viernes, 31 de enero de 2014
VIERNES DE LA TERCERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Te has burlado de mí casándote con la mujer de Urías
Lectura del segundo libro de Samuel 11, 1-4a. 5-10a. 13-17
Al año siguiente, en la época en que los reyes van a la guerra, David envió a Joab con sus oficiales y todo Israel a devastar la región de los amonitas y sitiar a Rabá.
David mientras tanto se quedó en Jerusalén; y un día, a eso del atardecer, se levantó de la cama y se puso a pasear por la azotea del palacio, y desde la azotea vio a una mujer bañándose, una mujer muy bel1a.
David mandó a preguntar por la mujer, y le dijeron: Es Betsabé, hija de Alián, esposa de Urías, el hitita.
David mandó a unos para que se la trajesen.
Después Betsabé volvió a su casa; quedó encinta y mandó este aviso a David: Estoy encinta.
Entonces David mandó esta orden a Joab: Mándame a Urías, el hitita.
Joab se lo mandó.
Cuando llegó Urías, David le preguntó por Joab, el ejército y la guerra.
Luego le dijo: .
Anda a casa a lavarte los pies.
Urías salió del palacio, y detrás de él le llevaron un regalo del rey.
Pero Urías durmió a la puerta del palacio, con los guardias de su señor; no fue a su casa.
Avisaron a David que Urías no había ido a su casa.
Al día siguiente David lo convidó a un banquete y lo emborrachó.
Al atardecer, Urías salió para acostarse con los guardias de su señor y no fue a su casa.
A la mañana siguiente David escribió una carta a Joab y se la mandó por medio de Urías.
El texto de la carta era: «Pon a Urías en primera línea, donde sea más recia la lucha; y retiraos dejándolo solo, para que lo hieran y muera».
Joab, que tenía cercada la ciudad, puso a Urías donde sabía que estaban los defensores más aguerridos.
Los de la ciudad hicieron una salida, trabaron combate con Joab y hubo bajas en el ejército entre los oficiales de David; murió también Urías, el hitita.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 5-6a. 6bc-7. 10-11.
V/. Misericordia, Señor, que hemos pecado.
R/. Misericordia, Señor, que hemos pecado.
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
V/. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R/.
V/. En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. R/.
V/. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. R/.
EVANGELIO
Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, decía Jesús a las turbas: El Reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra.
El duerme de noche, y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.
La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano.
Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.
Dijo también: ¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después, brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas.
Con muchas parábolas parecidas les exponía la Palabra, acomodándose a su entender.
Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.
jueves, 30 de enero de 2014
JUEVES DE LA TERCERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia?
Lectura del segundo libro de Samuel 7, 18-19. 24-29
Después que Natán habló a David, el rey David fue a presentarse ante el Señor y dijo: ¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar hasta aquí? ¡Y por si fuera poco para ti, mi Señor, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, mi Señor! Has establecido a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios.
Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra.
Que tu Nombre sea siempre famoso.
Que digan: « ¡El Señor de los Ejércitos es Dios de Israel! » Y que la casa de David permanezca en tu presencia.
Tú, Señor de los Ejércitos, Dios de Israel, has hecho a tu siervo esta revelación: «Te edificaré una casa» ; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria.
Ahora, mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo.
Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.
Salmo responsorial Sal 131, 1-2. 3-5. 11. 12. 13-14.
V/. El Señor Dios le dará el trono de David su padre.
R/. El Señor Dios le dará el trono de David su padre.
V/. Señor, tenle en cuenta a David todos sus afanes: cómo juró al Señor e hizo voto al Fuerte de Jacob. R/.
V/. No entraré bajo el techo de mi casa, no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob. R/.
V/. El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: A uno de tu linaje pondré sobre tu trono. R/.
V/. Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseño, también sus hijos, por siempre, se sentarán sobre tu trono. R/.
V/. Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella: Esta es mi mansión por siempre; aquí viviré, porque la deseo. R/.
EVANGELIO
El candil se trae para ponerlo en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 4, 21-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: ¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz.
El que tenga oídos para oír que oiga.
Les dijo también: Atención a lo que estáis oyendo: La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces.
Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.
miércoles, 29 de enero de 2014
SANTA RADEGUNDIS Virgen
29 de enero
SANTA RADEGUNDIS
Virgen
Nos has hecho para ti, Señor,
y nuestro corazón estará insatisfecho
hasta que descanse en ti.
(San Agustín)
y nuestro corazón estará insatisfecho
hasta que descanse en ti.
(San Agustín)
Se
desconoce todo lo que se refiere a su nacimiento. El martirologio romano
la llama Radegundis y es una de las gloriosas vírgenes que ha dado España. Aparece
como la última religiosa del monasterio de San Pablo, en Burgos, que
perteneció a la Orden Premostratense. La extrema pobreza llevó a la
extinción a este monasterio que quedó anexionado al de san Miguel de
Treviño.
Llevada
por sus deseos irresistibles de visitar los Santos Lugares de Roma, donde
murieron tantos mártires y donde reside el Vicario de Cristo, marcha a la
Ciudad Eterna. Tiene en su contra la poca salud que disfruta y los pocos
medios de que dispone para tan largo, peligroso y costoso viaje; pero el
fervor puede más que los miedos. Saciada
y llena de agradecimiento al Señor, animada por los besos puestos en las
calles que pisaron los mártires, venerados los monumentos, regresa con
numerosas reliquias. Ahora solo quiere soledad y retiro.
Junto
al monasterio de San Miguel habita en una pobre y mísera habitación que
tiene un ventanuco por donde puede presenciar los santos oficios de la
iglesia. No cambiaría aquel sitio por el mejor palacio. Solo piensa en
ser agradable a su Divino Esposo. Vive como los antiguos anacoretas del
desierto y la gente del pueblo comenta con asombro sus penitencias, ayuno
y oración.
Muere
el 29 de enero del año 1152, cuando reina en Castilla Alfonso VI y es Papa Eugenio III. Es
sepultada en la iglesia de San Miguel de Treviño, donde sus reliquias son
veneradas a través de los siglos.
MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Estableceré después de ti a un descendiente tuyo, y consolidaré su reino
Lectura del segundo libro de Samuel 7, 4-17
En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: Ve y dile a mi siervo David: Así dice el Señor: «¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá con los israelitas; ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo Israel, que me construyese una casa de cedro? » Pues bien, di esto a mi siervo David: Así dice el Señor de los Ejércitos: «Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel.
Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra.
Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que animales lo aflijan como antes, desde el día que nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel.
Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía.
Cuando hayas llegado al término de tu vida y descanses con tus padres, estableceré después de ti a un descendiente tuyo, un hijo de tus entrañas, y consolidaré su reino.
El edificará un templo en mi honor y yo consolidaré su trono real para siempre.
Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes, como suelen los hombres, pero no le retiraré mi lealtad, como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia.
Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre».
Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras.
Salmo responsorial Sal 88, 4-5. 27-28. 29-30.
V/. Le mantendré eternamente mi favor.
R/. Le mantendré eternamente mi favor.
V/. Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R/.
V/. El me invocará: Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora;
y yo lo nombraré mi primogénito, excelso entre los reyes de la tierra. R/.
V/. Le mantendré eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable; le daré una posteridad perpetua y un trono duradero como el cielo. R/.
EVANGELIO
Salió el sembrador a sembrar.
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago.
Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y el gentío se quedó en la oril1a.
Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó.
Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron y no dio grano.
El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.
Y añadió: El que tenga oídos para oír que oiga.
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
El les dijo: A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que «por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdone».
Y añadió: ¿No entendéis esta parábola ? ¿Pues cómo vais a entender las demás ? El sembrador siembra la palabra.
Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso, al escucharla la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la Palabra, enseguida sucumben.
Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la Palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la Palabra, y se queda estéril.
Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la Palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.
