Así fue: en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, tu Ungido, para realizar cuanto tu poder y tu voluntad hablan determinado. Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan, y da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jesús.»
Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 2, 1-3. 4-6. 7-9 (R/.: cf. 12d)
R/. Dichosos los que se refugian en ti, Señor.
O bien:
Aleluya.

¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías: «Rompamos sus coyundas, sacudamos su yugo». R/.
El que habita en el cielo sonríe, e! Señor se burla de ellos. Luego les habla con ira, los espanta con su cólera: «Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo.» R/.
Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy. Pídemelo: te daré en herencia las naciones, en posesión, los confines de la tierra: los gobernarás con cetro de hierro, los quebrarás como jarro de loza.» R/.
 
Aleluya Col 3, 1
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios.
 
EVANGELIO
El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios

+Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 1-8

Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
—«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»
Jesús le contestó:
—«Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»
Nicodemo le pregunta:
—«¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?»
Jesús le contestó:
—«Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
Palabra del Señor.

sábado, 11 de abril de 2015

II DOMINGO DE PASCUA o de la Divina Misericordia

PRIMERA LECTURA
Todos pensaban y sentían lo mismo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 32-35

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor.
Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 117, 2-4. 16ab-18. 22-24 (R/.: 1)
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
O bien:
Aleluya.


Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna en su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. R/.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.
 
SEGUNDA LECTURA
Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5, 1-6

Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Palabra del Señor.
 
Aleluya Jn 20, 29
Porque me has visto, Tomás, has creído,
—dice el Señor—.
Dichosos los que crean sin haber visto.
 
EVANGELIO
A los ocho días, llegó Jesús

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
—«Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
—«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
—«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
—«Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó:
—«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llego Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
—«Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás:
—«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás:
—«¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo:
-«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 13-21

En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar:
—«¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre.»
Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron:
—«Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? Juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído.»
Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 117, 1 y 14-15. 16-18. 19-21 (R/.: 21a)
R/. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
O bien:
Aleluya.
 
Dad gracias al Señor porque es bueno,, porque es eterna su misericordia. El Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R/.
La diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. R/.
Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. R/.
 
Aleluya Sal 117, 24
Éste es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
 
EVANGELIO
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

 +Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 9-15

Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo:
—«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.»
Palabra del Señor.

viernes, 10 de abril de 2015

VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Ningún otro puede salvar

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 1-12

En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan, se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Les echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron:
—«¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?»
Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió:
—«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a (R/.: 22)
R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
O bien:
Aleluya.

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R/.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.
Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.
 
Aleluya Sal 117, 24
Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.
 
EVANGELIO
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 1-14

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
—«Me voy a pescar.»
Ellos contestan:
—«Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.
Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
—«Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron:
—«No.»
Él les dice:
—«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
—«Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
—«Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
—«Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.

jueves, 9 de abril de 2015

JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 11-26

En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra:
—«Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando habla decidido soltarlo.
Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos.
Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que habla predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos.
Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados.»
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 8, 2a y 5. 6-7. 8-9 (R/.: 2ab)
R/. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
O bien:
Aleluya.

¡Señor, dueño nuestro, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R/.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R/.
 
Aleluya Sal 117, 24
Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.
 
EVANGELIO
Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
—«Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
—«¿Por qué os alarmáis?,?, ¿por que surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
—«¿Tenéis ahí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
—«Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
—«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Vosotros sois testigos de esto.»
Palabra del Señor.