miércoles, 14 de noviembre de 2018
JUEVES DE LA TRIGÉSIMA SEGUNDA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Recíbelo no como esclavo, sino como hermano querido
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a Filemón 7-20
Querido hermano: Me alegró y animó mucho tu caridad, hermano, porque tú has aliviado los sufrimientos del pueblo santo.
Por eso, aunque como cristiano tengo plena libertad para indicarte lo que conviene hacer, prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús.
Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión, que antes era tan inútil para ti, y ahora en cambio es tan útil para ti y para mí; te lo envío como algo de mis entrañas.
Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo: así me harás este favor no a la fuerza, sino con toda libertad.
Quizá se apartó de ti para que le recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido.
Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano.
Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.
Si en algo te ha perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta: yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona.
Por Dios, hermano, a ver si me das esta satisfacción; alivia mi ansiedad, por amor a Cristo.
Salmo responsorial Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10
V/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.
R/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.
V/. Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos; el Señor liberta a los cautivos. R/.
V/. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan; el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R/.
V/. Sustenta al huérfano y a la viuda y transtorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
sábado, 3 de noviembre de 2018
SAN HUBERTO, Obispo y Confesor
3 de noviembre
SAN HUBERTO*,
Obispo y Confesor![]()
Dichoso aquél que no se condena él mismo
en lo que aprueba.
(Romanos, 14, 22).
en lo que aprueba.
(Romanos, 14, 22).
San Huberto, hijo de un duque de Aquitania y
descendiente de Clodoveo,
abandonó Eboín y fue a ofrecerse a Pipino de Heristal, duque de
Austrasia. Hombre de mundo y gran cazador, un día vio una cruz luminosa
entre los cuernos de un ciervo, en la floresta de
Ardennes, y al mismo tiempo una voz celestial lo
instó a convertirse y a ir a encontrar a San Lamberto, obispo de
Maestrich. Hízolo así.
Quedó viudo y se hizo ermitaño, fue en peregrinación a Roma, y
finalmente,
sucedió a San Lamberto. Con ardor infatigable trabajó por destruir el
vicio y los restos de idolatría hasta en las florestas.
Murió en el año 727, a edad muy avanzada, después de cerca de 20 años de
episcopado. Es invocado eficazmente
contra la rabia.
MEDITACIÓN SOBRE LA BUENA
y LA MALA CONCIENCIA
y LA MALA CONCIENCIA
I. No hay en este mundo placer comparable al que nos
proporciona una buena conciencia. Si tienes esta dicha, ningún tormento es
capaz de afligirte; si no la tienes, ninguna diversión puede verdaderamente
regocijarte. Que se acuse al justo; que se lo maltrate: su conciencia le
procurará más consuelo que el que podrían darle los aplausos del mundo
entero.
II. No hay suplicio
comparable al de la mala conciencia: es un acusador, un juez, un verdugo que
persigue en todo lugar al culpable y que no perdona a nadie; la conciencia ataca
a Herodes, a Nerón, a Teodorico, y los hace temblar en medio de sus guardias.
Nada es capaz de apaciguarla: te perseguirá hasta el fin de tu vida, si no la
descargas del peso que la agobia.
III. La mala conciencia continúa, después de esta vida, atormentando al
pecador; lo sigue al juicio de Dios, lo acusa, lo confunde, desciende con él al
infierno. Uno de los más grandes suplicios de los condenados es el gusano
roedor que nunca muere. ¿Quieres evitarlo? Nada hagas en este mundo contra tu
conciencia, escucha los reproches que te hace y sigue sus advertencias; nada
podrá afligirte en este mundo ni en el otro. Nada más agradable, nada más
seguro que una buena conciencia. Aunque el cuerpo sufra, aunque el mundo nos
tiente, aunque el demonio nos espante, ella permanece tranquila.
El
examen de conciencia
Orad por los pecadores.
Orad por los pecadores.
ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta
solemnidad de San Uberto, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el
espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén.
SÁBADO DE LA TRIGÉSIMA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 1, 18b-26
Hermanos: Con tal de que se anuncie a Cristo, yo me alegro; y me seguiré alegrando, porque sé que esto será para mi bien, gracias a vuestras oraciones y al espíritu de Cristo que me socorre.
Lo espero con impaciencia, porque en ningún caso saldré derrotado; al contrario, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte.
Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en esta alternativa: por un lado deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero por otro, quedarme en esta vida, veo que es más necesario para vosotros.
Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para que avancéis alegres en la fe, de modo que el orgullo cristiano que sentís por mí rebose cuando me encuentre de nuevo entre vosotros.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 41, 2. 3. 5bcd
V/. Mi alma tiene sed del Dios vivo.
R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo.
V/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.
V/. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? . R/.
V/. Recuerdo cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta. R/.
EVANGELIO
El que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido
+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 14, 1. 7-11
En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso este ejemplo: Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro, y te dirá: Cédele el puesto a éste.
Entonces, avergonzado, iras a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba.
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.
Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Palabra del Señor.
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