viernes, 31 de marzo de 2023

SANTA BALBINA, Virgen

Santa Balbina, Virgen
31 de marzo
SANTA BALBINA,
 Virgen

Vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre
los justos; y los arrojarán en el horno del fuego. Allí
será el llanto y el crujir de dientes.
(Mateo, 13, 49-50).


   Dios, para castigar al tribuno Quirino por la prisión que había hecho sufrir al Papa Alejandro, permitió que su hija Balbina, que era de notable belleza, se viese cubierta de llagas y horriblemente desfigurada. Quirino acudió al santo pontífice, quien sanó a Balbina con sólo tocarla con sus cadenas. El tribuno, convertido por el milagro, murió mártir con el mismo Alejandro, pasado algún tiempo. Balbina consagró su belleza a Dios que se la devolviera, y mostró con su conducta que el cristianismo puede conciliar dos cosas aparentemente difíciles de unir, una rara hermosura y una gran pureza. 

jueves, 30 de marzo de 2023

SAN JUAN CLÍMACO, Abad

30 de marzo
SAN JUAN CLÍMACO,  Abad


El mundo pasa con su concupiscencia.
Mas el que hace la voluntad de Dios
permanece eternamente.
(1 Juan, 2,17).


   San Juan Clímaco subió al cielo por la escala que nos presenta, pues todo lo que enseña en su hermoso libro titulado Escala Espiritual, él mismo lo practicó. Dejó el mundo y se hizo monje a la edad de 16 años. Su vida desde entonces fue una mortificación continua. Empleaba su tiempo en llorar sus pecados, en conversar con Dios, o bien en componer libros destinados a instruir y edificar al prójimo. Fue nombrado abad del Monte Sinaí, y murió a la edad de 80 años apenas transcurrida la primera mitad del siglo VII.

miércoles, 29 de marzo de 2023

SAN ARMOGASTO, Mártir

29 de marzo
SAN ARMOGASTO,
 
Mártir 

Si no velares, vendré a ti como un ladrón,
 y no sabrás  a qué hora vendré a ti.
(Apocalipsis, 3, 3).


   ¡Qué hermoso espectáculo ver a San Armogasto abandonar todas sus dignidades en la corte para permanecer fiel a Jesucristo! Viéndolo Genserico, rey de los vándalos, inquebrantable en su fe, le hizo anudar la cabeza y los pies con gruesas cuerdas; mas el santo miró al cielo y rompiéronse sus ataduras. Se lo suspendió de un pie; empero, nada quebrantó su resolución. Finalmente, condenado a guardar los rebaños del rey por el resto de su vida, obedeció con placer, pues sabía que la soledad es favorable a los coloquios entre el alma y Dios. Predijo su muerte próxima, indicó el lugar donde quería se lo enterrase, y fue al cielo a recibir la recompensa de sus trabajos, hacia el año 455.

martes, 28 de marzo de 2023

SAN GUNTRANO, Rey y Confesor

28 de marzo
SAN GUNTRANO, 
Rey y Confesor

Cada uno de nosotros procure dar gusto a su prójimo
en lo que es bueno y pueda edificarle.
(Romanos, 15, 2).


   San Guntrano, rey de Borgoña, era nieto de Santa Clotilde, reina de Francia. Cumplió con todos los deberes de un rey. Amaba tiernamente a sus súbditos, y perdonaba generosamente a sus enemigos. Pocos monarcas hubo tan populares como él. Durante una peste, se ofreció como víctima al Señor para que se librara el pueblo. Después de haber fundado o dotado a muchas iglesias y monasterios, murió el 28 de marzo del año 593, a los 68 años de edad.

MARTES DE LA QUINTA SEMANA DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA
Los mordidos de serpientes quedarán sanos
al mirar a la serpiente de bronce

Lectura del libro de los Números 21, 4-9

En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edom.
El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés:
—«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.»
El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
—«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.»
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió:
—«Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 101, 2-3. 16-18. 19-21 (R/.: 2)
R/. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti; no me escondas tu rostro el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame en seguida. R/.

