viernes, 31 de agosto de 2012

VIERNES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA


 

PRIMERA LECTURA

Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los hombres, pero para los llamados a Cristo, sabiduría

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 17-25

Hermanos:
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación –para nosotros– es fuerza de Dios.
Dice la Escritura:
«Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces». ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el letrado? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?
Y como en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes.
Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los griegos; pero para los llamados a Cristo –judíos o griegos–: fuerza de Dios
y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 32, 1-2. 4-5. 10ab y 11

R.  La misericordia del Señor llena la tierra.
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos;
dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
La palabra del Señor es sincera
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra. R.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R.

EVANGELIO

Que llega el esposo, salid a recibirlo

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
–El Reino de los Cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
–«¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!»
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
–«Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas».
Pero las sensatas contestaron:
–«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis».
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:
–«Señor, señor, ábrenos».
Pero él respondió:
–«Os lo aseguro: no os conozco».
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.
Palabra del Señor.

jueves, 30 de agosto de 2012

La imitación de Cristo. Tomas de Kempis

JUEVES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA


 

PRIMERA LECTURA

Por él habéis sido enriquecidos en todo

Comienzo de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 1-9

Yo Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes nuestro hermano escribimos a la iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor nuestro y de ellos.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
En mí Acción de Gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús.
Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo.
De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
El os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el tribunal de Jesucristo Señor nuestro.
Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y él es fiel!
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7

R.  Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.
Una generación pondera tus obras a otra
y le cuenta tus hazañas;
alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.
Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad
y aclaman tus victorias. R.

EVANGELIO

Estad preparados

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24, 42-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?
Pues dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Palabra del Señor.

miércoles, 29 de agosto de 2012

29 de agosto Martirio de san Juan Bautista


29 de agosto
Martirio de san Juan Bautista

PRIMERA LECTURA
Diles todo lo que yo te mando. No temas delante de ellos
Lectura del libro del profeta Jeremías 1, 17-19
En aquellos días, el Señor me dirigió estas palabras:
«Cíñete y prepárate; ponte en pie y diles lo que yo te mando. No temas, no titubees delante de ellos, para que yo no te quebrante.
Mira: hoy te hago ciudad fortalecida, columna de hierro y muralla de bronce, frente a toda esta tierra, así se trate de los reyes de Judea, como de sus jefes, de sus sacerdotes o de la gente del campo; te harán la guerra, pero no podrán contigo, porque yo estoy a tu lado para salvarte».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 70
R. Proclamaré, Señor, tu misericordia.
A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado; tú que eres justo, ayúdame y defiéndeme, escucha mi oración y ponme a salvo. R.
Sé para mí, refugio y salvación, pues eres tú mi roca y mi baluarte; del poder del inicuo y del violento, ven, Dios mío, a librarme. R.
Desde mi juventud, Señor, mi esperanza tú fuiste; desde antes de nacer me apoyé en ti y tú me protegiste. R.
Yo proclamaré siempre tu justicia, y tu gran compasión, a todas horas. Me enseñaste a alabarte desde joven y no he dejado de anunciar tus obras. R.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor.
Aleluya.

EVANGELIO
Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía.
Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
-«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró:
-«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre:
-«¿Qué le pido?»
La madre le contestó:
-«La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
-«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Palabra del Señor.

martes, 28 de agosto de 2012

28 de agosto San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia


28 de agosto
San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia

PRIMERA LECTURA
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 4-16
Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene, se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 118
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Sólo cumpliendo todos tus mandatos puede un joven vivir honestamente. R.
Con todo el corazón te estoy buscando, de tu ley no permitas que me aleje. R.
Guardo tus mandamientos en mi pecho para nunca ofenderte. R.
Bendito eres, Señor, enséñale a tu siervo lo que ordenas. R.
Todos los mandamientos de tu boca mis labios enumeran. R.
Me gozo más cumpliendo tus preceptos, que teniendo riquezas. R.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Su maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor.
Aleluya.

EVANGELIO
Que el mayor de ustedes sea su servidor
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 8-12
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«No dejen que los llamen “maestros”, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen “padre”, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ”guías”, porque el guía de ustedes es solamente Cristo.
Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor.