Palabra del Señor.
martes, 28 de enero de 2014
MARTES DE LA TERCERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Iban llevando David y los israelitas el Arca del Señor entre vítores
Lectura del segundo libro de Samuel 6, 12b-15. 17-19
En aquellos días, fue David y llevó el Arca de Dios desde la casa de Obededón a la Ciudad de David, haciendo fiesta.
Cuando los portadores del Arca avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado.
E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino.
Así iban llevando David y los israelitas el Arca del Señor, entre vítores y al son de las trompetas.
Metieron el Arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado.
David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor, y, cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los Ejércitos; luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno; después se marcharon todos, cada cual a su casa.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 23, 7. 8. 9. 10
V/. ¿Quién es ese Rey de la Gloria? Es el Señor en persona.
R/. ¿Quién es ese Rey de la Gloria? Es el Señor en persona.
V/. ¡Portones! , alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la Gloria. R/.
V/. ¿Quién es ese Rey de la Gloria? El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. R/.
V/. ¡Portones! , alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la Gloria. R/.
V/. ¿Quién es ese Rey de la Gloria? El Señor, Dios de los Ejércitos: él es el Rey de la Gloria. R/.
EVANGELIO
El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, y desde fuera lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo: Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.
Les contestó: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y paseando la mirada por el corro, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos.
El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.
Palabra del Señor.
lunes, 27 de enero de 2014
LUNES DE LA TERCERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Tú serás el pastor de mi pueblo Israel
Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-7. 10
En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: Hueso y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel.
Además el Señor te ha prometido: «Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tu serás el jefe de Israel».
Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.
Tenía treinta años cuando empezó a reinar y reinó cuarenta años; en Hebrón reinó sobre Judá siete años y medio, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre Israel y Judá.
El rey y sus hombres marcharon sobre Jerusalén, contra los jebuseos que habitaban el país.
Los jebuseos dijeron a David: No entrarás aquí.
Te rechazarán los ciegos y los cojos.
(Era una manera de decir que David no entraría) Pero David conquistó el alcázar de Sión, o sea, la llamada «Ciudad de David».
David iba creciendo en poderío y el Señor de los Ejércitos estaba con él.
Salmo responsorial Sal 88, 20. 21-22. 25-26
V/. Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán.
R/. Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán.
V/. Un día hablaste en visión a tus amigos: He ceñido la corona a un héroe, he levantado a un soldado sobre el pueblo. R/.
V/. Encontré a David mi siervo y lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R/.
V/. Mi felicidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder: extenderé su izquierda hasta el mar y su derecha hasta el Gran Río. R/.
EVANGELIO
Satanás está perdido
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, unos letrados de Jerusalén decían: Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.
El los invitó a acercarse y les puso estas comparaciones: ¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil, no puede subsistir; una familia dividida, no puede subsistir.
Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido.
Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre.
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
sábado, 25 de enero de 2014
TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
En la Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande
Lectura del libro de Isaías 9, 1-4En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo:
se gozan en tu presencia como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, el yugo de su carga,
el bastón de su hombro los quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 26, 1. 4. 13-14
V/. El Señor es mi luz y mi salvación.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida; ¿quién me hará temblar?
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
SEGUNDA LECTURA
Poneos de acuerdo y no andéis divididos.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 10-13. 17
Hermanos:
Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos.
Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir.
Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros.
Y por eso os hablo así,
porque andáis divididos diciendo:
«Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo,
yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.»
¿Está dividido Cristo?
¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros?
¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo?
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios
Aleluya Mt 4, 23
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino, curando las enfermedades del pueblo. Aleluya.
EVANGELIO
Vino a Cafarnaún para que se cumpliese lo que había dicho el Profeta Isaías
El texto entre [ ] puede omitirse por razones pastorales
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 4, 12-23
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el Profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
—Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos.
[Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
—Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamo también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.]
Palabra del Señor.
En la Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande
Lectura del libro de Isaías 9, 1-4En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo:
se gozan en tu presencia como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, el yugo de su carga,
el bastón de su hombro los quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 26, 1. 4. 13-14
V/. El Señor es mi luz y mi salvación.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida; ¿quién me hará temblar?
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
SEGUNDA LECTURA
Poneos de acuerdo y no andéis divididos.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 10-13. 17
Hermanos:
Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos.
Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir.
Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros.
Y por eso os hablo así,
porque andáis divididos diciendo:
«Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo,
yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.»
¿Está dividido Cristo?
¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros?
¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo?
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios
Aleluya Mt 4, 23
Si no se canta, puede omitirse
Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino, curando las enfermedades del pueblo. Aleluya.
EVANGELIO
Vino a Cafarnaún para que se cumpliese lo que había dicho el Profeta Isaías
El texto entre [ ] puede omitirse por razones pastorales
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 4, 12-23
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el Profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
—Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos.
[Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
—Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamo también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.]
Palabra del Señor.
25 de enero LA CONVERSIÓN DEL APÓSTOL SAN PABLO, Fiesta
PRIMERA LECTURA
Levántate, recibe el bautismo que, por la invocación del nombre de Jesús, lavará tus pecados
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 22, 3-16
En aquellos días, dijo Pablo al pueblo:
-«Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié en esta ciudad; fui alumno de Gamaliel y aprendí hasta el último detalle de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto fervor como vosotros mostráis ahora. Yo perseguí a muerte este nuevo camino, metiendo en la cárcel, encadenados, a hombres y mujeres; y son testigos de esto el mismo sumo sacerdote y todos los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y fui allí para traerme presos a Jerusalén a los que encontrase, para que los castigaran.
Pero en el viaje, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor, caí por tierra y oí una voz que me decía:
“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
Yo pregunté:
“¿Quién eres, Señor ?”
Me respondió:
“Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues.”
Mis compañeros vieron el resplandor, pero no comprendieron lo que decía la voz.
Yo pregunté:
“¿Qué debo hacer, Señor?”
El Señor me respondió:
“Levántate, sigue hasta Damasco, y allí te dirán lo que tienes que hacer.”
Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.
Un cierto Ananías, devoto de la Ley, recomendado por todos los judíos de la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo:
“Saulo, hermano, recobra la vista.”
Inmediatamente recobré la vista y lo vi.
Él me dijo:
“El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su voz, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, no pierdas tiempo; levántate, recibe el bautismo que, por la invocación de su nombre, lavará tus pecados.”»
Palabra de Dios.
O bien:
Te dirán lo que tienes que hacer
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9, 1-22
En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres.
En el viaje, cerca ya de Damasco, de repente, una luz celeste lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
-«Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
Preguntó él:
-«¿Quién eres, Señor?»
Respondió la voz:
-«Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.»
Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
-«Ananías.»
Respondió él:
-«Aquí estoy, Señor.»
El Señor le dijo:
-«Ve a la calle Mayor, a casa de Judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.»
Ananías contestó:
-«Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.»
El Señor le dijo:
-«Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para dar- a conocer mi nombre a pueblos y reyes, y a los israelitas. Yo le enseñaré lo que tiene que sufrir por mi nombre.»
Salió Ananías, entro en la casa, le impuso las manos y dijo:
-«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.»
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y lo bautizaron. Comió, y le volvieron las fuerzas.
Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios. Los oyentes quedaban pasmados y comentaban:
-«¿No es éste el que se ensañaba en Jerusalén contra los que invocan ese nombre? Y, ¿no había venido aquí precisamente para llevárselos detenidos a los sumos sacerdotes?»
Pero Pablo se crecía y tenía confundidos a los judíos de Damasco, demostrando que Jesús es el Mesías.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
O bien:
Aleluya.
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. R.
Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R.
Aleluya Cf. Jn 15, 16
Yo os he elegido del mundo, para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure -dice el Señor-.
EVANGELIO
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
+Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
-«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Palabra del Señor.
viernes, 24 de enero de 2014
VIERNES DE LA SEGUNDA SEMANA
PRIMERA LECTURA
No extenderé la mano contra él, porque es el ungido del Señor
Lectura del primer libro de Samuel 24, 3-21
En aquellos días, Saúl, con tres mil soldados de todo Israel, marchó en busca de David y su gente hacia las Peñas de los Rebecos; llegó a unos apriscos de ovejas junto al camino, donde había una cueva, y entró a hacer sus necesidades.
