lunes, 31 de agosto de 2015

LUNES DE LA VIGÉSIMA SEGUNDA SEMANA


PRIMERA LECTURA
A los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con él

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-17

Hermanos: No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza.
Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con él.
Esto es lo que os decimos como Palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para su venida, no aventajaremos a los difuntos.
Pues él mismo, el Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar.
Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire.
Y así estaremos siempre con el Señor.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 95, 1 y 3. 4-5. 11-12a. 12b-13.
V/. El Señor llega a regir la tierra.
R/. El Señor llega a regir la tierra.
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.
V/. Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.
V/. Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena, vitoreen los campos y cuanto hay en ellos. R/.
V/. Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R/.

EVANGELIO
Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres. Ningún profeta es bien mirado en su tierra

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 4, 16-30

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura.
Le entregaron el Libro del Profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó.
Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: ¿No es éste el hijo de José? Y Jesús les dijo: Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo» : haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.
Y añadió: Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra.
Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón.
Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del Profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio.
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
Palabra del Señor

sábado, 29 de agosto de 2015

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
No añadáis nada a lo que os mando..., así cumpliréis los preceptos del Señor

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1-2. 6-8

Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir.
Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros
padres, os va a dar.
No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los
preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que
ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que,
cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un
pueblo sabio e inteligente.”
Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como
lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran
nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os
doy?»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 (R/.: 1a)
R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones
leales y no calumnia con su lengua. R/.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera
despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R/.
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así
obra nunca fallará. R/.

SEGUNDA LECTURA
Llevad a la práctica la palabra

Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 17-18. 21b-22. 27

Mis queridos hermanos:
Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el
cual no hay fases ni períodos de sombra.
Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que
seamos como la primicia de sus criaturas.
Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros.
Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos.
La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y
viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.
Palabra de Dios.

Aleluya St 1,18
El Padre, por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas.

EVANGELIO
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres

 +Lectura del santo evangelio segun san Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
(Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Segun eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús:
—«¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»
Él les contestó:
—«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
"Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos."
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:
—«Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»
Palabra del Señor.

viernes, 28 de agosto de 2015

VIERNES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 1-8

Hermanos: Por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante.
Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.
Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada, que os apartéis del desenfreno, que sepa cada cual procurarse mujer santa y respetuosamente, no por pura pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios.
Y que en este asunto nadie pase por encima de su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y aseguramos.
Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada.
El que desprecia este mandato no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.

Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 96, 1 y 2b. 5-6. 10. 11-12.
V/. Alegraos, justos, con el Señor.
R/. Alegraos, justos, con el Señor.
V/. El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R/.
V/. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra.
Los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.
V/. El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados. R/.
V/. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. R/.

EVANGELIO
Que llega el esposo, salid a recibirlo

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz: «Que llega el esposo, salid a recibirlo!» Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas: «Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas».
Pero las sensatas contestaron: «Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis».
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: «Señor, señor, ábrenos».
Pero él respondió: «Os lo aseguro: no os conozco».
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.
Palabra del Señor

jueves, 27 de agosto de 2015

JUEVES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Que el Señor os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-13

Hermanos: En medio de todos nuestros aprietos y luchas, vosotros con vuestra fe nos animáis; ahora respiramos, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor.
¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? ¡Tanta alegría como gozamos delante de Dios cuando pedimos día y noche veros cara a cara y remediar las deficiencias de vuestra fe! .
Que Dios nuestro Padre y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a veros.
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos.
Y que así os fortalezca internamente; para que cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 89, 3-4. 12-13. 14 y 17
V/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.
R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.
V/. Tú reduces al hombre a polvo, diciendo: «Retornad, hijos de Adán»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó, una vela nocturna. R/.
V/. Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R/.
V/. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

EVANGELIO
Estad preparados

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24, 42-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así.
Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Palabra del Señor

miércoles, 26 de agosto de 2015

MIÉRCOLES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Trabajando día y noche proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 9-13

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.
Vosotros sois testigos, y Dios también, dé lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro proceder con vosotros los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, animando con tono suave o enérgico a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su reino y gloria.
También, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 138, 7-8. 9-10. 11-12ab
V/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
R/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
V/. ¿A dónde iré lejos de tu aliento, a dónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.
V/. Si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha. R/.
V/. Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mí» , ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día. R/.

