sábado, 29 de junio de 2013

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO



PRIMERA LECTURA
Eliseo se levantó y marchó tras Elías
Lectura del libro primero de los Reyes 19, 16b. 19-21
En aquellos días, el Señor dijo a Elías:
–Unge como profeta sucesor a Eliseo, hijo de Safat, natural de Abel–Mejolá.
Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando, con doce yuntas en fila y él llevaba la última. Elías pasó a su lado y le echó encima su manto.
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:
–Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.
Elías contestó:
–Ve y vuelve, ¿quién te lo impide?
Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los mató, hizo fuego con los aperos, asó' la carne y ofreció de comer a su gente. Luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a sus órdenes.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11
R.  El Señor es mi lote y mi heredad.
Protégeme, Dios mio, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano. R.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente, al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.

SEGUNDA LECTURA
Vuestra vocación es la libertad
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 4, 31b-5, 1. 13-18
Hermanos:
Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado.
Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.
Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche el egoísmo; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se concentra en esta frase: «amarás al prójimo como a ti mismo». Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente.
Yo os lo digo: andad según el Espíritu y realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal, que no hacéis lo que quisierais. Pero si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley.

Palabra de Dios.

Aleluya 1S 3,9; Jn 6, 69
Habla, Señor, que tu siervo escucha;
Tú tienes palabras de vida eterna.

EVANGELIO
Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Te seguiré adonde vayas
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 51-62
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: –Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?
El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
–Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió:
–Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo:
–Sígueme.
El respondió:
–Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó:
–Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.
Otro le dijo:
–Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
–El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.


Palabra del Señor.

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES, Solemnidad

Misa del día

PRIMERA LECTURA
Ahora me doy cuenta de que el Señor me ha librado de las manos de Herodes
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11
En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos mandó detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno: tenía intención de ejecutarlo en público, pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
La noche antes de que lo sacara Herodes estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado a ellos con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.
De repente se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo:
— Date prisa, levántate.
Las cadenas se le cayeron de las manos y el ángel añadió
— Ponte el cinturón y las sandalias.
Obedeció, y el ángel le dijo:
— Échate la capa y sígueme.
Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.
Pedro recapacitó y dijo:
— Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial   Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R. El ángel del Señor librará a los que temen a Dios.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor;
dichoso el que se acoge a él. R.

SEGUNDA LECTURA
Ahora me aguarda la corona merecida
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo  4, 6-8. 17-18
Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe.
Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día, - y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.
El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. El me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo.
¡A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén!
Palabra de Dios.

Aleluya  Mt 16, 18
Aleluya, aleluya. Tú eres Pedro. Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Aleluya.

EVANGELIO
Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus discípulos: - ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?
Ellos contestaron:
— Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
El les preguntó:
— Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
— Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió:
—¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Palabra de Dios.

viernes, 28 de junio de 2013

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES, Solemnidad

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES

Solemnidad


Misa vespertina de la vigilia

PRIMERA LECTURA
Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar
Lectura de los Hechos de los Apóstoles  3, 1-10
En aquellos días, Pedro y Juan subían al templo, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la Puerta Hermosa del templo para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo:
- Míranos.
Clavó los ojos en ellos esperando que le darían algo; Pedro le dijo:
- No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar.
Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la Puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial   Sal 18, 2-3. 4-5
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos
el día al día le pasa su mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

SEGUNDA LECTURA
Dios me escogió desde el seno de mi madre
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas     1, 11-20
Hermanos: Os notifico que el evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados.
Pero cuando Aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó a su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los Apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco.
Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro Apóstol; vi solamente a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo.
Palabra de Dios.

Aleluya Jn 21, 17d
Aleluya, aleluya. Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero. Aleluya.

EVANGELIO
Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas
Lectura del santo Evangelio según San Juan   21, 15-19
Después de aparecerse a sus discípulos y de comer con ellos, Jesús dijo a Simón Pedro:
— Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
El le contestó:
— Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
— Apacienta mis corderos.
Por segunda vez le pregunta:
— Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
El le contesta:
— Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
El le dice:
— Pastorea mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta:
— Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
— Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
— Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras. Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió:
— Sígueme.

Palabra de Dios.