David y los suyos estaban en lo más hondo de la cueva, y le dijeron a David sus hombres: Este es el día del que te dijo el Señor: «Yo te entrego tu enemigo».
Haz con él lo que quieras.
Pero él les respondió: ¡Dios me libre de hacer eso a mi Señor, el ungido del Señor, extender la mano contra él ! Y les prohibió enérgicamente echarse contra Saúl, pero él se levantó sin meter ruido y le cortó a Saúl el borde del manto, aunque más tarde le remordió la conciencia por haberle cortado a Saúl el borde del manto.
Cuando Saúl salió de la cueva y siguió su camino, David se levantó, salió de la cueva detrás de Saúl y le gritó: ¡Majestad! Saúl se volvió a ver, y David se postró rostro en tierra rindiéndole vasallaje.
Le dijo:
¿Por que haces caso a lo que dice la gente, que David anda buscando tu ruina? Mira, lo estás viendo hoy con tus propios ojos: el Señor te había puesto en mi poder dentro de la cueva; me dijeron que te matara, pero te respeté y dije que no extendería la mano contra mi señor, porque eres el Ungido del Señor.
Padre mío, mira en mi mano el borde de tu manto; si te corté el borde del manto y no te maté, ya ves que mis manos no están manchadas de maldad, ni de traición, ni de ofensa contra ti, mientras que tú me acechas para matarme.
Que el Señor sea nuestro juez.
Y que él me vengue de ti; que mi mano no se alzará contra ti.
Como dice el viejo refrán: «La maldad sale de los malos» , mi mano no se alzará contra ti.
¿Tras de quién ha salido el rey de Israel ? ¿A quién vas persiguiendo? ¡A un perro muerto, a una pulga! El Señor sea juez y sentencie nuestro pleito, vea y defienda mi causa, librándome de tu mano.
Cuando David terminó de decir esto a Saúl, Saúl exclamó: Pero, ¿es ésta tu voz, David, hijo mío? Luego levantó la voz, llorando, mientras decía a David: ¡Tú eres inocente, y no yo! Porque tú me has pagado con bienes, y yo te he pagado con males; y hoy me has hecho el favor más grande, pues el Señor me entregó a ti y tú no me mataste.
Porque si uno encuentra a su enemigo, ¿lo deja marchar por las buenas? ¡El Señor te pague lo que hoy has hecho conmigo! Ahora, mira, sé que tú serás rey y que el reino de Israel se consolidará en tu mano.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 56, 2. 3-4. 6 y 11.
V/. Misericordia, Dios mío, misericordia.
R/. Misericordia, Dios mío, misericordia.
V/. Misericordia, Dios mío, misericordia, que mi alma se refugia en ti; me refugio a la sombra de tus alas, mientras pasa la calamidad. R/.
V/. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
Desde el cielo me enviará la salvación, confundirá a los que ansían matarme, enviará su gracia y su lealtad. R/.
V/. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria.
Por tu bondad que es más grande que los cielos, por tu fidelidad que alcanza a las nubes. R/.
EVANGELIO
Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 13-19
En aquel tiempo, Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso, y se fueron con él.
A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges─Los Truenos─, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, que lo entregó.
Palabra del Señor.
Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 13-19
En aquel tiempo, Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso, y se fueron con él.
A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges─Los Truenos─, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, que lo entregó.
jueves, 23 de enero de 2014
JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Mi padre Saúl te busca para matarte
Lectura del primer libro de Samuel 18, 6-9; 19, 1-7
Cuando volvieron de la guerra, después de haber matado David al filisteo, las mujeres de todas las poblaciones de Israel salieron a cantar y recibir con bailes al rey Saúl, al son alegre de panderos y sonajas.
Y cantaban a coro esta copla: «Saúl mató a mil, David a diez mil».
A Saúl le sentó mal aquella copla, y comentó enfurecido: ¡Diez mil a David, y a mí mil ! ¡Ya sólo le falta ser rey! Y a partir de aquel día Saúl le tomó ojeriza a David.
Delante de su hijo Jonatán y de sus ministros, Saúl habló de matar a David.
Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David y le avisó: Mi padre Saúl te busca para matarte.
Estate atento mañana y escóndete en sitio seguro; yo saldré e iré al lado de mi padre, al campo donde tú estés; le hablaré de ti y, si saco algo en limpio, te lo comunicaré.
Así pues, Jonatán habló a su padre Saúl en favor de David: ¡Que el rey no ofenda a su siervo David! El no te ha ofendido, y lo que él hace es en tu provecho: se jugó la vida cuando mató al filisteo y el Señor dio a Israel una gran victoria; bien que te alegraste al verlo.
¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo ! Saúl hizo caso a Jonatán y juró: ¡Vive Dios, no morirá! Jonatán llamó a David y le contó la conversación; luego lo llevó donde Saúl y David siguió en palacio como antes.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 55, 2-3. 9-10. 11-12. 13.
V/. En Dios confío y no temo.
R/. En Dios confío y no temo.
V/. Misericordia, Dios mío, que me hostigan, me atacan y me acosan todo el día; todo el día me hostigan mis enemigos, me atacan en masa. R/.
V/. Anota en tu libro mi vida errante, recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco y así sabré que eres mi Dios. R/.
V/. En Dios, cuya promesa alabo, en el Señor, cuya promesa alabo, en Dios confío y no temo: ¿qué podrá hacerme un hombre? . R/.
V/. Te debo, Dios mío, los votos que hice; los cumpliré con acción de gracias. R/.
EVANGELIO
Los espíritus inmundos gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios» , pero Jesús les prohibía que lo diesen a conocer
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 7-12
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea.
Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: Tú eres el Hijo de Dios.
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
Palabra del Señor.
miércoles, 22 de enero de 2014
MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Venció David al filisteo con la honda y una piedra
Lectura del primer libro de Samuel 17, 32-33. 37. 40-51.
En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: Majestad, no os desaniméis.
Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.
Pero Saúl le contestó: No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.
David replicó: El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.
Entonces Saúl le dijo: Anda con Dios.
Agarró la cayada, escogió cinco cantos de arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo.
Este, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó: ¿Soy yo un perro, para que vengas a mí con un palo? Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
Pero David le contestó: Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los Ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado.
Hoy te entregará el Señor en mis manos; te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los cadáveres del campamento filisteo a las aves del cielo y las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor y él os entregará en nuestro poder.
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección a David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección al filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra.
Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada.
David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 143, 1. 2. 9-10.
V/. Bendito el Señor, mi Roca.
R/. Bendito el Señor, mi Roca.
V/. Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea. R/.
V/. Mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que me somete los pueblos. R/.
V/. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas: para ti, que das la victoria a los reyes y salvas a David tu siervo.
Defiéndeme de la espada cruel. R/.
EVANGELIO
¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un brazo.
Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: Levántate y ponte ahí en medio.
Y a ellos les preguntó: ¿Qué está permitido en sábado? , ¿hacer lo bueno o lo malo? , ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir? Se quedaron callados.
Echando en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: Extiende el brazo.
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.
Palabra del Señor.
Venció David al filisteo con la honda y una piedra
Lectura del primer libro de Samuel 17, 32-33. 37. 40-51.
En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: Majestad, no os desaniméis.
Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.
Pero Saúl le contestó: No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.
David replicó: El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.
Entonces Saúl le dijo: Anda con Dios.
Agarró la cayada, escogió cinco cantos de arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo.
Este, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó: ¿Soy yo un perro, para que vengas a mí con un palo? Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
Pero David le contestó: Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los Ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado.
Hoy te entregará el Señor en mis manos; te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los cadáveres del campamento filisteo a las aves del cielo y las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor y él os entregará en nuestro poder.