EVANGELIO
Sois hijos de los que asesinaron a los profetas

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 27-32

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados ! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: «si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas» ! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!
Palabra del Señor

martes, 25 de agosto de 2015

MARTES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-8

Sabéis muy bien, hermanos, que nuestra visita no fue inútil ni mucho menos; a pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis, tuvimos valor apoyados en nuestro Dios para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición.
Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha probado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos no para contentar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestras intenciones.
Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos.
Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 138, 1-3. 4-6.
V/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
R/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
V/. Señor, tú me sondeas y me conoces: me conoces cuando me siento y me levanto, de lejos penetras mis
pensamientos, distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
V/. No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa; es sublime, y no lo abarco. R/.

EVANGELIO
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego! , limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera.
Palabra del Señor

sábado, 22 de agosto de 2015

DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!

Lectura del libro de Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b

En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo:
—«Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.»
El pueblo respondió:
—«¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos. También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 16-17. 18-19. 20-21. 22-23 (R/.: 9a)
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. R/.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. R/.
Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará. R/.
La maldad da muerte al malvado, y los que odian al justo serán castigados. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R/.

SEGUNDA LECTURA
Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 21-32

Hermanos:
Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano.
Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia.
Él se entregó a sl mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.
Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
«Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.»
Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Palabra de Dios.

Aleluya cf.Jn 6, 63c. 68c

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna.

EVANGELIO
¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna

+ Lectura del santo evangelio segun san Juan 6, 60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
—«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
—«¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espítitu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo:
—«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.»
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
—«¿También vosotros queréis marcharos?»
Simon Pedro le contestó:
—«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA VIGÉSIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
El Señor te ha dado hoy quien responda por ti.
Fue el padre de Jesé, padre de David

Lectura del libro de Rut 2, 1-3. 8-11; 4, 13-17.

Noemí tenía, por parte de su marido, un pariente de muy buena posición, llamado Booz, de la familia de Elimelec.
Rut, la moabita, dijo a Noemí: Déjame ir al campo, a espigar donde me admitan por caridad.
Noemí le contestó: Anda, hija mía.
Ella marchó y fue a espigar en las tierras, siguiendo a los segadores.
Entonces Booz dijo a Rut: Escucha, hija. No vayas a espigar a otra parte, no te vayas de aquí ni te alejes de mis criadas.
Fíjate en qué tierra siegan los hombres y sigue a las espigadoras.
Yo he mandado a mis criados que no te molesten.
Cuando tengas sed, vete adonde están los botijos y bebe de lo que saquen los criados.
Rut se echó por tierra ante él y le dijo: Yo soy una forastera; ¿por qué te he caído en gracia y te has interesado por mí? , Me han contado todo lo que hiciste por tu suegra después que murió tu marido: que dejaste a tus padres y tu pueblo natal y has venido a vivir con un pueblo que no conocías.
Así fue cómo Booz se casó con Rut.
Se unió a ella; el Señor hizo que Rut quedara encinta, y dio a luz un hijo.
Las mujeres dijeron a Noemí: Bendito sea el Señor, que te ha dado hoy quien responda por ti.
El nombre del difunto se pronunciará en Israel.
Y el niño te será un descanso y una ayuda en tu vejez; pues te lo ha dado a luz tu nuera, la que tanto te quiere, que te vale más que siete hijos.
Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo.
Las vecinas le buscaban un nombre, diciendo: ¡Noemí ha tenido un niño ! , y le pusieron por nombre Obed.
Fue el padre de Jesé, padre de David.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 127, 1-2. 3. 4. 5.
V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
R/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
V/. Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/.
V/. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/.
V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. R/.
V/. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos los das de tu vida. R/.


EVANGELIO
No hacen lo que dicen

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.
Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame «maestro».
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, Cristo.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Palabra del Señor

viernes, 21 de agosto de 2015

VIERNES DE LA VIGÉSIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Noemí, con Rut la moabita, volvió a Belén.

