viernes, 30 de junio de 2023

VIERNES DE LA DUODÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Circuncidad a todos vuestros varones en señal de mi pacto. Sara te va a dar un hijo
Lectura del libro del Génesis 17, 1. 9-10. 15-22
Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo:
—Yo soy el Dios Saday. Camina en mi presencia, con lealtad.
El Señor añadió a Abrahán: 
—Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones.
Este es el pacto que hago con vosotros y con tus descendientes y que habéis de guardar: circuncidad a todos vuestros varones.
El Señor dijo a Abrahán: 
—Saray, tu mujer, ya no se llamará Saray, sino que se llamará Sara.
La bendeciré y te dará un hijo y lo bendeciré; de ella nacerán pueblos y reyes de naciones.
Abrahán cayó rostro en tierra y se dijo sonriendo: — ¿Un centenario va a tener un hijo, y Sara va a dar a luz a los noventa?
Y Abrahán dijo a Dios: 
—Me contento con que conserves sano a Ismael en tu presencia.
Dios replicó: 
—No, es Sara quien te va a dar un hijo; lo llamarás Isaac; con él estableceré mi pacto y con sus descendientes, un pacto perpetuo.
En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, lo haré fecundo, lo haré crecer en extremo, engendrará doce príncipes y se hará un pueblo numeroso.
Pero mi pacto lo establezco con Isaac, el hijo que te dará Sara, el año que viene por estas fechas.
Cuando el Señor terminó de hablar con Abrahán, se retiró.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 127, 1-2. 3. 4-5
V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor
R/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
V/. ¡Dichoso el que teme al Señor,
y sigue sus caminos !
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/.
V/. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;
tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.
V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos los días de tu vida.
 
EVANGELIO
Si quieres, puedes limpiarme

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 1-4

En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: .
─Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Extendió la mano y lo tocó diciendo: ¡Quiero, queda limpio! Y enseguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo: No se lo digas a nadie, pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.

 Palabra del Señor.

martes, 27 de junio de 2023

MARTES DE LA DUODÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos
Lectura del libro del Génesis 13, 2. 5-18
Abrán era muy rico en ganado, plata y oro.
También Lot, que acompañaba a Abrán, poseía ovejas, vacas y tiendas; de modo que ya no podían vivir juntos en el país, porque sus posesiones eran inmensas y ya no cabían juntos.
Por ello surgieron disputas entre los pastores de Abrán y los de Lot.
(En aquel tiempo cananeos y fereceos ocupaban el país).
Abrán dijo a Lot: 
—No haya disputas entre nosotros dos, ni entre nuestros pastores, pues somos hermanos.
Tienes delante todo el país, sepárate de mí: si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; si vas a la derecha, yo iré a la izquierda.
Lot echó una mirada y vio que toda la vega del Jordán, hasta la entrada de Zear, era de regadío (esto era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra) ; parecía un jardín del Señor, o como Egipto.
Lot se escogió la vega del Jordán y marchó hacia levante; y así se separaron los dos hermanos.
Abrán habitó en Canaán; Lot en las ciudades de la vega, plantando las tiendas hasta Sodoma.
Los habitantes de Sodoma eran malvados y pecaban gravemente contra el Señor.
El Señor habló a Abrán, después que Lot se había separado de él: 
—Desde tu puesto dirige la mirada hacia el norte, mediodía, levante y poniente.
Toda la tierra que abarques te la daré a ti y a tus descendientes para siempre.
Haré a tus descendientes como el polvo: el que pueda contar el polvo podrá contar a tus descendientes.
Anda, pasea el país a lo largo y a lo ancho, pues te lo voy a dar.
Abrán alzó la tienda y fue a establecerse junto a la encina de Mambré, en Hebrón, donde construyó un altar en honor del Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5
V/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

V/. El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R/.

V/. El que no hace mal a su prójimo, ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R/.

V/. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.


