viernes, 30 de noviembre de 2012

San Andrés, apóstol Fiesta


San Andrés, apóstol

Fiesta

PRIMERA LECTURA

La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 9-18

Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás.
Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.
Dice la Escritura:
«Nadie que cree en él quedará defraudado.»
Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan.
Pues «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.»
Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo, si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: « ¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!»
Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: «Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?» Así, pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo.
Pero yo pregunto: «¿Es que no lo han oído?» Todo lo contrario: «A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.»
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial  Sal 18, 2-3. 4-5 (R.: 5a)
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.


Aleluya Mt 4, 19
Venid y seguidme –dice el Señor–, y os haré pescadores de hombres.

EVANGELIO
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 18-22
En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
–«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra del Señor.

jueves, 29 de noviembre de 2012

JUEVES DE LA TRIGÉSIMA CUARTA SEMANA




PRIMERA LECTURA

Ha caído Babilonia la grande

Lectura del libro del Apocalipsis 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9a

Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; venía con gran autoridad y su resplandor iluminó la tierra.
Gritó a pleno pulmón:
–Ha caído, ha caído Babilonia la grande.
Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu impuro, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable.
Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la tiró al mar diciendo:
–Así, de golpe, precipitarán a Babilonia, la gran metrópoli, y desaparecerá. El son de arpistas y músicos, de flautas y trompetas, no se oirá más en ti. Artífices de ningún arte habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá más en ti; ni luz de lámpara brillará más en ti, ni voz de novio y novia se oirá más en ti, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones.
Oí después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban:
Aleluya. La victoria, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus sentencias son rectas y justas. El ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos.
Y repitieron: «Aleluya.»
El humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.
Y me dijo: Escribe:
–Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 99, 2. 3. 4. 5

R.  Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría;
entrad en su presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R.

EVANGELIO

Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje.
Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán.
Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Palabra del Señor.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

MIÉRCOLES DE LA TRIGÉSIMA CUARTA SEMANA




PRIMERA LECTURA

Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero

Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4
Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin a la ira de Dios.
Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que habían vencido a la bestia, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la mano las arpas que Dios les había dado. Cantaban el cántico de Moisés el siervo de Dios y el cántico del Cordero, diciendo:
«Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios soberano de todo; justos y verdaderos tus caminos, rey de las naciones. ¿Quién no te respetará?, ¿quién no dará gloria a tu nombre, si tú solo eres santo? Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justas sentencias han quedado manifiestas».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 7-8. 9

R.  Grandes y admirables son tus obras,
      Señor, Dios soberano de todo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.
Ante el Señor que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.

EVANGELIO

Todos os odiarán por causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
Palabra del Señor.

martes, 27 de noviembre de 2012

MARTES DE LA TRIGÉSIMA CUARTA SEMANA




PRIMERA LECTURA

Ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que madura

Lectura del libro del Apocalipsis 14, 14-19

Yo, Juan, miré, y apareció una nube blanca; estaba sentado encima uno con aspecto de hombre, llevando en la cabeza una corona de oro y en la mano una hoz afilada.
Del templo salió otro ángel y gritó fuerte al que estaba sentado en la nube:
–Arrima tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que madura.
Y el que estaba sentado encima de la nube acercó su hoz a la tierra y la segó.
Otro ángel salió del templo celeste llevando él también una hoz afilada.
Del altar salió otro, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó fuerte al de la hoz afilada:
–Arrima tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque las uvas están en sazón.
El ángel acercó su hoz a la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Pisotearon el lagar fuera de la ciudad, y del lagar corrió tanta sangre, que subió hasta los bocados de los caballos en un radio de sesenta leguas.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 95, 10. 11-12. 13

R.  El Señor llega a regir la tierra.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R.
Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.