Comienzo del libro de Rut 1, 1. 3-6. 14b-16. 22

En tiempo de los Jueces, hubo hambre en el país, y un individuo emigró, con su mujer Noemí y sus dos hijos, desde Belén de Judá a la campiña de Moab.
Elimelec, el marido de Noemí, murió, y quedaron con ella sus dos hijos, que se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orfá y la otra Rut.
Pero al cabo de diez años de residir allí, murieron también los dos hijos, y la mujer se quedó sin marido y sin hijos.
Al enterarse de que el Señor se había ocupado de su pueblo, dándole pan, Noemí, con sus dos nueras, emprendió el camino de vuelta desde la campiña de Moab.
De nuevo rompieron a llorar.
Orfá se despidió de su suegra y volvió a su pueblo, mientras que Rut se quedó con Noemí.
Noemí le dijo: Mira, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios.
Vuélvete tú con ella.
Pero Rut contestó: No insistas en que te deje y me vuelva.
Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios.
Así fue cómo Noemí, con su nuera Rut la moabita, volvió de la campiña de Moab.
Empezaba la siega de la cebada cuando llegaron a Belén.
Palabra del Señor

Salmo responsorial Sal 145, 5-6ab. 6c-7. 8-9a. 9bc-10
V/. Alaba, alma mía, al Señor.
R/. Alaba, alma mía, al Señor.
V/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su
Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y cuanto hay en él. R/.
V/. Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos, El Señor liberta a los cautivos. R/.
V/. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R/.
V/. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

EVANGELIO
Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? El le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser».
Este mandamiento es el principal y primero.
El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.
Palabra del Señor

jueves, 20 de agosto de 2015

JUEVES DE LA VIGÉSIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
El primero que salga de mi casa a recibirme, será para el Señor, y lo ofreceré en holocausto

Lectura del libro de los Jueces 11, 29-39a

En aquellos días, el espíritu del Señor vino sobre Jefté.
Jefté atravesó Galaad y Manasés, pasó a Atalaya de Galaad, de allí marchó contra los amonitas, e hizo un voto al Señor: Si entregas a los amonitas en mi poder, el primero que salga a recibirme a la puerta de mi casa cuando vuelva victorioso de la campaña contra los amonitas, será para el Señor, y lo ofreceré en holocausto.
Luego marchó a la guerra contra los amonitas.
El Señor se los entregó: los derrotó desde Arcer hasta la entrada de Minit (veinte pueblos) y hasta Prado-viñas.
Fue una gran derrota, y los amonitas quedaron sujetos a Israel.
Jefté volvió a su casa de Atalaya.
Y fue precisamente su hija quien salió a recibirlo, con panderos y danzas; su hija única, pues Jefté no tenia más hijos o hijas.
En cuanto la vio se rasgó la túnica, gritando: —¡Ay, hija mía, qué desdichado soy! Tú eres mi desdicha, porque hice una promesa al Señor y no puedo volverme atrás.
Ella le dijo: —Padre, si hiciste una promesa al Señor, cumple lo que prometiste, ya que el Señor te ha permitido vengarte de tus enemigos.
Y le pidió a su padre: —Dame este permiso: déjame andar dos meses por los montes, llorando con mis amigas, porque quedaré virgen.
Su padre le dijo: —Vete.
Y la dejó marchar dos meses, y anduvo con sus amigas por los montes, llorando porque iba a quedar virgen.
Acabado el plazo de los dos meses, volvió a casa, y su padre cumplió con ella el voto que había hecho.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 39, 5. 7-8a. 8b-9. 10.

V/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, y no acude a los idólatras que se extravían con engaños. R/.
V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
V/. Como está escrito en mi libro «para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.
V/. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R/.

EVANGELIO
A todos los que encontréis convidadlos a la boda

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo, diciendo: El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; Mandó criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir.
Volvió a mandar criados encargándoles que les dijeran: tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto.
Venid a la boda.
Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados: La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían.
Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos.
La sala del banquete se llenó de comensales.
Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta? El otro no abrió la boca.
Entonces el rey dijo a los camareros: Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.
Palabra del Señor

miércoles, 19 de agosto de 2015

MIÉRCOLES DE LA VIGÉSIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Habéis dicho: Que reine un rey sobre nosotros, siendo así que vuestro rey es el Señor