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección a David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección al filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra.
Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada.
David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 143, 1. 2. 9-10.
V/. Bendito el Señor, mi Roca.
R/. Bendito el Señor, mi Roca.
V/. Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea. R/.
V/. Mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que me somete los pueblos. R/.
V/. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas: para ti, que das la victoria a los reyes y salvas a David tu siervo.
Defiéndeme de la espada cruel. R/.
EVANGELIO
¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un brazo.
Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: Levántate y ponte ahí en medio.
Y a ellos les preguntó: ¿Qué está permitido en sábado? , ¿hacer lo bueno o lo malo? , ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir? Se quedaron callados.
Echando en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: Extiende el brazo.
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.
Palabra del Señor.
San Vicente, diácono y mártir. Memoria
PRIMERA LECTURA
Llevamos la muerte de Jesús
en nuestro cuerpo
Lectura de la segunda carta
del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos:
Llevamos un tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan
extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda
clase de pruebas, pero no nos angustiamos; nos abruman las preocupaciones, pero
no nos desesperamos; nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados,
pero no vencidos.
Llevamos
siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en
este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un
continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la
vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte
actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
Y
como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la
Escritura: “Creo, por eso hablo”, también nosotros creemos y por eso hablamos,
sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con
Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de
ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se
multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 33
R. El Señor
me libró de todos mis temores.
Bendeciré al
Señor a todas horas,
no cesará mi
boca de alabarlo.
Yo me siento
orgulloso del Señor;
que se
alegre su pueblo al escucharlo. R.
Proclamemos
qué grande es el Señor
Y alabemos
su nombre.
Cuando acudí
al Señor, me hizo caso
y me libró
de todos mis temores. R.
Vuélvanse a
él y quedarán radiantes,
jamás se
sentirán decepcionados.
El Señor siempre
escucha al afligido,
de su
tribulación lo pone a salvo. R.
A quien teme
al Señor,
el ángel del
Señor lo salva y cuida.
¡Prueben!
Verán qué bueno es el Señor;
dichoso quien
en él confía. R.
Aclamación
antes del Evangelio
Aleluya,
aleluya.
Dichosos
los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
cielos, dice el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO
Os harán comparecer ante
gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los
gentiles
+ Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
Pero
no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en
las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así
daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando
os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su
momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que
habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los
hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos;
se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Todos
os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará. Palabra
del Señor.
martes, 21 de enero de 2014
MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Ungió Samuel a David en medio de sus hermanos, y en aquel momento lo invadió el espíritu del Señor
Lectura del primer libro de Samuel 16, 1-13
En aquellos días, el Señor dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado como rey de Israel ? Llena tu cuerno de aceite y vete.
Voy a enviarte a Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí.
Samuel contestó:
¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl, me mata.
El Señor le dijo: Llevas una novilla y dices que vas a hacer un sacrificio al Señor.
Convidas a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás al que yo te diga.
Samuel hizo lo que le mandó el Señor.
Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo fueron ansiosos a su encuentro: ¿Vienes en son de paz? Respondió: Sí, vengo a hacer un sacrificio al Señor.
Purificaos y venid conmigo al sacrificio.
Purificó a Jesé y a sus hijos y los convidó al sacrificio.
Cuando llegaron, vio a Eliab y se dijo: «Sin duda está ante el Señor su ungido».
Pero el Señor dilo a Samuel:
No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado.
La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón.
Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel; y Samuel, dijo: Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.
Jesé hizo pasar a Sama; y Samuel dijo: Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.
Hizo pasar Jesé a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo: A ninguno de éstos ha elegido el Señor.
Preguntó entonces Samuel a Jesé: ¿No quedan ya más muchachos? El respondió: Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño.
Dijo entonces Samuel a Jesé: Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido.
Mandó, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia.
Dijo el Señor: Levántate y úngelo, porque éste es.
Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos.
En aquel momento invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante.
Samuel emprendió la vuelta a Ramá.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 88, 20. 21-22. 27-28
V/. Encontré a David mi siervo.
R/. Encontré a David mi siervo.
V/. Un día hablaste en visión a tus amigos: He ceñido la corona a un héroe, he levantado a un soldado sobre el pueblo. R/.
V/. Encontré a David mi siervo y lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R/.
V/. El me invocará: Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora, y yo lo nombraré mi primogénito, excelso entre los reyes de la tierra. R/.
EVANGELIO
El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 23-28
Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido? El les respondió: ¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.
Y añadió: El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del Hombre es señor también del sábado.
Palabra del Señor.
lunes, 20 de enero de 2014
SANTOS FABIÁN Y SEBASTIÁN, Mártires
20 de enero
SANTOS FABIÁN Y SEBASTIÁN,*
Mártires![]()
Entrad por la puerta angosta, porque la puerta
ancha
y el camino espacioso son los que conducen a la perdición,
y son muchos los que entran por él.
(Mateo, 7,13).
y el camino espacioso son los que conducen a la perdición,
y son muchos los que entran por él.
(Mateo, 7,13).
Fabián era un
laico cuando fue elegido para suceder al Papa Antero, en el año 236. Una
paloma bajó del cielo, se posó en su cabeza y lo señaló, con lo que fue elegido
por el clero y el pueblo. San Cipriano le da el título de hombre
incomparable, y dice que la gloria de su muerte ha correspondido plenamente a
la pureza de su vida.
Sebastián, condenado
por Diocleciano a ser atravesado con flechas, fue dejado por muerto en
el
lugar del suplicio. Recobrada la salud, se presentó al emperador y le
reprochó
abiertamente su impiedad. El tirano, exasperado por tanta audacia, lo
condenó a ser apaleado hasta hacerlo expirar bajo los golpes. Una
piadosa
mujer,
de nombre Lucina, recogió sus venerables restos y los colocó en las
catacumbas, en el lugar donde hoy se levanta la basílica que lleva su
nombre.
MEDITACIÓN
SOBRE EL PEQUEÑO NÚMERO
DE LOS ELEGIDOS
SOBRE EL PEQUEÑO NÚMERO
DE LOS ELEGIDOS
I. El número de los elegidos es muy
pequeño. ¡Hay tantos herejes y cismáticos que voluntariamente se
pierden, tantos infieles e idólatras que todavía están privados de la
luz del Evangelio! ¿Si Dios te hubiera hecho nacer en medio de esos
pueblos, cuál hubiera sido tu suerte? ¡Cuán obligado os estoy, Dios mío,
de que me hayáis hecho nacer de padres católicos! Mas si no aprovecho
las luces de la fe seré mucho más severamente castigado que esos
pueblos.
II. ¡Hay tantos malos cristianos, tantos
impíos, tantos libertinos que jamás verán a Dios en el cielo! ¿No eres
uno de ellos? ¡Cuán desgraciado serías siendo camarada de ellos en sus
desórdenes, porque también habrías de ser su camarada en sus suplicios!
Ruega a Dios mueva sus corazones; trabaja en su conversión con tus
palabras y con tu ejemplo. Humíllate, porque tú también caerías en las
mismas faltas, si Dios te abandonase a tu propia flaqueza.
III. No eres del número de esos libertinos
y de esos impíos, pero eres un cristiano vulgar, sigues el camino ancho,
espacioso. ¡Ten cuidado! Es preciso seguir al pequeño número y caminar
por el camino estrecho. No sigas ni la costumbre, ni el ejemplo del mundo,
sino la razón, el Evangelio y el ejemplo de los santos. El mundo está
tan corrompido que sus leyes concuerdan con el pecado; sus seguidores
se persuaden de que el crimen es lícito, porque ha venido a ser común. (San
Cipriano).
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente, mirad nuestra flaqueza, mirad cómo el
peso de nuestras obras nos agobia, y fortifícanos por la gloriosa intercesión
de vuestros bienaventurados mártires Fabián y Sebastián. Por N. S. J. C. Amén.