EVANGELIO

No quedará piedra sobre piedra

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo:
–Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.
Ellos le preguntaron:
–Maestro, ¿cuándo va a ser éso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?
El contestó:
–Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usando mí nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «el momento está cerca»; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá enseguida.
Luego les dijo:
–Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Palabra del Señor.

lunes, 26 de noviembre de 2012

LUNES DE LA TRIGÉSIMA CUARTA SEMANA



PRIMERA LECTURA
Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre
Lectura del libro del Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5
Yo, Juan, miré,
y allí estaba el Cordero de pie sobre el monte Sión,
y con él ciento cuarenta y cuatro mil
que llevaban grabado en la frente
el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.
Oí también un sonido que bajaba del cielo,
parecido al estruendo de grandes cataratas,
y como el estampido de un trueno poderoso;
era el son de arpistas que tañían sus arpas delante del trono,
delante de los cuatro seres vivientes y los ancianos,
cantando un cántico nuevo.
Y nadie podía aprender el cántico
fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil,
los rescatados de la tierra.
Ellos son el cortejo del Cordero adondequiera que vaya;
son los rescatados como primicias de la humanidad
para Dios y el Cordero.
En sus labios no se encontró mentira:
son irreprochables.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R.  Estos son los que buscan al Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

EVANGELIO
Vio una viuda pobre que echaba dos reales
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo:
–Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.
Palabra del Señor.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Último domingo (XXXIV) del tiempo ordinario



JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

PRIMERA LECTURA

Su dominio es eterno y no pasa

Lectura de la profecía de Daniel 7, 13-14
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 92, 1ab. 1c–2. 5 (R.: 1a)
R. El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R.
Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R.

SEGUNDA LECTURA
El príncipe de los reyes de la tierra nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios
Lectura del libro del Apocalipsis 1, 5-8
Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra.
Aquel que nos amó, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.
A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Mirad: El viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén.
Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que el que era y el que viene, el Todopoderoso.»
Palabra de Dios.

Aleluya Mc 11, 9b-10a
Bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.

EVANGELIO
Tú lo dices: soy rey
+Lectura del santo evangelio según san Juan 18, 33b-37
En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús:
– «¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó:
– «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
Pilato replicó:
– «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»
Jesús le contestó:
– «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»
Pilato le dijo:
– «Conque, ¿tú eres rey?»
Jesús le contestó:
– «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA TRIGÉSIMA TERCERA SEMANA




PRIMERA LECTURA
Estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra
Lectura del libro del Apocalipsis 11, 4-12
Me fue dicho a mí, Juan:
–Estos son mis dos testigos, los dos olivos y las dos lámparas que están en la presencia del Señor de la tierra.
Si alguno quiere hacerles daño, echarán fuego por la boca y devorará a sus enemigos; así, el que intente hacerles daño, morirá sin remedio.
Tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no llueva mientras dura su profecía; tienen también poder para transformar el agua en sangre y herir la tierra a voluntad con plagas de toda especie.
Pero, cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los derrotará y los matará. Sus cadáveres yacerán en la calle de la gran ciudad, simbólicamente llamada Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado.
Durante tres días y medio, gente de todo pueblo y raza, de toda lengua y nación, contemplarán sus cadáveres, y no permitirán que les den sepultura.
Todos los habitantes de la tierra se felicitarán por su muerte, harán fiesta y se cambiarán regalos; porque estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra.
Al cabo de los tres días y medio, un aliento de vida mandado por Dios entró en ellos, y se pusieron en pie en medio del terror de todos los que lo veían.
Oyeron entonces una voz fuerte que les decía desde el cielo:
–Subid aquí.
Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 143, 1. 2. 9-10
R.  Bendito el Señor, mi Roca.
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R.
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo;
mi escudo, mi refugio,
que me somete los pueblos. R.
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti, que das la victoria a los reyes
y salvas a David tu siervo. R.

EVANGELIO
No es Dios de muertos, sino de vivos
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección y le preguntaron:
–Maestro, Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano». Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.
Jesús les contestó:
–En esta vida hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos, no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: «Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob». No es Dios de muertos sino de vivos: porque para él todos están vivos.
Intervinieron unos letrados:
–Bien dicho, Maestro.
Y no se atrevían a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.

viernes, 23 de noviembre de 2012

SAN CLEMENTE, Papa y Mártir


23 de noviembre
  SAN CLEMENTE, 
Papa
 y Mártir

A este siervo inútil arrojadlo
a las tinieblas exteriores;
allí será el llanto y el crujir de dientes.
(Mateo, 25, 30).