VIERNES DE LA DUODÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Circuncidad a todos vuestros varones en señal de mi pacto.
Sara te va a dar un hijo
Lectura del libro del Génesis 17, 1. 9-10. 15-22
Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo:
–Yo soy el Dios Saday.
Camina en mi presencia, con lealtad.
El Señor añadió a Abrahán:
–Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones.
Este es el pacto que hago con vosotros y con tus descendientes y que habéis de guardar: circuncidad a todos vuestros varones.
El Señor dijo a Abrahán:
–Saray, tu mujer, ya no se llamará Saray, sino que se llamará Sara.
La bendeciré y te dará un hijo y lo bendeciré; de ella nacerán pueblos y reyes de naciones.
Abrahán cayó rostro en tierra y se dijo sonriendo:
–¿Un centenario va a tener un hijo, y Sara va a dar a luz a los noventa?
Y Abrahán dijo a Dios:
–Me contento con que conserves sano a Ismael en tu presencia.
Dios replicó:
–No, es Sara quien te va a dar un hijo; lo llamarás Isaac; con él estableceré mi pacto y con sus descendientes, un pacto perpetuo.
En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, lo haré fecundo, lo haré crecer en extremo, engendrará doce príncipes y se hará un pueblo numeroso. Pero mi pacto lo establezco con Isaac, el hijo que te dará Sara, el año que viene por estas fechas.
Cuando el Señor terminó de hablar con Abrahán, se retiró.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 19-7, 1-2. 3. 4-5
R.  Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
¡Dichoso el que teme al Señor,
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida. R.

EVANGELIO
Si quieres, puedes limpiarme
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 1-4
En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
–Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Extendió la mano y lo tocó diciendo:
–¡Quiero, queda limpio!
Y enseguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo:
–No se lo digas a nadie, pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.

Palabra del Señor.

jueves, 27 de junio de 2013

JUEVES DE LA DUODÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael
Lectura del libro del Génesis 16, 1-12. 15-16
Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada Hagar.
Y Saray dijo a Abrán:
–El Señor no me deja tener hijos, llégate a mi sierva a ver si por ella tengo hijos.
Abrán aceptó la propuesta.
A los diez años de habitar Abrán en Canaán, Saray, la mujer de Abrán, tomó a Hagar, la esclava egipcia, y se la dio a Abrán su marido como esposa. El se llegó a Hagar y ella concibió. Y al verse encinta le perdió el respeto a su señora.
Entonces Saray dijo a Abrán:
–Tú eres responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos a mi esclava, y ella al verse encinta me desprecia. El Señor juzgue entre nosotros dos.
Abrán dijo a Saray:
–En tu poder está tu esclava, trátala como te parezca.
Saray la maltrató y ella se escapó.
El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino de Sur, y le dijo:
–Hagar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Ella respondió:
–Vengo huyendo de mi señora.
El ángel del Señor le dijo:
–Vuelve a tu señora y sométete a su poder.
Y el ángel del Señor añadió:
–Haré tan numerosa tu descendencia, que no se podrá contar.
Y el ángel del Señor concluyó:
–Mira, estás encinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción. Será un potro salvaje: su mano irá contra todos y la de todos contra él; vivirá separado de sus hermanos.
Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó al hijo que le había dado Hagar, Ismael.
Abrán tenía ochenta y seis años cuando Hagar le engendró a Ismael.
Palabra del Señor.

O bien más breve:
Lectura del libro del Génesis 16, 6b-12. 15-16
En aquellos días, Saray maltrató a Hagar y ella se escapó.
El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino del sur, y le dijo:
–Hagar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Ella respondió:
–Vengo huyendo de mi señora.
El ángel del Señor le dijo:
–Vuelve a tu señora y sométete a su poder.
Y el ángel del Señor añadió:
–Haré tan numerosa tu descendencia, que no se podrá contar.
Y el ángel del Señor concluyó:
–Mira, estás encinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor ha escuchado tu aflicción. Será un potro salvaje: su mano irá contra todos y la de todos contra él; vivirá separado de sus hermanos.
Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó al hijo que le había dado Hagar, Ismael.
Abrán tenía ochenta y seis años cuando Hagar le engendró a Ismael.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 105, 1-2.3-4a. 4b-5
R.  Dad gracias al Señor, porque es bueno.
Dad gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios,
pregonar toda su alabanza? R.
Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R.
Visítame con tu salvación:
para que vea la dicha de tus escogidos,
y me alegre con la alegría de tu pueblo,
y me gloríe con tu heredad. R.

EVANGELIO
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?
Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los letrados.