EVANGELIO
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.
Palabra del Señor

sábado, 24 de junio de 2023

24 Junio, después de la hora nona. DUODECIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Libró la vida del pobre de manos de los impíos
Lectura del Profeta Jeremías 20, 10-13
Dijo Jeremías:
Oía el cuchicheo de la gente: «pavor en torno.»
Delatadlo, vamos a delatarlo, mis amigos acechaban mi traspiés.
A ver si se deja seducir y lo violaremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él.
Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado;
mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo.
Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará.
Señor de los Ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón,
que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa.
Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 68, 8-10. 14 y 17. 33-35
V/. Que me escuche tu gran bondad, Señor.
R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor.

V/. Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre,
porque me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí.
R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor.

V/. Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión vuélvete hacia mí.
R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor.

V/. Miradlo los humildes y alegraos, buscad al Señor y vivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra, las aguas y cuanto bulle en ellas.
R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor.


SEGUNDA LECTURA
El don no se puede comparar con la caída
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5, 12-15
Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron...
Pero, aunque antes de la ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había ley.
Pues a pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, no hay proporción entre la culpa y el don: si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don de Dios desbordaron sobre todos.
Palabra de Dios

Aleluya

EVANGELIO
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo
 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 26-33
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles:
—No tengáis miedo a los hombres porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? y, sin embargo, ni uno sólo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo, no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante
mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.
Palabra del Señor.

sábado, 17 de junio de 2023

XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

  

PRIMERA LECTURA

Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.

Lectura del libro del Éxodo 19, 2-6a

En aquellos días, llegaron los hijos de Israel al desierto del Sinaí y acamparon allí, frente a la montaña.
Moisés subió hacia Dios. El Señor lo llamó desde la montaña diciendo:
«Así dirás a la casa de Jacob, y esto anunciarás a los hijos de Israel: “Vosotros habéis visto lo que he hecho con los egipcios y cómo os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mi. Ahora, pues, si de veras me obedecéis y guardáis mi alianza, seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”».

Palabra de Dios.

 

Salmo

Sal 99, 2. 3. 5 

R. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.


SEGUNDA LECTURA

Si fuimos reconciliados por la muerte del Hijo, ¡con cuánta más razón seremos salvados por su vida!

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 6-11

Hermanos:
Cuando nosotros estábamos aún sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; ciertamente, apenas habrá quien muera por un justo; por una persona buena tal vez se atrevería alguien a morir; pues bien: Dios nos demostró su amor en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.

Palabra de Dios.


EVANGELIO

Llamó a sus doce discípulos y los envió.

+Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 36 – 10, 8

En aquel tiempo, al ver Jesús a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor». Entonces dice a sus discípulos:
«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies». Llamó a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».

Palabra de Dios

 

INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, memoria obligatoria

 PRIMERA LECTURA

Al que no había pecado, Dios le hizo expiar nuestros pecados
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5, 14-21

Hermanos: Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Cristo murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
Por tanto, no valoramos a nadie por criterios humanos.
Si alguna vez juzgamos a Cristo según tales criterios, ahora ya no.
El que es de Cristo es una criatura nueva: lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el servicio de reconciliar.
Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados,
y a nosotros nos ha confiado el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por medio nuestro.
En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no había pecado, Dios lo hizo expiar nuestros pecados, para que nosotros, unidos a él, recibamos la salvación de Dios.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 102, 1-2. 3-4. 8-9. 11-12
V/. El Señor es compasivo y misericordioso.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

V/. Bendice, alma mía, al Señor, 
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, 
y no olvides sus beneficios. R/.

V/. El perdona todas tus culpas, 
y cura todas tus enfermedades; 
él rescata tu vida de la fosa 
y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando,
ni guarda rencor perpetuo. R/.

V/. Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.


EVANGELIO
Conservaba todo esto en su corazón
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-51a

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
-«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó:
-«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Palabra del Señor.

viernes, 16 de junio de 2023

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



Acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús
(De san Claudio de la Colombière y del beato P.Hoyos)

¡Oh Corazón de mi amantísimo Jesús! ¡Corazón dignísimo de toda mi admiración y amor! Yo N…, inflamado en el deseo de compensar y borrar tantas y tan graves injurias cometidas contra ti, y para huir cuanto está de mi parte del vicio de la ingratitud, te entrego y consagro del todo mi corazón, con todos sus afectos, y a mí mismo con todo cuanto soy enteramente. Protesto que es mi deseo puro y sincero, olvidarme del todo desde esta hora y momento de mi mismo y de todas mis cosas, para que, quitados todos los impedimentos, pueda entrar en tu sacrosanto Corazón, que con singular misericordia me has abierto, y habitar en él vivo y muerto con vuestros fieles siervos.