   San Clemente, cuarto Vicario de Jesucristo, en el año 90, había sido discípulo de San Pablo y después de San Pedro. Desterrado a causa de su celo en Quersoneso, fue obligado a trabajar en las minas y en ellas convirtió a un gran número de paganos. Trajano lo hizo arrojar al mar con un ancla atada al cuello. Mientras los cristianos oraban en la playa, las aguas retiráronse en la extensión de una legua, donde los cristianos encontraron un maravilloso templo de mármol y en su interior un sepulcro de piedra que contenía los restos del santo mártir. Los habitantes de la vecindad, sacudidos por este milagro, ocurrido hacia el año 100, se convirtieron a la fe cristiana.

MEDITACIÓN
SOBRE LA PEREZA

   I. Dios castigará severamente a los cobardes servidores, que no hayan hecho fructificar el talento que les ha confiado. El hombre ha nacido para el trabajo; a pesar de la brevedad de la vida, pierdes tu tiempo en la pereza. Das acceso al demonio, que no te tentaría si te encontrase siempre ocupado. Mucho trabajo yo para dar contento a mis pasiones, me canso recorriendo los caminos de la iniquidad, ¡Y nada quiero hacer por la salvación de mi alma! Es tiempo ya de trabajar por el cielo.

   II. Muchas causas tiene tu pereza: el temor de no obtener éxito, la aprensión de las dificultades, el respeto humano y el amor a tus comodidades son las principales. ¿De dónde proviene tanta negligencia por la obra de Dios, mientras empleas tanta solicitud en el logro de tus empresas temporales? Es porque no piensas en la temible majestad del Dios a quien sirves, es porque no consideras el poder de este Señor, que recompensará al servidor activo y diligente y castigará con suplicios eternos al servidor perezoso. ¡Maldito sea quien hace la obra de Dios con negligencia!(Jeremías).

   III. Tiempo vendrá en que ya no podrás trabajar más; perezoso, cuánto habrás de querer haber hecho cuando ese momento llegue. Piensa seriamente en esa hora suprema. Considera el buen ejemplo de tantas santas almas y la gloria que te está preparada en el cielo si trabajas con ardor; te avergonzarás de hacer tan poco para ganar el cielo, mientras trabajas tanto para la tierra. El pensamiento del cielo destierra la pereza. (San Gregorio).

El fervor 
Orad por las almas del purgatorio

ORACIÓN
   Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Soberano Pontífice Clemente, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S. Amén.

VIERNES DE LA TRIGÉSIMA TERCERA SEMANA




PRIMERA LECTURA
Cogí el librito y me lo comí
Lectura del libro del Apocalipsis 10, 8-11
Yo, Juan, oí cómo la voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo diciendo:
–Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra.
Me acerqué al ángel y le dije:
–Dame el librito.
El me contestó:
–Cógelo y cómetelo; al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor.
Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca sabía dulce como la miel, pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago.
Entonces me dijeron:
–Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 14. 24. 72. 103. 111. 131
R.  Qué dulce al paladar tu promesa.
Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.
Tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros. R.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.
Qué dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca. R.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón. R.
Abro la boca y respiro,
ansiando tus mandamientos. R.

EVANGELIO
Habéis convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 19, 45-48
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:
–Escrito está: «Mi casa es casa de oración»; pero vosotros la habéis convertido en una «cueva de bandidos».
Todos los días enseñaba en el templo.
Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
Palabra del Señor.

jueves, 22 de noviembre de 2012

JUEVES DE LA TRIGÉSIMA TERCERA SEMANA




PRIMERA LECTURA
El Cordero fue degollado, y con su sangre nos ha comprado de toda nación
Lectura del libro del Apocalipsis 5, 1-10
Yo, Juan, vi a la derecha del que estaba sentado en el trono, un rollo escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel poderoso, gritando a grandes voces:
–¿Quién es digno de abrir el rollo y soltar sus sellos?
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra podía abrir el rollo y ver su contenido.
Yo lloraba mucho, porque no se encontró a nadie digno de abrir el rollo y de ver su contenido.
Pero uno de los ancianos me dijo:
–No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos.
Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie se notaba que lo habían degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos –son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra–. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.
Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume –son las oraciones del pueblo santo.
Y entonaron un cántico nuevo:
«Eres digno de tomar el libro
y de abrir sus sellos,
porque fuiste degollado, y con tu sangre
has comprado para Dios,
hombres de toda tribu,
lengua, pueblo y nación;
has hecho de ellos una dinastía sacerdotal,
que sirva a Dios y reine sobre la tierra».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b
R.  Nos hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes.
O bien:
      Aleluya.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.