MARTES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA


 

PRIMERA LECTURA

Conservad las tradiciones que habéis aprendido

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-3a. 13-16
Hermanos:
Os rogamos a propósito de la última venida
de nuestro Señor Jesucristo
y de nuestro encuentro con él,
que no perdáis fácilmente la cabeza
ni os alarméis por supuestas revelaciones,
dichos o cartas nuestras:
como si afirmásemos que el día del Señor está encima.
Que nadie en modo alguno os desoriente.
Dios os llamó por medio del Evangelio que predicamos,
para que sea vuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Así, pues, hermanos, manteneos firmes
y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros,
de viva voz o por carta.
Que Jesucristo nuestro Señor
y Dios nuestro Padre
–que nos ha amado tanto
y nos ha regalado un consuelo permanente
y una gran esperanza–
os consuele internamente y os dé fuerza
para toda clase de palabras y de obras buenas.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 95, 10. 11-12a. 12b-13

R.  El Señor llega a regir la tierra.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente. R.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos. R.
Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra;
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.

EVANGELIO

Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:
–¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad!
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello!
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera.
Palabra del Señor.

lunes, 27 de agosto de 2012

27 de agosto Santa Mónica


27 de agosto
Santa Mónica

PRIMERA LECTURA
Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer bella en su casa bien arreglada
Lectura del libro del Eclesiástico 26, 1-4.16-21
Dichoso el marido de una mujer buena, se doblarán los años de su vida. La mujer hacendosa es la alegría de su marido, y él vivirá su vida en paz. La mujer buena es un tesoro: lo encuentran los que temen al Señor; sean ricos o pobres, estarán contentos y siempre vivirán con alegría.
La mujer servicial alegra a su marido; la que es cuidadosa le causa bienestar. La mujer discreta es un don del señor; y la bien educada no tiene precio. La mujer modesta duplica su encanto y la que es dueña de sí supera toda alabanza.
Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer bella en su casa bien arreglada.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 130
R. Dame, Señor, la paz junto a ti.
Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos, soberbios;
grandezas que superan mis alcances
ni de lejos pretendo. R.
Estoy, Señor, por lo contrario,
tranquilo y en silencio,
como niño recién alimentado,
en los brazos maternos. R.
Que igual en el Señor esperen,
los hijos de Israel, ahora y siempre. R.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.

EVANGELIO
«La pesada carga que aquella viuda llevaba en el corazón, te impulsó a decir: Joven, yo te lo digo: ¡Levántate!» (San Agustín, Confesiones)
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17
En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda a la que acompañaba una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo:
«No llores».
Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo:
«Joven, yo te lo mando: Levántate».
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo:
«Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo».
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.
Palabra del Señor.

LUNES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA



PRIMERA LECTURA
El Señor sea vuestra gloria y vosotros seáis la gloria de él
Comienzo de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses
1, 1-5. 11b-12
Pablo, Silvano y Timoteo a los tesalonicenses que forman la Iglesia de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Es deber nuestro dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos;
y es justo, pues vuestra fe crece vigorosamente,
y vuestro amor, de cada uno por todos y de todos por cada uno, sigue aumentando.
Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las iglesias de Dios, viendo que vuestra fe permanece constante en medio de todas las persecuciones y luchas que sostenéis.
Así se pone a la vista la justa sentencia de Dios, que pretende concederos su reino, por el cual bien que padecéis.
Nuestro Dios os considere dignos de vuestra vocación; para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús nuestro Señor sea vuestra gloria y vosotros seáis la gloria de él, según la gracia de Dios y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 4-5
R.  Contad a los pueblos las maravillas del Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.
Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.
Porque es grande el Señor y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.

EVANGELIO

¡Ay de vosotros, guías ciegos!

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 13-22

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:
–¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que devoráis los bienes de las viudas con pretexto de largas oraciones! Vuestra sentencia será por eso más severa.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros!
¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: «¡Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga!» ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro?
O también: «Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga». ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo, jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él.
Palabra del Señor.

domingo, 26 de agosto de 2012

DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO



PRIMERA LECTURA
Nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!
Lectura del libro de Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b
En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Si­quén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo:
– «Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país ha­bitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.»
El pueblo respondió:
– «¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dio­ses extranjeros! El Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que recorrimos .y entre todos los pueblos por donde cruzamos. También noso­tros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!»
Palabra del Señor.