Oh Corazón Santísimo, enséñame, te ruego, el camino que debo tomar para que, olvidado enteramente de mi mismo, llegue a conseguir la pureza de tu amor, cuyo deseo me has infundido. Me abraso en vehementes deseos de agradarte, pero siento que de ningún modo podré llegar a conseguir lo que deseo sin aquel grande auxilio que tú solamente puedes darme. Perfecciona, pues, en mí, oh Corazón Santísimo, todo lo que te es agradable y conforme a tu voluntad. A ti sólo se deberá toda la gloria de mi santidad, si mereciese finalmente conseguirla, ni yo quiero aspirar en adelante a la misma santidad con otro fin, sino el de tu gloria y alabanza. Amén.

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN

VIERNES DE LA TERCERA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTES

PRIMERA LECTURA
El Señor se enamoró de vosotros y os eligió
Lectura del Libro del Deuteronomio 7, 6-11
Habló Moisés al pueblo y dijo:
—Tu eres un pueblo santo para el Señor tu Dios:
él te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad.
Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió, no fue por ser vosotros más numerosos que los demás—porque sois el pueblo más pequeño—, sino que, por puro amor vuestro, por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto.
Así sabrás que el Señor tu Dios es Dios: el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor con los que lo aman y guardan sus preceptos por mil generaciones.
Pero paga en su persona a quien lo aborrece acabando con él. No se hace esperar, paga a quien lo aborrece en su persona.
Pon por obra estos preceptos y los mandatos y decretos que te mando hoy.
Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 102. 1-2. 3-4. 6-7. 8 y 10
V/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.

V/. Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.

V/. El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.

V/. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.

V/. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos paga según nuestras culpas.
R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.


SEGUNDA LECTURA
El nos amó
Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan 4, 7-16
Queridos hermanos: Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios mandó al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. 
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
Queridos hermanos: Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
Palabra de Dios

Aleluya Mt 11, 29ab

Aleluya, aleluya.
Cargad con mi yugo—dice el Señor—
y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón.
Aleluya.

EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón
 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
—Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Palabra del Señor.


jueves, 15 de junio de 2023

JUEVES DE LA DÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Dios ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3, 15 - 4, 1. 3-6

Hermanos: Hasta hoy, cada vez que los israelitas leen los libros de Moisés, un velo cubre sus mentes; «pero cuando se vuelva hacia el Señor, se quitará el velo».
El Señor del que se habla es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, hay libertad.
Y nosotros todos, que llevamos la cara descubierta, reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; así es como actúa el Señor que es Espíritu.
Por esto, encargados de este servicio por la misericordia de Dios, no nos acobardamos.
Si nuestro Evangelio sigue velado, es para los que van a la perdición, o sea, para los incrédulos; el dios de este mundo ha obcecado su mente para que no distingan e1 fulgor del glorioso Evangelio de Cristo, imagen de Dios.
Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Cristo es Señor, y nosotros siervos vuestros por Jesús.
El Dios que dijo: «Brille la luz del seno de la tiniebla» ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14
V/. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.
R/. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.

V/. Voy a escuchar lo que dice el Señor: Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.
La salvación está ya cerca de sus fieles y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo. R/.
V/. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.