Lectura del libro de los Jueces 9, 6-15

En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén.
En cuanto se enteró Yotán fue y, en pie sobre.
la cumbre del monte Garizín, les dijo a voz en grito: ¡Oídme, vecinos de Siquén, así Dios os escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: «¡Sé nuestro rey! ».
Pero dijo el olivo: «¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? » Entonces dijeron a la higuera: «¡Ven a ser nuestro rey! » Pero dijo la higuera: «¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a mecerme sobre los árboles? » Entonces dijeron a la vid: «¡Ven a ser nuestro rey! » Pero dijo la vid: «¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? » Entonces dijeron todos a la zarza: «¡Ven a ser nuestro rey! » Y les dijo la zarza: «Si de veras queréis ungirme rey vuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano»
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 20, 2-3. 4-5. 6-7. R7.
V/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
V/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza. y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. R/.
V/. Te adelantase a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. R/.
V/. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y de majestad.
Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia. R/.


EVANGELIO
¿Vas a tener tú envidia porque soy yo bueno?

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña.
Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido.
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado.
El les dijo: Id también vosotros a mi viña.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno.
Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.
El replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia.
¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete.
Quiero darle a este último igual que a ti.
¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.
Palabra del Señor


martes, 18 de agosto de 2015

MARTES DE LA VIGÉSIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Gedeón, salva a Israel ¡Yo te envío!

Lectura del libro de los Jueces 6, 11-24a

En aquellos días, el ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofrá, propiedad de Joá de Abiezer, mientras su hijo Gedeón estaba trillando trigo a látigo en el lagar, para esconderse, de los madianitas.
El ángel del Señor se le apareció y le dijo: El Señor está contigo, valiente.
Gedeón respondió: Perdón; si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha venido encima todo esto? ¿Dónde han quedado aquellos prodigios que nos contaban nuestros padres: «De Egipto nos sacó el Señor» ? La verdad es que ahora el Señor nos ha desamparado y nos ha entregado a los madianitas.
El Señor se volvió a él y le dijo: Vete, y con tus propias fuerzas salva a Israel de los madianitas.
¡Yo te envío! Gedeón replicó: Perdón; ¿cómo puedo yo librar a Israel? Precisamente mi familia es la menor de Manasés, y yo soy el más pequeño en casa de mi padre.
El Señor contestó: Yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
Gedeón insistió: Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres tú quien habla conmigo.
No te vayas de aquí hasta que yo vuelva con una ofrenda y te la presente.
El Señor dijo: Aquí me quedaré hasta que vuelvas.
Gedeón marchó a preparar un cabrito y unos panes ázimos con media fanega de harina; colocó luego la carne en la cesta y echó el caldo en el puchero; se los llevó al Señor y se los ofreció bajo la encina.
El ángel del Señor le dijo: Coge la carne y los panes ázimos, colócalos sobre esta roca y derrama el caldo.
Así lo hizo.
Entonces el ángel del Señor alargó el cayado que llevaba, tocó la carne y los panes, y se levantó de la roca una llamarada que los consumió.
Y el ángel del Señor desapareció de su vista.
Cuando Gedeón vio que se trataba del ángel del Señor, exclamó: ¡Ay, Dios mío ! , que he visto el ángel del Señor cara a cara.
Pero el Señor le dijo: ¡Paz! No temas, no morirás.
Entonces Gedeón levantó allí un altar al Señor y le puso el nombre de «Señor de la Paz».
Palabra de Dios
 
Salmo responsorial Sal 84, 9. 11-12. 13-14.
V/. El Señor anuncia la paz a su pueblo.
R/. El Señor anuncia la paz a su pueblo.
V/. Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón». R/.
V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo. R/.
V/. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.



