sábado, 29 de julio de 2017

29 julio. SANTA MARTA, memoria obligatoria

PRIMERA LECTURA
Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros
Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8
En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: Haremos todo lo que dice el Señor.
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor.
Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel.
Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas, como sacrificio de comunión.
Tomó la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar Después tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: Haremos todo lo que manda el Señor y le obedeceremos.
Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 49, 1-2. 5-6. 14-15
V/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.
R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.

V/. El Dios de los dioses, el Señor, habla: 
convoca la tierra de Oriente a Occidente.
Desde Sión, la Hermosa, Dios resplandece. R/.

V/. «Congregadme a mis fieles 
que sellaron mi pacto con un sacrificio» 
Proclame el cielo su justicia: 
Dios en persona va a juzgar. R/.

V/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, 
cumple tus votos al Altísimo, 
e invócame el día del peligro: 
yo te libraré, y tú me darás gloria. R/.

 EVANGELIO
Creo que tu eres el Mesías, el Hijo de Dios

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:
-«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo:
-«Tu hermano resucitará.»
Marta respondió:
-«Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dice:
-«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó:
-«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
Palabra del Señor.

O bien:
Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas
 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
-«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le ¿contestó:
-«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
Palabra del Señor.

viernes, 28 de julio de 2017

VIERNES DE LA DECIMOSEXTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
La ley se dio por medio de Moisés
Lectura del libro del Éxodo 20, 1-17
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: 
—Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud.
No tendrás otros dioses frente a mí.
No te harás ídolos -figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o en el agua debajo de la tierra-.
No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen.
Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso.
Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Fíjate en el sábado para santificarlo.
Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que vive en tus ciudades.
Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y lo que hay en ellos.
Y el séptimo día descansó; por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre: así se prolongarán tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni un buey, ni un asno, ni nada que sea de él.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11
V/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

V/. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; 
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R/.

V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; 
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/.

V/. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; 
los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.

V/. Más preciosos que el oro, más que el oro fino; 
más dulces que la miel de un panal que destila. R/.

EVANGELIO
El que escucha la Palabra y la entiende, ése dará fruto

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 18-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón.
Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril.
Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y la entiende; ese dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.

Palabra del Señor. 

miércoles, 26 de julio de 2017

MIÉRCOLES DE LA DECIMOSEXTA SEMANA


PRIMERA LECTURA.
Yo haré llover pan del cielo.

Lectura del libro del Éxodo 16, 1-5. 9-15

Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de salir de Egipto.
La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! .
Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad.
El Señor dijo a Moisés: Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no.
El día sexto prepararán lo que hayan recogido, y será el doble de lo que recogen a diario.
Moisés dijo a Aarón: Di a la comunidad de los israelitas: «Acercaos al Señor, que ha escuchado vuestras murmuraciones».
Mientras Aarón hablaba a la asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que aparecía en una nube.
El Señor dijo a Moisés: He oído las murmuraciones de los israelitas.
Diles de mi parte: «Al atardecer comeréis carne, por la mañana os hartaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro».
Por la tarde una bandada de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana había una capa de rocío alrededor de él.
Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo parecido a la escarcha.
Al verlo, los israelitas se dijeron: ¿Qué es esto? Pues no sabían lo que era.
Moisés les dijo: Es el pan que el Señor os da de comer.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 77, 18─19. 23─24. 25─26. 27─28
V/. El Señor les dio pan del cielo.
R/. El Señor les dio pan del cielo.


V/. Tentaron a Dios en sus corazones, 

pidiendo una comida a su gusto; 
hablaron contra Dios: 
«¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto? ». R/.

V/. Pero dio orden a las altas nubes, 

abrió las compuertas del cielo: 
hizo llover sobre ellos maná, 
les dio un trigo celeste. R/.

V/. Y el hombre comió pan de ángeles, 

les mandó provisiones hasta la hartura.
Hizo soplar desde el cielo el Levante, 

y dirigió con su fuerza el viento Sur. R/.

V/. Hizo llover carne como una polvareda, 

y volátiles como arena del mar; 
 los hizo caer en mitad del campamento, 
alrededor de sus tiendas. R/.

EVANGELIO
Cayó en tierra buena y dio grano

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 1-9

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago.
Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: Salió el sembrador a sembrar.
Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron; Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenia tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó, y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos, que oiga.