Palabra del Señor.

miércoles, 26 de junio de 2013

MIÉRCOLES DE LA DUODÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Abrán creyó al Señor y se le contó en su haber, y el Señor hizo alianza con él
Lectura del libro del Génesis  15, 1-12. 17-18
En aquellos días, Abrán recibió en visión la palabra del Señor:
–No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante.
Abrán contestó:
–Señor, ¿de qué me sirven tus dones si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?
Y añadió:
–No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará.
La palabra del Señor le respondió:
–No te heredará ése, sino uno salido de tus entrañas.
Y el Señor lo sacó afuera y le dijo:
–Mira al cielo, cuenta las estrellas si puedes.
Y añadió:
–Así será tu descendencia.
Abrán creyó al Señor y se le contó en su haber.
El Señor le dijo:
–Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra.
El replicó:
–Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?
Respondió el Señor:
–Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.
Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrán los espantaba.
Cuando iba a ponerse el sol, un sueno profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.
El sol se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.
Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos:
–A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 104, 1-2.3-4. 6-7. 8-9
R.  El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
O bien:
      Aleluya.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos;
cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo,
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

EVANGELIO
Por sus frutos los conoceréis
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?
Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

Palabra del Señor.

martes, 25 de junio de 2013

MARTES DE LA DUODÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos
Lectura del libro del Génesis 13, 2. 5-18
Abrán era muy rico en ganado, plata y oro.
También Lot, que acompañaba a Abran, poseía ovejas, vacas y tiendas; de modo que ya no podían vivir juntos en el país, porque sus posesiones eran inmensas y ya no cabían juntos.
Por ello surgieron disputas entre los pastores de Abrán y los de Lot. (En aquel tiempo cananeos y fereceos ocupaban el país).
Abrán dijo a Lot:
–No haya disputas entre nosotros dos, ni entre nuestros pastores, pues somos hermanos. Tienes delante todo el país, sepárate de mí: si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si vas a la derecha, yo iré a la izquierda.
Lot echó una mirada y vio que toda la vega del Jordán, hasta la entrada de Zear, era de regadío (esto era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra); parecía un jardín del Señor' o como Egipto. Lot se escogió la vega del Jordán y marchó hacia levante. y así se separaron los dos hermanos.
Abrán habitó en Canaán; Lot en las ciudades de la vega, plantando las tiendas hasta Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y pecaban gravemente contra el Señor.
El Señor habló a Abrán, después que Lot se había separado de él:
–Desde tu puesto dirige la mirada hacia el norte, mediodía, levante y poniente. Toda la tierra que abarques te la daré a ti y a tus descendientes para siempre.
Haré a tus descendientes como el polvo: el que pueda contar el polvo podrá contar a tus descendientes.
Anda, pasea el país a lo largo y a lo ancho, pues te lo voy a dar.
Abrán alzó la tienda y fue a establecerse junto a la encina de Mambré, en Hebrón, donde construyó un altar en honor del Señor.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 14, 2-3a.3bc-4ab. 5
R.  Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo,
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.

EVANGELIO
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 6. 1-9-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.

Palabra del Señor.

lunes, 24 de junio de 2013

NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

24 de Junio
NATIVIDAD DE
SAN JUAN BAUTISTA
  En verdad, os digo, ninguno de entre los hijos
de mujer ha sido mayor que Juan Bautista.
(Mateo, 11, 11).

   Toda la tierra se alegra del nacimiento de San Juan; pero, ¿no debemos nosotros afligirnos al comparar lo que él ha hecho con lo que hacemos nosotros? Él deja el mundo y se retira al desierto para hacer penitencia; su alimento es un poco de miel silvestre con langostas; su vestidura, la piel de un camello. Sus ejemplos, más aun que sus palabras, son una exhortación a la penitencia. Viendo a Jesucristo, exclama: He ahí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo; y el Salvador quiere ser bautizado por él.