EVANGELIO
¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando:
–¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!
Pero no: está escondido a tus ojos.
Legará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra.
Porque no reconociste el momento de mi venida.
Palabra del Señor.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

MIÉRCOLES DE LA TRIGÉSIMA TERCERA SEMANA




PRIMERA LECTURA
Santo es el Señor, soberano de todo; el que era y es y viene
Lectura del libro del Apocalipsis 4, 1-11
Yo, Juan, miré y vi en el cielo una puerta abierta; la voz con timbre de trompeta que oí al principio me estaba diciendo:
–Sube aquí y te mostraré lo que tiene que suceder después.
Al momento caí en éxtasis.
En el cielo había un trono y uno sentado en el trono. El que estaba sentado en el trono brillaba como jaspe y granate, y alrededor del trono había un arco iris que brillaba como una esmeralda. En círculo alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sentados en ellos veinticuatro ancianos con ropajes blancos y coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos y retumbar de truenos; ante el trono ardían siete lámparas, los siete espíritus de Dios, y delante se extendía una especie de mar transparente, parecido al cristal. En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás: el primero se parecía a un león, el segundo a un novillo, el tercero tenía cara de hombre y el cuarto parecía un águila en vuelo. Los cuatro seres vivientes, cada uno con seis alas, estaban cubiertos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa:
«Santo, Santo, Santo es el Señor,
soberano de todo;
el que era y es y viene».
Y cada vez que los cuatro seres vivientes gritan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adorando al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas ante el trono diciendo:
«Digno eres, Señor y Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y la fuerza,
por haber creado el universo:
por tu voluntad fue creado y existe».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 150, 1-2. 3-4. 5-6
R.  Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo.
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza. R.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras;
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompetas y flautas. R.
Alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta
alabe al Señor. R.

EVANGELIO
¿Por qué no pusiste mí dinero en el banco?
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 19, 11-28
En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro.
Dijo, pues:
–Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.
Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles:
–Negociad mientras vuelvo.
Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron tras de él una embajada para informar: «No queremos que él sea nuestro rey».
Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y dijo:
–Señor, tu onza ha producido diez.
El le contestó:
–Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
El segundo llegó y dijo:
–Tu onza, señor, ha producido cinco.
A ése le dijo también:
–Pues toma tú el mando de cinco ciudades.
El otro llegó y dijo:
–Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras.
El le contestó:
–Por tu boca te condeno, empleado holgazán.
¿Con que sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro?
Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco?
Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses.
Entonces dijo a los presentes:
–Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez.
Le replicaron:
–Señor, si ya tiene diez onzas.
–Os digo: Al que tiene se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.
Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia.
Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Palabra del Señor.

martes, 20 de noviembre de 2012

MARTES DE LA TRIGÉSIMA TERCERA SEMANA




PRIMERA LECTURA
Si alguien me abre, entraré y comeremos juntos
Lectura del libro del Apocalipsis 3, 1-6. 14-22
Yo, Juan, oí al Señor, que me decía:
–Al ángel de la iglesia de Sardes escribe así:
Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras perfectas a los ojos de mi Dios. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra: guárdala y arrepiéntete.
Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Ahí en Sardes tienes unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos irán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen. El que venza se vestirá todo de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, pues ante mi Padre y ante sus ángeles reconoceré su nombre.
El que tiene oídos, que oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias. Al ángel de la Iglesia de Laodicea escribe así: Habla el testigo fidedigno y veraz, el Amén, el principio de la creación: Conozco tu manera de obrar y no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca.
Tú dices: Soy rico, tengo reservas y nada me falta. Aunque no lo sepas, eres desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo.
Te aconsejo que me compres oro refinado en el fuego, y así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez; y colirio para untártelo en los ojos y ver.
A los que yo amo los reprendo y los corrijo. Sé ferviente y conviértete. Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos.
A los vencedores los sentaré en mi trono, junto a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté en el trono de mi Padre, junto a él.
El que tiene oídos, que oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5
R.  A los vencedores los sentaré en mi trono, junto a mí.
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.

EVANGELIO
El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
–Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.
El bajó en seguida, y lo recibió muy contento.
Al ver ésto, todos murmuraban diciendo:
–Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.
Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor:
–Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.
Jesús le contestó:
–Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Palabra del Señor.