miércoles, 29 de julio de 2020

MIÉRCOLES. SANTA MARTA, memoria obligatoria

PRIMERA LECTURA
¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga? Si vuelves, estarás en mi presencia
Lectura del Profeta Jeremías 15, 10. 16-21
¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de pleitos y contiendas para todo el país ! Ni he prestado ni me han prestado, y todos me maldicen.
Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor Dios de los Ejércitos.
No me senté a disfrutar con los que se divertían; forzado por tu mano me senté solitario, porque me llenaste de ira.
¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga, y mi herida, enconada e incurable ? Te me has vuelto arroyo engañoso, de aguas inconstantes.
Entonces respondió el Señor: Si vuelves, te haré volver a mí, estarás en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás mi boca.
Que ellos se conviertan a ti, no te conviertas tú a ellos.
Frente a este pueblo te pondré como muralla de bronce inexpugnable: lucharán contra ti y no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte y salvarte, oráculo del Señor.
Te libraré de manos de los perversos, te rescataré del puño de los opresores.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 58, 23. 4-5a. 10-11. 17. 18
V/. Dios es mi refugio en el peligro.
R/. Dios es mi refugio en el peligro.

V/. Líbrame de mi enemigo, Dios mío, protégeme de mis agresores; líbrame de los malhechores, sálvame de los hombres sanguinarios. R/.

V/. Mira que me están acechando y me acosan los poderosos.
Sin que yo haya pecado ni faltado, Señor, sin culpa mía, avanzan para acometerme. R/.

V/. Estoy velando contigo, fuerza mía, porque tú, oh Dios, eres mi alcázar; que tu favor se adelante, oh Dios, y me haga ver la derrota del enemigo. R/.

V/. Yo cantaré tu fuerza, por la mañana aclamaré tu misericordia: porque has sido mi alcázar y mi refugio en el peligro. R/.

V/. Y tañeré en tu honor, fuerza mía, porque tú, oh Dios, eres mi alcázar. R/.


EVANGELIO
Creo que tu eres el Mesías, el Hijo de Dios
 +Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:
-«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo:
-«Tu hermano resucitará.»
Marta respondió:
-«Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dice:
-«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó:
-«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
Palabra del Señor.

O bien:
Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas
 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
-«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le ¿contestó:
-«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
Palabra del Señor.


lunes, 27 de julio de 2020

LUNES DE LA DECIMOSÉPTIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
El pueblo será como ese cinturón que ya no sirve para nada
Lectura del Profeta Jeremías 13, 1-11
Así me dijo el Señor: Vete y cómprate un cinturón de lino, y rodéate con él la cintura; pero que no toque el agua.
Me compré el cinturón, según me lo mandó el Señor, y me lo ceñí.
Me volvió a hablar el Señor: Toma el cinturón que has comprado y llevas ceñido; levántate y ve al río Eufrates, y escóndelo allí, entre las hendiduras de las piedras.
Fui y lo escondí en el Eufrates, según me había mandado el Señor.
Pasados muchos días me dijo el Señor: Levántate, vete al río Eufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder allí.
Fui al Eufrates, cavé, y recogí el cinturón del sitio donde lo había escondido: estaba estropeado, no servía para nada.
Entonces me vino la siguiente palabra del Señor: Así dice el Señor: De este modo consumiré la soberbia de Judá, la gran soberbia de Jerusalén.
Este pueblo malvado que se niega a escuchar mis palabras, que se comporta con corazón obstinado y sigue a dioses extranjeros, para rendirles culto y adoración, será como ese cinturón que ya no sirve para nada.
Como se adhiere el cinturón a la cintura del hombre, así me adherí la casa de Judá y la casa de Israel oráculo del Señor, para que ellas fueran mi pueblo, mi fama, mi alabanza, mi ornamento; pero no me escucharon.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Dt 32, 18-19. 20. 21.
V/. Despreciaste a la Roca que te engendró.
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró.

V/. ¡Despreciaste a la Roca que te engendró, y olvidaste al Dios que te dio a luz! Lo vio el Señor, e irritado rechazó a sus hijos e hijas. R/.

V/. Pensando: Les esconderé mi rostro y veré en qué acaban, porque son una generación depravada, unos hijos desleales. R/.

V/. Ellos me han dado celos con un dios ilusorio, me han irritado con ídolos vacíos: pues yo les daré celos con un pueblo ilusorio, los irritaré con una nación fatua. R/.



EVANGELIO
El grano de mostaza se hace un arbusto y vienen los pájaros a anidar en sus ramas
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola: El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada.

Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.
Palabra del Señor.

domingo, 26 de julio de 2020

DECIMOSEPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Pediste discernimiento
Lectura del primer Libro de los Reyes 3, 5. 7-12
En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:
—Pídeme lo que quieras.
Respondió Salomón:
—Señor Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello y Dios le dijo:
—Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130
V/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Mi porción es el Señor,
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca, que miles de monedas de oro y plata.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Que tu voluntad me consuele, según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión, viviré, y mis delicias serán tu voluntad.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Yo amo tus mandatos, más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos, y detesto el camino de la mentira.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.


SEGUNDA LECTURA
Nos predestinó a ser imagen de su Hijo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 28-30
Hermanos :
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
Palabra de Dios

Aleluya


EVANGELIO
Vende todo lo que tiene y compra el campo
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 44-52
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El Reino de los Cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
—¿Entendéis bien todo esto?
Ellos le contestaron:
—Sí.
El les dijo:
—Ya veis, un letrado que entiende del Reino de los Cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.
Palabra del Señor.

miércoles, 1 de julio de 2020

MIÉRCOLES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Retirad de mi presencia el estruendo del canto; fluya la justicia como arroyo perenne
Lectura del Profeta Amós 5, 14-15. 21-24
Buscad el bien y no el mal, y viviréis, y así estará con vosotros el Señor Dios de los ejércitos, como deseáis.
Odiad el mal, amad el bien, defended la justicia en el tribunal.
Quizá se apiade el Señor, Dios de los ejércitos, de los supervivientes de José.
Detesto y rehúso vuestras fiestas, oráculo del Señor no quiero oler vuestras ofrendas.
Aunque me ofrezcáis holocaustos y dones, no me agradarán; no aceptaré los terneros cebados que sacrificáis en acción de gracias.
Retirad de mi presencia el estruendo del canto, no quiero escuchar el son de la cítara; fluya como el agua el juicio, la justicia como arroyo perenne.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 49, 7. 8-9. 10-11. 12-13. 16bc-17.
V/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

V/. Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte; Israel, voy a dar testimonio contra ti, yo, Dios, tu Dios. R/.

V/. No te reprocho tus sacrifcios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa ni un cabrito de tus rebaños. R/.

V/. Pues las fieras de la selva son mías, y hay miles de bestias en mis montes.
Conozco todos los pájaros del cielo, tengo á mano cuanto se agita en los campos. R/.

V/. Si tuviera hambre, no te lo diría: pues el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré yo carne de toros, beberé sangre de cabritos? . R/.

V/. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? R/.


EVANGELIO
¿Has venido a atormentar a los demonios antes de tiempo ?
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 28-34
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: ¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios ? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo? Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: Si nos echas, mándanos a la piara.
Jesús les dijo: Id.
Salieron y se metieron en los cerdos.
Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua.
Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados.

Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del Señor.