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26 de 
Enero 
San Timoteo y San Tito 
Timoteo significa: tengo un gran respeto a Dios. 
San Timoteo fue un discípulo muy amado de san Pablo. Era de 
Listra. Los Hechos de los Apóstoles dicen: Había en Listra un discípulo llamado 
Timoteo, hijo de una mujer judía creyente y de padre griego. Los creyentes de la 
ciudad y de los alrededores daban de él muy buenos testimonios. Pablo quiso que 
se fuera con él. 
San Pablo le impuso las manos y le confió el misterio de la 
predicación, y en adelante lo consideró siempre como un hijo suyo y un discípulo 
muy amado. En la carta a los Corintios, el apóstol lo llama "Timoteo: mi hijo 
amado" (1 Cor. 4,7) y de la misma manera lo llama en las dos cartas que le 
escribió a él. 
Timoteo acompañó a San Pablo en su segundo y tercer viajes 
misioneros. El apóstol al escribirle más tarde le recordará lo buena que fue su 
familia: "Quiero refrescar el recuerdo de la gran fe que había en tu familia: en 
tu abuela Loida y en tu madre Eunice. Que esa fe se conserve en ti, ya que desde 
tu más tierna infancia te hicieron leer y meditar las Sagradas Escrituras" (1 
Tim. 1,5;4,14) 
La familia de Timoteo progresó mucho en santidad cuando San 
Pablo y San Bernabé estuvieron hospedados en su casa en Listra. Y allí aquella 
ciudad les sucedió a los dos apóstoles un hecho muy singular. 
Las gentes al ver cómo Pablo curó instantáneamente a un 
tullido, bendiciéndolo en nombre de Jesucristo, se imaginaron que estos 
predicadores eran dos dioses disfrazados de homjbres. 
Que Bernabé, por alto y elegante, era Júpiter, y que Pablo, por 
lo bien que hablaba, era Mercurio, el mensajero de los dioses y patrono de los 
oradores. Y corrieron a llamar a los sacerdotes del Templo de Júpiter, los 
cuales llegaron trayendo un toro para ofrecérselo en sacrificio a los dos 
dioses. San Pablo se dio cuenta del engaño en que estaban, y rasgándose la 
camisa les gritó: "Hombres, nosotros no somos dioses, somos pobres criaturas 
como todos ustedes." 
Y entonces la situación cambió por completo. Los judíos 
incitaron al populacho contra los predicadores y los apedrearon dejándolos medio 
muertos. Fueron llevados a casa de Timoteo y allí les hicieron las curaciones 
más necesarias y en la madrugada salieron de la ciudad. Seguramente que a 
Timoteo le debió impresionar muy profundamente el modo tan extraordinariamente 
heroico y alegre que tenía San Pablo para ofrecer sus padecimientos por amor a 
Dios y por la salvación de las almas, y esto lo movió más y más a dedicarse a 
seguirlo en sus trabajos de apostolado. 
Después de viajar con él en sus correrías de predicación por 
varios países, Timoteo acompañó a San Pablo en la prisión que tuvo que sufrir en 
Roma, pues en las cartas que desde Roma escribió el gran apóstol anuncia que lo 
está acompañando Timoteo, su fiel discípulo. 
Muy famosas son las dos cartas de San Pablo a Timoteo. En ellas 
le recomienda: "Que nadie te desprecie por tu juventud. Muéstrate en todo un 
modelo para los creyentes, por la palabra, la conducta, la caridad, la pureza y 
la fe"(1 Tim. 4,12) y hasta desciende a detalles prácticos: "Timoteo: no tomes 
sólo agua. Mézclale de vez en cuando un poco de vino, por tus continuos males de 
estómago" (1 Tim. 5,23). 
El historiador Eusebio dice que San Pablo nombró a Timoteo como 
obispo de Efeso, y San Juan Crisóstomo afirma que fue nombrado presidente de los 
obispos de esa región. Se cuenta también que en tiempos del emperador Domiciano, 
hacia el año 97, Timotio fue martirizado, apaleado y apedreado por haber tratado 
de impedir una fiesta muy corrompida en aquella ciudad. 
San Juan Crisóstomo y San Jerónimo narran que junto a los 
restos o reliquias de San Timoteo, los cristianos obtenían muy grandes favores 
de Dios (y ojalá los obtengamos también hoy nosotros al recordarlo con 
cariño). 
Lo que más simpatía le atrae a San Timoteo es haber sido 
discípulo siempre fiel y muy preferido del gran San Pablo. (Que bueno que él nos 
prendiera un poquito de su aprecio por las palabras de tan gran 
apóstol). 
San Tito, obispo (Siglo I).
Tito fue 
discípulo y secretario de San Pablo. Acompañó al apóstol en muchos de sus 
viajes. En las dos cartas a los Corintios San Pablo declara que él confía 
plenamente en su discípulo Tito, y a él lo envía a tratar de que los cristianos 
cumplan lo que les ha dicho en sus cartas. Y después dice que ha quedado muy 
satisfecho por las noticias que Tito le ha traído. 
San Pablo lo nombró obispo de la isla de Creta 
y le escribió una bella carta, señalándole las cualidades que deben tener los 
sacerdotes. 
Parece que murió muy anciano y venerado. Tito significa: defensor. Que él sea nuestro defensor contra los errores que atacan a nuestra religión.  | 