Palabra del Señor.

sábado, 22 de julio de 2017

DECIMOSEXTO DOMINGO

PRIMERA LECTURA
En el pecado das lugar al arrepentimiento

Lectura del Libro de la Sabiduría 12, 13. 16-19

No hay más Dios que tú, que cuidas de todo, para demostrar que no juzgas injustamente.
Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos.
Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total y reprimes la audacia de los que no lo conocen.
Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres.
Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 85, 5-6. 9-10. 15-16a
V/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

V/. Tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan. 
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

V/. Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor, 
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú y haces maravillas, 
tú eres el único Dios.»
R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

V/. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal, 
mírame, ten compasión de mí.
R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

SEGUNDA LECTURA
El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 26-27

Hermanos :
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios

EVANGELIO
Dejadlos crecer juntos hasta la siega

 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 24-43

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la gente:
—El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
—Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?
El les dijo:
—Un enemigo lo ha hecho.
Los criados le preguntaron:
—¿Quieres que vayamos a arrancarla?
Pero él les respondió:
—No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores:
—Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.
Les propuso esta otra parábola:
El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola:
El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada.
Así se cumplió el oráculo del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»
Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
—Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
El les contestó:
—El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será el fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
Palabra del Señor.

22 de julio. Santa María Magdalena. Fiesta

PRIMERA LECTURA
Encontré al amor de mi alma

Lectura del libro del Cantar de los cantares 3, 1-4a

Así dice la esposa:
«En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré.
Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré.
Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad:
-”¿Visteis al amor de mi alma?”
Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.»
Palabra de Dios.

O bien:
 
Ahora ya no juzgamos a Cristo según la carne
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 14-17

Hermanos:
Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
Por tanto, no valoramos a nadie según la carne.
Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no.
El que es de Cristo es una criatura nueva.
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)
R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabaran mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabaran jubilosos. R.
Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. R.

Aleluya
«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja.»

EVANGELIO
Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quien bascas?

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1. 11-18

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomo al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
-«Mujer, ¿por que lloras?»
Ella les contesta:
-«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
-«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
-«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice:
-« ¡María! »
Ella se vuelve y le dice:
-«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice:
-<<Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.”»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
-«He visto al Señor y ha dicho esto.»
Palabra del Señor.

viernes, 21 de julio de 2017

VIERNES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Mataréis un cordero al atardecer; cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros
Lectura del libro del Éxodo 11, 10—12, 14
En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su tierra.
Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: 
—Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: el diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. Lo comeréis de ella nada crudo, ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y tripas. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y si sobra algo, lo quemaréis; Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto.
Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis.
Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera al país de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros y lo celebraréis como fiesta en honor del Señor, de generación en generación.
Decretaréis que sea fiesta para siempre.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
V/. Alzaré el cáliz de la salvación, invocando el nombre del Señor.
R/. Alzaré el cáliz de la salvación, invocando el nombre del Señor.
V/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Alzaré el cáliz de la salvación, invocando su nombre. R/.
V/. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
Siervo tuyo soy, hijo de tu esclava, rompiste mis cadenas. R/.
V/. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos, en presencia de todo el pueblo.

EVANGELIO
El Hijo del Hombre es señor del sábado

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 12, 1-8

Un sábado de aquellos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron: Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.
Les replicó: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre ? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio» , no condenaríais a los que no tienen culpa.
Porque el Hijo del Hombre es señor del sábado.

Palabra del Señor.

jueves, 20 de julio de 2017

JUEVES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Soy el que soy. «Yo Soy» me envía a vosotros
Lectura del libro del Éxodo 3, 13-20
En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó: 
—Mira, yo iré a los israelitas y les diré: el Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros.
Si ellos me preguntan cómo se llama este Dios, ¿qué les respondo?
Dios dijo a Moisés: «Soy el que soy». Esto dirás a los israelitas: «Yo Soy» me envía a vosotros.
Dios añadió: 
—Esto dirás a los israelitas: el Señor Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación.
Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: El Señor Dios de vuestros padres se me ha aparecido, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, y me ha dicho: os estoy observando a vosotros y cómo os tratan en Egipto. He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel.
Ellos te harán caso; y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le dirás: El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios.
Yo sé que el rey de Egipto no os dejará marchar ni a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en medio de él, y entonces os dejará marchar.
Palabra de Dios. 


Salmo responsorial Sal 104, 1 y 5. 8-9. 24-25. 26-27
V/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
V/. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R/.
V/. Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos.
A éstos les cambió el corazón para que odiasen a su pueblo, y usaran malas artes con sus siervos. R/.
V/. Pero envió a Moisés su siervo, y a Aarón su escogido: que hicieron contra ellos sus signos, prodigios en la tierra de Cam.


EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, Jesús exclamó: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Palabra del Señor.
 

miércoles, 19 de julio de 2017

MIÉRCOLES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
El ángel del Señor se apareció en una llamarada entre las zarzas
Lectura del libro del Éxodo 3, 1-6. 9-12
En aquellos días, pastoreaba Moisés el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.
El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo: 
—Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: 
—Moisés, Moisés.
Respondió él: 
—Aquí estoy.
Dijo Dios: 
—No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.
Y añadió: 
—Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.
Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios.
Y el Señor le dijo: 
—El clamor de los israelitas ha llegado a mi y he visto cómo los tiranizan los egipcios.
Y, ahora, marcha, te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los israelitas.
Moisés replicó a Dios: 
— ¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?
Respondió Dios: 
—Yo estoy contigo; y ésta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en esta montaña.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 102, 1-2. 3-4. 6-7
V/. El Señor es compasivo y misericordioso.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

V/. Bendice, alma mía, al Señor, 
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, 
y no olvides sus beneficios. R/.

V/. El perdona todas tus culpas, 
y cura todas tus enfermedades; 
él rescata tu vida de la fosa 
y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. El Señor hace justicia 
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés 
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.


EVANGELIO
Has escondido estas cosas a los sabios, y se las has revelado a la gente sencilla

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 25-27

En aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencil1a.
Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Palabra del Señor.

martes, 18 de julio de 2017

MARTES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Lo llamó Moisés, porque lo había sacado del agua; cuando creció, fue adonde estaban sus hermanos
Lectura del libro del Éxodo 2, 1-15a
En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu; ella concibió y dio a luz un niño.
Viendo que era hermoso, lo tuvo escondido tres meses.
No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en ella a la criatura y la depositó entre los juncos, junto a la orilla del Nilo.
Una hermana del niño observaba a distancia para ver en qué paraba.
La hija del Faraón bajó a bañarse en el Nilo, mientras sus criadas la seguían por la orilla.
Al descubrir la cesta entre los juncos, mandó a la criada a recogerla.
La abrió, miró dentro y encontró un niño llorando.
Conmovida comentó: 
—Es un niño de los hebreos.
Entonces la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: 
— ¿Quieres que vaya a buscarle una nodriza hebrea que críe al niño?
Respondió la hija del Faraón: 
—Anda.
La muchacha fue y llamó a la madre del niño.
La hija del Faraón le dijo: 
—Llévate al niño y críamelo, y yo te pagaré.
La mujer tomó al niño y lo crió.
Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del Faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo: «lo he sacado del agua».
Pasaron los años, Moisés creció, fue adonde estaban sus hermanos, y los encontró transportando cargas.
Y vio cómo un egipcio mataba a un hebreo, uno de sus hermanos.
Miró a un lado y a otro, y viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena.
Al día siguiente salió y encontró a dos hebreos riñendo, y dijo al culpable: 
— ¿Por qué golpeas a tu compañero?
El le contestó: 
— ¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro? ¿Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?
Moisés se asustó pensando: la cosa se ha sabido.
Cuando el Faraón se enteró del hecho, buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y se refugió en el país de Madián.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 68, 3. 14. 30-31. 33-34
V/. Humildes, buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.
R/. Humildes, buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.

V/. Me estoy hundiendo en un cieno profundo 
y no puedo hacer pie; 
he entrado en la hondura del agua, 
me arrastra la corriente. R/.

V/. Pero mi oración se dirige hacia ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R/.

V/. Yo soy un pobre malherido,
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.

V/. Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.

EVANGELIO
El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma que a vosotras

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 20-24

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: ¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al Abismo.
Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.

Palabra del Señor. 

lunes, 17 de julio de 2017

LUNES DE LA DECIMOQUINTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Vamos a vencer a Israel, porque está siendo más fuerte y numeroso que nosotros

Lectura del libro del Éxodo 1, 8-14. 22

En aquellos días, subió al trono en Egipto un Faraón nuevo que no había conocido a José, y dijo a su pueblo: 
—Mirad, el pueblo de Israel está siendo más numeroso y fuerte que nosotros: vamos a vencerlo con astucia, pues si no, cuando se declare la guerra, se aliará con el enemigo, nos atacará, y después se marchará de nuestra tierra.
Así, pues, nombraron capataces que los oprimieran con cargas, en la construcción de las ciudades-granero, Pitom y Ramsés.
Pero cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más.
Hartos de los israelitas, los egipcios les impusieron trabajos crueles, y les amargaron la vida con dura esclavitud: el trabajo del barro, de los ladrillos, y toda clase de trabajos del campo; les imponían trabajos crueles.
Entonces el Faraón ordenó a toda su gente: 
—Cuando nazca un niño, echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con vida.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 123, 1-3. 4-ó. 7-8
V/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.