SAN FRUCTUOSO DE TARRAGONA Y COMPAÑEROS, Mártires
20 de enero
SAN FRUCTUOSO
DE TARRAGONA
Y COMPAÑEROS,
Mártires![]()
Gocémonos, y saltemos de júbilo
y demos gloria a Dios,
pues han llegado las bodas del Cordero y su
esposa se ha engalanado.
(Apocalipsis, 19, 7).
pues han llegado las bodas del Cordero y su
esposa se ha engalanado.
(Apocalipsis, 19, 7).
Es la primera de las grandes
figuras que nos ofrece la historia de la Iglesia española. Pastor de la
comunidad cristiana de Tarragona a mediados del siglo III, venerado por
los fieles lo mismo que por los paganos. Expuso muchas veces su vida en
la peste que por entonces asoló el imperio, pero Dios le reservaba para
el sacrificio más glorioso del martirio. Habiendo ordenado Valeriano,
en 257, que todos los jefes de las iglesias ofreciesen sacrificios a las
divinidades del Imperio, Fructuoso y sus diáconos Eulogio y Augurio se
negaron a obedecer. En vista de su resistencia el gobernador dispuso que
fuesen quemados en el Anfiteatro. El obispo subió a la hoguera con
sereno continente, pronunciando estas palabras: "Es preciso que
tenga en mi pensamiento a la Iglesia Católica, derramada desde Oriente
hasta Occidente". Uno de sus discípulos nos ha conservado el
relato de su interrogatorio y de su muerte con una sencillez
maravillosa, digna de la grandeza del héroe. Es uno de los documentos
más venerables de la antigua Iglesia española.
LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Obedecer vale más que un sacrificio.
El Señor te rechaza hoy como rey
Lectura del primer libro de Samuel 15, 16-23
En aquellos días, Samuel dijo a Saúl: Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche.
Contestó Saúl: Dímelo.
Samuel dijo: Aunque te creías pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel.
El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos.
¿Por qué no has obedecido al Señor? ¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba? Saúl replicó: ¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas.
Si la tropa tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor tu Dios en Guilgal.
Samuel contestó: ¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos, o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros.
Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación.
Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza hoy como rey.
Salmo responsorial Sal 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23.
V/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
V/. No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa ni un cabrito de tus rebaños. R/.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? . R/.
V/. Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. R/.
V/. El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. R/.
EVANGELIO
El novio está con ellos
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.
Vinieron unos y le preguntaron a Jesús.
Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan.
¿Por qué los tuyos no? Jesús les contestó: ¿Es que pueden ayunar los amigos del
novio, mientras el novio está con ellos ? Mientras tienen al novio con ellos, no
pueden ayunar.
Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán.
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza
tira del manto─lo nuevo de lo viejo─ y deja un roto peor.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.
Obedecer vale más que un sacrificio.
El Señor te rechaza hoy como rey
Lectura del primer libro de Samuel 15, 16-23
En aquellos días, Samuel dijo a Saúl: Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche.
Contestó Saúl: Dímelo.
Samuel dijo: Aunque te creías pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel.
El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos.
¿Por qué no has obedecido al Señor? ¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba? Saúl replicó: ¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas.
Si la tropa tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor tu Dios en Guilgal.
Samuel contestó: ¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos, o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros.
Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación.
Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza hoy como rey.
Salmo responsorial Sal 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23.
V/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
V/. No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa ni un cabrito de tus rebaños. R/.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? . R/.
V/. Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. R/.
V/. El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. R/.
EVANGELIO
El novio está con ellos
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.
Vinieron unos y le preguntaron a Jesús.
Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan.
¿Por qué los tuyos no? Jesús les contestó: ¿Es que pueden ayunar los amigos del
novio, mientras el novio está con ellos ? Mientras tienen al novio con ellos, no
pueden ayunar.
Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán.
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza
tira del manto─lo nuevo de lo viejo─ y deja un roto peor.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.
domingo, 19 de enero de 2014
SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Te hago luz de las naciones para que seas mi salvación
Lectura del libro de Isaías 49, 3. 5-6
«Tú eres mi siervo (Israel) de quien estoy orgulloso.»
Y ahora habla el Señor,
que desde el vientre me formó siervo suyo,
para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel,
—tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—:
Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel;
te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab, 7-8a. 8b-9. 10
V/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Yo esperaba con ansia al Señor:
él se inclinó y escucho mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy.»
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Como está escrito en mi libro: «para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
SEGUNDA LECTURA
Gracias y paz os dé Dios nuestro Padre y Jesucristo nuestro Señor
Comienzo de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 1-3
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo, por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que el llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo Señor nuestro y de ellos.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
Palabra de Dios
EVANGELIO
Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo
+ Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 29-34
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
—Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo dije: «Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo.» Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.
Y Juan dio testimonio diciendo:
—He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.
Palabra del Señor
sábado, 18 de enero de 2014
SANTA MARGARITA DE HUNGRIA, Virgen
18 de enero
SANTA MARGARITA DE HUNGRIA,(*)
Virgen
(1270)
La vida de Santa Margarita es particularmente interesante, ya que poseemos, por
fortuna excepcional, una copia completa de los testimonios de su proceso de
beatificación, que comenzó menos de siete años después de su muerte. No hay
duda ninguna de que fue hija de Bela IV, rey de Hungría y campeón de la
cristiandad, cuando las hordas de los tártaros amenazaban acabar con la Europa
Central. El noble linaje de Margarita hace resaltar todavía más los detalles
de su extraordinaria vida de abnegación. La Orden de Santo Domingo, a la que
Bela y su esposa, la reina María Lascaris, favorecieron mucho, tuvo por otra
parte buen cuidado de guardar memoria de una de sus primeras y más ilustres
hijas. Pero quien se tome el trabajo de leer los testimonios que, de la
mortificación y caridad de Margarita, dieron unas cincuenta de sus compañeras,
quedará plenamente convencido de que su valor en la lucha contra el
mundo y la carne, no podían menos que ejercer una profunda influencia en
quienes la rodeaban. Se ha descrito a Bela IV como "el último genio de los
Arpados"; si la determinación tiene una influencia real en la historia,
las cualidades de Margarita prueban que ella había heredado no poco del genio
de su padre.
Margarita nació cuando Hungría, acosada por sus enemigos, atravesaba por momentos difíciles, y se cuenta que los padres de la niña prometieron consagrarla a Dios, si éste les concedía la victoria. Sus oraciones fueron oídas, y Margarita, a los tres años de edad, fue confiada al convento de las religiosas de Santo Domingo, de Veszprem. Poco después, Bela y su esposa construyeron un convento en una isla del Danubio, cerca de Budapest, donde Margarita, a los doce años de edad, hizo profesión ante el beato Humberto de Romans. Por terribles que sean los detalles sobre el ansia de penitencia de la joven, y sobre su decisión de vencer todas las repugnancias de la naturaleza, la cantidad de los testigos hace imposible poner en duda su autenticidad. Margarita parece haber sido excepcionalmente bella; la mejor prueba de ello es que el rey Ottokar de Bohemia aspiró a su mano, después de haberla visto con hábitos de religiosa. Indudablemente que hubiera sido fácil obtener la dispensa de Roma, y Bela se inclinaba a ello por razones políticas; pero Margarita declaró que estaba dispuesta a arrancarse la nariz y los labios, antes de abandonar el claustro. A juzgar por los testimonios de sus hermanas sobre la energía de su carácter y sobre su valor, no se puede dudar de que la santa habría cumplido su promesa.
La mayoría de las religiosas en aquel convento del Danubio pertenecían a la nobleza, y trataban a la princesa Margarita con especial consideración. Ella, al advertirlo, reaccionó en forma exagerada: en toda ocasión escogía los trabajos más humildes, repugnantes y fatigosos. Su caridad y ternura con los enfermos que padecían los males más repulsivos, eran extraordinarias... Pero era necesario omitir detalles, porque el lector moderno no tiene paciencia para oírlos todos. Margarita tenía una profunda simpatía por los pobres.
