jueves, 30 de junio de 2016

JUEVES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Ve y profetiza a mi pueblo
Lectura del Profeta Amós 7, 10-17
En aquellos días, Amasías, sacerdote de «Casa-de-Dios» , envió un mensaje a Jeroboam, rey de Israel: Amós conjura contra ti en medio de Israel; la tierra ya no puede soportar sus palabras.
Porque así predica Amós: «Morirá a espada Jeroboam. Israel saldrá de su país al destierro»
Dijo Amasías a Amós: Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá: come allí tu pan, y profetiza allí.
No vuelvas a profetizar en «Casa-de-Dios» , porque es el santuario real, el templo del país.
Respondió Amós: No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos.
El Señor me sacó de junto al rebaño, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.
Y ahora escucha la palabra del Señor: Tú dices: No profetices contra la casa de Israel, no prediques contra la casa de Isaac.
Pues bien, así dice el Señor: Tu mujer será deshonrada en la ciudad, tus hijos e hijas caerán a espada; tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra pagana, Israel saldrá de su país al destierro.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11
V/. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
R/. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
V/. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R/.
V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/.
V/. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
V/. Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que desti1a. R/.


EVANGELIO
La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 9, 1-8
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad.
Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: ¡Animo, hijo! , tus pecados están perdonados.
Algunos de los letrados se dijeron: Este blasfema.
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: ¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: «tus pecados están perdonados», o decir «levántate y anda»? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados dijo dirigiéndose al paralítico: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Palabra del Señor

martes, 28 de junio de 2016

MARTES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Habla el Señor, ¿quién no profetiza?
Lectura del Profeta Amós 3, 1-8; 4, 11-12
Escuchad esta palabra que dice el Señor, hijos de Israel, a todas las familias que saqué de Egipto.
A vosotros solos os escogí, entre todas las familias de la tierra; por eso os tomaré cuentas por vuestros pecados.
¿Caminan juntos dos que no se conocen? ¿Ruge el león en la espesura sin tener presa?
¿Alza su voz el cachorro en la guarida sin haber cazado ? ¿Cae el pájaro por tierra si no hay una trampa? ¿Se alza del suelo el lazo sin haber hecho presa ? ¿Suena la trompeta en la ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucede en la ciudad una desgracia que no la mande el Señor? Que no hará cosa el Señor sin revelar su plan a sus siervos los profetas.
Ruge el león, ¿quién no teme? Habla el Señor, ¿quién no profetiza? Os envié una catástrofe como la de Sodoma y Gomorra, y fuisteis como tizón salvado del incendio, pero no os convertisteis a mí oráculo del Señor.
Por eso así te voy a tratar, Israel, y porque así te voy a tratar, prepárate a encararte con tu Dios.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 5, 5-6. 7. 8.
V/. Señor, guíame con tu justicia.
R/. Señor, guíame con tu justicia.
V/. Tú no eres un Dios que ame la maldad, ni el malvado es tu huésped, ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.
V/. Detestas a los malhechores, destruyes a los mentirosos; al hombre sanguinario y traicionero lo aborrece el Señor. R/.
V/. Pero yo, por tu gran bondad, entraré en tu casa, me postraré ante tu templo santo con toda reverencia. R/.


EVANGELIO
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago y vino una gran calma
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 23-27
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se levantó un temporal tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron gritándole: ¡Señor, sálvanos, que nos hundimos! El les dijo: ¡Cobardes ! ¡Qué poca fe ! Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos se preguntaban admirados: ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!
Palabra del Señor.