Los gentiles temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria. Cuando el Señor reconstruya Sión y aparezca en su gloria, y se vuelva a las súplicas de los indefensos, y no desprecie sus peticiones. R/.

Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo que será creado alabará al Señor. Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, desde el cielo se ha fijado en la tierra, para escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a muerte. R/.

Versículo antes del evangelio
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; quien lo encuentra vive para siempre.

EVANGELIO
Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 21-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
—«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros.»
Y los judíos comentaban:
—«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?»
Y él continuaba:
—«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados.»
Ellos le decían:
—«¿Quién eres tú?»
Jesús les contestó:
—«Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.»
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús:
—«Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.»
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor.

lunes, 27 de marzo de 2023

SAN JUAN, Ermitaño

27 de marzo
SAN JUAN,
Ermitaño
 

Si alguien habla, que sea como si hablase Dios.
(1 Pedro, 4, 11).
 

   San Juan guardó silencio casi continuo durante los 50 años que pasó sobre la roca que había elegido para su retiro. Sanaba a los enfermos dándoles aceite bendito, a fin de que se atribuyese el milagro a Dios por medio de este aceite más bien que a Dios por medio de sus oraciones. Decía que cuanto más se alejaba de los hombres, más gustaba del placer de estar con Dios. Predijo al emperador Teodosio las victorias que habría de obtener. ¿Es para asombrarse que conociese lo por venir? Dios manifiesta sus secretos a aquellos que larga y familiarmente conversan con Él. 

domingo, 26 de marzo de 2023

SAN LUDGERIO, Obispo y Confesor

26 de marzo
SAN LUDGERIO,
Obispo y Confesor
 

Perseverad en la oración, velando en ella
con acciones de gracias.
(Colosenses, 4,2).
 

   San Ludgerio puso de manifiesto, desde su infancia, una fervorosa asiduidad en la oración y en la lectura de las Sagradas Escrituras. Un día su nodriza le preguntó el nombre de su soberano: Es Dios -le respondió- mi Soberano. Encargado de predicar la fe a los sajones, convirtió a un gran número de infieles, fundó monasterios y edificó muchas iglesias. Enterado Carlomagno de su virtud lo propuso para ocupar la sede de Munster. Envióle, pues, tres emisarios para llamarle a su lado; no fue el santo al palacio sino después de haber concluido de recitar su oficio, que había comenzado, diciendo que hablaba a un Príncipe más grande que el emperador . 

sábado, 25 de marzo de 2023

QUINTO DOMINGO DE CUARESMA


PRIMERA LECTURA
Os infundiré mi espíritu y viviréis
Lectura del Profeta Ezequiel 37, 12-14.
Esto dice el Señor:
—Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío,
y os traeré a la tierra de Israel.
Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor:
os infundiré mi espíritu y viviréis; os colocaré en vuestra tierra,
y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago.
Oráculo del Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 129, 1-2. 3-4ab. 4c-6. 7-8
V/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz: estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

V/. Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.
R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

V/. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora.
R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

V/. Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.


SEGUNDA LECTURA
El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 8-11.
Hermanos :
Los que están en la carne no pueden agradar a Dios.
Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros.
El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.
Si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.
Palabra de Dios

Versículo antes del Evangelio Jn 11, 25a. 26
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor;
el que cree en mí no morirá para siempre.