Salmo responsorial  Sal 33, 2-3. 16-17. 18-19. 20-21. 22-23 (R.: 9a)
R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará. R.
La maldad da muerte al malvado,
y los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.


SEGUNDA LECTURA
Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5,21-32
Hermanos:
Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano.
Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabe­za de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia.
Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificán­dola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.
Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
«Por eso abandonará. el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.»
Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Jn 6, 63c. 68c
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.

EVANGELIO
¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida. eterna
+Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 60-69
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, di­jeron:
– «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
– «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo:
– «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mi, si el Pa­dre no se lo concede.»
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
– «¿También vosotros queréis marcharos?»
Simón Pedro le contestó:
– «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»
Palabra del Señor.

sábado, 25 de agosto de 2012

SAN JOSÉ DE CALASANZ, Confesor


25 de agosto 
SAN JOSÉ DE CALASANZ,
 Confesor


El Espíritu del Señor reposó sobre mí;
por lo cual me ha consagrado con su unción,
y me ha enviado a evangelizar a los pobres.
(Lucas, 4, 18). 

   
Este santo consagró su vida a la educación cristiana de la niñez. En su juventud, reunía ya a su alrededor a los niños para enseñarles las oraciones y los misterios de la religión. Ordenado sacerdote, se dedicó primero a la predicación en España, su patria; pero, sintiéndose llamado a vida más perfecta aun, se trasladó a Roma, donde la vista de un tropel de niños entregados a los vicios a los que arrastra la falta de educación, le inspiró el pensamiento de fundar escuelas pías. Asoció a su intento a varios eclesiásticos animados de los mismos sentimientos, y su congregación fue erigida por Gregorio XV en Orden religiosa, bajo el nombre de Clérigos regulares de la Madre de Dios de las escuelas pías.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA INSTRUCCIÓN
DE LOS POBRES

   I. Hombres apostólicos, aprended de San José a instruir a los pobres. Esta función no es brillante a los ojos de los hombres, pero es grande ante los de Dios y digna de todo vuestro celo. Es fecunda en méritos y en consuelos para vosotros, y en frutos de salvación para esas pobres almas, ¡ay! muy a menudo abandonadas. No se os ama, Señor, porque no se os conoce; si el mundo os conociese, os amaría. (San Agustín).

   II. Padres de familia, velad por la instrucción de vuestros servidores. Enviadlos a la Iglesia para que aprendan en ella el camino del cielo; instruidlos vosotros mismos sobre los deberes que la religión les impone. Una palabra de vuestra boca hará mucha impresión en su corazón; no toleréis sus vicios, y demostrad bondad especial a los que son más virtuosos. ¡Qué gloria para vosotros, si ganáis para Dios el alma de vuestro servidor! No repeláis a vuestros servidores, poseen la misma naturaleza que vosotros. (San Ignacio).

   III. Si tu posición no te permite trabajar en la instrucción y edificación de tu prójimo, por lo menos ora a Dios por la conversión de los pecadores. Tus oraciones atraerán acaso más almas a Dios que los trabajos de los hombres apostólicos. Mientras ellos riegan la tierra con su sudor y su sangre, tú obtendrás del Cielo la gracia, ese rocío celestial que la debe hacer fértil. ¿Qué haces tú por la conversión de los pecadores? Por lo menos humíllate: y si nada puedes hacer por la salvación de los demás, trabaja seriamente por salvar tu alma.

El buen ejemplo
Orad por la educación
cristiana de los niños.

ORACIÓN   
   Oh Dios, que por San José de Calasanz, vuestro confesor, habéis dado a la Iglesia un nuevo auxilio para formar a la infancia en el espíritu de inteligencia y de piedad, concedednos, por sus ejemplos e intercesión, la gracia de practicar y enseñar vuestra doctrina, de modo que merezcamos las recompensas eternas. Por J. C. N. S. Amén.