lunes, 27 de junio de 2016

LUNES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros
Lectura del Profeta Amós 2, 6-10. 13-16
Así dice el Señor: A Israel, por tres pecados, y por el cuarto, no le perdonaré.
Porque venden al justo por dinero, al pobre por un par de sandalias.
Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros y tuercen el camino de los indigentes.
Padre e hijo van juntos a una mujer, infamando mi nombre santo.
Se acuestan sobre ropas dejadas en fianza, junto a cualquier altar; beben vino de multas, en el templo de su Dios.
Yo destruí al amorreo al llegar ellos; era alto como los altos cedros, fuerte como las encinas.
Destruí por arriba el fruto, la raíz por abajo.
Yo os saqué de Egipto, os conduje por el desierto cuarenta años, para daros en posesión la tierra de los amorreos.
Mirad, yo os aplastaré en el suelo, como un carro lleno de gavillas.
El veloz no encontrará huida, el fuerte no conservará su fuerza, el soldado no salvará la vida.
El arquero no se mantendrá en pie, el hombre ágil no se escapará, el jinete no salvará la vida.
El fuerte y valiente entre los soldados huirá desnudo aquel día.
Oráculo del Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 49, 16bc-17. 18-19. 20-21. 22-23.
V/. Atención, los que olvidáis a Dios.
R/. Atención, los que olvidáis a Dios.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? . R/.
V/. Cuando ves un ladrón, corres con él, te mezclas con los adúlteros; sueltas tu lengua para el mal, tu boca urde el engaño. R/.
V/. Te sientas a hablar contra tu hermano, deshonras al hijo de tu madre: esto haces, ¿y me voy a callar? ¿crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. R/.
V/. Atención, los que olvidáis a Dios, no sea que os destroce sin remedio; el que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. R/.

EVANGELIO
Sígueme
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 18-22
En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.
Se le acercó un letrado y le dijo: Maestro, te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.
Otro que era discípulo, le dijo: Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
Jesús le replicó: Tú, sígueme.
Deja que los muertos entierren a sus muertos.
Palabra del Señor.

sábado, 25 de junio de 2016

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Eliseo se levantó y marcho tras Elías

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 16b. 19-21

En aquellos días, el Señor dijo a Elías:
—«Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.»
Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce
yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima
el manto.
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:
—«Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»
Elías le dijo:
—«Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»
Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó
la carne y ofreció de comer a su gente;
luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: cf. 5a)
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R.
 
SEGUNDA LECTURA
Vuestra vocación es la libertad

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1. 13-18

Hermanos:
Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado.
Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.
Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor.
Porque toda la Ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo.»
Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente.
Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais.
En cambio, si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.
Palabra de Dios.
 
Aleluya 1 S 3, 9; Jn 6, 68c
Habla, Señor, que tu siervo te escucha; tú tienes palabras de vida eterna.
 
EVANGELIO
Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Te seguiré adonde vayas
 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 51-62
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:
—«Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?»
É1 se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
—«Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió:
—«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo:
—«Sígueme.»
Él respondió:
—«Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Le contestó:
—«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»
Otro le dijo:
—«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó:
— «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA DUODÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Grita al Señor, laméntate, Sión
Lectura del libro de las Lamentaciones 2, 2. 10-14. 18-19
El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob;
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá; derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes.
Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos, se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal; las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza.
Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura, mis entrañas; se derrama por tierra mi hiel, por la ruina de la capital de mi pueblo; muchachos y niños desfallecen por las calles de la ciudad.
Preguntaban sus madres: ¿dónde hay pan y vino ? mientras desfallecían, como los heridos, por las calles de la ciudad, mientras expiraban en brazos de sus madres.
¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén? ¿A quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella? Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte? Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas; y no te denunciaban tus culpas, para cambiar tu suerte; sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.
Grita con toda el alma al Señor, laméntate, Sión; derrama torrentes de lágrimas de día y de noche; no te concedas reposo, no descansen tus ojos.
Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia; derrama con agua tu corazón en presencia del Señor; levanta hacia él las manos por la vida de tus niños, desfallecidos de hambre en las encrucijadas.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 73, 1-2. 3-5a. 5b-7. 20-21
V/. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
R/. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
V/. ¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados, y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño? Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo, de la tribu que rescataste para posesión tuya, del monte Sión donde pusiste tu morada. R/.
V/. Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio: el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea, levantaron sus propios estandartes. R/.
V/. En la entrada superior abatieron a hachazos el entramado; después, con martillos y mazas, destrozaron todas las esculturas; prendieron fuego a tu santuario, derribaron y profanaron la morada de tu nombre. R/.
V/. Piensa en tu alianza: que los rincones del país están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado, que pobres y afligidos alaben tu nombre. R/.

EVANGELIO
Vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 5-17

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó diciéndole: Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.
El le contestó: Voy yo a curarlo.
Pero el centurión le replicó: Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.
Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes: y le digo a uno «ve», y va; al otro, «ven», y viene; a mi criado, «haz esto», y lo hace.
Cuando Jesús lo oyó quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe.
Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos; en cambio a los ciudadanos del Reino los echarán afuera, a las tinieblas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Y al centurión le dijo: Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él con su palabra expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos.
Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «El tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».

