domingo, 30 de junio de 2024

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
La muerte entró en el mundo por la envidia del diablo

Lectura del libro de la Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24

Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes.
Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo impera en la tierra. Porque la justicia es inmortal.
Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 29, 2 y 4. 5-6.11 y 12a y 13b (R/.: 2a)

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

SEGUNDA LECTURA
Vuestra abundancia remedia la falta que tienen los hermanos pobres

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo los Corintios 8, 7. 9. 13-15

Hermanos:
Ya que sobresalís en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que nos tenéis, distinguíos también ahora por vuestra generosidad.
Porque ya sabéis lo generoso que fue nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza.
Pues no se trata de aliviar a otros, pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar. En el momento actual, vuestra abundancia remedia la falta que ellos tienen; y un día, la abundancia de ellos remediará vuestra falta; así habrá igualdad.
Es lo que dice la Escritura: «Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba.»
Palabra de Dios.
 
Aleluya cf. 2Tm 1, 10
Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte
y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.
 
EVANGELIO
Contigo hablo, niña, levántate

 +Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
—«Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva.»
Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba.
Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría.
Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado.Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando:
—«¿Quién me ha tocado el manto?»
Los discípulos le contestaron:
—«Ves como te apretuja la gente y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"»
Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo:
—«Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.»
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
—«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?»
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
—«No temas; basta que tengas fe.»
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo:
—«¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta está dormida.»
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
-«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate
»).
La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor.

viernes, 28 de junio de 2024

VIERNES DE LA DUODÉCIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Marchó Judá al destierro
Lectura del segundo libro de los Reyes 25, 1-12
El año noveno del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor.
La ciudad quedó sitiada hasta el año once del reinado de Sedecías, el día noveno del mes cuarto.
El hambre apretó en la ciudad, y no había pan para la población.
Se abrió brecha en la ciudad, y los soldados huyeron de noche por la puerta entre las dos murallas, junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad, y se marcharon por el camino de la estepa.
El ejército caldeo persiguió al rey; lo alcanzaron en la estepa de Jericó, mientras sus tropas se dispersaban abandonándolo.
Apresaron al rey y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, y lo procesó.
A los hijos de Sedecías los hizo ajusticiar ante su vista; a Sedecías lo cegó, le echó cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia.
El día primero del quinto mes (que corresponde al año diecinueve del reinado de Nabucodonosor en Babilonia) llegó a Jerusalén Nabusardán, jefe de la guardia, funcionario del rey de Babilonia.
Incendió el templo, el palacio real y las casas de Jerusalén, y puso fuego a todos los palacios.
El ejército caldeo, a las órdenes del jefe de la guardia, derribó las murallas que rodeaban a Jerusalén.
Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó cautivos al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la plebe.
De la clase baja dejó algunos como viñadores y hortelanos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 136, 1-2. 3. 4-5. 6.
V/. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
R/. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.

V/. Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. R/.

V/. Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar, nuestros opresores, a divertirlos: Cantadnos un cantar de Sión. R/.

V/. ¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierras extranjeras ! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. R/.

V/. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías. R/.



EVANGELIO
Si quieres, puedes limpiarme
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 1-4
En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: .
─Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Extendió la mano y lo tocó diciendo: ¡Quiero, queda limpio ! Y enseguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo: No se lo digas a nadie, pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.
Palabra del Señor.

jueves, 27 de junio de 2024

JUEVES DE LA DUODÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Nabucodonosor deportó a Jeconías y a todos los ricos a Babilonia

Lectura del segundo libro de los Reyes 24, 8-17

Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén.
Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén.
Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre.
En aquel tiempo los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron.
Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada.
Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios.
El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado.
Se llevó los tesoros del templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor.
Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos (diez mil deportados) , los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe.
Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia.
Llevó deportados, de Jerusalén a Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos los ricos (siete mil deportados) , los herreros y cerrajeros (mil deportados) , todos aptos para la guerra.
Nombró rey a Matanías, sucesor de su tío, y le cambió el nombre en Sedecías.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 78, 1-2. 3-5. 8. 9.
V/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
R/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.


V/. Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad, han profanado tu santo templo, han reducido Jerusalén a ruinas; echaron los cadáveres de tus siervos en pasto a las aves del cielo, y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra. R/.


V/. Derramaron su sangre como agua en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar siempre enojado? ¿Va a arder como fuego tu cólera? . R/.