EVANGELIO
Todo el que esté peleado con su hermano, será procesado
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será procesado.
Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano, será procesado.
Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado» , merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Procura arreglarte con el que te pone pleito, enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último cuarto.
Palabra del Señor.

miércoles, 14 de junio de 2023

MIÉRCOLES DE LA DÉCIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA

Nos ha hecho servidores de una alianza nueva: no basada en pura letra, sino en el Espíritu
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3, 4-11
Hermanos: Esta confianza con Dios la tenemos por Cristo.
No es que por nosotros mismos estemos capacitados para apuntarnos algo, como realización nuestra; nuestra capacidad nos viene de Dios, que nos ha capacitado para ser servidores de una alianza nueva: no basada en pura letra, sino en el Espíritu, porque la pura letra mata y, en cambio, el Espíritu da la vida.
El código que procuraba la muerte—letras grabadas en piedra—se inauguró con gloria; tanto que los israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés, «por el resplandor de su rostro» , caduco y todo como era.
Pues, ¡con cuánta mayor razón la alianza que procura el Espíritu resplandecerá de gloria!
Si procurar la condena se hizo con resplandor, ¡cuánto más resplandecerá procurar el perdón!
El resplandor aquel ya no es resplandor, eclipsado por esta gloria incomparable.
Si lo caduco tuvo su resplandor, figuraos cuál será el de lo permanente.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 98, 5. 6. 7. 8. 9
V/. Santo es el Señor nuestro Dios.
R/. Santo es el Señor nuestro Dios.

V/. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies: El es santo. R/.

V/. Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su nombre, invocaban al Señor, y él respondía. R/.

V/. Dios les hablaba desde la columna de nube, oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R/.

V/. Señor, Dios nuestro, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios de perdón, y un Dios vengador de sus maldades. R/.

V/. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante su monte santo: Santo es el Señor nuestro Dios. R/.

EVANGELIO
No he venido a abolir, sino a dar plenitud

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los Cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos.

Palabra del Señor. 

lunes, 12 de junio de 2023

LUNES DE LA DÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Dios nos alienta hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en la lucha.
Comienzo de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 1-7

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todo el pueblo santo que reside en Grecia: Os deseamos la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo!
El nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios.
Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo.
Si nos toca luchar, es para vuestro aliento y salvación;
si recibimos aliento, es para comunicaros un aliento con el que podáis aguantar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros.
Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
V/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
V/. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
V/. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
V/. Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
V/. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles, y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.


EVANGELIO
Dichosos los pobres en el espíritu
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 1-12
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la Tierra.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán «los Hijos de Dios».
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
Palabra del Señor.

sábado, 10 de junio de 2023

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

PRIMERA LECTURA
Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres
Lectura del Libro del Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a
Habló Moisés al pueblo y dijo:
Recuerda el camino que el Señor tu Dios
te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no.
El te afligió haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná que tu no conocías ni conocieron tus padres
para enseñarte que no solo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios.
No sea que te olvides del Señor tu Dios que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua; que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20
V/. Glorifica al Señor, Jerusalén.
(o, Aleluya).
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

V/. Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión,
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

V/. Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina;
él envía su mensaje a la tierra y su palabra corre veloz.
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

V/. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así
ni les dio a conocer sus mandatos.
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.


SEGUNDA LECTURA
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 10, 16-17
Hermanos:
El cáliz de nuestra Acción de Gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo?
Y el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
Palabra de Dios

Aleluya Jn 6, 51-52

Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —; dice el Señor—; quien coma de este pan vivirá para siempre.
Aleluya.


EVANGELIO
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida
 +Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
—Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí:
—¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
—Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el ultimo día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come este pan vivirá para siempre.
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA NOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Vuelvo al que me envió. Vosotros bendecid al Señor

Lectura del libro de Tobías 12, 1. 5-15. 20

En aquellos días, Tobías llamó a su hijo y le dijo: 