EVANGELIO
Yo soy la resurrección y la vida
El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.
 +Lectura del santo Evangelio según San Juan 11, 1-45.
En aquel tiempo, un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana, había caído enfermo. (María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera: el enfermo era su hermano Lázaro). 
Las hermanas le mandaron recado a Jesús, diciendo:
—Señor, tu amigo está enfermo.
Jesús, al oírlo, dijo:
—Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba.
Sólo entonces dice a sus discípulos:
—Vamos otra vez a Judea. Los discípulos le replican:
—Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver allí?
Jesús contestó:
—¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche, tropieza, porque le falta la luz.
Dicho esto añadió:
—Lázaro, nuestro amigo, está dormido: voy a despertarlo.
Entonces le dijeron sus discípulos:
—Señor, si duerme, se salvará.
(Jesús se refería a su muerte; en cambio, ellos creyeron que hablaba del sueño natural.)
Entonces Jesús les replicó claramente:
—Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a su casa.
Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los demás discípulos:
—Vamos también nosotros, y muramos con él.
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos tres kilómetros; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:
—Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.
Jesús le dijo:
—Tu hermano resucitará.
Marta respondió:
—Sé que resucitará en la resurrección del último día.
Jesús le dice:
—Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.
¿Crees esto?
Ella le contestó:
—Sí, Señor: yo creo que tu eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.
Y dicho esto, fue a llamar a su hermana María, diciéndole en voz baja:
—El Maestro está ahí, y te llama.
Apenas lo oyó, se levantó y salió a donde estaba él: porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que estaba aún donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, al ver que María se levantaba y salía deprisa, la siguieron, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole:
—Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. 
Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, sollozó y muy conmovido preguntó:
—¿Dónde lo habéis enterrado?
Le contestaron:
—Señor, ven a verlo.
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
—¡Cómo lo quería!
Pero algunos dijeron:
—Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?
Jesús, sollozando de nuevo, llegó a la tumba. (Era una cavidad cubierta con una losa.)
Dijo Jesús:
—Quitad la losa.
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
—Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.
Jesús le dijo:
—¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
—Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tu me escuchas siempre;
pero lo digo por la gente que me rodea para que crean que tu me has enviado.
Y dicho esto, gritó con voz potente:
—Lázaro, ven afuera.
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
—Desatadlo y dejadlo andar.
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
Palabra del Señor

viernes, 24 de marzo de 2023

SAN PIGMENO, Mártir

24 de marzo
SAN PIGMENO,
Mártir


Caminad, pues, mientras tenéis luz, para que las
tinieblas no os sorprendan, que quien anda en tinieblas,
no sabe adonde va.
(Juan, 12, 35).
 

   Este santo, que había enseñado la Religión verdadera a Juliano el Apóstata, fue desterrado por este emperador por dar sepultura a los mártires. Durante su estada en Persia, quedó ciego y, por orden del cielo, volvió a Roma. Habiéndolo encontrado Juliano le dijo: Agradezco a los dioses por la felicidad que me conceden de ver a Pigmeno. Y yo, replicóle el Santo, doy gracias al Dios del cielo por ahorrarme la vista de un emperador idólatra. Irritado el apóstata con esta respuesta, lo hizo arrojar al Tíber 

jueves, 23 de marzo de 2023

SAN VICTORIANO, Mártir

23 de marzo
SAN VICTORIANO, Mártir



En el mundo tendréis grandes tribulaciones, pero
tened confianza: Yo he vencido al mundo.
(Juan, 16,33).



Hunerico, rey de los vándalos, queriendo ganar para la causa arriana a Victoriano, procónsul de Cartago, le mandó decir que si consentía en abandonar el cristianismo, lo colmaría de honores. Victoriano respondió a los emisarios: "Id a decir al rey que yo pongo mi confianza en Jesucristo y que los suplicios no me espantan. Nunca consentiré en abandonar la Iglesia católica, en la que he sido formado, y aun cuando no hubiese sino la vida presente, no quiero pagar con ingratitud a Dios que me ha colmado de beneficios. Furioso Hunerico con esta respuesta, lo hizo morir en medio de los más crueles tormentos, corriendo el año 484.

sábado, 18 de marzo de 2023

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA


PRIMERA LECTURA
David es ungido rey de Israel
Lectura del primer Libro de Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel:
—Llena tu cuerno de aceite y vete. Voy a enviarte a Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí.
Cuando se presento vio a Eliab y se dijo: «Sin duda está ante el Señor su ungido.»
Pero el Señor dijo a Samuel:
—No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón.
Hizo pasar Jesé a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo:
—A ninguno de éstos ha elegido el Señor.
Preguntó, pues, Samuel a Jesé:
—¿No quedan ya más muchachos?
El respondió:
—Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño.
Dijo entonces Samuel a Jesé:
—Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido.
Mandó, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia.
Dijo el Señor:
—Levántate y úngelo, porque éste es.
Tomó Samuel el cuerno de aceite y le ungió en medio de sus hermanos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
V/. El Señor es mi pastor, nada me falta.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

V/. El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

V/. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

V/. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

V/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.