V/. No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. R/.


V/. Socórrenos, Dios Salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu nombre. R/.


EVANGELIO
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 21-29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros? Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido.
Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los letrados.
Palabra del Señor.

miércoles, 26 de junio de 2024

MIÉRCOLES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA


PRIMERA LECTURA
El rey leyó al pueblo el Libro de la Alianza encontrado en el templo y selló el Señor la Alianza

Lectura del segundo libro de los Reyes 22, 8-13; 23, 1-3

En aquellos días, el Sumo Sacerdote Helcías dijo al cronista Safán: He encontrado en el templo el Libro de la Ley.
Entregó el libro a Safán y éste lo leyó.
Luego fue a dar cuenta al rey Josías: Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras.
Y le comunicó la noticia: El sacerdote Helcías me ha dado un libro.
Safán lo leyó ante el rey; y cuando el rey oyó el contenido del Libro de la Ley se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Akbor, hijo de Miqueas, al cronista Safán y a Asaías, funcionario real: Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro, cumpliendo lo prescrito en él.
Ellos llevaron la respuesta al rey, y el rey dio órdenes para que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes.
El rey les leyó el Libro de la Alianza encontrado en el templo.
Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la Alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la Alianza escritas en aquel libro.
El pueblo entero suscribió la Alianza.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40
V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
R/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.


V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente. R/.


V/. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R/.


V/. Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R/.


V/. Inclina mi corazón a tus preceptos, y no al interés. R/.


V/. Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. R/.


V/. Mira cómo ansío tus decretos; dame vida con tu justicia. R/.




EVANGELIO
Por sus frutos los conoceréis

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

Palabra del Señor. 

martes, 25 de junio de 2024

MARTES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David
Lectura del segundo libro de los Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: Decid a Ezequías, rey de Judá: «Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria.
Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a librar? » Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró:
«Señor Dios de Israel, sentado sobre querubines: Tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo.
Tú hiciste el cielo y la tierra.
Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira.
Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo.
Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra y los han destruido.
Ahora, Señor Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios».
Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Así dice el Señor Dios de Israel: «He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria.
Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: «Te desprecia y te burla la doncella, ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén.
Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes.
¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad oráculo del Señor.
Yo escudaré a esta ciudad para salvarla por mi honor y el de David, mi siervo.
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres.
Por la mañana, al despertar, los encontraron ya cadáveres.
Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 47, 2-3a. 3b-4. 10-11
V/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.

V/. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Su Monte Santo, una altura hermosa, alegría de toda la tierra. R/.

V/. El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey.
Entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R/.

V/. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia. R/.



EVANGELIO
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.
Palabra del Señor

sábado, 22 de junio de 2024

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Aquí se romperá la arrogancia de tus olas

Lectura del libro de Job 38, 1. 8-11

El Señor habló a Job desde la tormenta: —«¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando le puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y cerrojos, y le dije: "Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas"?»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 106, 23-24. 25-26. 28-29. 30-31 (R/.: 1)
R/. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
O bien:
Aleluya.

Entraron en naves por el mar, comerciando por las aguas inmensas. Contemplaron las obras de Dios, sus maravillas en el océano. R/.
Él habló y levantó un viento tormentoso, que alzaba las olas a lo alto; subían al cielo, bajaban al abismo, el estómago revuelto por el mareo. R/.
Pero gritaron al Señor en su angustia, y los arrancó de la tribulación. Apaciguó la tormenta en suave brisa, y enmudecieron las olas del mar. R/.
Se alegraron de aquella bonanza, y él los condujo al ansiado puerto. Den gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres. R/.

SEGUNDA LECTURA
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 14-17

Hermanos:
Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
Por tanto, no valoramos a nadie según la carne.
Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no.
El que es de Cristo es una criatura nueva.
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Palabra de Dios.

Aleluya Lc 7, 16
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.

EVANGELIO
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!

