1 de mayo
San José, obrero
PRIMERA
LECTURA
Llenen la
tierra y sométanla
Lectura del libro del Génesis 1,
26-31; 2, 1-3
En el
principio creó Dios al cielo y la tierra. Y dijo Dios:
«Hagamos
al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las
aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre
la tierra».
Y
creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los
creó. Y los bendijo Dios y les dijo:
«Sean
fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces
del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la
tierra».
Y
dijo Dios:
«He
aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre la faz de la
tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que les sirvan
de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a
todos los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les
doy por alimento las verdes plantas».
Y
así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde
y la mañana del sexto día.
Así
quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada
su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho. Dios bendijo
el séptimo día y lo consagró, porque ese día cesó de trabajar en la creación
del universo.
Palabra
de Dios.
Salmo responsorial Sal 89
R. Dales,
Señor, prosperidad a nuestras obras.
Desde antes
que surgieran las montañas
y la tierra
y el mundo apareciesen,
existes tú,
Dios mío,
desde
siempre y por siempre. R.
Tú haces
volver al polvo a los humanos,
diciendo a
los mortales que retornen.
Mil años
para ti son como un día que ya pasó,
como una
breve noche. R.
Haznos
captar lo breve de la vida y seremos sensatos.
¿Hasta
cuando, Señor,
vas a tener
compasión de tus siervos?
¿Hasta
cuándo? R.
Llénanos de
tu amor por la mañana
y júbilo
será la vida toda.
Haz, Señor,
que tus siervos y sus hijos,
puedan mirar
tus obras y tu gloria. R.
Dales,
Señor, prosperidad a nuestras obras.
Aclamación
antes del Evangelio
Aleluya,
aleluya.
Bendito sea
el Señor día tras día,
que nos
lleve en sus alas y nos salve.
Aleluya.
EVANGELIO
¿No es el
hijo del carpintero?
+ Lectura del santo Evangelio según
San Mateo 13, 54-58
En
aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La
gente decía admirada:
–¿De
dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero?
¿No es su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven
aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso? Y desconfiaban de
él.
Jesús
les dijo:
–Sólo
en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.
Y
no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.
Palabra
del Señor.