EVANGELIO
Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 23-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Creedme: difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos.
Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos.
Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús se les quedó mirando y les dijo: Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.
Entonces le dijo Pedro: Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos va a tocar?
Jesús les dijo: Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos, para regir a las doce tribus de Israel.
El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros.
Palabra del Señor

lunes, 17 de agosto de 2015

LUNES DE LA VIGÉSIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
El Señor hacía surgir Jueces, pero ni a los Jueces hacían caso

Lectura del libro de los Jueces 2, 11-19

En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba; dieron culto a los ídolos, abandonaron al Señor Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y se fueron tras otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor.
Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y Astarté.
El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles.
En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada.
Entonces el Señor hacía surgir Jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los Jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor.
No hacían como ellos.
Cuando el Señor hacía surgir Jueces, el Señor estaba con el Juez; y, mientras vivía el Juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores.
Pero en cuanto moría el Juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 105, 34-35. 36-37. 39-40. 43ab y 44
V/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
V/. No exterminaron a los pueblos que el Señor les había mandado; emparentaron con los gentiles imitaron sus costumbres. R/.
V/. Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos; inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas. R/.
V/. Se mancharon con sus acciones, y se prostituyeron con sus maldades.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo y aborreció su heredad. R/.
V/. Cuántas veces los libró: mas ellos, obstinados en su actitud, perecían por sus culpas.
Pero él miró su angustia y escuchó sus gritos. R/.

EVANGELIO
Si quieres llegar hasta el final vende lo que tienes, así tendrás un tesoro en el cielo

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 16-22

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno, para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno.
Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
El le preguntó: ¿Cuáles ? Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo».
El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido.
¿Qué me falta? Jesús le contestó: Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres así tendrás un tesoro en el cielo y luego vente conmigo.
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.
Palabra del Señor

domingo, 16 de agosto de 2015

DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Comed de mi pan y bebed el vino que he mezclado

Lectura del libro de los Proverbios 9, 1-6

La Sabiduría se ha construido su casa plantando siete columnas, ha preparado el banqucte, mezclado el vino y puesto la mesa; ha despachado a sus criados para que lo anuncien en los puntos que dominan la ciudad: «Los inexpertos que vengan aquí, quiero hablar a los faltos de juicio: "Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia."»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 10-1 1. 12-13. 14-15 (R/.: 9a)

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.
Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor; ¿hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? R/.
Guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. R/.

SEGUNDA LECTURA
Daos cuenta de lo que el Señor quiere

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 15-20

Hermanos:
Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando la ocasión, porque vienen dias malos.
Por eso, no estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere.
No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu.
Recitad, alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor.
Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.

Aleluya Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él
—Dice el Señor—.

EVANGELIO
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

 +Lectura del santo evangelio segun san Juan 6, 51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí:
—«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
—«Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último dia.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
Palabra del Señor.

viernes, 14 de agosto de 2015

VIERNES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Tomé a vuestro padre del otro lado del río; os saqué de Egipto; os di una tierra

Lectura del libro de Josué 24, 1-13

En aquellos días, Josué reunió todas las tribus de Israel en Siquén y llamó a los ancianos, a los jefes, a los jueces y a los magistrados para que se presentasen ante Dios.
Josué dijo a todo el pueblo: —Así dice el Señor Dios de Israel: «Al otro lado del río Eúfrates vivieron antaño vuestros padres: Téraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses.
Tomé a Abrahán vuestro padre del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia, dándole a Isaac.
A Isaac le di Jacob y Esaú.
A Esaú le di en propiedad la montaña de Seir, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.
Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os saqué de allí.
Saqué de Egipto a vuestros padres, y llegasteis al mar.
Los egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el Mar Rojo; pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos.
Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto.
Después vivisteis en el desierto muchos años.
Os llevé al país de los amorreos que vivían en Transjordania: os atacaron, y os los entregué.
Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante vosotros.
Entonces Balac hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos.
Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó.
Los jefes de Jericó, los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos os atacaron, pero yo os los entregué; mandé pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes amorreos, no con vuestra espada ni con vuestro arco.
Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado y de los que ahora coméis.
Palabra de Dios
 
Salmo responsorial Sal 135, 1. 3. 16. 18. 21. 22. 24
V/. Dad gracias al Señor, porque es bueno, .
R/. Porque es eterna su misericordia.
V/. Dad gracias al Dios de los dioses. R/.
V/. Dad gracias al Señor de los señores. R/.
V/. Guió por el desierto a su pueblo. R/.
V/. El hirió a reyes famosos. R/.
V/. Dio muerte a reyes poderosos. R/.
V/. Les dio su tierra en heredad. R/.
V/. En heredad a Israel, su siervo. R/.
V/. Y nos libró de nuestros opresores. R/.

