Dejad a los niños, y no les impidáis venir a 
Mí;
porque de los que son como ellos
es el reino de los cielos.(Mateo, 19, 14).
porque de los que son como ellos
es el reino de los cielos.(Mateo, 19, 14).
   San Nicolás, noble de Licia, en Asia Menor, fue 
modelo de escolares antes de llegar a ser su santo patrono. Después de la muerte 
de sus padres, empleó todos sus bienes en obras pías. Un día, sabiendo que la 
virtud de tres jovencitas caídas en la miseria corría peligro, les deslizó 
durante la noche, por las hendijas de su ventana, con qué poder establecerse 
honestamente. Sanaba a todos los enfermos que a él acudían y resucitó a un 
muerto mientras iba a los Santos Lugares. Elegido obispo de Mira, fue torturado, 
puesto en prisión bajo Diocleciano, salió de ella bajo el reinado de 
Constantino, a quien se le apareció para la liberación de tres comisarios 
imperiales, víctimas de la calumnia y condenados a la pena capital. 
Distinguióse, después, en el Concilio de Nicea. En sus últimos momentos vio que 
los ángeles salían a su encuentro. 
 
   I. El joven que quiere vivir santamente, 
nada mejor puede hacer que imitar la conducta de San Nicolás. Joven aún, lo 
veían retirarse con frecuencia a las iglesias para orar y excitar en su corazón 
el fuego del amor divino. Los ayunos, las vigilias y el cilicio, eran los 
guardianes de su virginidad. Velaba sobre sus miradas y evitaba, en cuanto 
podía, la conversación con mujeres. ¿Practicas tú las mismas virtudes? ¿Qué 
precauciones tomas para conservar tu pureza y tu inocencia? ¿Cómo te conduces 
con relación a Dios y a ti mismo?  
   II. Este santo escolar profesaba un admirable 
respeto a sus maestros, recibía sus órdenes como salidas de la boca de 
Jesucristo, frecuentaba sus condiscípulos más piadosos y evitaba con esmero a 
los libertinos. ¿Así te portas tú con tu prójimo? ¿Qué compañías frecuentas? 
¿Qué respeto tienes a tus superiores? ¿Cómo les obedeces? 
   III. Estudiaba el santo con asidua dedicación, 
para llegar a ser un día capaz de servir a Dios y excitar a los demás en su 
amor. Dios, por órgano de tus padres, te ordena que trabajes; trabaja, pues, 
pero que sea únicamente en lo que Dios quiere, como Dios quiere, y para cumplir 
su santa voluntad. Finalmente, aprende de San Bernardo esta sentencia que 
comprende casi todos los deberes de un joven: Es menester que un joven tema a 
Dios, respete a sus padres y conserve su pureza. 
El temor de Dios   
Orad por los escolares. 
ORACIÓN 
 
   Oh Dios, que al bienaventurado Nicolás 
pontífice hiciste ilustre por un gran número de milagros, concedednos por sus 
méritos e intercesión, la gracia de librarnos de las llamas eternas. Por J. C. 
N. S. Amén.  
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Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo IV, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)
 