—¿Qué podríamos darle a este santo varón que ha venido contigo ?
Le llamaron aparte, padre e hijo, y le rogaron que aceptara la mitad de todo lo que habían traído.
Y él les dijo en secreto: «Bendecid al Dios del cielo y proclamadle ante todos los vivientes, porque ha sido misericordioso con vosotros.
Es bueno guardar el secreto del rey, y es un honor revelar y proclamar las obras de Dios.
Buena es la oración con el ayuno.
Mejor es hacer limosna que atesorar dinero: porque la limosna libra de la muerte y limpia de pecado, alcanza la misericordia y la vida eterna.
Los que cometen pecados y maldades son enemigos de sí mismos.
Os diré toda la verdad, no os ocultaré ningún hecho: Cuando tú orabas con lágrimas y dabas sepultura a los muertos; cuando dejabas la comida, para esconder de día los muertos en tu casa y sepultarlos de noche,  yo presentaba tu oración al Señor.
Eras agradable al Señor, por eso tuviste que pasar por la prueba.
Ahora el Señor me ha enviado para que te cure y libre del demonio a Sara, la mujer de tu hijo.
Yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que estamos en presencia del Señor.
Pero ya es hora de que regrese al que me envió.
Vosotros, bendecid al Señor y divulgad sus obras maravillosas»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Tob 13, 2. 6. 7. 8
V/. Bendito sea Dios, que vive eternamente.
R/. Bendito sea Dios, que vive eternamente.


V/. El azota y se compadece, hunde hasta el abismo y saca de él, y no hay quien escape de su mano. R/.


V/. Veréis lo que hará con vosotros, le daréis gracias a boca llena,  bendeciréis al Señor de la justicia y ensalzaréis al Rey de los siglos. R/.


V/. Yo le doy gracias en mi cautiverio, anuncio su grandeza y su poder  a un pueblo pecador. R/.


V/. Convertíos, pecadores, obrad rectamente en su presencia: quizá os mostrará benevolencia y tendrá compasión. R/.


EVANGELIO
Esa pobre viuda ha echado más que nadie
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y les decía: ¡Cuidado con los letrados ! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos.
Esos recibirán una sentencia más rigurosa.
Estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a su discípulos, les dijo: Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie.
Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.
 Palabra del Señor.

viernes, 9 de junio de 2023

BEATA ANA MARÍA TAIGÏ, Esposa y Madre

9 de Junio
BEATA ANA MARÍA TAIGÏ
 (*) 
Esposa y Madre
CUERPO INCORRUPTO DE LA SANTA, TAL COMO SE PUEDE VER EN LA IGLESIA DE S. CRISOGONO, EN ROMA


   Un día cualquiera de julio de 1837. Un trágico clamor se esparce por toda la ciudad: ¡el cólera ha hecho su aparición en Roma! El pánico cunde y la gente abandona sus hogares evitando todo contacto con los contaminados. En el nuevo cementerio de Campo Verano una muchedumbre se halla en oración ante una tumba aún reciente: piden al Señor que, por intercesión de la allí sepultada, les libre del azote que ha caído sobre ellos. En la pequeña cruz que preside la tumba unos débiles trazos de pintura, aún no del todo seca, componen un nombre: Ana María Taigï, y dos fechas: 1769-1837.

   ¿Qué influencia puede tener esta mujer para que ahora todos acudan a implorar su ayuda? Su historia es la más corriente y la más extraordinaria a la vez que se pueda imaginar. Su vida, la vida de una simple mujer.

   Nacida en Siena el 29 de mayo de 1769, su existencia transcurre durante uno de los períodos más críticos para la Iglesia y Europa. La corte de Luis XV, hundida en la lucha de intrigas y voluptuosidades, prepara activamente su ruina al tiempo que la de la cristiandad. La Enciclopedia adquiere resonante brillo. Voltaire reina e inunda el mundo con su filosofía pagana. Todo está minado: la Iglesia, la moral, la realeza. En Roma Clemente XIV va a suprimir la Compañía de Jesús a ruegos de los Borbones. Las naciones más católicas, como España, Polonia, Austria e Italia, se ven arrastradas por el torbellino que producen les acontecimientos. La masonería impera por doquier.

   Ana María pertenece a una honorable familia: su abuelo, Pietro Giannetti, dirige en Siena una farmacia. Su hijo Luis, después de seguir los estudios que le permitan suceder algún día a su padre, se casa con una buena cristiana: María Santa Masi. Nuestra Beata es el único fruto de este matrimonio. Casi al mismo tiempo, dos meses más tarde, nace en Córcega, frente a esta tierra toscana, Napoleón I.