 +Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 35-40

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Vamos a la otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
—«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:
—«¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
—«¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aun no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros:
—«¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Zacarías, a quien matásteis entre el templo y el altar
Lectura del segundo libro de las Crónicas 24, 17-25
Cuando murió Yehoyadá, los jefes de Judá fueron a postrarse ante el rey y éste siguió sus consejos.
Se olvidaron del templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a las estelas y a los ídolos.
Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén.
Les envió profetas para que se convirtiesen, pero no hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo y le dijo: Esto dice el Señor: ¿Por qué no cumplís los preceptos del Señor? Vais al fracaso.
Habéis abandonado al Señor y él os abandonará a su vez.
Pero ellos conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey.
El rey Joás, sin tener en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá, mató a su hijo Zacarías, que murió diciendo: ¡Que el Señor te lo tome en cuenta! Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá, hasta Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco.
El ejército de Siria no era muy numeroso, pero el Señor le entregó un ejército enorme, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres.
Así se vengaron de Joás.
Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama y murió.
Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34
V/. Le mantendré eternamente mi favor.
R/. Le mantendré eternamente mi favor.

V/. Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R/.

V/. Le mantendré eternamente mi favor y mi alianza con él será estable; le daré una posteridad perpetua y un trono duradero como el cielo. R/.

V/. Si sus hijos abandonan mi ley y no siguen mis mandamientos, si profanan mis preceptos y no guardan mis mandatos. R/.

V/. Castigaré con la vara sus pecados y a latigazos sus culpas; Pero no les retiraré mi favor ni desmentiré mi fidelidad. R/.


EVANGELIO
No os agobiéis por el mañana

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede estar al servicio de dos amos.
Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir.
¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta.
¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan.
Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos.
Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir.
Los paganos se afanan por esas cosas.
Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.
Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio.
A cada día le bastan sus disgustos.

Palabra del Señor. 

viernes, 21 de junio de 2024

VIERNES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Ungió a Joás y todos aclamaron: ¡Viva el rey!

Lectura del segundo libro de los Reyes 11, 1-4. 9-18. 20

En aquellos días, cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, empezó a exterminar a toda la familia real.
Pero cuando los hijos del rey estaban siendo asesinados, Joseba, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio; así se lo ocultó a Atalía y lo libró de la muerte.
El niño estuvo escondido con ella en el templo durante seis años, mientras en el país reinaba Atalía.
Al año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a los oficiales de los Carios y de la escolta; los llamó a su presencia, en el templo, se juramentó con ellos y les presentó al hijo del rey.
Los centuriones hicieron lo que les mandó el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió a sus hombres, los que estaban de servicio el sábado y los que quedaban libres, y se presentaron al sacerdote Yehoyadá.
El sacerdote entregó a los oficiales las lanzas y los escudos del rey David, que se guardaban en el templo.
Los de la escolta se colocaron, empuñando las armas, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del templo, entre el altar y el templo, para proteger al rey.
Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le colocó la diadema y las insignias, lo ungió rey, y todos aplaudieron, aclamando: ¡Viva el rey! Atalía oyó el clamor de la tropa y se fue hacia la gente, al templo.
Pero cuando vio al rey en pie sobre el estrado, como es costumbre, y a los oficiales y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta, y las trompetas tocando, se rasgó las vestiduras y gritó: ¡Traición, traición! El sacerdote Yehoyadá ordenó a los oficiales que mandaban las fuerzas: Sacadla del atrio.
Al que la siga, lo matáis (pues no quería que la matasen en el templo).
La fueron empujando con las manos y, cuando llegaba al palacio por la Puerta de las Caballerizas, allí la mataron.
Yehoyadá selló el pacto entre el Señor, el rey y el pueblo, para que fuera el pueblo del Señor.
Toda la población se dirigió luego al templo de Baal; lo destruyeron, derribaron sus altares, trituraron las imágenes, y a Matán, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el altar.
El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo.
Toda la población hizo fiesta y la ciudad quedó tranqui1a.
A Atalía la habían matado en el palacio.

Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 131, 11. 12. 13-14. 17-18
V/. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.
R/. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.


V/. El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: A uno de tu linaje pondré sobre tu trono. R/.


V/. Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseño, también sus hijos, por siempre, se sentarán sobre tu trono. R/.


V/. Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella: Esta es mi mansión por siempre; aquí viviré, porque la deseo. R/.


V/. Haré germinar el vigor de David, enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia, sobre él brillará mi diadema. R/.



EVANGELIO
Donde está tu tesoro, allí está tu corazón

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 19-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban.
Amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roen, ni ladrones que abran boquetes y roben.
Porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo.
Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras.
Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!