Palabra del Señor.

viernes, 24 de junio de 2016

24 junio, sábado. INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, memoria obligatoria

PRIMERA LECTURA
Cumple tu tarea de evangelizador. Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el Señor me premiará con la corona merecida

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 4, 1-8

Querido hermano: Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.
Porque vendrá un tiempo en que la gente no soportará la doctrina sana, sino que, para halagarse el oído, se rodearán de maestros a la medida de sus deseos; y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas.
Tú estate siempre alerta: soporta lo adverso, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu servicio.
Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente.
He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe.
Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.

Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 70, 8-9. 14-15ab. 16-17. 22
V/. Mi boca contará tu auxilio, Señor.
R/. Mi boca contará tu auxilio, Señor.
V/. Llena estaba mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el día.
No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones. R/.
V/. Yo seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas; mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. R/.
V/. Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R/.
V/. Yo te daré gracias, Dios mío, con el arpa, por tu lealtad; tocaré para ti la cítara, Santo de Israel. R/.



EVANGELIO
Conservaba todo esto en su corazón
 
+Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
-«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó:
-«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Palabra del Señor.

jueves, 23 de junio de 2016

JUEVES DE LA DUODÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Nabucodonosor deportó a Jeconías y a todos los ricos a Babilonia
Lectura del segundo libro de los Reyes 24, 8-17
Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén.
Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén.
Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre.
En aquel tiempo los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron.
Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada.
Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios.
El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado.
Se llevó los tesoros del templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor.
Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos (diez mil deportados), los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe.
Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia.
Llevó deportados, de Jerusalén a Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos los ricos (siete mil deportados), los herreros y cerrajeros (mil deportados), todos aptos para la guerra.
Nombró rey a Matanías, sucesor de su tío, y le cambió el nombre en Sedecías.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 78, 1-2. 3-5. 8. 9.
V/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
R/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
V/. Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad, han profanado tu santo templo, han reducido Jerusalén a ruinas; echaron los cadáveres de tus siervos en pasto a las aves del cielo, y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra. R/.
V/. Derramaron su sangre como agua en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar siempre enojado? ¿Va a arder como fuego tu cólera? . R/.
V/. No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. R/.
V/. Socórrenos, Dios Salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu nombre. R/.

EVANGELIO
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros? Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido.
Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron.
contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los letrados.

miércoles, 22 de junio de 2016

MIÉRCOLES DE LA DUODÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
El rey leyó al pueblo el Libro de la Alianza encontrado en el templo y selló el Señor la Alianza
Lectura del segundo libro de los Reyes 22, 8-13; 23, 1-3
En aquellos días, el Sumo Sacerdote Helcías dijo al cronista Safán: He encontrado en el templo el Libro de la Ley.
Entregó el libro a Safán y éste lo leyó.
Luego fue a dar cuenta al rey Josías: Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras.
Y le comunicó la noticia: El sacerdote Helcías me ha dado un libro.
Safán lo leyó ante el rey; y cuando el rey oyó el contenido del Libro de la Ley se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Akbor, hijo de Miqueas, al cronista Safán y a Asaías, funcionario real: Id a
consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro, cumpliendo lo prescrito en él.
Ellos llevaron la respuesta al rey, y el rey dio órdenes para que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes.
El rey les leyó el Libro de la Alianza encontrado en el templo.
Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la Alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la Alianza escritas en aquel libro.
El pueblo entero suscribió la Alianza.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40
V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
R/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente. R/.
V/. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R/.
V/. Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R/.
V/. Inclina mi corazón a tus preceptos, y no al interés. R/.
V/. Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. R/.
V/. Mira cómo ansío tus decretos; dame vida con tu justicia. R/.

EVANGELIO
Por sus frutos los conoceréis
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.
Palabra del Señor

martes, 21 de junio de 2016

MARTES DE LA DUODÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David
Lectura del segundo libro de los Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: Decid a Ezequías, rey de Judá: «Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria.
Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a librar? » Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró:
«Señor Dios de Israel, sentado sobre querubines: Tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo.
Tú hiciste el cielo y la tierra.
Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira.
Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo.
Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra y los han destruido.
Ahora, Señor Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios».
Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Así dice el Señor Dios de Israel: «He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria.
Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: «Te desprecia y te burla la doncella, ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén.
Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes.
¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad oráculo del Señor.
Yo escudaré a esta ciudad para salvarla por mi honor y el de David, mi siervo.
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres.
Por la mañana, al despertar, los encontraron ya cadáveres.
Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 47, 2-3a. 3b-4. 10-11
V/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
V/. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Su Monte Santo, una altura hermosa, alegría de toda la tierra. R/.
V/. El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey.
Entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R/.
V/. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia. R/.