SEGUNDA LECTURA
Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 5, 8-14.
Hermanos:
En otro tiempo érais tinieblas, ahora sois luz en el Señor.
Caminad como hijos de la luz,
(toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz)
buscando lo que agrada al Señor,
sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien poniéndolas en evidencia.
Pues hasta ahora da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas.
Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz.
Por eso dice: «despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz».
Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio Jn 8, 12b
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; quien me sigue tendrá la luz de la vida.

EVANGELIO
Fue, se lavó, y volvió con vista
El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.
  +Lectura del santo Evangelio según San Juan 9, 1-41.
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento.
[Y sus discípulos le preguntaron:
—Maestro, ¿quién pecó: éste o sus padres, para que naciera ciego?
Jesús contestó:
—Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios. Mientras es de día tengo que hacer las obras del que me ha enviado: viene la noche y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.
Dicho esto,] escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó
en los ojos al ciego, y le dijo:
—Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).
El fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban:
—¿No es ése el que se sentaba a pedir?
Unos decían:
—El mismo.
Otros decían:
—No es él, pero se le parece.
El respondía:
—Soy yo.
[Y le preguntaban:
—¿Y cómo se te han abierto los ojos?
El contestó:
—Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé, y empecé a ver.
Le preguntaron:
—¿Dónde está él?
Contestó:
—No sé.]
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. (Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos.) También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
El les contestó:
—Me puso barro en los ojos, me lavé y veo.
Algunos de los fariseos comentaban:
—Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.
Otros replicaban:
—¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?
Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:
—Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?
El contestó:
—Que es un profeta.
[Pero los judíos no se creyeron que aquél había sido ciego y había recibido la vista, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron:
—¿Es éste vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?
Sus padres contestaron:
—Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos nosotros, y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, que es mayor y puede explicarse.
Sus padres respondieron así porque tenían miedo a los judíos: porque los judíos ya habían acordado excluir de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías. Por eso sus padres dijeron: «Ya es mayor, preguntádselo a él.»
Llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron:
—Confíésalo ante Dios: nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.
Contestó él:
—Si es un pecador, no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo:
Le preguntan de nuevo:
—¿Qué te hizo, cómo te abrió los ojos?
Les contestó:
—Os le he dicho ya, y no me habéis hecho caso: ¿para qué queréis
oírlo otra vez?, ¿también vosotros queréis haceros discípulos suyos? Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron:
—Discípulo de ése lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés.
Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ese no sabemos de dónde viene.
Replicó él:
—Pues eso es lo raro: que vosotros no sabéis de dónde viene, y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es religioso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento, si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder. ]
Le replicaron:
—Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?
Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:
—¿Crees tú en el Hijo del hombre?
El contestó:
—¿Y quién es, Señor, para que crea en él?
Jesús le dijo:
—Lo estás viendo: el que te está hablando ese es.
El dijo:
—Creo, Señor.
Y se postró ante él.
[Dijo Jesús:
—Para un juicio he venido yo a este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos.
Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le preguntaron:
—¿También nosotros estamos ciegos?
Jesús les contestó:
—Si estuvierais ciegos, no tendríais pecado; pero como decís que veis, vuestro pecado persiste. ]
Palabra del Señor

sábado, 11 de marzo de 2023

TERCER DOMINGO DE CUARESMA


PRIMERA LECTURA
Danos agua para beber
Lectura del libro del Éxodo 17, 3-7
En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés:
—¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?
Clamó Moisés al Señor y dijo:
—¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.
Respondió el Señor a Moisés:
—Preséntate al pueblo llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el río y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.
Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel.
Y puso por nombre a aquel lugar Massá y Meribá, por la reyerta de los hijos de Israel y porque habían tentado al Señor diciendo: ¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9
V/. Escucharemos tu voz, Señor.
R/. Escucharemos tu voz, Señor.