   Bautizada al día siguiente de su nacimiento, recibe los nombres de Ana María Antonia Gesualda. Durante los seis primeros años la vemos jugar entre los viñedos, olivos y rosales que, como muralla roja, coronan las arenosas llanuras de la Toscana.

   Pero esta época feliz ha de durar poco: el espíritu algo disipador y extravagante de su padre va produciendo la falta de recursos en la familia. Muy pronto vende todo lo que tiene en Siena y marcha a Roma con esperanza de hacer allí fortuna. Sin embargo, ésta no se muestra propicia y la pequeña familia ha de ir a habitar una mísera casucha en el barrio denominado de los Montes.

   En esta situación viven ocho años. Nada sobresaliente hay en su infancia que haga prever la misión que la Providencia le tiene reservada. Cada mañana Annette mete su comida en un pequeño serillo y marcha a la escuela gratuita de la vía Graziosa, regentada por hermanas del Instituto Maestre Pie fundado por Santa Lucía Filipini. Junto a las clases de religión y cálculo recibe la pequeña Giannetti las enseñanzas propias del hogar. Los domingos asiste en la parroquia a la catequesis semanal.

   Mas los reveses de fortuna endurecen poco a poco el carácter de sus padres. Tristes, irascibles, en lugar de conformarse con su suerte y unirse en la adversidad avivan cada vez más la llaga. Luis, el primer responsable, en vez de remediar su culpa, vuelve sus malos humores contra su hija, maltratándola a diario sin razón. Hay que trabajar para comer.

   Despedida a poco de ir a la escuela por causa de una epidemia de viruelas, no podrá volver a ella por tener que ayudar a su madre en los oficios de la casa. Ha aprendido a leer, pero no a escribir, y jamás sabrá otra cosa que apenas garabatear su firma.

   Ana María tiene ahora trece años. En este tiempo no se habla de otra cosa sino de las innovaciones financieras de Nocker y de guerras. Inglaterra lucha contra sus colonias americanas y termina por reconocer la independencia de los Estados Unidos. Las nuevas ideas triunfan: Roma, París se apasionan por Diderot, D'Alembert. El contrato social y los aeróstatos. ¡El hombre, se canta, ha conquistado, los cielos y derrotado a los dioses! La multitud aplaude clamorosamente las sarcásticas e hirientes representaciones en las que se hace mofa de los reyes, señores, religión y moral. En cambio, Voltaire es sublimado y su nombre figura en las letrillas populares.

   A pesar de sus pocos años Annette comienza a darse cuenta de todo esto. Oye las conversaciones de la calle y las noticias que cuentan las compañeras del taller donde ha comenzado a trabajar. Para llevar algún refuerzo al vacío erario familiar carda la seda y corta las viejas ropas en una pequeña tienda propiedad de dos hermanas solteras. De regreso a su casa lava la ropa y hace la comida, mientras su madre sirve de asistenta en varias casas para sacar con qué comer. Durante estos trabajos siempre tiene la sonrisa en los labios, tratando de alegrar un poco la amargada vida de sus padres.

   Poco a poco su cuerpo va desarrollándose: su cimbreante tipo, interesante rostro y serena mirada atraen la atención de cuantos la ven por las calles de Roma. La llaman Anita la guapa. Como todas las chicas italianas de su edad, ella sueña con fundar un hogar maravilloso, adora los romances sentimentales y le gusta bailar.

   En 1787 abandona el taller para ocupar una plaza de doncella en el palacio donde trabaja su padre. La patrona, encantada de sus condiciones domésticas, ofrece también un empleo a su madre, y desde entonces los Giannetti trasladan su residencia a dos habitaciones que amablemente les ha cedido la señora Sierra, su patrona. La indigencia de la familia ha terminado: su madre no tendrá ya que ir de asistenta por las casas y, al menos, no les faltará comida y techo en que cobijarse.
   En este palacio, mezcla de fortaleza y de convento, como todos los antiguos de Roma, es donde conoce a un criado que, dos veces por semana, les lleva provisiones desde el palacio Chigi. Domenico Taigï es hombre de buenas costumbres, de sólida piedad, aunque rudo, inculto y de vivo genio. Poco tiempo después se celebra la boda en la iglesia de San Marcelino y, como en todas las demás, hay una buena comida, se baila y se canta hasta el cansancio. Annette acaba de cumplir veinte años y su esposo veintiocho.