Varios de sus actos dejan la impresión de que el amor a Dios y el deseo de inmolación de Margarita, no carecían de cierto elemento de obstinación. Sin, duda que la salud y aun la virtud de la santa habrían ganado, con su superior un confesor capaz de dirigirla realmente; pero era casi inevitable que los superiores de Margarita la dejasen proceder libremente, dado que era la hija del rey, a quien el convento le debía todo.
Por lo demás, el relato que hicieron las hermanas de Margarita sobre ella, no carece de pormenores humanos y agradables. La sacristana cuenta que Margarita le acariciaba la mano y le prodigaba todos los halagos posibles para le dejase abierta la puerta de la capilla durante la noche, a fin de pasar ante el Santísimo Sacramento las horas que habría debido consagrar al descanso. Margarita tenía una confianza ilimitada en la oración, y sus peticiones a Dios tenían algo de imperioso. Varias religiosas narran un incidente acaecido cuando la santa tenía apenas diez años. Dos frailes dominicos habían ido de visita al convento, y Margarita les rogó que prolongasen su estancia. Ellos replicaron que debían partir inmediatamente, pero la niña dijo: "Yo voy a obtener de Dios que haga llover en tal forma, que no podréis iros". Aunque los frailes aseguraron que no había lluvia capaz de detenerles, Margarita se dirigió a la capilla a orar y la tormenta que se desató en seguida fue tan violenta que impidió que los buenos frailes partieran de Veszprem. Esto recuerda el famoso incidente de Santa Escolástica y San Benito. Y no es necesario suponer una intervención sobrenatural; pero las compañeras de Santa Margarita atestiguaron bajo juramento tantos casos del mismo tipo, que resulta difícil atribuirlos todos a simpIes coincidencias. Aunque los testigos hablaron de muchos éxtasis y milagros hay en sus declaraciones un tono de moderación que inspira confianza. Casi todos los testigos contaron que las oraciones de Margarita habían salvado a una sirvienta que se había caído en un pozo. La misma sirvienta, llamada Inés, dio testimonio de ello. Cuando le preguntaron los jueces qué sabía de la santa, Inés se contentó con responder: "era buena, santa y edificante, y se mostraba más humilde que nosotras las sirvientas". Por lo que toca al accidente, Inés contó que la noche era tan oscura, que "si alguien la hubiese abofeteado, no habría podido identificarle", y que la boca del pozo estaba descubierta y sin travesaño, por lo que cayó hasta el fondo. Por tres veces salió a la superficie del agua; hasta que consiguió asirse a la pared y más tarde le echaron una cuerda y la sacaron.
Es indudable que Margarita acortó su vida con sus penitencias. Al fin de cada cuaresma, el ayuno y la falta de sueño la reducían a un estado lamentable. Un Viernes Santo llevó su indiscreción al colmo, lavando los pies no sólo de las setenta religiosas de coro del convento, según el privilegio que le correspondía como a hija del fundador, sino también de todas las sirvientas. Para enjugar los pies empleó su propio velo. A pesar de la fatiga consiguiente para una mujer que no había comido ni dormido, en mucho tiempo, se quejó a sus hermanas de que aquel Viernes Santo había sido el día más corto del año, pues no habían tenido tiempo de orar ni de practicar todas las penitencias que hubiese deseado. La fecha de la muerte de la santa parece haber sido el 18 de enero de 1270, cuando ésta no tenía sino veintiocho años. El proceso de beatificación, al que nos hemos referido, no se terminó nunca, pero el culto a Margarita fue aprobado en 1789. La canonización tuvo lugar en 1943.
Margarita nació cuando Hungría, acosada por sus enemigos, atravesaba por momentos difíciles, y se cuenta que los padres de la niña prometieron consagrarla a Dios, si éste les concedía la victoria. Sus oraciones fueron oídas, y Margarita, a los tres años de edad, fue confiada al convento de las religiosas de Santo Domingo, de Veszprem. Poco después, Bela y su esposa construyeron un convento en una isla del Danubio, cerca de Budapest, donde Margarita, a los doce años de edad, hizo profesión ante el beato Humberto de Romans. Por terribles que sean los detalles sobre el ansia de penitencia de la joven, y sobre su decisión de vencer todas las repugnancias de la naturaleza, la cantidad de los testigos hace imposible poner en duda su autenticidad. Margarita parece haber sido excepcionalmente bella; la mejor prueba de ello es que el rey Ottokar de Bohemia aspiró a su mano, después de haberla visto con hábitos de religiosa. Indudablemente que hubiera sido fácil obtener la dispensa de Roma, y Bela se inclinaba a ello por razones políticas; pero Margarita declaró que estaba dispuesta a arrancarse la nariz y los labios, antes de abandonar el claustro. A juzgar por los testimonios de sus hermanas sobre la energía de su carácter y sobre su valor, no se puede dudar de que la santa habría cumplido su promesa.
La mayoría de las religiosas en aquel convento del Danubio pertenecían a la nobleza, y trataban a la princesa Margarita con especial consideración. Ella, al advertirlo, reaccionó en forma exagerada: en toda ocasión escogía los trabajos más humildes, repugnantes y fatigosos. Su caridad y ternura con los enfermos que padecían los males más repulsivos, eran extraordinarias... Pero era necesario omitir detalles, porque el lector moderno no tiene paciencia para oírlos todos. Margarita tenía una profunda simpatía por los pobres.
Varios de sus actos dejan la impresión de que el amor a Dios y el deseo de inmolación de Margarita, no carecían de cierto elemento de obstinación. Sin, duda que la salud y aun la virtud de la santa habrían ganado, con su superior un confesor capaz de dirigirla realmente; pero era casi inevitable que los superiores de Margarita la dejasen proceder libremente, dado que era la hija del rey, a quien el convento le debía todo.
Por lo demás, el relato que hicieron las hermanas de Margarita sobre ella, no carece de pormenores humanos y agradables. La sacristana cuenta que Margarita le acariciaba la mano y le prodigaba todos los halagos posibles para le dejase abierta la puerta de la capilla durante la noche, a fin de pasar ante el Santísimo Sacramento las horas que habría debido consagrar al descanso. Margarita tenía una confianza ilimitada en la oración, y sus peticiones a Dios tenían algo de imperioso. Varias religiosas narran un incidente acaecido cuando la santa tenía apenas diez años. Dos frailes dominicos habían ido de visita al convento, y Margarita les rogó que prolongasen su estancia. Ellos replicaron que debían partir inmediatamente, pero la niña dijo: "Yo voy a obtener de Dios que haga llover en tal forma, que no podréis iros". Aunque los frailes aseguraron que no había lluvia capaz de detenerles, Margarita se dirigió a la capilla a orar y la tormenta que se desató en seguida fue tan violenta que impidió que los buenos frailes partieran de Veszprem. Esto recuerda el famoso incidente de Santa Escolástica y San Benito. Y no es necesario suponer una intervención sobrenatural; pero las compañeras de Santa Margarita atestiguaron bajo juramento tantos casos del mismo tipo, que resulta difícil atribuirlos todos a simpIes coincidencias. Aunque los testigos hablaron de muchos éxtasis y milagros hay en sus declaraciones un tono de moderación que inspira confianza. Casi todos los testigos contaron que las oraciones de Margarita habían salvado a una sirvienta que se había caído en un pozo. La misma sirvienta, llamada Inés, dio testimonio de ello. Cuando le preguntaron los jueces qué sabía de la santa, Inés se contentó con responder: "era buena, santa y edificante, y se mostraba más humilde que nosotras las sirvientas". Por lo que toca al accidente, Inés contó que la noche era tan oscura, que "si alguien la hubiese abofeteado, no habría podido identificarle", y que la boca del pozo estaba descubierta y sin travesaño, por lo que cayó hasta el fondo. Por tres veces salió a la superficie del agua; hasta que consiguió asirse a la pared y más tarde le echaron una cuerda y la sacaron.