Palabra del Señor. 

jueves, 20 de junio de 2024

JUEVES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Elías fue arrebatado en el torbellino y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu
Lectura del libro del Eclesiástico 48, 1-15
Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido; les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces fuego.
¡Qué terrible eras, Elías ! , ¿quién se te compara en gloria? Tú resucitaste un muerto, sacándolo del Abismo por voluntad del Señor; hiciste bajar reyes a la tumba y nobles desde sus lechos; ungiste reyes vengadores y nombraste un profeta como sucesor.
Escuchaste en Sinaí amenazas y sentencias vengadoras en Horeb.
Un torbellino te arrebató a la altura, tropeles de fuego hacia el cielo.
Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir y más dichoso tú que vives.
Elías fue arrebatado en el torbellino y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu.
En vida hizo múltiples milagros y prodigios con sólo decirlo; en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu; no hubo milagro que lo excediera: bajo él revivió la carne; en vida hizo maravillas y en muerte, obras asombrosas.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 96, 1-2. 3-4. 5-6. 7
V/. Alegraos, justos, con el Señor.
R/. Alegraos, justos, con el Señor.

V/. El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y Nube lo rodean, Justicia y Derecho sostienen su trono. R/.

V/. Delante de él avanza fuego, abrasando en torno a los enemigos; sus relámpagos deslumbran el orbe, y, viéndolos, la tierra se estremece. R/.

V/. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra.
Los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

V/. Los que adoran estatuas se sonrojan, y los que ponen su orgullo en los ídolos.
Ante él se postran todos los dioses. R/.


EVANGELIO
Vosotros rezad así

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso.
No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
Vosotros rezad así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.
Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

Palabra del Señor.


miércoles, 19 de junio de 2024

MIÉRCOLES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Los separó un carro de fuego, y Elías subió al cielo
Lectura del segundo libro de los Reyes 2, 1. 6-14
Cuando el Señor iba a arrebatar a Elías al cielo en el torbellino, Elías y Eliseo se marcharon de Guilgal.
Llegaron a Jericó, y Elías dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque el Señor sólo me envía hasta el Jordán.
Eliseo respondió: ¡Vive Dios ! Por tu vida, no te dejaré. Y los dos siguieron caminando.
También marcharon cincuenta hombres de la comunidad de profetas y se pararon frente a ellos, a cierta distancia. Los dos se detuvieron frente al Jordán; Elías cogió su manto, lo enrolló, golpeó el agua, el agua se dividió por medio, y así pasaron ambos a pie enjuto.
Mientras pasaban el río, dijo Elías a Eliseo: Pídeme lo que quieras antes de que me aparte de tu lado.
Eliseo pidió: Déjame en herencia dos tercios de tu espíritu.
Elías comentó: ¡No pides nada! Si logras verme cuando me aparten de tu lado, lo tendrás; pero si no me ves, no lo tendrás.
Mientras ellos seguían conversando por el camino, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en el torbellino. Eliseo lo miraba y gritaba: ¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel! Y ya no lo vio más.
Entonces agarró su túnica y la rasgó en dos; luego recogió el manto que se le había caído a Elías, se volvió y se detuvo a la orilla del Jordán; y, agarrando el manto de Elías, golpeó el agua, diciendo: ¿Dónde está el Dios de Elías, dónde? Golpeó el agua, el agua se dividió por medio y Eliseo cruzó.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 30, 20. 21. 24.
V/. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.
R/. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.

V/. Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos. R/.

V/. En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas; los ocultas en tu tabernáculo, frente a las lenguas pendencieras. R/.

V/. Amad al Señor, fieles suyos: el Señor guarda a sus leales y paga con creces a los soberbios. R/.


EVANGELIO
Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente.
Os aseguro que ya han recibido su paga.
Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan.
Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Palabra del Señor.

martes, 18 de junio de 2024

MARTES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Has hecho pecar a Israel
Lectura del primer libro de los Reyes 21, 17-29
Después de la muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Elías el tesbita: Anda, baja al encuentro de Ajab de Israel, que vive en Samaría.
Mira, está en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión.
Dile: Así dice el Señor: ¿Has asesinado, y encima robas ? » Por eso, así dice el Señor: «En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, también a ti los perros te lamerán la sangre».
Ajab dijo a Elías: ¡Con que me has sorprendido, enemigo mío! Y Elías repuso: ¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre.
Haré con tu casa como con la de Jeroboán, hijo de Nabal, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel.
(También ha hablado el Señor contra Jezabel: Los perros la devorarán en el campo de Yezrael). A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado los devorarán las aves del cielo.
Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Señor reprueba, empujado por su mujer Jezabel.
Procedió de una manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas.
En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
El Señor dirigió la palabra a Elías el tesbita: ¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no le castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 5-6a. 11 y 16
V/. Misericordia, Señor, hemos pecado.
R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R/.