V/. Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos,
tanto ardía su ira contra nosotros. R/.


V/. Nos habrían arrollado las aguas, 

llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Bendito el Señor que no nos entregó en presa a sus dientes. R/.


V/. Hemos salvado la vida 

como un pájaro de la trampa del cazador; 
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor, 

que hizo el cielo y la tierra. R/.

EVANGELIO
No he venido a sembrar paz, sino espada

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 34-11, 1

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espadas.
He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Palabra del Señor. 

sábado, 15 de julio de 2017

DECIMOQUINTO DOMINGO


PRIMERA LECTURA
La lluvia hace germinar la tierra
Lectura del libro de Isaías 55, 10-11
Esto dice el Señor:
Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 64, 10abcd. 10e-11. 12-13. 14
V/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

V/. Tú cuidas de la tierra, 
la riegas y la enriqueces sin medida; 
la acequia de Dios va llena de agua.
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

V/. Tú preparas los trigales: 
riegas los surcos, igualas los terrenos, 
tu llovizna los deja mullidos, bendices sus brotes.
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

V/. Coronas el año con tus bienes, 
tus carriles rezuman abundancia; 
rezuman los pastos del páramo, 
y las colinas se orlan de alegría.
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

V/. Las praderas se cubren de rebaños, 
y los valles se visten de mieses que aclaman y cantan.
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

SEGUNDA LECTURA
La creación expectante está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 18-23
Hermanos:
Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación expectante está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto.
Y no sólo eso; también nosotros que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios



EVANGELIO
Salió el sembrador a sembrar
 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 1-23
Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
—Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como la tierra no era profunda brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga.
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
—¿Por qué les hablas en parábolas?
El les contestó:
—A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
«Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo, 
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, 
ni oír con los oídos, 
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure.»
Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la Palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o setenta o treinta por uno.
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA DECIMOCUARTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Dios cuidará de vosotros y os sacará de esta tierra
Lectura del libro del Génesis 49, 29-33; 50, 15-24
En aquellos días, Jacob dio las siguientes instrucciones a sus
—Cuando me reúna con los míos, enterradme con mis padres en la cueva del campo de Efrón, el hitita, la cueva del campo de Macpela frente a Mambré, en Canaán, la que compró Abrahán a Efrón, el hitita, como sepulcro en propiedad.
Allí enterraron a Abrahán y Sara, su mujer, allí enterraron a Isaac y a Rebeca, su mujer; allí enterré yo a Lía.
El campo y la cueva fueron comprados a los hititas.
Cuando Jacob terminó de dar instrucciones a sus hijos, recogió los pies en la cama, expiró y se reunió con los suyos.
Al ver los hermanos de José que había muerto su padre, se dijeron: 
—A ver si José nos guarda rencor y quiere pagarnos el mal que le hicimos.
Y mandaron decirle: 
—Antes de morir tu padre nos encargó: Esto diréis a José: «Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal que te hicieron. Por tanto, perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.
José al oírlo se echó a llorar.
Entonces vinieron los hermanos, se echaron al suelo ante él, y le dijeron: 
—Aquí nos tienes, somos tus siervos.
Pero José les respondió: 
—No tengáis miedo, ¿soy yo acaso Dios?
Vosotros intentasteis hacerme mal, pero Dios intentaba hacer bien, para dar vida a un pueblo numeroso, como hoy somos.
Por tanto, no temáis; yo os mantendré a vosotros y a vuestros hijos.
Y los consoló hablándoles al corazón.
José vivió en Egipto con la familia de su padre y cumplió ciento diez años; llegó a conocer los hijos de Efraín, hasta la tercera generación, y también los hijos de Maquir, hijo de Manasés; los llevó en las rodillas.
José dijo a sus Hermanos: 
—Yo voy a morir. Dios cuidará de vosotros y os llevará de esta tierra a la tierra que prometió a Abrahán, Isaac y Jacob.
Y los hizo jurar: 
—Cuando Dios cuide de vosotros, llevaréis mis huesos de aquí.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 104, 1-2. 3-4. 6-7
V/. Humildes, buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.
R/. Humildes, buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.

V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos;
cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.

V/. Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.

V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo,
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.

EVANGELIO
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 24-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo.
Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto, que no llegue a descubrirse; nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.
No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo.
¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre.
Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados.
Por eso, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo.
Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.

Palabra del Señor.