Es indudable que Margarita acortó su vida con sus penitencias. Al fin de cada cuaresma, el ayuno y la falta de sueño la reducían a un estado lamentable. Un Viernes Santo llevó su indiscreción al colmo, lavando los pies no sólo de las setenta religiosas de coro del convento, según el privilegio que le correspondía como a hija del fundador, sino también de todas las sirvientas. Para enjugar los pies empleó su propio velo. A pesar de la fatiga consiguiente para una mujer que no había comido ni dormido, en mucho tiempo, se quejó a sus hermanas de que aquel Viernes Santo había sido el día más corto del año, pues no habían tenido tiempo de orar ni de practicar todas las penitencias que hubiese deseado. La fecha de la muerte de la santa parece haber sido el 18 de enero de 1270, cuando ésta no tenía sino veintiocho años. El proceso de beatificación, al que nos hemos referido, no se terminó nunca, pero el culto a Margarita fue aprobado en 1789. La canonización tuvo lugar en 1943.
-
* Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964
SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Ese es el hombre de quien habló el Señor; Saúl regirá a su pueblo
Lectura del primer libro de Samuel 9, 1-4. 17-19; 10, 1a
Había un hombre de Loma de Benjamín, llamado Quis, hijo de Abiel, de Seror, de Becorá, de Afiaj, benjaminita, de buena posición.
Tenía un hijo que se llamaba Saúl, un mozo bien plantado; era el israelita más alto: sobresalía por encima de todos, de los hombros arriba.
A su padre Quis se le habían extraviado unas burras; y dijo a su hijo Saúl: Llévate a uno de los criados y vete a buscar las burras.
Cruzaron la serranía de Efraín y atravesaron la comarca de Salisá, pero no las encontraron.
Atravesaron la comarca de Saalín, y nada.
Atravesaron la comarca de Benjamín, y tampoco.
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: Ese es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo.
Saúl se acercó a Samuel en medio de la entrada y le dijo: Haga el favor de decirme dónde está la casa del vidente.
Samuel le respondió: Yo soy el vidente.
Sube delante de mí al altozano; hoy coméis conmigo, y mañana te dejaré marchar y te diré todo lo que piensas.
Tomó la aceitera, derramó aceite sobre la cabeza de Saúl y lo besó, diciendo: ¡El Señor te unge como jefe de su heredad! Tú regirás al pueblo del Señor y le librarás de la mano de los enemigos que lo rodean.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 20, 2-3. 4-5. 6-7.
V/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
V/. ¡Señor, el rey se alegra por su fuerza, y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. R/.
V/. Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida y se la has concedido, años que se prolongan sin término. R/.
V/. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia. R/.
EVANGELIO
No he venido a llamar justos, sino pecadores
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: Sígueme.
Se levantó y lo siguió.
Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de recaudadores y otra gente de mala fama se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Algunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores y otra gente de mala fama, les dijeron a los discípulos: ¡De modo que come con recaudadores y pecadores! Jesús lo oyó y les dijo: No necesitan médico los sanos, sino los enfermos.
No he venido a llamar justos, sino pecadores.
Palabra del Señor.
Ese es el hombre de quien habló el Señor; Saúl regirá a su pueblo
Lectura del primer libro de Samuel 9, 1-4. 17-19; 10, 1a
Había un hombre de Loma de Benjamín, llamado Quis, hijo de Abiel, de Seror, de Becorá, de Afiaj, benjaminita, de buena posición.
Tenía un hijo que se llamaba Saúl, un mozo bien plantado; era el israelita más alto: sobresalía por encima de todos, de los hombros arriba.
A su padre Quis se le habían extraviado unas burras; y dijo a su hijo Saúl: Llévate a uno de los criados y vete a buscar las burras.
Cruzaron la serranía de Efraín y atravesaron la comarca de Salisá, pero no las encontraron.
Atravesaron la comarca de Saalín, y nada.
Atravesaron la comarca de Benjamín, y tampoco.
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: Ese es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo.
Saúl se acercó a Samuel en medio de la entrada y le dijo: Haga el favor de decirme dónde está la casa del vidente.
Samuel le respondió: Yo soy el vidente.
Sube delante de mí al altozano; hoy coméis conmigo, y mañana te dejaré marchar y te diré todo lo que piensas.
Tomó la aceitera, derramó aceite sobre la cabeza de Saúl y lo besó, diciendo: ¡El Señor te unge como jefe de su heredad! Tú regirás al pueblo del Señor y le librarás de la mano de los enemigos que lo rodean.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 20, 2-3. 4-5. 6-7.
V/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
V/. ¡Señor, el rey se alegra por su fuerza, y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. R/.
V/. Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida y se la has concedido, años que se prolongan sin término. R/.
V/. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia. R/.
EVANGELIO
No he venido a llamar justos, sino pecadores
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: Sígueme.
Se levantó y lo siguió.
Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de recaudadores y otra gente de mala fama se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Algunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores y otra gente de mala fama, les dijeron a los discípulos: ¡De modo que come con recaudadores y pecadores! Jesús lo oyó y les dijo: No necesitan médico los sanos, sino los enfermos.
No he venido a llamar justos, sino pecadores.
Palabra del Señor.
viernes, 17 de enero de 2014
VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Gritareis contra el rey, pero Dios no os responderá
Lectura del primer libro de Samuel 8, 4-7. 10-22a
En aquellos días, los ancianos de Israel se reunieron y fueron a entrevistarse con Samuel en Ramá.
Le dijeron: Mira, tú eres ya viejo, y tus hijos no se comportan como tú.
Nómbranos un rey que nos gobierne, como se hace en todas las naciones.
A Samuel le disgustó que le pidieran ser gobernados por un rey, y se puso a orar al Señor.
El Señor le respondió: Haz caso al pueblo en todo lo que te pidan.
No te rechazan a ti, sino a mí; no me quieren por rey.
Samuel comunicó la palabra del Señor a la gente que le pedía un rey: Estos son los derechos del rey que os regirá: A vuestros hijos los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y caballería, y para que vayan delante de su carroza; los empleará como jefes y oficiales en su ejército, como aradores de sus campos y segadores de su cosecha, como fabricantes de armamento y de pertrechos para sus carros.
A vuestras hijas se las llevará como perfumistas, cocineras y reposteras.
Vuestros campos, viñas y los mejores olivares, os los quitará para dárselos a sus ministros.
De vuestro grano y vuestras viñas, os exigirá diezmos, para dárselos a sus funcionarios y ministros.
A vuestros criados y criadas, y a vuestros mejores burros y bueyes, se los llevará para usarlos en su hacienda.
De vuestros rebaños os exigirá diezmos.
¡Y vosotros mismos seréis sus esclavos! Entonces gritaréis contra el rey que os elegisteis, pero Dios no os responderá.
El pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insistió: No importa.
¡Queremos un rey! Así seremos nosotros como los demás pueblos.
Que nuestro rey nos gobierne y salga al frente de nosotros a luchar en nuestra guerra.
Samuel oyó lo que pedía el pueblo y se lo comunicó al Señor.
El Señor le respondió: Hazles caso y nómbrales un rey.
Salmo responsorial Sal 88, 16-17. 18-19.
V/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
V/. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R/.
V/. Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo y el Santo de Israel, nuestro rey. R/.
EVANGELIO
El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 1-12
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta.
El les proponía la Palabra.
Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema.
¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico «tus pecados quedan perdonados» o decirle «levántate, coge la camilla y echa a andar» ? Pues, para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados... entonces le dijo al paralítico: Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos.
Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: Nunca hemos visto una cosa igual.
Gritareis contra el rey, pero Dios no os responderá
Lectura del primer libro de Samuel 8, 4-7. 10-22a
En aquellos días, los ancianos de Israel se reunieron y fueron a entrevistarse con Samuel en Ramá.
Le dijeron: Mira, tú eres ya viejo, y tus hijos no se comportan como tú.