V/. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío! y cantará mi lengua tu justicia. R/.


EVANGELIO
Amad a vuestros enemigos
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.
Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian.
Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestro hermano, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos ? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.

Palabra del Señor.

lunes, 17 de junio de 2024

LUNES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Nabot ha muerto apedreado
Lectura del primer libro de los Reyes 21, 1-16
Nabot el de Yezrael tenía una viña pegando al palacio de Ajab, rey de Samaría.
Ajab le propuso: Dame la viña para hacerme yo una huerta, ya que está cerca, pegando a mi casa; yo te daré en cambio una viña mejor, o, si prefieres, te pago en dinero.
Nabot le respondió: ¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres! Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot el de Yezrael, aquello de: «No te cederé la heredad de mis padres».
Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento.
Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo: ¿Por qué estás de mal humor y no quieres probar alimento? El contestó: Es que hablé a Nabot el de Yezrael y le propuse: «Véndeme la viña, o, si prefieres, te la cambio por otra.
Y me dice: «No te doy mi viña».
Entonces Jezabel dijo: ¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien.
¡Yo te daré la viña de Nabot el de Yezrael! Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. Las cartas decían: «Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente a dos canallas que depongan contra él: ¡Has maldecido a Dios y al rey ! Lo sacáis afuera y lo apedreáis hasta que muera».
Los paisanos de Nabot, los ancianos y notables que vivían en la ciudad, hicieron tal como les decía Jezabel, tal como estaba escrito en las cartas que habían recibido.
Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se le sentaron en frente y testificaron contra Nabot públicamente: Nabot ha maldecido a Dios y al rey.
Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió.
Entonces informaron a Jezabel: Nabot ha muerto apedreado.
En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto apredreado, dijo a Ajab: Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso vendértela Nabot ya no vive, ha muerto.
En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar posesión de la viña de Nabot el de Yezrael.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 5, 2-3. 5-6. 7.
V/. Atiende a mis gemidos, Señor.
R/. Atiende a mis gemidos, Señor.

V/. Señor, escucha mis palabras, atiende a mis gemidos, haz caso de mis gritos de socorro, Rey mío y Dios mío. R/.

V/. Tú no eres un Dios que ame la maldad, ni el malvado es tu huésped, ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.

V/. Detestas a los malhechores, destruyes a los mentirosos; al hombre sanguinario y traicionero lo aborrece el Señor. R/.



EVANGELIO
Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 38-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente».
Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehuyas.

Palabra del Señor.

sábado, 15 de junio de 2024

DOMINGO XI DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Ensalzo los árboles humildes

Lectura de la profecía de Ezequiel 17, 22-24

Así dice el Señor Dios: 
—«Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré en la montaña más alta de Israel, para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los arboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los arboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos.
Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 91, 2-3. 13-14. 15-16 (R/.: cf. 2a)
R/. Es bueno darte gracias, Señor.

Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad R/.

El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/.

En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad. R/.


SEGUNDA LECTURA
En destierro o en patria, nos esforzamos en agradar al Señor

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 6-10

Hermanos:
Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe.
Y es tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor.
Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle.
Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo.
Palabra de Dios.

Aleluya
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre.

EVANGELIO
Era la semilla más pequeña, pero se hace más alta que las demás hortalizas

+Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 26-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
-«El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.»
Dijo también:
—«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas.»
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA DÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Eliseo se levantó y marchó tras Elías
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 19-21
En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, y él llevaba la última.
Elías pasó a su lado y le echó encima su manto.
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.
Elías contestó: Ve y vuelve, ¿quién te lo impide? Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los mató, hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente.
Luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a sus órdenes.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10.
V/. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
R/. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.

V/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: Tú eres mi bien.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. R/.

V/. Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R/.

V/. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas y mi carne descansa serena: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.




EVANGELIO
Yo os digo que no juréis en absoluto

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 33-37

En aquel tiempo, dijo, Jesús a sus discípulos: Sabéis que se mandó a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor».
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey.
Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo.
A vosotros os basta decir sí o no.
Lo que pasa de ahí viene del Maligno.

Palabra del Señor.