SAN LUIS, Rey de Francia


25 de agosto 
SAN LUIS,
 Rey de Francia


Dad al César lo que es del César,
y a Dios lo que es de Dios.
(Mateo, 22, 21).

   
San Luis, rey de Francia, fue dotado de todas las cualidades que hacen a los reyes grandes y a los santos ilustres. Nacido para gobernar a los hombres, fue un héroe en la paz y en la guerra. En toda su vida, según testimonio de su confesor, no cometió ni un solo pecado mortal. De ordinario llevaba un cilicio, y cuando se lo sacaba, daba cuarenta escudos de limosna. El viernes de cada semana ayunaba, se disciplinaba con cadenillas de hierro y servía a los pobres con sus propias manos. Dos veces salió de su reino a fin de conquistar Tierra Santa, y en esas expediciones mostró tanta piedad como coraje. Murió en 1270, en África, a la edad de 55 años.

  MEDITACIÓN
SOBRE SAN LUIS,
EL REY CRISTIANÍSIMO

   I. San Luis fue verdaderamente rey, pues supo mandar a sus pasiones, sujetar su cuerpo a la razón, y su razón a Dios. Ayunar, llevar cilicio, vivir en medio de la corte una vida tan santa como la de un cenobita, ¿no es acaso ser dueño de sí mismo? Mira a este santo, mira si lo imitas, si tus pasiones están tan sometidas como las de él a la razón. ¿Qué hay más real que un alma sometida a Dios y dueña de su cuerpo? (San León).

   II. San Luis fue el padre de su pueblo. A todo el mundo amaba, hasta a sus enemigos; no podía tolerar a los detractores; él mismo juzgaba en los procesos de los pobres, nada tomaba más a pecho que el trabajar en la salvación de sus súbditos. Agradece a Dios, si te ha dado superiores semejantes a este santo rey. Si tú mismo eres superior, acuérdate que debes ser el padre de tus inferiores. ¿Cómo ejerces la caridad con tu prójimo?

   III. Es preciso ser servidor de Dios para ser buen rey. La piedad de San Luis, la honra que tributaba a las santas reliquias, el celo que lo inflamaba por la conversión de los bárbaros, la generosidad cristiana y heroica que puso de manifiesto combatiendo contra los enemigos de Jesucristo, muestran que olvidaba su título de rey para no acordarse sino del de servidor de Dios. Príncipes de la tierra, si no servís a Dios, ¿qué provecho obtendréis en la otra vida de haber aquí empuñado el cetro? La muerte os arrebatará todas vuestras dignidades: la sola gloria que sobrevive a la tumba es la de haber servido bien al Señor. Servir a Dios es reinar.

La piedad
Orad por los jefes de estado.

ORACIÓN   
   Oh Dios, que hicisteis pasar al rey San Luis de un reino temporal a la gloria del reino eterno, haced, os lo suplicamos, que, por sus méritos y su intercesión, participemos un día con él de la gloría del Rey de reyes, vuestro Hijo Jesucristo, que vive y reina con Vos en unidad con el Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.

SÁBADO DE LA VIGÉSIMA SEMANA



PRIMERA LECTURA

La Gloria del Señor entró en el templo

Lectura del Profeta Ezequiel 43, 1-7a

En aquellos días
el ángel me condujo a la puerta oriental:
Vi la Gloria del Dios de Israel
que venía de Oriente,
con estruendo de aguas caudalosas:
la tierra reflejó su Gloria.
La visión que tuve era como la visión que había contemplado cuando vino a destruir la ciudad, como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar.
Y caí rostro en tierra.
La Gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental.
Entonces me arrebató el espíritu
y me llevó al atrio interior.
La Gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo
–el hombre seguía a mi lado–,
y me decía:
–Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono,
el sitio de las plantas de mis pies,
donde voy a residir para siempre
en medio de los hijos de Israel.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14

R.  La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra
y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor dará la lluvia
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.


EVANGELIO

No hacen lo que dicen

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo:
–En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.
Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame «maestro».
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Palabra del Señor.