Nómbranos un rey que nos gobierne, como se hace en todas las naciones.
A Samuel le disgustó que le pidieran ser gobernados por un rey, y se puso a orar al Señor.
El Señor le respondió: Haz caso al pueblo en todo lo que te pidan.
No te rechazan a ti, sino a mí; no me quieren por rey.
Samuel comunicó la palabra del Señor a la gente que le pedía un rey: Estos son los derechos del rey que os regirá: A vuestros hijos los llevará para enrolarlos en sus destacamentos de carros y caballería, y para que vayan delante de su carroza; los empleará como jefes y oficiales en su ejército, como aradores de sus campos y segadores de su cosecha, como fabricantes de armamento y de pertrechos para sus carros.
A vuestras hijas se las llevará como perfumistas, cocineras y reposteras.
Vuestros campos, viñas y los mejores olivares, os los quitará para dárselos a sus ministros.
De vuestro grano y vuestras viñas, os exigirá diezmos, para dárselos a sus funcionarios y ministros.
A vuestros criados y criadas, y a vuestros mejores burros y bueyes, se los llevará para usarlos en su hacienda.
De vuestros rebaños os exigirá diezmos.
¡Y vosotros mismos seréis sus esclavos! Entonces gritaréis contra el rey que os elegisteis, pero Dios no os responderá.
El pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insistió: No importa.
¡Queremos un rey! Así seremos nosotros como los demás pueblos.
Que nuestro rey nos gobierne y salga al frente de nosotros a luchar en nuestra guerra.
Samuel oyó lo que pedía el pueblo y se lo comunicó al Señor.
El Señor le respondió: Hazles caso y nómbrales un rey.
Salmo responsorial Sal 88, 16-17. 18-19.
V/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
V/. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R/.
V/. Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo y el Santo de Israel, nuestro rey. R/.
EVANGELIO
El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 1-12
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta.
El les proponía la Palabra.
Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema.
¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico «tus pecados quedan perdonados» o decirle «levántate, coge la camilla y echa a andar» ? Pues, para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados... entonces le dijo al paralítico: Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos.
Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: Nunca hemos visto una cosa igual.
jueves, 16 de enero de 2014
JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Derrotaron a los israelitas y el Arca de Dios fue capturada
Lectura del primer libro de Samuel 4, 1-11
Por entonces se reunieron los filisteos para atacar a Israel.
Los israelitas salieron a enfrentarse con ellos y acamparon junto a Piedrayuda, mientras que los filisteos acampaban en El Cerco.
Los filisteos formaron en orden de batalla frente a Israel.
Entablada la lucha, Israel fue derrotado por los filisteos; de sus filas murieron en el campo unos cuatro mil hombres.
La tropa volvió al campamento, y los ancianos de Israel deliberaron: ¿Por qué el Señor nos ha hecho sufrir hoy una derrota a manos de los filisteos ? Vamos a Siló, a traer el Arca de la Alianza del Señor, para que esté entre nosotros y nos salve del poder enemigo.
Mandaron gente a Siló, a por el Arca de la Alianza del Señor de los Ejércitos entronizado sobre Querubines.
Los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, fueron con el Arca de la Alianza de Dios.
Cuando el Arca de la Alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel lanzó a pleno pulmón el alarido de guerra, y la tierra retembló.
Al oír los filisteos el estruendo del alarido, se preguntaron: ¿Qué significa ese alarido que retumba en el campamento hebreo ? Entonces se enteraron de que el Arca del Señor había llegado al campamento, y, muertos de miedo, decían: ¡Ha llegado su dios al campamento! ¡Ay de nosotros! Es la primera vez que nos pasa esto.
¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de esos dioses poderosos, los dioses que hirieron a Egipto con toda clase de calamidades y epidemias ? ¡Valor, filisteos ! Sed hombres, y no seréis esclavos de los hebreos como lo han sido ellos de nosotros.
¡Sed hombres, y al ataque!
Los filisteos se lanzaron a la lucha y derrotaron a los israelitas, que huyeron a la desbandada.
Fue una derrota tremenda: cayeron treinta mil de la infantería israelita.
El Arca de Dios fue capturada, y los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, murieron.
Palabra de Dios
Salmo responsorial Sal 43, 10-11. 14-15. 24-25
V/. Redímenos, Señor, por tu misericordia.
R/. Redímenos, Señor, por tu misericordia.
V/. Ahora nos rechazas v nos avergüenzas, y ya no sales, Señor, con nuestras tropas: nos haces retroceder ante el enemigo, y nuestro adversario nos saquea. R/.
V/. Nos haces el escarnio de nuestros vecinos, irrisión y burla de los que nos rodean.
Nos has hecho el refrán de los gentiles, nos hacen muecas las naciones. R/.
V/. Despierta, Señor, ¿por qué duermes? levántate, no nos rechaces más.
¿Por qué nos escondes tu rostro y olvidas nuestra desgracia y opresión R/.
EVANGELIO
La lepra se le quitó y quedó limpio
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: quiero: queda limpio.
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
El lo despidió, encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.
Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor
Derrotaron a los israelitas y el Arca de Dios fue capturada
Lectura del primer libro de Samuel 4, 1-11
Por entonces se reunieron los filisteos para atacar a Israel.
Los israelitas salieron a enfrentarse con ellos y acamparon junto a Piedrayuda, mientras que los filisteos acampaban en El Cerco.
Los filisteos formaron en orden de batalla frente a Israel.
Entablada la lucha, Israel fue derrotado por los filisteos; de sus filas murieron en el campo unos cuatro mil hombres.
La tropa volvió al campamento, y los ancianos de Israel deliberaron: ¿Por qué el Señor nos ha hecho sufrir hoy una derrota a manos de los filisteos ? Vamos a Siló, a traer el Arca de la Alianza del Señor, para que esté entre nosotros y nos salve del poder enemigo.
Mandaron gente a Siló, a por el Arca de la Alianza del Señor de los Ejércitos entronizado sobre Querubines.
Los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, fueron con el Arca de la Alianza de Dios.
Cuando el Arca de la Alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel lanzó a pleno pulmón el alarido de guerra, y la tierra retembló.
Al oír los filisteos el estruendo del alarido, se preguntaron: ¿Qué significa ese alarido que retumba en el campamento hebreo ? Entonces se enteraron de que el Arca del Señor había llegado al campamento, y, muertos de miedo, decían: ¡Ha llegado su dios al campamento! ¡Ay de nosotros! Es la primera vez que nos pasa esto.
¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de esos dioses poderosos, los dioses que hirieron a Egipto con toda clase de calamidades y epidemias ? ¡Valor, filisteos ! Sed hombres, y no seréis esclavos de los hebreos como lo han sido ellos de nosotros.
¡Sed hombres, y al ataque!
Los filisteos se lanzaron a la lucha y derrotaron a los israelitas, que huyeron a la desbandada.
Fue una derrota tremenda: cayeron treinta mil de la infantería israelita.
El Arca de Dios fue capturada, y los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, murieron.
Palabra de Dios
Salmo responsorial Sal 43, 10-11. 14-15. 24-25
V/. Redímenos, Señor, por tu misericordia.
R/. Redímenos, Señor, por tu misericordia.
V/. Ahora nos rechazas v nos avergüenzas, y ya no sales, Señor, con nuestras tropas: nos haces retroceder ante el enemigo, y nuestro adversario nos saquea. R/.
V/. Nos haces el escarnio de nuestros vecinos, irrisión y burla de los que nos rodean.
Nos has hecho el refrán de los gentiles, nos hacen muecas las naciones. R/.
V/. Despierta, Señor, ¿por qué duermes? levántate, no nos rechaces más.
¿Por qué nos escondes tu rostro y olvidas nuestra desgracia y opresión R/.
EVANGELIO
La lepra se le quitó y quedó limpio
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: quiero: queda limpio.
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
El lo despidió, encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.
Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor
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