Va a venir tiempo en que quien 
      os matare se persuada 
hacer un obsequio a Dios.(Juan, 16, 2). 
   San Estanislao, obispo de 
      Cracovia, reprendió valientemente al rey Boleslao por su mala vida. Este 
      príncipe, para vengarse, sobornó a dos falsos testigos y los hizo declarar 
      que el santo poseía un terreno que no le pertenecía. San Estanislao 
      resucitó a quien se lo había vendido, y con este testimonio irrecusable 
      confundió a sus acusadores. Este milagro no convirtió a Boleslao; irritado 
      éste porque el santo lo había excomulgado, le dio muerte con sus propias 
      manos en momentos en que celebraba el Santo Sacrificio de la misa. Sucedió 
      en 1079. 
       
   I. Ese hombre a quien San 
      Estanislao resucitara, prefirió morir nuevamente volviendo al purgatorio 
      antes que vivir entre tantas ocasiones de condenarse. Y, en verdad, tenía 
      razón, pues hay peligro de condenarse en todas las edades y en todas las 
      condiciones. ¿Cuál es tu edad, cuál es tu condición? ¿En qué estado de 
      vida te alistaste? Ten cuidado con los peligros que te amenazan. Si aún 
      estás libre de todo compromiso, elige el género de vida más seguro y más 
      libre de las ocasiones de ofender a Dios. 
   II. No hay sitio en este mundo 
      donde no se pueda ofender a Dios. Adán pecó en el paraíso terrenal, y los 
      ángeles pecaron en el cielo. Se ofende a Dios en los poblados, en la 
      soledad, en las cabañas de los pastores, en los palacios de los magnates, 
      en las iglesias y en las casas consagradas a Dios. En todas partes 
      encuéntrase al demonio, en todas partes se llevan sus cadenas. Y nos 
      holgamos en este camino en el que estamos siempre expuestos a caer en el 
      precipicio; en este mar, en el que somos incesantemente azotados por la 
      tempestad, sin saber a qué puerto arribaremos, ni en qué escollo 
      naufragaremos. 
   III. Para estar seguro entre 
      tantos peligros, apártate de la multitud, gusta de la soledad: es el 
      ambiente de la virtud. Si no puedes llegar a tanto, frecuenta a los 
      hombres lo menos posible, y acuérdate que Dios está en todas partes. Si 
      quieres cometer pecados busca un lugar en donde no te pueda ver Dios, y 
      haz entonces lo que quieras. (San Agustín). 
La huida del pecado  
Orad por por las almas del purgatorio. 
ORACIÓN  
   Oh Dios, en cuyo honor 
      sucumbió el glorioso obispo Estanislao bajo la espada de un impío, haced, os lo suplicamos, que todos los que imploren su socorro consigan el 
      saludable efecto de su pedido. Por J. C. N. S. Amén. 
   
 | 
- 
  * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)
 