EVANGELIO
Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? El les respondió: ¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne» ? De modo que ya no son dos sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
Ellos insistieron: ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse? El le contestó: Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así.
Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer─no hablo de prostitución─y se casa con otra comete adulterio.
Los discípulos le replicaron: Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.
Pero él les dijo: No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.
Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los Cielos.
El que pueda con esto, que lo haga.
Palabra del Señor

jueves, 13 de agosto de 2015

JUEVES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
El Arca de la Alianza del Señor va a pasar el Jordán delante de vosotros

Lectura del libro de Josué 3, 7-10a. 11. 13-17

En aquellos días, el Señor dijo a Josué: Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés.
Tú ordena a los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza que cuando lleguen a la orilla, se detengan en el Jordán.
Josué dijo a los israelitas: Acercaos aquí a escuchar las palabras del Señor vuestro Dios.
Así conoceréis que un Dios vivo está en medio de vosotros, y que va a expulsar ante vosotros a los cananeos.
Mirad, el Arca de la Alianza del Dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de vosotros.
Y cuando los pies de los sacerdotes que llevan el Arca de la Alianza del Dueño de toda la tierra pise el Jordán, la corriente del Jordán se cortará: el agua que viene de arriba se detendrá formando un embalse.
Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza caminaron delante de la gente.
Y al llegar al Jordán, en cuanto mojaron los pies en el agua el Jordán va hasta los bordes todo el tiempo de la siega, el agua que venía de arriba se detuvo (creció formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adam, un pueblo cerca de Sartán) , y el agua que bajaba al mar del desierto, el Mar Muerto, se cortó del todo.
La gente pasó frente a Jericó.
Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza del Señor estaban quietos en el cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que acabaron de pasar todos.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 113 A, 1-2. 3-4. 5-6.

V/. Aleluya
R/. Aleluya
V/. Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob, de un pueblo balbuciente, Judá fue su santuario, Israel fue su dominio. R/.
V/. El mar, al verlos, huyó, el Jordán se echó atrás; los montes saltaron como carneros, las colinas, como corderos. R/.
V/. ¿Qué te pasa, mar, que huyes, a ti, Jordán, que te echas atrás? ¿y a vosotros, montes, que saltáis como carneros, colinas, que saltáis como corderos? . R/.

EVANGELIO
No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 21-19, 1

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Y les propuso esta parábola: Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados.
Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos.
Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.
El Señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: Págame lo que me debes.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido.
Entonces el señor lo llamó y le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste.
¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.
Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Palabra del Señor

miércoles, 12 de agosto de 2015

MIÉRCOLES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Murió Moisés, como había dicho el Señor, y ya no surgió otro profeta como él

Lectura del libro del Deuteronomio 34, 1-12

En aquellos días, Moisés subió de la estepa de Moab al monte Nebo, a la cima del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, el territorio de Neftalí, de Efraín y de Manasés, el de Judá hasta el mar occidental, el Negueb y la comarca del valle de Jericó (la ciudad de las palmeras) hasta Soar; y le dijo: Esta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciéndoles: «Se la daré a tu descendencia». Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella.
Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en Moab, como había dicho el Señor.
Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor; y hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba.
Moisés murió a la edad de ciento veinte años: no había perdido vista ni había decaído su vigor.
Los israelitas lloraron a Moisés en la estepa de Moab treinta días hasta que terminó el tiempo del duelo por Moisés.
Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos, los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés.
Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 65, 1-3a. 5 y 8. 16-17

V/. Bendito sea Dios, que nos ha devuelto la vida.
R/. Bendito sea Dios, que nos ha devuelto la vida.
V/. Aclama al Señor, tierra entera, tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria; decid a Dios: «Qué temibles son tus obras». R/.
V/. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas. R/.
V/. Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca, y lo ensalzó mi lengua. R/.