V/. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
vitoreándolo al son de instrumentos.
R/. Escucharemos tu voz, Señor.

V/. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
R/. Escucharemos tu voz, Señor.

V/. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto,
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.»
R/. Escucharemos tu voz, Señor.


SEGUNDA LECTURA
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5, 1-2. 5-8
Hermanos:
Ya que hemos recibido la justificación por la fe,
estamos en paz con Dios,
por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Por él hemos obtenido con la fe
el acceso a esta gracia en que estamos;
y nos gloriamos apoyados en la esperanza
de la gloria de los Hijos de Dios.
La esperanza no defrauda,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerzas,
en el tiempo señalado,
Cristo murió por los impíos;
—en verdad, apenas habrá quien muera por un justo;
por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir—;
mas la prueba de que Dios nos ama
es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores,
murió por nosotros.
Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio Jn 4, 42 y 15
Señor, tú eres de verdad el Salvador del mundo;
dame agua viva; así no tendré más sed.

EVANGELIO
Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna
El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.
 +Lectura del santo Evangelio según San Juan 4, 5-42
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José: allí estaba el manantial de Jacob.
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial.
Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice:
—Dame de beber.
(Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida).
La Samaritana le dice:
—¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (porque los judíos no se tratan con los samaritanos).
Jesús le contesto:
—Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.
La mujer le dice:
—Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?
Jesús le contesta:
—El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.
La mujer le dice:
—Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla.
[ El le dice:
—Anda, llama a tu marido y vuelve.
La mujer le contesta:
—No tengo marido.
Jesús le dice:
—Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.
La mujer le dice: ]
—Señor, veo que tu eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.
Jesús le dice:
—Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adoraran al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.
La mujer le dice:
—Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga él nos lo dirá todo.
Jesús le dice:
—Soy yo: el que habla contigo.
[ En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué le hablas?.»
La mujer, entonces, dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente:
—Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿será éste el Mesías?
Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él.
Mientras tanto sus discípulos le insistían:
—Maestro, come.
El les dijo:
—Yo tengo por comida un alimento que vosotros no conocéis
Los discípulos comentaban entre ellos:
—¿Le habrá traído alguien de comer?:
Jesús les dijo:
—Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra.
¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto: Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así se alegran lo mismo sembrador y segador.
Con todo, tiene razón el proverbio «Uno siembra y otro siega.»
Yo os envié a segar lo que no habéis sudado. Otros sudaron y vosotros recogéis el fruto de sus sudores. ]
En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él [por el testimonio que había dado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»]
Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer:
—Ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.
Palabra del Señor.

sábado, 4 de marzo de 2023

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA


PRIMERA LECTURA
Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios
Lectura del Libro del Génesis 12, 1-4a
En aquellos días, el Señor dijo a Abrahán:
—Sal de tu tierra
y de la casa de tu padre
hacia la tierra que te mostraré.
Haré de ti un gran pueblo,
te bendeciré, haré famoso tu nombre
y será una bendición.
Bendeciré a los que te bendigan,
maldeciré a los que te maldigan.
Con tu nombre se bendecirán
todas las familias del mundo.
Abrahán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
V/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

V/. La palabra del Señor es sincera
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

V/. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

V/. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.


SEGUNDA LECTURA
Dios nos llama y nos ilumina
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 1, 8b-10
Querido hermano:
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio,
según las fuerzas que Dios te dé.
El nos salvó y nos llamó a una vida santa
no por nuestros méritos,
sino porque antes de la creación,
desde tiempo inmemorial,
Dios dispuso darnos su gracia,
por medio de Jesucristo;
y ahora, esa gracia se ha manifestado
por medio del Evangelio,
al aparecer nuestro Salvador Jesucristo,
que destruyó la muerte
y sacó a la luz la vida inmortal.
Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre:
Este es mi Hijo, el amado; escuchadle.

EVANGELIO
Su rostro resplandeció como el sol
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomo consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta.
Se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces tomó la palabra y dijo a Jesús:
—Señor, ¡qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:
—Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadle.
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y tocándolos les dijo:
—Levantaos, no temáis.
Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
—No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.
Palabra del Señor.