   El príncipe Chigi les cederá dos habitaciones de su palacio y allí pasarán su luna de miel y les nacerán seis de sus siete hijos. Estamos en 1790 y la tempestad que va a purificar al mundo se encuentra próxima. Pero aún Dios no cree llegada la hora de su conversión. Durante los tres primeros años de su matrimonio Anna María sigue siendo la muchacha bonita, alegre y entusiasta de la vida mundana.

   Un día Domenico y su esposa, arrastrados por la multitud, ganan la plaza de San Pedro. En París ha estallado la revolución y la noticia corre de boca en boca entre el estupor de algunos y la alegría de no pocos. Mas Dios ha elegido ya a su sierva. junto a la columnata de Bernini su dulce mirada se cruza con la de un religioso servita, el padre Angelo. Este no había visto nunca a la joven, pero una voz interior le anuncia de repente: “Presta atención a esa mujer. Yo te la confiaré un día; tú trabajarás por su conversión. Ella se santificará porque yo la he escogido para santa".

   Ana comienza a no gustar las cosas de este mundo. Se despoja de su vanidad y busca el consuelo a su insatisfacción en la piedad. Va de uno a otro confesor en busca de consuelo y apoyo, hasta que un día entra en la iglesia de San Marcelo, donde se casó. Hay allí un confesonario y a él se dirige nuestra Beata. El confesor, un religioso servita, el padre Angelo, la reconoce por la voz y le dice: “¡Ah, al fin habéis venido, hija mía! El Señor os llama a la perfección y vos no debéis desatender su llamada". Y acto seguido le cuenta el mensaje recibido en la plaza de San Pedro.

   Han pasado tres años de matrimonio en medio de las vanidades del mundo. Una nueva vida comienza para Ana María: vida de penitencia, de mortificación. En casa se impone el sacrificio de la sed, y no bebe agua sino cuando su marido se extraña de su conducta. Castiga su cuerpo con cilicios y correas, y es el propio confesor el que ha de advertirle de su condición de esposa para que no maltrate su cuerpo, que no le pertenece enteramente. En 1808 toma el hábito de terciaria trinitaria y quiere perfeccionarse más.

   Pero la verdadera perfección consiste, como le dijo el Señor en una de sus apariciones, en la mortificación de la propia voluntad, en ocultar dentro de lo posible a los ojos de los hombres las obras que se hacen, en ser buena, caritativa y paciente. Y Ana María sigue fielmente estos consejos del Maestro.

   Quizá lo que más llama la atención de su vida es cómo ha sabido conjugar o ser perfecta en su estado matrimonial. Máxime cuando Domenico no era precisamente un San José. Ella deberá tener presente cada día sus deberes de esposa y de madre.

   En su casa todo debe de seguir igual. Atiende a sus hijos con maternal solicitud. Se levanta temprano para tener preparado el desayuno, arregla la casa, hace la comida e inculca a sus hijos el amor al trabajo, la economía y el orden. Los manda al colegio y les enseña sus deberes para con Dios y la sociedad; pero jamás usará la violencia contra ellos, sino la persuasión, la bondad.

   Con su marido, de mal genio, ha de mostrar continuamente su paciencia: ni una disputa, ni un mal gesto en sus cuarenta y ocho años de matrimonio. Ella sabe que Domenico, como jefe de familia, debe ser respetado y obedecido. Sabe los derechos que sobre su persona tiene. y, nunca se opone a su legítimo cumplimiento. Humildad y confianza en Dios fueron siempre sus armas para salir de los malos trances. Porque Dios le ha dicho: "Yo seré tu guía en la vida de perfección".