EVANGELIO
Si te hace caso, has salvado a tu hermano

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos.
Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.
Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo.
Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Palabra del Señor

martes, 11 de agosto de 2015

MARTES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Sé fuerte y valiente, Josué, porque tú has de introducir al pueblo en la tierra

Lectura del libro del Deuteronomio 31, 1-8

Moisés dijo estas palabras a los israelitas: He cumplido ya ciento veinte años, y me encuentro impedido; además el Señor me ha dicho: «No pasarás ese Jordán».
El Señor tu Dios pasará delante de ti.
El destruirá delante de ti esos pueblos, para que te apoderes de ellos.
Josué pasará delante de ti, como ha dicho el Señor.
Señor los tratará como a los reyes amorreos Sijón y Og, y como a sus tierras, que arrasó.
Cuando el Señor os los entregue, haréis con ellos lo que yo os he ordenado.
¡Sed fuertes y valientes, no temáis, no os acobardéis ante ellos ! , que el Señor tu Dios avanza a tu lado, te dejará ni te abandonará.
Después Moisés llamó a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor tu Dios prometió dar a tus padres; y tú les repartirás la heredad.
El Señor avanzará ante ti.
El estará contigo: no te dejará ni te abandonará.
No temas ni te acobardes.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Dt 32, 34a. 7. 8. 9 y 12
V/. La porción del Señor fue su pueblo.
R/. La porción del Señor fue su pueblo.
V/. Voy a proclamar el nombre del Señor: dad gloria a nuestro Dios. R/.
V/. Acuérdate de los días remotos, considera las edades pretéritas, pregunta a tu padre y te lo contará, a tus ancianos y te lo dirán. R/.
V/. Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad, y distribuía a los hijos de Adán, trazando las fronteras de las naciones, según el número de los hijos de Dios. R/.
V/. La porción del Señor fue su pueblo, Jacob fue el lote de su heredad.
El Señor solo los condujo, no hubo dioses extraños con él. R/

EVANGELIO
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeñitos

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 1-5. 10. 12-14

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante en el Reino de los Cielos? El llamó a un niño, lo puso en medio, y dijo: Os digo que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los Cielos.
El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.
Palabra del Señor.

sábado, 8 de agosto de 2015

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Con la fuerza de aquel alimento, caminó hasta el monte de Dios

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 4-8

En aquellos dias, Elias continuó por el desierto una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte:
—«¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!»
Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo:
—«¡Levántate, come!»
Miró Elias, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo:
—«¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.»
Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 9a)
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiarntes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.

SEGUNDA LECTURA
Vivid en El amor como Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 30-5, 2

Hermanos:
No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final.
Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.
Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entrego por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.
Palabra de Dios.

Aleluya Jn 6, 51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
—dice el Señor—;
el que coma de este pan vivirá para siempre.

EVANGELIO
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

 +Lectura del santo evangelio segun san Juan 6, 41-51

En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían:
—«¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»
Jesús tomó la palabra y les dijo:
—«No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA DECIMOCTAVA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón

Lectura del libro del Deuteronomio 6, 4-13

Habló Moisés al pueblo y dijo: —Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno.
Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales.
Cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra que juró a tus padres -a Abrahán, Isaac y Jacob- que te había de dar, con ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas rebosantes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado, comerás hasta hartarte.
Pero cuidado: No olvides al Señor que te sacó de Egipto, de la esclavitud.
Al Señor tu Dios temerás, a él sólo servirás, sólo en su nombre jurarás.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 17, 28-3a. 3bc-4. 47 y 51ab

V/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
R/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
V/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.
V/. Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R/.
V/. Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador; tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R/.

EVANGELIO
Si tuvierais fe, nada os sería imposible

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 14-19

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: Señor, ten compasión de mi hijo que tiene epilepsia y le dan ataques: muchas veces se cae en el fuego o en el agua.
Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo.
Jesús contestó: ¡Gente sin fe y perversa! ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.
Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: ¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros? Les contestó: Por vuestra poca fe.
Os aseguro que, si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría.
Nada os sería imposible.
Palabra del Señor

viernes, 7 de agosto de 2015

VIERNES DE LA DECIMOCTAVA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Amó a tus padres y después eligió a su descendencia.
Lectura del libro del Deuteronomio 4, 32-40
Habló Moisés al pueblo y dijo: Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás desde un extremo al otro del cielo palabra tan grande como ésta? , ¿se oyó cosa semejante? , ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido? , ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto? .
Te lo han hecho ver para que reconozcas que el Señor es Dios, y no hay otro fuera de él.
Desde el cielo hizo resonar su voz para enseñarte, en la tierra te mostró aquel gran fuego, y oíste sus palabras que salían del fuego.
Porque amó a tus padres y después eligió a su descendencia, él en persona te sacó de Egipto con gran fuerza, para desposeer ante ti a pueblos más grandes y fuertes que tú, para traerte y darte sus tierras en heredad; como ocurre hoy.
Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.
Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos, después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor tu Dios te da para siempre.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 76, 12-13. 14-15. 16 y 21.