MEDITACIÓN SOBRE SAN JUAN BAUTISTA   
   I. He aquí un penitente que no es culpable de pecado alguno, y a quien la presencia de Jesús,  oculto en el seno de su Madre, ha purificado antes de su nacimiento hasta de la mancha original. ¿Qué falta había cometido él cuando se retiró al desierto a hacer penitencia? Nos enseña con ello que el hombre, aun el más inocente, debe hacer penitencia. ¿Comenzaste tú este ejercicio? Te parece muy penoso, y he aquí un niño que lo hace como juego. Pon manos a la obra, y pronto experimentarás cuán indecible satisfacción reserva Dios a los que renuncian al placer para darse a Él. ¡Cuán instantáneamente pareció dulce a mi corazón privarse de las dulzuras de las vanidades del mundo! Temía perderlas, y dejarlas llegó a ser para mí la fuente de la dicha. (San Agustín).
   II. Temprano comienza este santo su penitencia y la prolonga hasta el fin de su vida. No basta que te mortifiques por algún tiempo, hay que hacerla hasta la muerte. Siempre tienes contra ti a tu cuerpo, al demonio y al mundo. El único medio para triunfar de estos tres enemigos es combatirlos sin descanso hasta el fin. Piensa en el infierno que debes evitar, en el paraíso que debes ganar, y nunca te cansarás de hacer penitencia.
   III. Si la humildad no las acompaña, tus austeridades no te servirán sino para atormentarte. San Juan rechaza los honores que le rinden los judíos llamándole Profeta y Mesías; se humilla delante de Jesucristo. Humíllate tú ante Dios y los hombres. Lo que haces, lo que sufres, nada es comparado con los trabajos y sufrimientos de los santos. ¿De qué sirve mortificar el cuerpo por la paciencia, si el espíritu está hinchado de orgullo? (San Jerónimo).

La humildad
Orad
 por la conversión
de los pecadores

ORACIÓN
     Oh Dios, que habéis solemnizado este día con el nacimiento de San Juan Bautista, conceded a vuestro pueblo la gracia de los gozos espirituales, y dirigid las almas de los fieles por el camino de la salvación eterna. Por J. C. N. S. Amén.

24 LUNES. LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA, Solemnidad

Misa del día

PRIMERA LECTURA
Te hago luz de las naciones
Lectura del Profeta Isaías  49, 1-6
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi esclavo (Israel), de quien estoy orgulloso.»
Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios.
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, -tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza-.
Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial  Sal 138, 1-3. 13-14ab. 14c-15
R. Te doy gracias porque me has escogido portentosamente.
Señor, tú me sondeas y me conoces:
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R.
Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno,
porque son admirables tus obras.
Te doy gracias porque me has escogido portentosamente. R.
Conocías hasta el fondo de mi alma, no
desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.


SEGUNDA LECTURA
Juan predicó antes de que llegara Cristo
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 22-26
En aquellos días, Pablo dijo:
Dios suscitó a David por rey; de quien hizo esta alabanza: «Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.»
De su descendencia, según lo prometido, sacó Dios un Salvador para Israel: Jesús.
Juan, antes de que él llegara, predicó a todo el pueblo de Israel un bautismo de conversión; y cuando estaba para acabar su vida, decía:-Yo no soy quien pensáis, sino que viene detrás de mí uno, a quien no merezco desatarle las sandalias.
Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: a vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.
Palabra de Dios.

Aleluya  Lc 1, 76
Aleluya, aleluya. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos. Aleluya.

EVANGELIO
Se va a llamar Juan
Lectura del santo Evangelio según San Lucas  1, 57-66.80
A Isabel se le cumplió el tiempo y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.
La madre intervino diciendo:
- ¡No! Se va a llamar Juan.
Le replicaron:
- Ninguno de tus parientes se llama así.
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo
- Qué va a ser este niño? Porque la mano de Dios estaba con él.
El niño iba creciendo y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra de Dios.

sábado, 22 de junio de 2013

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Mirarán al que traspasaron

Lectura del Profeta Zacarías 12, 10–11
Esto dice el Señor:
Derramaré sobre la dinastía de David
y sobre los habitantes de Jerusalén
un espíritu de gracia y de clemencia.
Me mirarán a mí, a quien traspasaron,
harán llanto como llanto por el hijo único,
y llorarán como se llora al primogénito.
Aquel día será grande el luto de Jerusalén,
como el luto de Hadad–Rimón en el valle de Meguido.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 62. 2. 3-4- 5-6. 8-9
R.  Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu, fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré,
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.
Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti
y tu diestra me sostiene. R.


SEGUNDA LECTURA

Los que habéis sido bautizados, os habéis revestido de Cristo

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 3, 26-29
Hermanos:
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo,
os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre judíos y gentiles,
esclavos y libres, hombres y mujeres,
porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y si sois de Cristo,
sois descendencia de Abrahán,
y herederos de la promesa.

Palabra de Dios.

Aleluya Jn 10, 27
Mis ovejas oyen mi voz, dice el Señor;
y Yo las conozco, y me siguen.

EVANGELIO
Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 18-24
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
–¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
–Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
El les preguntó:
–Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro tomó la palabra y dijo:
–El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
–El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
–El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará.


Palabra del Señor.