EVANGELIO
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.
Palabra del Señor.

lunes, 20 de junio de 2016

LUNES DE LA DUODÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
El Señor arrojó de su presencia a Israel y sólo quedó la tribu de Judá
Lectura del segundo libro de los Reyes 17, 5-8. 13-15a. 18
En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaría durante tres años.
El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaría, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media.
Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios que los había sacado de Egipto, del poder del faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos, y que introdujeron los reyes que ellos se habían nombrado.
El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la Ley que di a vuestros padres, que le comuniqué por medio de mis siervos los profetas.
Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor su Dios.
Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo.
El Señor se irritó tanto contra Israel, que los arrojó de su presencia.
Sólo quedó la tribu de Judá.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 59, 3. 4-5. 12-13
V/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.
R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.
V/. Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas, estabas airado, pero restáuranos. R/.
V/. Has sacudido y agrietado el país: repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, dándole a beber un vino de vértigo. R/.
V/. Tú, oh Dios, nos has rechazado y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo, que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas, él pisoteará a nuestros enemigos. R/.

EVANGELIO
Sácate primero la viga del ojo
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo» , teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.
Palabra del Señor.

sábado, 18 de junio de 2016

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Mirarán al que atravesaron

Lectura de la profecía de Zacarías 12, 10-11; 13, 1

Así dice el Señor:
«Derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de clemencia.
Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo único, y llorarán como se llora al primogénito.
Aquel día, será grande el luto en Jerusalén, como el luto de Hadad-Rimón en el valle de Meguido.»
Aquel día, se alumbrará un manantial, a la dinastía de David y a los habitantes de Jerusalén, contra pecados e impurezas.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)
R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma esta sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. R.
Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. R.
 
SEGUNDA LECTURA
Los que habéis sido bautizados os habéis revestido de Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 26-29

Hermanos:
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Palabra de Dios.
 
Aleluya Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—, y yo las conozco, y ellas me siguen.
 
EVANGELIO
Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho

 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 18-24

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
—«¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
—«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
Él les preguntó:
—«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo:
—«El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
—«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
—«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA UNDÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Zacarías, a quien matásteis entre el templo y el altar
Lectura del segundo libro de las Crónicas 24, 17-25
Cuando murió Yehoyadá, los jefes de Judá fueron a postrarse ante el rey y éste siguió sus consejos.
Se olvidaron del templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a las estelas y a los ídolos.
Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén.
Les envió profetas para que se convirtiesen, pero no hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo y le dijo: Esto dice el Señor: ¿Por qué no cumplís los preceptos del Señor? Vais al fracaso.
Habéis abandonado al Señor y él os abandonará a su vez.
Pero ellos conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey.
El rey Joás, sin tener en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá, mató a su hijo Zacarías, que murió diciendo: ¡Que el Señor te lo tome en cuenta! Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá, hasta Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco.
El ejército de Siria no era muy numeroso, pero el Señor le entregó un ejército enorme, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres.
Así se vengaron de Joás.
Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama y murió.
Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34
V/. Le mantendré eternamente mi favor.
R/. Le mantendré eternamente mi favor.
V/. Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R/.
V/. Le mantendré eternamente mi favor y mi alianza con él será estable; le daré una posteridad perpetua y un trono duradero como el cielo. R/.
V/. Si sus hijos abandonan mi ley y no siguen mis mandamientos, si profanan mis preceptos y no guardan mis mandatos. R/.
V/. Castigaré con la vara sus pecados y a latigazos sus culpas; Pero no les retiraré mi favor ni desmentiré mi fidelidad. R/.

EVANGELIO
No os agobiéis por el mañana
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede estar al servicio de dos amos.
Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir.
¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta.
¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan.
Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos.
Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir.
Los paganos se afanan por esas cosas.
Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.
Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio.
A cada día le bastan sus disgustos.
Palabra del Señor.