V/. Recuerdo las proezas del Señor.
R/. Recuerdo las proezas del Señor.
V/. Recuerdo las proezas del Señor: sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus obras y considero tus hazañas. R/.
V/. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios? .
Tu, oh Dios, haciendo maravillas mostraste tu poder a los pueblos. R/.
V/. Con tu brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José.
Guiabas a tu pueblo como a un rebaño, por la mano de Moisés y de Aarón. R/.

EVANGELIO
¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su vida?

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16, 24-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si malogra su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del Hombre con majestad.
Palabra del Señor

miércoles, 5 de agosto de 2015

MIÉRCOLES DE LA DECIMOCTAVA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Despreciaron una tierra envidiable

Lectura del libro de los Números 13, 2-3a. 26—14, 1. 26-30. 34-35

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés en el desierto de Farán: Envía gente a explorar el país de Canaán, el que yo voy a entregar a los israelitas: envía uno de cada tribu, y que todos sean jefes.
Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país; y se presentaron a Moisés, Aarón y a toda la comunidad israelita, en el desierto de Farán, en Cadés.
Presentaron su informe a toda la comunidad y les enseñaron los frutos del país.
Y les contaron: Hemos entrado en el país adonde nos enviaste; es una tierra que mana leche y miel; aquí tenéis sus frutos.
Pero el pueblo que habita el país es poderoso, tienen grandes ciudades fortificadas (hemos visto allí hijos de Anac).
Amalec vive en la región del desierto, los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, los cananeos junto al mar y junto al Jordán.
Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés y dijo: Tenemos que subir y apoderarnos de ella, porque podemos con ella.
Pero los que habían subido con él replicaron: No podemos atacar al pueblo, porque es más fuerte que nosotros.
Y desacreditaban la tierra que habían explorado delante de los israelitas: La tierra que hemos cruzado y explorado es una tierra que devora a sus habitantes; el pueblo que hemos visto en ella es de gran estatura.
Hemos visto allí Nefileos, hijos de Anac: parecíamos saltamontes a su lado, y así nos veían ellos.
Entonces toda la comunidad empezó a dar gritos, y el pueblo lloró toda la noche.
El Señor dijo a Moisés y Aarón: ¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada murmurando contra mí? He oído a los israelitas murmurar de mí.
Diles: « ¡Por mi vida! oráculo del Señor, que os haré lo que me habéis dicho en la cara: En este desierto caerán vuestros cadáveres; y de todo vuestro censo, contando de veinte años para arriba, los que murmurasteis contra mí, no entraréis en la tierra donde juré que os establecería.
Sólo exceptúo a Josué hijo de Nun y a Caleb hijo de Jefoné.
Contando los días que explorasteis la tierra, cuarenta días, cargaréis con vuestra culpa un año por cada día, cuarenta años.
Para que sepáis lo que es desobedecerme.
Yo, el Señor, juro que haré esto a la comunidad que se ha reunido contra mí: en este desierto se consumirán y en él morirán.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 105, 6-7a. 13-14. 21-22. 23

V/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
V/. Hemos pecado con nuestros padres, hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto no comprendieron tus maravillas. R/.
V/. Bien pronto olvidaron sus obras y no se fiaron de sus planes: ardían de avidez en el desierto y tentaron a Dios en la estepa. R/.
V/. Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas en el país de Cam, portentos junto al Mar Rojo. R/.
V/. Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R/.

EVANGELIO
Mujer, qué grande es tu fe

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 15, 21-28

En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: Ten compasión de mi, Señor, Hijo de David.
Mi hija tiene un demonio muy malo.
El no le respondió nada.
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: Atiéndela, que viene detrás gritando.
El les contestó: Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas: Señor, socórreme.
El le contestó: No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Pero ella repuso: Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.
Jesús le respondió: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra del Señor