   Más Él quiere que su sierva sea víctima expiatoria por los pecados ajenos. Y uno tras otro tiene que soportar dolores, vejámenes y sufrimientos. Ve morir a cuatro de sus hijos con santa resignación, aceptando siempre la voluntad del Todopoderoso; sufre calladamente las burlas de muchas personas que la consideran visionaria. Jamás protesta por su humilde condición. Poco a poco su alma se va purificando.

   Ya Napoleón Bonaparte ha dado el golpe del 18 Brumario y se ha erigido emperador de los franceses. Sus ejércitos avanzan incontenibles por todos los suelos de Europa. Se profanan las iglesias, se hace mofa de la religión, se predice por doquier el fin de la cristiandad. Las ideas revolucionarias alcanzan su máximo esplendor.

   Ana María es la respuesta de Dios a todas estas cosas: al racionalismo triunfante, al orgullo de los poderosos, al materialismo del siglo. El Señor sigue fiel a su promesa: "Ensalzaré a los humildes y abatiré a los orgullosos".

   En su cotidiano vivir esta mujer nunca ha dejado de ser pobre, sencilla. Buena madre, fiel esposa y modelo de suegras. Inculta y sin apenas saber firmar, es a ella a la que se le concede uno de los más extraordinarios dones con que santo alguno haya sido distinguido: desde el año de su conversión podrá ver en una especie de globo luminoso el pasado, el presente y el porvenir. Los principales personajes políticos desfilan ante su mirada con sus sinceridades e hipocresías. Los designios de Dios para confundirlos, los complots y reuniones de las sectas secretas, los acontecimientos futuros en todo el mundo, las almas que padecen en el purgatorio, las que se condenan y se salvan. Todo lo ve con una claridad meridiana.

   Las circunstancias extraordinarias por las que van a pasar el mundo y la Iglesia son la probable explicación, dice el decreto de beatificación, del prodigio, único en los anales de la santidad, con que la Providencia distinguió a esta simple mujer.

   Pobres, cardenales y embajadores vienen a pedirle consejo o solución a sus problemas. Ella trata a todos igual. Nunca rehusa el consuelo y la ayuda a nadie y jamás admite regalo ni limosna alguna. Y cuando, como en alguna ocasión, una reina, desterrada en Roma, quiere ayudarla dándole oro, ella le responde: "Señora, yo sirvo al más grande de los reyes y Él sabrá recompensarme espléndidamente".

   Con su santidad -Ana María Taigï es la única santa que murió estando casada- Dios ha querido darnos dos estupendas lecciones: que la santidad no es patrimonio de ricos ni de clases y que, además, no está reñida con estado alguno. Cada persona puede ser santa en medio de su quehacer habitual, en el convento o en la calle, guardando la virginidad o cumpliendo los deberes matrimoniales.

   Su actuación en esta vida habrá de servir de ejemplo a las muchas almas que pretenden ser perfectas en medio de los peligros del mundo. Durante su permanencia en él no dejó sino constancia de las virtudes que deben adornar a las madres y esposas. Sus milagros fueron incontables: ve desde Roma la muerte de Pío VI en el destierro, contempla día a día las tribulaciones de Pío VII durante los cinco años de su cautividad. Cura enfermedades, anuncia muertes y señala las fechas de elección de los nuevos papas. Así quiso la Providencia premiar su oscura y pobre vida, concediéndole a sus ruegos el que la peste no entre en Italia hasta después de su muerte.

   Pero aún debe purificarse más. Como si fuera poco lo que ha tenido que sufrir, Dios le reserva siete meses de dolorosa agonía. A pesar de ello su eterna sonrisa no desaparece de sus labios. Lleva con alegría esta última prueba, sabiendo que sus días están contados. Por fin el 7 de junio de 1837, rodeada de su marido y tres hijos, deja de existir a los sesenta y ocho años de edad. Al día siguiente es enterrada en el nuevo cementerio de Campo Verano. Ocho días más tarde la peste entra en Roma.

   Beatificada por Benedicto XV, es declarada patrona de las madres de familia y su cuerpo descansa, incorrupto, en la basílica de San Criságono, de Roma.

 LUIS PORTERO 




  • * Año Cristiano, Tomo II, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1966.